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Mi nombre, mi maldición

La historia de Alexandra Snowy, la Señora del Imperio Red Moon, y su misteriosa muerte se extiende por un vasto territorio, los cuatro grandes imperios y los seis reinos dependientes, la curiosidad aqueja a todos quiénes escuchen la historia. En uno de los seis reinos dependientes, un reino de humanos, despierta gravemente herida una bebé de unas semanas de nacida, su cabello es blanco y sus cejas también pero sus ojos son tan negros como la noche, una vida que pende de un hilo para ella y una amable bruja que se apiada de su vida y empieza a cuidarla como si fuera su propia hija. Maureen Leclerk tenía una estrecha amistad con Alexandra Snowy y Charlotte Dimitry antes de accidentalmente usar un hechizo de reencarnación y acabar misteriosamente al otro lado del continente, sin memoria y convirtiéndose en una sombra de lo que una vez fue, su nombre es algo que no puede recordar y, por lo tanto, para ella es una maldición. Una bruja sin nombre es una existencia errante, Maureen nunca volvería a ser la misma y sus poderes serán incontrolables, será aislada del mundo creando a su alrededor un caparazón impenetrable, pero algún día tendrá que bajar su guardia contra el mundo para poder recuperar lo que alguna vez perdió. ¿Llegará a reencontrarse con sus viejas amigas?

alejandra_herrera · Fantasy
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16 Chs

Capítulo 13: Baile de otoño (parte 1)

El festival de otoño término cuando el cielo empezaba a oscurecer, las calles se vaciaron lentamente y la plaza regresó a un estado de letargo tranquilo. Se podía ver que la mayoría de los habitantes tenían grandes sonrisas en sus caras.

Lukene caminaba hacia su carruaje en compañía de Juvenal y Araceli, se sentía algo cansada después de casi un día entero de caminar.

- Mañana es el baile de otoño, ¿vas a asistir? - Juvenal se pasó la mano por el cabello nerviosamente.

- Si - Lukene estaba perdida en sus pensamientos por lo que no se dio cuenta de las nerviosas acciones de su primo.

- Y tú... ¿ya tienes una pareja?

- No. Papá me llevará con él, me prohibió que me alejara de su vista durante el baile - Lukene miró brevemente la cara casi decepcionada de su primo.

Araceli, que estaba junto a su hermano, no pudo evitar sonreír ante la respuesta de Lukene. Sabía que esa chica era astuta, usaba la cercanía de sus primos para evadir a los pretendientes enviados por su madre, pero a la hora de la verdad sólo los veía como familia. Todos en la familia Hauking sabían que Lukene era adoptada, por eso nadie había frenado los sentimientos de los tres jóvenes maestría, incluso la Vieja Madam Coell ansiaba en su corazón atar permanentemente a la niña alvina en la familia Hauking. Araceli se burló en su corazón, sólo ella y Elida sabían que Lukene ya había trazado una línea muy clara entre amor de familia y amor de pareja, por lo que incluso si lo intentarán con todas sus fuerzas, ella nunca se casaría con uno de sus primos.

- Escuché sobre el compromiso entre tú y el Primer Joven Maestro Reeve - Lukene se giró hacia Araceli para preguntarle - ¿Estás de acuerdo con eso?

- Mmm - Araceli suspiró suavemente - La verdad no sé qué pensar. Sé que si se lo digo a mi madre, ella cancelara el compromiso, y mi padre no podrá contradecir su decisión. Pero solo he visto un par de veces a esa persona, y yo... no quiero tomar decisiones apresuradas...

- Deberías ser muy cautelosa en este asunto - sugirió Juvenal mirando la calle pintada por los rayos del atardecer.

- Lo sé - Araceli se encogió de hombros y continuó caminando tranquilamente, a cierta distancia pudo ver el carruaje de Lukene - Allá está tu carruaje, prima. Desde aquí ya puedes ir con Zurisaday sin problemas. Nosotros también debemos buscar nuestro carruaje.

- Está bien. Gracias por acompañarme - Lukene se alejó a grandes pasos de su primos con Zurisaday junto a ella, se despidió de ellos con la mano.

Juvenal estaba reacio a dejar a Lukene sola, pero no tuvo opción ya que su hermana tenía razón en decir que debían buscar su carruaje, así que se alejó lentamente después de ver que la chica y su sirvienta subían al carruaje.

Ninguno se percató de que un par de ojos bicolor verde esmeralda y castaños seguían con atención a la chica del cabello blanco. Una vez que vio que el carruaje se alejaba, él también subió en un carruaje y regresó a la mansión Reeve.

***

Al día siguiente, Lukene se despertó bastante tarde por el cansancio del día anterior. El día fue bastante tranquilo y normal, pasó tiempo con sus padres y también dedico tiempo a practicar con el piano.

Se empezó a preparar para ir al baile de otoño a las 4 de tarde. Se dió un baño con agua caliente. Se vistió con el hermoso vestido que había comprado en compañía de sus primas, como era otoño el vestido era de manga larga, el cuello era redondeado y dejaba ver la tierna y blanca piel de sus clavículas, la falda caía elegantemente como una cascada y tocaba el suelo, los adornos del vestido estaban en tonos color hueso y rosa pálido mientras que la falda limpia y elegante era de color blanco crema. La tela abrazaba magníficamente las delicadas curvas del cuerpo de la niña, su pecho abultado la hacía ver muy femenina. Su apariencia era como la de un ángel, muchos la describirán como: Rostro de angel, cuerpo de demonio. No es necesario explicar mucho estas afirmaciones, su rostro siempre fue inocente y amable, pero su cuerpo se había vuelto seductor y podía hacer volar la imaginación de los hombres.

Zurisaday y un par de criadas más apretaron el corsé del vestido de Lukene. A diferencia de otros vestidos lujosos, este no llevaba un armazón de metal por debajo de la falda para realzarla, sólo eran varias capaz de tela, eran un poco pesadas pero era más cómodo usar un vestido así. Después de terminar con el vestido, Zurisaday se alejó un par de pasos para observar la apariencia de su ama y decidir cómo peinarla. Al final Zurisaday decidió dejar su cabello suelto y adornarlo con alfileres de colores que tenían flores de tela en la punta. Primo cuidadosamente el sedoso cabello blanco de Lukene, y dejó que el flequillo le cayera en la frente hacia el lado izquierdo, después tomó un alfiler con una flor color rojo y la coloco cerca de la oreja de la niña para recoger algunos mechones de cabello, hizo lo mismo del otro lado con una flor de color rosa pastel, finalmente colocó una última flor de color rosa en el centro entre las otras dos, luego tomó una cadena de oro y la sostuvo mientras enrollaba un mechón de cabello, posteriormente la sostuvo en la flor rosa, hizo lo mismo por el otro lado de la cabeza. Al final había tres flores, dos cadenas de oro, y un mechón trenzado que caía por el centro del cabello, la mayoría del cabello quedó libre y descansaba sobre la espalda de la niña.

- Ya está - Zurisaday observó su trabajo y la sonrisa satisfecha en su rostro era evidente - Noor va a maquillarla mientras yo me visto.

- Está bien. Gracias, Zurisaday - Lukene sonrió amablemente a las cinco sirvientas que la ayudaron a vestirse y peinarse, en sus ojos estaba casi imperceptible un rayo de admiración ante esas personas que tanto trabajaban para ganarse la vida.