Capítulo 120: Desayuno preparado por ella

En la villa.

Había pasado un día desde esa cena, lo sucedido en aquella noche había sido olvidado completamente, aquél incómodo recuerdo fue aislado.

Por ahora, todo marchaba perfectamente para Sun Hee, esperaba ansiosa la llamada de Wu Xiang para aquél programa que le provocaba miedo.

Sin embargo, Sun Hee cumplió la petición del director y decidió participar en aquél programa.

Mientras que estaba recostada en el sofá, observaba su teléfono también. Ese día tenía la mañana libre por lo que decidió no hacer nada en toda la mañana.

—Sun Hee, parece que no estas ocupada ¿cierto?—habló finalmente Shaoran, el cual se había acercado sigilosamente.

Sun Hee casi se asustó ya que no se esperaba escuchar a alguien tan pronto, sin embargo fue capaz de reconocer la voz de Shaoran enseguida.

—No, en verdad no tengo nada que hacer— respondió finalmente ella.

Shaoran no pudo evitar contener su felicidad y sonrió inmediatamente, Sun Hee, en cambio, no parecía que comprendiese la situación.

Rápidamente dijo lo primero que se le ocurrió, lo cual, no se esperaba ella tampoco.

—¿Qué le gusta comer a tu hermano?

La expresión de Shaoran cambio completamente, observó boquiabierto a la mujer frente a él.

—Realmente siento no poder ayudarte, mi hermano jamás a revelado sus gustos sobre la comida, simplemente come cualquier comida que le ofrezcan.

No creo que él te diga algo acerca de sus gustos sobre la comida, si realmente piensas que es correcto prepararle algo... entoces que sea sorpresa.

Sun Hee asintió vigorosamente y miró una última vez su teléfono para comprobar que Wu Xiang no le había mandado ningún mensaje.

Afortunadamente, no había recibido ningún mensaje.

Mientras estaba tumbada en el sofá pensaba en cualquier desayuno que pudiera gustarle, pero claro, por ahora ella era incapaz de poder saber algo acerca de eso.

Pocas veces hablaba sobre él, Sun Hee tampoco creía que tan fácilmente él le contara sobre sus gustos, incluso llegó a pensar que no le agradaba nada.

Tras pensarlo un poco más, se levantó y decidió preparar algo que realmente le gustará a ella.

Pensó que quizás le agradaría unas tortitas acompañadas de un café para suavizar el sabor dulce de las tortitas.

Shaoran inmediatamente notó como los ojos de Sun Hee se iluminaban poco a poco, como si acabara de encontrar solución a un problema complicado.

De reojo miró como la mujer tumbada hace unos pocos segundos en el sofá pasaba corriendo por al lado suyo, sin dudarlo la siguió caminando despacio.

Finalmente, cuando estaban en la cocina Shaoran no dudo en preguntarle.

—¿Qué es lo que quieres preparar? ¿Seguro que le agradara a él? Recuerda, seguramente no le guste algo dulce.

Esas palabras desanimaron un poco a Sun Hee, ya que lo que tenía ella planeado preparar era bastante dulce.

Sun Hee se giró rápidamente y fulminó con la mirada a Shaoran, indicándole que no la molestara mientras intentaba preparar el desayuno.

Cuando logró terminar, escaneó completamente lo que había preparado, sin duda, para ella aquello parecía una obra de arte preparada por los dioses.

Shaoran, en cambio, simplemente lo observó durante unos segundos y luego se levantó impaciente.

—Mi hermano esta en su despacho ahora, creó que se ira pronto, cuanto antes se lo lleves mejor.

Sun Hee asintió vigorosamente, le agradecía sinceramente a Shaoran esa pequeña ayuda.

Observó una última vez su magnífica obra de arte y luego cogió la bandeja despacio.

Caminó sigilosamente por la gran sala sin saber porque, nadie la escucharía caminar pero por alguna razón le asustaba la idea de que la pequeña sorpresa se arruinara completamente.

Enseguida llegó a la entrada del despacho.