Metamorphosis

En un gigante planeta, árido y desolado, se pueden observar en cierto lugar, dos figuras en medio de una devastación increíble, las figuras se encuentran flotando entre grandes agujeros con kilómetros de profundidad, creando una sensación mística pero tenebrosa.

Nadie sabe cuánto tiempo llevan esas figuras ahí inmóviles, ya que el día y la noche no existen debido a la falta de sol, incluso las leyes del tiempo no rigen en este lugar, pero lo que, si sabe, es lo que sea que haya pasado por estos lugares, fue algo terrible y catastrófico por la cantidad de destrucción en los alrededores..

Pero de un momento a otro, una de las figuras se movió, levantando su cuerpo suavemente, para luego ir flotando lentamente hacia el suelo, hasta que lo toco y abrió los ojos por primera vez después de mucho.

"Me duele el cuerpo..."

Susurro Argenis con el ceño fruncido.

Nunca había sentido lo que es el dolor en toda su existencia, pero ahora mismo sus caderas se sienten como gelatinas con un poco de dolor residual en sus huesos, causando una incomodidad leve en él.

"Pero me siento bien..."

Susurro con una sonrisa, estirándose con pereza, haciendo crujir sus huesos.

"Quiero comer~"

Sonrió Argenis, sintiéndose increíble por alguna razón, sentía su cuerpo increíblemente relajado y suave, mientras la alegría inunda su mente, haciendo que el poco dolor que siente se pierda entre su mar de alegría.

"¿Dónde estoy?"

Susurro Argenis, sintiendo confusión al mirar la tierra bajo el, algo completamente nuevo para su existencia.

Pero mientras más miraba todo, más sentía que olvido algo importante, observando con el ceño fruncido todo a su alrededor, se percató del cuerpo dormir de su madre que flota sobre el agujero.

Sonriendo y sin pensarlo, se acercó al instante a su lado, para que, al estar a su lado, sus ojos se abran con miedo, mientras su cuerpo temblaba levemente, recordando al instante todo lo que paso en este lugar.

"Mamá fue muy dura"

Susurro Argenis, sintiendo que sus ojos se enrojecían al recordar su 'reprimenda'.

Recordando al instante la cantidad de veces que fue castigado, a veces mamá dormía con el atado, pero cuando despertaba volvía a castigarlo una y otra vez, hasta que todo se volvió oscuro, todo para que no sea un mal cachorro...

"Pero mamá solo hace por mi bien... Ella no quiere que me vuelva un cachorro malo"

Susurro Argenis con tristeza, acariciando la cara de su madre con amor, donde una hermosa sonrisa se puede apreciar en ella.

Tomando los lacios brazos de su madre, levántalos mientras se mete debajo de ellos, acomodándose entre sus pechos con los brazos rodeándolo, sintiendo que necesitaba la calidez de alguien por alguna razón.

Argenis estuvo así durante un buen tiempo, observando tranquilamente la cara sonriente de su madre, pero sintiéndose aburrido al ver que su madre no tenía indicios de despertar, empezó a moverla.

"Mamá, despierta~"

Hablo Argenis, sacudiendo los pechos de su madre.

"Mamá"

"Mooooooooooom"

"¿Mamá?"

Susurro por última vez Argenis, moviéndola fuertemente en el aire, recibiendo solo un pequeño suspiro de satisfacción de su parte, para luego soltarlo de su abrazo forzado y darse la vuelta, dejándolo solo y aburrido en el aire.

"¿Qué hago?"

Murmuro Argenis, mirando hacia el vacío donde solía estar su casa, encontrando solo escombros flotando de forma inerte, para luego mirar hacia los lados de la cosa redonda que está a sus pies.

Bajando lentamente del cielo, flotando de forma completamente natural, se acerca a la tierra del suelo y la toca, causando que todo a su alrededor florezca con diferentes vegetaciones.

"¡Woaah!"

Exclamo Argenis con felicidad, poniéndose de cuclillas apreciando con alegría la cosa verde que creció del suelo.

"Mamá dijo que podía ir a jugar cuando sea grande... Pero en según ella ya soy un hombre adulto..."

Susurro Argenis con la mano en su barbilla, mientras sus ojos brillan por su curiosidad infinita

"Entonces ya puedo ir a jugar... ¿No?"

"¡Mn!" Asintió Argenis a su propia pregunta "Mamá nunca miente, entonces si ella dice que puedo salir cuando sea grande, es verdad"

Saltando de alegría, Argenis de un rápido movimiento llego a un lado de su madre.

"¡Saldré a jugar mamá!" Exclamo con alegría, dándole un gran beso en los labios en forma de despedida.

Soltando los carnosos labios de su madre, se gira hacia el vacío y de forma natural expande su mirada hacia él.

"Esto... ¿Dónde tengo que ir...?" Susurro con confusión, solo viendo una oscuridad infinita a cientos de miles de kilómetros de su mirada.

"Mmmm..." Con una mano en su barbilla Argenis mira hacia el vacío, intentando visualizar aún más.

"Nada..." Susurro con el ceño fruncido, no importa cuánto expandiera su mirada, solo veía oscuridad.

"¿Por qué?" Susurro Argenis con duda, esta vez cerrando los ojos, mientras de manera completamente instintiva, expandía su 'mirada' por todo lo que podía.

Expandió su conciencia más y más, a una cantidad de espacio indefinida, hasta que después de unos segundos encontró un paraíso para él.

"¡¡¡WOAAH!!!" Grito con alegría, observando la cantidad de cosas que observa, cosas verdes, cosas raras caminando, gente sin colas, todo es tan raro e increíble.

"¡Hasta luego mamá, te quiero!" Sonrió con alegría Argenis, hundiendo sus pies en el suelo, para luego dar un gran salto, llegando al instante frente a una gran bola azul.

Al llegar a la gran bola, la puede observar perfectamente, deleitándose por lo increíble que se ve, pero lo más curioso es una especie de número que flota sobre él, ganándose su curiosidad.

"¿177013? ¿Qué es eso?"

Susurro con confusión, tocando los números carmesís frente a él.

"¡Bueno no importa!" Sonrió, mirando otra vez la bola azul a sus pies.

"¡Que hermoso!" Grito con alegría, acercándose lentamente hacia el planeta, mirando con curiosidad a unas cosas con luces que flotan a su alrededor, pero sintiendo que no hay nada interesante dentro, mira otra vez hacia el planeta y se mueve rápidamente hacia él.

Al llegar dentro del planeta, lo primero que nota es el terrible olor que salta su nariz, causando que se tape la nariz con los dedos.

"¡Huele mal!"

Murmuro Argenis con disgusto, pero en el momento que sintió el mal olor una energía broto de él, envolviéndolo por completo, sacando una gran sonrisa en su rostro.

Al llegar al planeta, Argenis empezó a observar todo con curiosidad, fijándose en al instante en una masa de tierra frente a él, encontrando unos curiosos juguetes que se mueven por si solos.

Con un pequeño paso, se mueve con toda su velocidad hacia la cosa de tierra, pero en el momento que apareció dentro, un líquido rojo lo baño por completo.

"¿Que es esta cosa?"

Cuestiono Argenis, mirando con extrañeza el líquido espeso que baño su cuerpo desnudo.

"¡¡¡QUE MIERDA!!!" Grito un hombre calvo a un lado de Argenis.

"¿Mn?"

Inclinando la cabeza con confusión, Argenis se gira hacia el grito, observando de primera mano a un raro juguete que lo mira con miedo.

"¡Woah! Que cosa más rara..." Susurro Argenis, acercándose a él, mientras acercaba su dedo para tocar sus oídos.

"¡¡¡ALEJATE!!!" Grito el calvo con miedo, retrocediendo en lo que parece ser un oscuro callejón.

"No grites..." Murmuro Argenis con molestia, acercándose lentamente hacia él.

"¡¡¡N-no te me acerques, monstruo!!!" Exclamo el calvo con terror, observando la figura humanoide que está completamente carmesí por la sangre de su amigo.

"Que cosa más molesta... ¿Qué dijo mamá que debía hacer con las cosas que me miren mal?"

Murmuro en voz baja Argenis, dudando sobre que le pasaba al juguete tan molesto frente a él.

"¡Oh, ya me acorde!" Exclamo Argenis con alegría.

Mirando otra vez al tembloroso calvo, observa con atención todo en él y se percata al instante lo raro que es el tipo, tiene tatuajes visibles por el cuello y no tiene ni orejas ni colas como el, en su vista es una cosa muy interesante, pero a la vez muy molesto por sus gritos.

Acercándose rápidamente hacia él, golpea con su puño en su cabeza, causando que esta explote en un desastre sangriento sobre él, bañando su cuerpo con partes de cerebro.

"¡Ugh!" Gruño de disgusto Argenis, sintiendo su mano pegajosa por un líquido rosa oscuro.

"Que juguetes más raros, ni siquiera necesitaba toda mi fuerza..."

Susurro con confusión. Mamá le dijo que necesitaba golpearlos con toda su fuerza, pero el solo lo toco con su puño y exploto, causándole confusión, ya que su antiguo juguete, el camión que le dio su madre, soportaba sus golpes todo el tiempo y nunca soltó líquidos como este.

"Bueno, no importa" Sonrió Argenis, girándose hacia donde siente que hay más juguetes caminando, pero en el camino se percató de algo en el suelo, que no había visto ya que le dio la espalda.

"¿Qué es esto?"

Pregunto Argenis, bajando su cuerpo para tomar entre sus manos la cosa redonde en el suelo.

"Oh..." Asintió al reconocer que lo del suelo era una cabeza como la del juguete anterior "¿Quién lo rompería? Se veía tan feliz..."

Con confusión miro hacia los lados, intentando buscar a alguien que dejaría la cabeza de su juguete aquí, pero sin encontrar a nadie, se aburrió la tiro al suelo, siguiendo su camino con alegría.

La cabeza era bastante peculiar, aún tenía una sonrisa en su rostro, dándonos a entender que murió incluso sin saberlo; Su pelo estaba teñido de un color irreconocible por la sangre que lo baña, sus oídos tenían aretes y sus ojos eran oscuro. La cabeza fue lo único que quedo de un joven, que fue víctima de un impacto de un pequeño zorro al llegar a este lugar, lamentablemente para él, incluso su alma fue destruida debido al gran impacto, sin oportunidades algunas de reencarnación.

Volviendo con Argenis, lo podemos ver flotando sobre una ciudad de Japón, mirando con alegría todo en ella, desde las luces, hasta la gente, todo era divertido para él.

"¡Woah! Ese camión se parece al mío" Exclamo con alegría Argenis, mirando con curiosidad hacia el camión que transcrita rápidamente por las calles.

El camión iba descontrolado, mientras su chofer sudaba a mas no poder por sus frenos cortados, haciendo todo lo posible para evitar chocar con la gente. Pero en las calles de Japón es increíblemente difícil por la gran cantidad de personas que circulan, y lo peor ocurrió, impactando de frente a un joven que iba aturdido por la calle, haciendo que su cuerpo saliera volando varios metros hacia delante, mientras el camión perdió el rumbo y se estrelló contra un edificio.

"¡Haha~! ¡Que divertido se ve!" Rio alegremente Argenis, mirando a cámara lenta como el cuerpo salta lejos y choca con un edificio, salpicando todo con el líquido carmesí "No sabía que los camiones podían hacer eso, quizás cuando llegue a casa jugare con el mío~"

Dejando su increíble idea sobre su camión de lado, siguió flotando con las piernas cruzadas sobre la ciudad, observando con una gran sonrisa la gente bajo a él.

Estuvo flotando libremente por toda la ciudad, observando todo lo que encontraba entretenido, en especial se dedicó a observar las pantallas gigantes con luces llamativas en ella, sintiendo una rara necesidad de tocar todo lo brillante.