Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
Leah y Jake bajaron del escenario después de la presentación. Fueron los primeros en acercarse a Wendy y Michael.
Leah sonreía muy feliz y corrió hacia los brazos de Michael con los brazos abiertos mientras decía—Mamá y papá, ¿qué les pareció mi baile hoy?
—Genial, muy bien —Michael elogió a Leah y dio un beso en sus mejillas.
Wendy sonrió y le hizo un gesto de aprobación con el pulgar.
Incluso los padres alrededor decían—Leah bailó muy bien.
—¿Leah aprendió a bailar? No cometió ningún error mientras lideraba todo el baile. Vi que mi hija cometió varios errores.
—¡Leah es increíble!
Otros padres alrededor comenzaron a preguntarle a Wendy—Señora Lucas, ¿su hija tomó clases de baile en algún lugar? ¿O contrataron un instructor privado? Quiero que mi hija tome clases de baile también.
Wendy sonrió y negó con la cabeza mientras decía—No, todavía no, pero tenemos planeado apuntarla a clases de baile.
—¿En serio? Ella es tan buena en el baile sin haberlo aprendido antes.
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