2 Capítulo 2

-Esta es la tarjeta para su acceso al club, señorita Davis. Recuerde. Toda la identidad de los miembros del club se mantiene estrictamente protegida, por ende, unas de las reglas es no preguntar por nadie sobre sus identidades, ni usted dar la suya, sino, cualquier problema, el club no se hará responsable. En ese lugar, los miembros se llaman por su alias-Gia asiente, tomando la tarjeta que le está dando la secretaria de Oscar.

-Otra sugerencia para su bienestar de parte del presidente. me dijo que le avisara que nunca entre a las áreas VIP y mucho menos se acerque a las personas de ese lugar-

-Bien-Gia vuelve a asentir y Paola se despide sin decir más nada.

Gia mira la tarjeta negra en su mano. Oscar le había entendido mal. No deseaba formar parte de los miembros del club. Era imposible aparentar ser como ellos. Su mejor opción era ser personal de ahí. Pero ya no podía tentar con la suerte. Mientras estaba pensando qué hacer, le llegó una notificación del banco. Un depósito de diez millones de dólares ha sido transferido a su cuenta, junto a un mensaje corto de Oscar: "solo te daré un mes para que hagas lo que quieras hacer" Quería escribirle algo de vuelta, pero al final decidió no hacer nada.

Fue a su habitación y guardó la tarjeta de miembro del club que le dio, la secretaria de Oscar. Mucho que deseaba estar inspirada y terminar un libro, no iba a malgastar diez millones de dólares y luego quedar endeudada por toda la vida, aunque supiese que era un dinero que no le era necesario devolver.

Nuevamente sacó su móvil y desplegó en la opción de contactos, deteniéndose en el nombre de Olivia. Esta había sido su última opción. Si Oscar se entera de la verdad, ella estaba segura que él sería capaz de hacer lo que fuera para evitar lo que realmente quería.

El teléfono no demora mucho en conectarse

-Vaya... no esperaba tu llamada-una voz un tanto coqueta, sale desde la otra línea.

-Necesito un pequeño favor- la risa de Olivia fue bastante sarcástica.

-¿un favor? No me hagas reír, por favor. ¿Qué puedo hacer yo, una mujer tan humilde por ti?- el corazón de Gia se encoge, pero se da fuerza así misma, antes de continuar.

-Quiero un trabajo en DeepNight- Gia no volvió a escuchar la voz de Olivia, solo el ruido del fondo. pensó que iba a seguir riéndose o decirle algunas palabras despectivas, pero solo hubo silencio. Un silencio por un largo momento.

-¿A qué estás jugando, Georgina? ¿Sabe ese amigo tuyo sobre esto?- Preguntó Olivia con mofa, pero Gia pudo notar la voz media quebrada al pronunciar lo último.

-No... pero mi asunto no tiene nada que ver con él. Necesito ese favor. Tómalo como algo que te voy a deber- Olivia vuelve a reír.

-Me temo que no voy a poder hacer nada por ti. A veces, ser un empleado aquí, es hasta más difícil que ser parte del miembro-

-Sé que podrás ayudarme- responde Gia con resolución.

-¿Sabes cuál es el principal requisito para ser un empleado de DeepNight?-pregunta Olivia con su habitual voz coqueta. No esperó que Gia le respondiese, por habló en seguida en un tono de voz duro y hostil -ser un esclavo. Todos y cada uno de los empleados aquí, son hombres y mujeres que han vendido su vida al club, que nunca más podrás volver a obtener la libertad. Ahora... ¿Estás dispuesta a venderte? -

-No sé por qué estás tan empeñada en formar parte del servicio. ¿Es que la señorita Davis, se ha aburrido de su vida y no tiene algo mejor que hacer? - le pregunta con sarcasmo -Deberías estar dándole gracia al cielo por tu vida tan despreocupada. Otras personas no tienen tanta suerte como tú, que en cualquier momento que se aburre de su vida, creen que pueden hacer una llamada y jugar otro papel-

-No estoy jugando... Lamento hacer que te sientas mal contigo misma, debido a mi solicitud. Es verdad, no tengo la menor idea de la vida que haz y estás pasando ahora mismo. Puedes que hayas vivido un infierno. Pero yo... tampoco he vivido mejor que tú...- se sinceró por primera vez desde hace mucho tiempo. Nunca le había dicho a Oscar ni a nadie lo que realmente sentía. Trataba con toda su fuerza suprimir muchas emociones negativas que la amarraba desde hace mucho tiempo y no ha logrado liberarse. Olivia era una de ellas.

-Bien, ya que tanto desea experimentar mi vida, me complacería cumplir tu deseo- Nuevamente volvió la Olivia coqueta.

-Gracias... Te lo debo-Olivia soltó un bufido sarcástico.

-Espero que no te arrepientas-colgó. Gia se obligó a sonreír.

-Eres como Oscar...- dijo en voz alta, pero dejó de sonreír cuando el recuerdo de su juventud la golpeó.

Después de colgar el teléfono, Olivia también dejó de sonreír. Las hermanas a su lado la vieron y se acercaron para preguntar por su estado. Era raro ver a esa hermana mayor seria. Y como Olivia tenía un estatus alto entre ellas, todas la respetaban y temían mucho.

-Liv, ¿sucede algo?- al igual que los miembros del club, todos los empleados de ahí también tenían otro nombre. Ninguno se sabía sus verdaderos nombres, excepto Andrés. Uno de los encargados del Club.

-Nada, vamos. ¿Sabes dónde está Andrés? -

-Lo vi hace un rato por el pasillo de la sala quince- Olivia asiente y sale para encontrarse con Andrés. Como apareció en la entrada del camerino cuando Olivia salía, no le tomo mucho tiempo encontrarlo.

-Andrés. Necesito hablarte de algo- Él le sonríe

-Vamos al despacho- una vez adentro, Andrés se sentó en su escritorio y Olivia se acercó para sentarse en su muslo.

-¿Qué necesitas?- Le preguntó, mientras se acercó a su cuello, dando pequeñas caricias.

-¿No dijiste hace dos días que necesitabas chicas? Tengo a alguien- Andrés la miró con interés.

-Es raro que me recomiendes a alguien. ¿Ella estará dispuesta a venderse? -

-Ese es el problema. Desea el trabajo, pero no puede cumplir con el requisito principal-

-Entonces no me sirve- respondió Andrés con un sorbo a su whisky. La mano de Olivia se posó en los pantalones de Andrés y actuó coqueta.

-Lo sé. Sé cuáles son las reglas, pero hoy día... no han llegado muchachas de buena calidad y los clientes quieren caras nueva-Andrés le volvió a sonreír, mientras su mano empezaba a divagar dentro de la falda de Olivia.

-Sabes que no puedo permitirme el riesgo. Todo lo que está dentro de aquí, es algo que no puede ser llevado afuera. Todos los clientes son hombres y mujeres importante con grandes riquezas y poderes. Si se filtra solo una pequeña información. Ni tú, ni yo podemos permitirnos pagar las consecuencias- Olivia sacó el falo ya duro de Andrés. Empezó a subir y bajar las manos.

-Podemos dejarla en el área principal de servicios. No entrará en contacto con las elites de los miembros. Por favor, Andrés... casi nunca te pido nada. Hazlo por una vez. Yo me haré responsable de ella-se bajó de la pierna de Andrés y se arrodilló entre sus piernas. Tomó su falo y lo sopló. Andrés sonrió con seducción, mientras la miraba con hambre.

- Me ha dado mucha curiosidad por saber quién es ella, para hacer que nuestra Liv tome tanto esfuerzo. Si no te conociera, habría pensado que la odia lo suficiente como para hacer lo posible para destruirla-

-¿Cómo sabes que no es odio lo que siento, por eso la quiero meter aquí?- André soltó una risita despectiva.

-Eres una mujer muy inteligente... Tienes clientes suficientes que te adoran como para hacer algún trabajo sucio por ti. No necesitaría estar aquí arrodillada comiéndomela- Olivia no volvió a responder. Metió el falo entero en su boca, pasando una agradable tarde con Andrés.

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