7 Fragmento 4

«—¿Por qué?—preguntó el hombre mientras encendía un cigarro a la mujer de prendas obscenas y reveladoras.

—¿Por qué, qué?

El hombre, que había logrado entablar múltiples conversaciones con la prostituta, la miró tratando de que ella entendiera sus palabras sin necesidad de decírselas. Sin embargo, no lo logró, porque ella, más objeto que persona, hacía tiempo había dejado de mirar los ojos de las personas tratando de ver algo más que deseo.

—¿Por qué seguís trabajando de "esto"?

—Entiendo que usted, que viene de una familia sin preocupaciones, piense que tengo otra salida, pero déjeme abrirle un poco los ojos. ¡No hay otra salida para las mujeres como yo!

—Sí la hay, ¿Cómo podés decir que no?—Sus palabras salieron con desesperación, desesperación que no pudo controlar.— No quiero que te sigas destruyendo de esta manera.

—¿Ah sí? Dígame, entonces; ¿Me llevaría con usted? ¿me ayudaría a salir, de lo que usted llama ésto?—Sin esperar respuesta, la mujer soltó una risa falsa y prosiguió.—Claro que no lo haría, todos hablan de alternativas, pero nadie te ayuda a elegirlas. Porque ustedes solamente buscan "compañía" en nosotras, pero siguen teniendo sus mujeres: hijos. Sabemos que en el fondo solamente les damos asco, y nos usan por esa misma razón.

—Porque, quizá usted no lo sepa, pero las mujeres como yo... Sólo somos objetos sexuales para la sociedad»

Extracto de "Desamor, calles, y prostitutas"

De Dylan Villalba.