1 Comienzo

Al azar 10 personas que nos habíamos inscripto en una experimento en el espacio, fuimos informados que habíamos sido escogidos para ese proyecto, la propuesta decía que nos pagarían 10000 dólares a cada uno, cinco días, me pareció una gran opción y no le vi nada de malo en aceptar. En diez días nos enseñaron todo lo que teníamos que hacer si se presentaba algún problema con la nave, y como movernos en esa gravedad, jamás sentía que había algo malo con esto. Era un proyecto del gobierno y sus próximos lanzamientos, al espacio.

Y pasaron los diez días. Hasta que llegó el esperado momento, nos fuimos con rumbo al espacio.

Era un poco extraño todos tenían trajes de diferentes colores y no nos podíamos quitar el traje, la única forma era para ir al baño por un pequeño tiempo de menor 30 minutos, y no nos podríamos bañar por los cinco días que estábamos allí, bueno era un experimento, yo realmente no sospechaba que había algo malo, necesitaba dinero y semejante cantidad no te la iban a dar en cualquier lugar.

Despegamos con rumbo hacia el espacio y todo iba bien, pero al pasar las horas perdimos comunicación con la base, alguien lo saboteo. No había más opción que esperar a que mandarán a un equipo a rescatarlo.

Yo miraba a mis compañeros y todos se habían puesto apodos en el pecho. El negro se llamaba Itachi, el naranja Tamara el azul Ricardo, el Rojo Carlos, el blanco tayron, el café Paco, el verde Leandro, el amarillo Sandra, el púrpura Judas.

No entendía porque habían hecho, ponerse esos nombres, no sé si fue por llamar la atención, pero me empezó a generar desconfianza hacia ellos, que tipo de maniáticos eran esas personas, no lo sabía hasta que las luces se apagaron.

Solo una alarma roja mostraba la dirección del lugar para encender las luces otra vez, y preferí no ir hacia allá me daba miedo, ya no era divertido lo que estaba pasando estábamos en el espacio, totalmente incomunicado, sin saber que sería de nosotros.

Me metí debajo de una de las mesas de la cafetería, sin entender lo que sucedería.

Así estuvo durante casi una hora, y las luces volvieron.

Un grito de el rojo nos desconcertó a todos.

—Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Me levanté de la mesa y allí estaba el cuerpo de y Tayron, con tal vez 30 puñaladas, que salpicó todo el lugar, incluso, el piso estaba ensangrentado.

El resto llegaron y me miraron solo a mi. Tal vez porque nadie más me vio ayudando a arreglar ese lugar.

Cualquiera podría a ver dicho que era yo, pero mis manos y mi traje no tenían sangre, por lo cual nadie podría culparme.

Hacia que todos no reunimos en la cafetería a decidir que hacer, con el sicópatas que nos acompañaba.

El café hablo.

—Yo creo que está entre Itachi y Judas, ambos tienen problemas metales al ponerse esos nombres, y me genera mucha desconfianza tenerlos a ambos de compañero.

—Eso no tiene nada que ver, a todos no hicieron exámenes antes de venir aquí, que alguien allá matado a una persona, tal vez fue por el estrés de la situación que hoy vivimos—comento Itachi.

—Yo estoy de acuerdo con el café, ustedes son muy raros, los nombres que se pusieron son de personas traicioneras, yo considero que ambos deben salir de la nave—comento el azul.

El resto se miraron, al parecer pensaban los mismo, no era cuerdo que se pusieran esos nombre y lo sometimos a votación.

Los nueve votaron, y escogieron a judas por obvias razones.

—Están locos, que tiene que ver mi nombre con mi estado mental, no pueden hacer eso, es asesinato—comento el.

—Alguien tiene que irse, no podemos dejar que las cosas queden así, si no eres tu lo lamento, prefiero vivir—comento el café.

Los ocho tomaron al morado a las malas y lo arrastraron al punto de eyección, el grito y grito para que no lo lanzaran, pero de nada sirvió.

Su cuerpo se movía al son de espacio y poco a poco se alejó de la nave.

La mayoría estaba un poco más tranquilo.

—Como haremos para explicar lo que hicimos—pregunto el verde.

—Obvio diremos que mato de una forma enferma a un hombre y listo—respondió el café

—Y ¿si no era el?.

—Estarías tranquilo si tuvieras a tu lado a alguien que se apoda Judas, ese sujeto no es normal—respondió el café.

Todos nos quedamos en silencio ante su respuesta, y nos dirigimos a las cabinas para dormir, todos estábamos cansados, este nuevo sitio era extraño y frío, las tres supuestas chicas nos dirigimos al lugar que nos asignaron, no podíamos quitar los trajes a sí que dormíamos con ellos.

Me quedé pensando, como rayos me había metido en semejante locura me arrepentí de haber aceptado esto, a esas horas estaría viendo una película o jugando Nintendo, solo quería volver a la tierra lo más rápido posible, y terminar esta pesadilla en donde mi ambición me llevo.

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