1 La era animana

Cuando bombardearon el palacio la moneda no podía creer que un ser humano cometiera semejante atrocidad para poder ascender al poder, aquel día estaba visitando a mi padre que al escuchar la noticia por el televisor no dudo en decir "Ya era hora de que alguien pusiera orden en este país", aunque ambos eramos militantes del mismo partido, yo era de ese pequeño grupo que consideraba que la violencia no era el camino correcto para el cambio, irónico, ahora soy yo el que a bombardeado el edificio, si mi padre estuviera vivo para presenciar como destrui aquello que nuestra gente construyo, seguramente me quitaría mi apellido, aunque no tiene que tomarse las molestias, ahora que me he unido a los animanos tengo derecho a portar un nuevo nombre.

— Sabia que aquí podría encontrarte.

— ¿Que quieres ahora? —cada visita de Verónica significan mas responsabilidades.

— Un representante del Consejo de las Naciones Animanas vino para reunirse con nosotros

Era de esperarse, los jefes vienen a darnos nuevas instrucciones, primero asesinamos al dictador con un bombardeo y arrasamos el país con sus tropas, supongo que es momento de poner orden a todo este caos.

Un auto llega a recogernos, desde el palacio la moneda nos vamos a la plaza de armas, en el trayecto observo por la ventana como los civiles son llevados por las fuerzas armadas animanas, sus desfigurados cuerpos me generan rechazo, personas, si es que se les puede llamar así, con antenas en lugar de ojos, otras con cinturas de caballo que sostienen armas entre sus manos, en el cielo se encuentran otros volando, son verdaderas monstruosidades, entonces caigo en la cuenta de que yo he permitido que estas criaturas gobiernen nuestro país.

— ¿También sientes que cometimos un error? —me pregunta Verónica desde el asiento de adelante.

Si fuera otra persona me sorprendería de que supiera que estoy pensando— Si no lo hacíamos nosotros, alguien mas lo iba a hacer.

Verónica se da una media vuelta para mirarme a los ojos— Este país estaba destinado a la ruina, nosotros lo estamos salvando.

Me guardo mi sonrisa burlesca, cuantas veces escucho eso mismo antes de efectuar el golpe de estado— ¿Crees que podremos hacer la diferencia? —miro a los civiles— solo veo terror en ellos, lo único que saben es que ahora son gobernados por monstruos, ni siquiera nosotros estamos seguros de que cumplirán su palabra de preservar nuestras vidas.

— Claro que lo harán —me encantaría tener su confianza— ellos buscan gobernar no aniquilar, si nos quisieran muertos, podrían haber lanzado las bombas nucleares que poseían Rusia y Estados Unidos, en lugar realizado una ocupación con la menor violencia posible.

Cuando llegamos a la plaza de armas nos encontramos con miles de soldados rodeando el lugar, otros cientos vigilando las zonas aledañas, personas con alas o extremidades de ave sobrevolando, en el centro de todo se ubica un podio con el representante de la CNA (Consejo Naciones Animanas) , detrás del se encuentran cinco sillas, tres ya están ocupadas, delante del podio se ubican las cámaras de televisión y los periodistas, les es imposible ocultar su miedo y los comprendo, yo que soy el aliado temo por nuestro destino.

— Mira que hacernos esperar —reclama Samuel.

— No es para tanto —me defiende Octavio con su característico buen humor— todos tenemos asuntos que atender.

— ¿Mas importante que este día? —se cruza de brazos indignado— estamos haciendo historia, después de este suceso nuestros nombres serán inmortalizados.

Escucharle decir eso me hace preguntarme como nos recordaran en el futuro ¿Los traidores de la humanidad? ¿Los pioneros del cambio? ¿Otro grupo mas que trato de tomarse el poder? Sentado en mi puesto y divagando recibo un codazo por parte de Leticia.

— Tenemos que ponernos de pie —me susurra mientras se levanta.

Estando los cinco parados comienza el mensaje del representante del CNA.

" El consejo de las Naciones Animanas a vigilado a Chile durante años, hemos visto como bajo la mano de un tirano que tomo el poder por la fuerza son victimas de continuos asesinatos y desapariciones.

Aunque ustedes son humanos y nosotros animanos, nos es imposible quedarnos brazos cruzados viendo como semejantes abusos se comenten, es por ello que el día de hoy hemos acabado con aquel gobierno del terror para brindarles un nuevo futuro, uno en que ustedes sean capaces de deambular por las calles sin temer a un toque de queda, un futuro que les brindara la oportunidad de cumplir sus sueños.

Es por eso que a todos los chilenos que me están escuchando les invitamos a no tener miedo, somos sus amigos, el enemigo murió en aquel palacio manchado en la sangre de los justos, les prometemos que de la mano de nuestros cinco asignados al país conseguiremos que ambos lados puedan prosperar.

Cuando mencione sus nombres les invito a dar un paso hacia adelante y decir unas breves palabras al país que han jurado salvaguardar, Leticia Metum".

Todos aplaudimos mientras ella camina hacia el podio— Agradezco la confianza que el Consejo de las Naciones Animanas a depositado sobre mi, todos queremos un Chile seguro con oportunidades de crecimiento y nosotros la familia Metum nos encargaremos de que eso sea así.

Nuevamente aplaudimos para apoyar sus palabras, el siguiente en ser llamado es Octavio Vindicta que con sus 78 años necesita de mi ayuda para llegar al podio, espero que dentro de 10 años me encuentre en mejor condición que él.

— Si algo me ha enseñado la vida es que todos somos hijos del mismo Dios y por lo tanto merecemos un trato semejante, daré mi vida asegurándome de que así sea.

Samuel Supplicium hace una mueca de molestia a causa de las palabras del mas anciano de todos nosotros, acto seguido es su turno de hablar— Este país esta marcado por masacres, nuestros conquistadores se encargaron de ello, pero lo importante es que nunca dejamos de pelear contra la injusticia y nos aseguraremos de que ningún asesino en masa vuelva a dirigir este país.

— Es por eso que no puede gobernar el solo —me susurra Verónica Caedes, luego se ríe como si lo hubiese dicho a modo de broma, al levantarse intercambia una mirada de apatía con Samuel, estando en el lugar para hablar se aclara la garganta— familias de Chile, hemos acabado con el periodo mas oscuro de nuestro país y de la mano de nosotros cinco caminaremos a un mejor futuro —coloca sus manos como si le rogara a alguien— dennos la oportunidad de mostrarles que somos la salvación de esta nación.

Me pongo de pie mientras aplaudo, Verónica tiene esa sonrisa de haber hecho una actuación perfecta, yo solo pienso en que mis manos están sudando— Como bien se menciono, mi nombre es Eusebio Iustitia, mi padre fue uno de los principales cómplices del golpe de estado y me vieron a su lado, les pido perdón por no haberme rebelado antes, pero en cuanto existió una oportunidad para acabar la tiranía no dude en tomarla, todo lo que queremos es lo mejor para la tierra donde vivimos y dedicaremos nuestra vida a que sea así.

Tras esa ultima ronda de aplausos la conferencia de prensa termina, todos subimos a una limusina junto con el representante que nos mira orgulloso.

— Ha sido un excelente mensaje al país.

— No todos estarán conformes —advierte Samuel— deberíamos empezar a prepararnos para una respuesta.

— Ya veremos eso —le aclara el representante— ahora hablaremos sobre el siguiente paso —todos prestamos atención a lo que esta por decir— se encargaran de construir una muralla que separe el país en territorio de humanos y animanos.

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