Yo existía cuando lo que imperaba era la nada, no había nada más que yo por toda la nada.
¡De repente se hizo la luz!
Y apareció lo más esplendido que había visto en todos los eones que llevaba habitando en la nada... y me dijo:
- ¿Quién eres?- me pregunta ese ser maravilloso.
- No lo sé, nunca he visto a más nadie que a usted- le contesto pensando detenidamente en mi respuesta.
- ¿Tienes nombre?- me pregunta sonriendo.
- No, que yo recuerde. ¿Tú tienes uno propio?- le pregunto.
- Si, mi nombre es Yaveh- me contesta.
- Un nombre es lo que te define, lo que moldea tu carácter- me contestó por omniscientemente.
- ¿Me darías uno?- le pregunto interesando en tener por fin algo que me defina.
- Si, pero con una condición... ¿Estás de acuerdo?- me pregunta la luz.
- Adelante, dime el nombre que me vas a dar- le contesto interesado en su futura respuesta.
- Luzbel, a partir de ahora serás Luzbel ser engendrado por las sombras- me contestó armónicamente.
- ¿Que significa?- le pregunto curioso.
- El portador de la luz, el resplandor de un nuevo mañana- me contestó con emoción.
- Ahora tendrás que pagarme, ¿vas a cumplir?- me pregunta
- ¿Que favor tengo que hacerte?- le pregunto ufano.
- ¿Quieres ayudarme a crear vida?- me pregunta alegremente.
- ¿Que es la vida?- le pregunto eso.
- La vida es lo que entra a un cuerpo determinado y se va al expirar su tiempo, y por determinadas leyes del Karma y Dharma- me contesta mirando hacia la nada.
- ¿Eso no sería crueldad? ¿El darle algo a alguien y quitárselo cuando menos lo espere?- le pregunto ligeramente contrariado.
- Llegaremos a un acuerdo, ¿me vas a ayudar a crear mi corte?- me pregunta mirándome fijamente.
- ¡Que remedio tengo!- le contesto resignado.
Después de varios días, completamos su corte de seres hechos a mi imagen y semejanza.