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Capítulo 64

Aquella noche, parecía ser una pesadilla para todos. Ethan pensaba que era otro de sus sueños más. Pero se dio cuenta que era real al día siguiente, donde todos estaba de pie ante la lapida de la joven Mary. En el jardín de los Marriott, cerca del bosque, donde había una especie en un pequeño cementerio de la familia. Allí estaba Mary. Toda la familia está triste. Pañuelos y lágrimas, Ethan está destrozado. Al tiempo después, solo se quedó él, mirando a la lápida agachado acariciando la tierra húmeda.

_Me hiciste el hombre más feliz de la tierra - Ethan habla ante la tumba de su amada entre sollozos - Cómo voy a vivir sin ti Mary - pregunta - Sabía.... sabía que iba a ocurrir algo malo esa noche. Sabía lo que eras, ¿te crees que no vi tus marcas cuando nos bañabamos, cuando estabas en mi cama? - continua con lágrimas y sonrisas recordando sus momentos felices- Sé lo soy. No me importó nada Mary. En fondo tenía la esperanza de escapar, de escapar de este lugar, tu y yo... y... - cae al suelo devastado - Íbamos a tener un bebé Mary, nuestro bebé. El médico te examinó y me lo explicó. ¿Te hubieras imaginado tener un hijo? Fruto de nuestro amor... - a pesar de las lágrimas y de ese ardor en el pecho que no consigue desacer, una sonrisa ilumina el cielo soleado - Ahora...descansa amor mío, espérame. Pronto nos volveremos a ver.

Con una despedida de lo más amarga, Ethan se va abatido. Un hombre cansado, llevando la carga más pesada del ser humano, y todo por culpa de los errores de sus antepasados, llevando el linaje en los hombros, desde el primer momento que había ido a cazar con su abuelo, nunca se sintió a gusto por dentro. Él no quería ser cazador. Pero así fue. No siempre hay finales felices. No siempre gana el bueno. El mal está por todas partes y no se puede controlar. Ya no hay jefe de vampiros, todos son libres de sus actos, no hay nadie quien los guíe, Mary no está para guiar a su amado. Tampoco hay cazadores, todo se había roto para Ethan dejando su oficio. Por fin reina la paz en los bosques, pero no en la casa Marriott. Pero el mundo no sabe qué el amor nunca muere y que siempre se encuentra tarde o temprano.

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