Capítulo 69 – Produciendo cañones

Cuatro días después, se construyó una sala de quemado en el patio trasero de la mina Ladera Norte.

Se cavaron dos agujeros profundos en el patio, cada uno de ellos era redondo, con una parte superior estrecha y un fondo ancho. El diámetro frontal era de unos veinte centímetros, mientras que la parte trasera se amplió a veintiséis centímetros. Roland pretendía usar estos agujeros para fabricar el molde. El agujero ya había sido horneado por Anna, y la superficie del suelo estaba sinterizada en un todo como una capa exterior. La cámara miraba hacia abajo para que se pueda lograr una mejor calidad en la pared durante el lanzamiento. Si la cámara se colocara más arriba, se producirían más desechos y burbujas. Todos los tamaños de las cavernas se calcularon con cartuchos de proyectiles, recordando vagamente que los llamados cañones de seis y ocho libras se nombraban de acuerdo al peso de sus cartuchos. Así que se derramaron unas pocas bolas de hierro de doce libras y se usaron el diámetro de la bola más el espesor de la pared del barril para calcular el diámetro del molde.

Roland decidió personalizar el estándar porque no tenía herramientas de medición. Interceptó una sección con su propio dedo anular y la estableció como un centímetro. Luego utilizó este método para producir otros tamaños de barras de hierro y grabó las líneas de sección.

Una bola de hierro de doce libras de diámetro medía aproximadamente doce centímetros. Puso la pared más delgada con un espesor de cuatro centímetros. La parte posterior de la cámara tenía el grosor de su pared, expandido a siete centímetros, para evitar bombardeos. De ese modo se podría obtener el diámetro del molde. En cuanto a su longitud, aunque sabía que el cañón se medía por su calibre, solo podía recordar el calibre de acorazados y tanques de cañones. En cuanto a las armas antiguas, realmente no tenía ni idea.

También tomó en cuenta que un tubo más corto, no sólo sería más liviano, sino también económico y reduciría la cantidad de material necesario. Así que Roland decidió casualmente la cifra de un metro y medio, sabiendo que si los resultados de la prueba no eran satisfactorios, esta cifra aún podría ajustarse en el futuro.

Cuando se inventó el cañón, estaba hecho de hierro, con el núcleo de madera y sellado con polvo de hierro. Luego se reforzó con un aro de hierro, antes de que el núcleo se quemara en el pozo, al igual que el almacenamiento del barril. Roland sabía que este tipo de cañón tenía un alto riesgo de bombardeo debido a la fuga de gas, por lo que decidió utilizar el proceso general de fundición y perforación de la máquina perforadora.

En cuanto a la máquina perforadora de vapor, ya sea perforar un cañón de seis libras o uno de doce libras no significaba ninguna diferencia en el nivel de dificultad.

También creía que el calibre equivalía a la justicia, así que eligió el cañón de doce libras que tenía un hocico más grande y una boca de fuego más gruesa. Si lo hacía más grande, no sería fácil de usar como artillería de campo. En cuanto al peso de las municiones, si se calculaba como un disparo o una bola de hierro no era importante, siempre y cuando pudiera disparar. Después de todo, sólo estaba aprovechando las experiencias de la historia y no imitando todo.

—Vamos a empezar —dijo Roland, respirando hondo, mirando a Anna.

Ella asintió, tomó un lingote de acero y lo colgó sobre el agujero. Llamas verdes se encendieron. El lingote rápidamente se volvió rojo, y luego se derritió, formando una pequeña cascada fundida, que fluyó hacia el agujero. La superficie de acero era roja y naranja, el núcleo se volvió incandescente y su brillo era difícil de ver directamente. Con el fin de proteger la vista de la bruja, Roland también estableció deliberadamente un apoyo adicional para ella en el agujero. Sólo necesitaba determinar la ubicación de antemano y colocar el brazo sobre la almohadilla de soporte, así no tendría que mirar fijamente al acero líquido para observar si fluía hacia el agujero.

Estos lingotes de acero se acumularon lentamente con el tiempo. Anna sola no sería capaz de poner en marcha la gran era de la fabricación de acero, pero producir una pequeña tanda fue fácil para ella, una vez que se resolvía el problema de la temperatura, serían capaces de producir más acero de alta calidad.

Esta era también la razón por la que Roland se atrevió a personalizar el tamaño de la boca de fuego. En comparación con las bocas de hierro o bronce, el cañón de acero fundido era obviamente más fuerte. Incluso si el tamaño no era el correcto, el cañón no bombardearía fácilmente.

El acero líquido aumentó gradualmente, mientras que los lingotes de acero se agotaron rápidamente. Roland sintió algo de angustia al ver esto.

¿Cuánto tiempo pasaría antes de que pudiera construir una pila de chimeneas y un alto horno en su dominio para poder refinar una cantidad infinita de acero?

Durante mucho tiempo, la producción de acero era uno de los criterios para medir la potencia y la fuerza de un país. Ahora finalmente entendió la razón de eso.

Las mejillas de Anna se volvieron de color rojo brillante después de rellenar los dos moldes. Roland la vio y sacó su pañuelo para secarle el sudor de la nariz. Al principio, Anna mostraba cierta resistencia al toque de Roland, pero ahora se detendría y permitiría que Roland lo hiciera con los ojos cerrados.

Su flequillo caía con un aspecto rojo en los bordes al reflejar el acero líquido, mientras que la suavidad de su cuello le daba un aspecto más ágil. Como era mucho más alto, podía ver la mitad expuesta de su delicada clavícula. Cuando estaban cerca uno del otro, él podía sentir la fragancia de su cuerpo.

—Bueno, está bien…

Roland guardó el pañuelo y reprimió su pasión.

—Terminemos por hoy. Lo hiciste bien, e informaré a la cocina para que te recompense con una rebanada extra de filete de pimienta negra.

Ahora no, parecerá que me estoy aprovechando de ella. Espera a que sea realmente libre...

Anna abrió los ojos. Aunque el sudor se había secado, su cara parecía más roja que antes.

—Sí—respondió ella asintiendo gentilmente hacia Roland.

***

Durante los días siguientes, Roland viajó entre el castillo y la Mina de de ladera Norte. Además del cañón, también necesitaba producir una cantidad suficiente de cuchillas perforadoras.

Esta herramienta para taladrar era producida de la misma forma que las bocas de fuego, el diámetro y las municiones eran exactamente iguales. Una vez extraída del molde, Anna lo calentaría de nuevo y confiaría en el procesamiento del martillo para moldearlo. Era muy diferente de la forma de un destornillador y se parecía más a una barra de hierro roma, la única diferencia era que la cabeza tenía un hueco tapado para la descarga de escombros metálicos. Finalmente, se usaba el enfriamiento para mejorar la dureza de la cuchilla perforadora.

A diferencia de las modernas máquinas perforadoras de alta precisión, Roland sólo necesitaba una varilla que pudiera perforar agujeros. Teniendo en cuenta la alta tasa de desgaste, él y Anna hicieron cinco de estas simples cuchillas perforadoras en una semana. Antes de esto, la máquina de perforación a vapor ya había demostrado su capacidad, y la producción de barriles de arrabio aumentó rápidamente de dos por mes a diez por día.

Cuando todo estuvo listo, el cañón fue extraído por los mineros del pozo, limpiaron la escoria superficial y lo transportaron al taller de herrería. Los dos cañones casi agotaron el acero acumulado por Roland. El acero era definitivamente un producto invaluable, durante el transporte, el príncipe ordenó a Carter y a otros dos caballeros que los vigilaran durante todo el viaje. El caballero Jefe sintió que no era necesario organizar la seguridad adicional. ¿Quién robaría una cosa tan pesada?

Los herreros llevaron a cabo la nivelación y el pulido de la apariencia de los cañones a petición del príncipe. Después de pulir, fue transportado al patio trasero del castillo. Para entonces, las dos rondas de varilla de acero sólido se veían de color gris oscuro y emitían un brillo metálico.

Roland no podía esperar para poner la herramienta perforadora y colocar los cañones en su lugar junto con Carter. La parte superior del cuchillo tenía que estar en el centro de la barra de acero.

En este momento histórico, Roland sacó la puerta de la máquina de vapor. El cuchillo perforador comenzó a moverse lentamente y no tardó mucho en alcanzar una velocidad estable.

—¡Vamos! —gritó el príncipe.

El Caballero Jefe activó la base deslizante para controlar la cantidad de contacto entre el cañón y la herramienta de perforación. Cuando la cabeza tocó el cañón, el ruido áspero ensombreció el rugido de la máquina de vapor. La manteca se usó como lubricante y se apretó en el orificio, antes de que saliera espuma negra y rizos metálicos.

Las brujas comenzaron a retirarse del cobertizo de madera, pero Rayo insistió en quedarse.

Ella sentía que estas máquinas oscuras eran más hermosas que cualquier paisaje.