1 CAPÍTULO 1: ESTRELLA DE FUEGO

Yacía con la cabeza erguida, apoyandola sobre el respaldo del banco, sintiendo la suave brisa de la tarde revolver mi oscura y ondulada melena, dificultandome la vista. 

Escrute con la mirada el cielo, como si tratase de encontrar algo... Una pista.. Esencia.. Vida.. En otras palabras, algo interesante que pudiese darle un toque de acción a mi tarde. 

Suspire y me acomode en el banco lo mejor que pude, saqué mi móvil que habia permanecido resguardado del agradable clima en el bolsillo de mi chaqueta todo ese rato. Revise la bandeja de entrada en busca de algún mensaje o notificación que no fuera sobre trabajos y deberes, pero nada, no había ni una sola persona a la que le interesase escribirme, ni un solo mensaje que dijera algo como 'oye, quieres quedar?' o 'hey, q tal?', no había nada, absolutamente nada. 

Me dispuse a levantarme del banco conforme sacudia con las manos mi chaqueta, en la que se habían ido acumulando diminutos y sonrosados  pétalillos de los cerezos que habían alrededor, que desprendían de estos constantemente. Pose mi mirada sobre el cerezo que tenía enfrente, observando como se iban desprendiendo de las ramas una y otra vez, parecía no tener fin. Poco a poco, inconscientemente me empecé a acercar al cerezo, con una de las manos erguida, esperando al momento en el que esta rozase el tronco del humilde cerezo, hasta que lentamente pose la mano sobre su joven corteza. Deslice la mano con suavidad sobre la superficie hasta alcanzar las puntas donde desembocaban de forma árida, con un tono pálido. Continúe trazando con los dedos caminos imaginarios que se deslizaban por la corteza, cada vez haciendose más difícil de conseguir que estos se escurrieran por la gruesa cáscara que cubría el tronco, por el que se iva endureciendo más y decolorando, adoptando una textura seca y rígida.

Entonces, sentí como mi mano se hundía en un pequeño agujero que desembocaba en forma de aro. Los bordes estaban quemados y la corteza que se hallaba alrededor era muerta, livida.

- Huh.. - Desvíe la mirada del árbol y me volteé a ver los demás, estos se encontraba en buen estado, con un vivacio y joven fulgor.

Examine uno por uno con la mirada los troncos, en busca de algún signo similar al del cerezo anterior, hasta que pude notar desde la lejania un cerezo por el que emanaba un olor a quemado y un leve humo. Me aproxime lentamente al árbol, sintiendo su intenso olor a quemado conforme me acercaba, intensificandose.

Al llegar cerca del árbol, lo examine con curiosidad, percatandome de una fresca quemadura que se hallaba en la parte superior del árbol, cerca de las ramas. Observe embobada durante largo rato el tronco del árbol, como si este me hipnotizara o atrayese. Pose mi mirada sobre la quemadura del árbol, por la que todavía emanaba de ella un gustillo a quemado y un humillo.

Analicé el agujero que la quemadura había provocado en su tronco, con una clara y destacante forma de estrella. Poco a poco fui aproximando mi dedo a la estrella tallada con fuego, sintiendome como si me llamase a gritos, y yo, respondiera siguiendo el camino que esta indicaba. Entonces, pose mi dedo en medio la estrella, pude sentir el calor que esta desprendía, sentí como me achicharraba y calentaba la punta de mi dedo indice., hasta que volví a oler un cierto olor a quemado, pero esta vez, no venía del árbol, sino de mi dedo, que irritado e hinchado, pedía a gritos que lo retirasen de allí inmediatamente, entonces, alarmada, aparte mi dedo percatandome del quemazón que me había provocado yo misma.

Analice mi dedo conforme soplaba con suavidad sobre este, tratando de calmar el hinchazón y la irritación. Note como salía sangre por una de las heridas abiertas que se habían formado al presionar el dedo sobre la madera quemada.

Suspire para mis adentros diciendo: 'esto me va a dejar marca.. '

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