Segunda noche.

Durante el día sentí que algo me rozaba los tobillos. EL día en colegio fue corto, yo estaba perdido en mis pensamientos, cuando el profesor de inglés me pregunto que pasaba y yo le hice caso omiso asistiendo y diciendo que todo estaba bien. Por dentro no me gusta mucho compartir mis pensamientos, soy de los que prefieren encerrarse en su pieza y enfrentar sus problemas solo, tengo amigos pero aun así me gusta la soledad.

Es usual que cuando llegue a casa no haya nadie, vivo con mi padrastro al cual le gusta tomar y mi madre, ellos dos trabajan hasta tarde, por lo cual yo he aprendido auto suficiente.

Ellos usualmente llegan a las 7 ,aunque hay día en los cuales mi padrastro no viene. No le tengo mucho cariño a él , mas de una vez me ha pegado a mi madre y a mí cuando estaba borracho. lo que si me da tristeza es cuando recuerdo como eramos antes de que mi padre se quedara paralitico en un choque de trenes. Aun me acuerdo de esas tardes que pasaba al lado de su cama en el hospital, el solamente podía mover sus ojos, creo que el estar así le quebranto su corazón y espíritu. y finalmente, mi mamá, mis abuelo y hasta yo decidimos que no lo queríamos ver en así.

Cada vez que pienso me entrar una melancólica agonía y nostalgia de no tenerlo.

Esa misma noche, sin quererlo me soñé que estaba en la misma sala de hospital. Todo estaba exactamente igual como en aquellas tardes que lo visitaba, pero el no estaba allí. Me acosté en la camilla y mire hacia la ventana, en ella vi como el sol iba cayendo poco a poco hacia el occidente. Era un bonito atardecer, la luz se empezaba a tornar naranja.

Cuando al fin oscureció, sentí un brusco temblor en la habitación y vi que en el toldero donde colocaba el noche de mi padre, salia una tinta negra y caía en el suelo formando mi nombre. Las paredes y el techo de la habitación empezaron a contraerse. Intenté correr hacia la puerta y cuando tuve el pomo entre mis dedos, esté me quemo los dedos. desesperado corrí hacia la ventana y cuando romperlo con mi mano, mi brazo fue absorbido por el y cuando lo saque estaba lleno de pintura negra, que la cual me causo un dolor insoportable.

El techo y la habitación ya habían superado mas de la mitad,no quedaba espacio suficiente para ponerme de pie. Me quede acurrucado en el poco espacio que tenía, solos muros ya solo eran una caja del tamaño de mi cuerpo. La ventana aun estaba ahí en uno de los muros, por un momento pensé en tirarme hacia ella y dejar que el ardor me consuma por completo. pero en en ese preciso momento, empiezo a escuchar una voz cantando. Mi oídos estaba cautivados con esa bonita melodía que me recordaba algo de mi pasado, simplemente cerré los ojos y me moví arrastrándome hacia el sonido, después pude ponerme de pie y correr sin miedo.

Lo que me despertó fue la canción favorita de mi padre, la cual estaba sonado en la radio, la cual mi mamá había prendido. En mis manos y brazos habían quemaduras parecidas al tamaño de las monedas.