9 Interludio 1

En los cuatro puntos de la realidad, dentro de la inmensidad que posee el universo, existen cuatro seres que sobrepasan la lógica.

Nombrados de distintas formas en cada planeta o civilización existente; muchos los tratan como monstruos, mientras que otros los veneran cual dioses.

Su mera existencia no era comprendida ni siquiera por ellos mismos.

Con el inminente paso del tiempo han adquirido el poder para crear vida y materia; pero de algo estaban seguros, eran la cima en este universo.

Cómo y cuándo, es difícil saberlo; al adquirir ese poder traspasaron la barrera del tiempo, así como la importancia de vivir como lo hacen los mortales.

Se dedicaron a existir, observando todo a su alrededor, no había un propósito para ellos una vez que llegaron a obtener el poder absoluto... O eso fue lo que pensaron.

Hasta que, en un breve instante del tiempo, una fractura dimensional apareció.

De ella surgió un ser de luz que se llamó a sí mismo un guardián primigenio, proveniente de un universo en colisión devastado por una guerra sin cuartel; protegía algunas naves llenas de seres menores que huían con él, buscando refugio.

No les costó trabajo descubrir que el poder en solitario que ese ser poseía, sobrepasaba fácilmente al de ellos cuatro juntos, lo que terminó por causar un terror indescriptible en sus corazones, si se puede decir que tenían uno.

Pero aquel ser de luz no fue hostil, al contrario, se mostró vulnerable mientras ese inmenso poder se desvanecía dando paso a nuevos mundos y constelaciones a su alrededor.

En su propio universo, él había absorbido suficiente energía, de aquellos que se sacrificaron para que unos cuantos lograran escapar del peligro y así llegar a este lugar. Sus camaradas de guerra intentaron detener al enemigo mientras él abría el Séptimo pórtico entre los pliegues del espacio-tiempo.

Al final, no lograron detener el ataque, siendo aniquilados en el acto, dejando el peso de la sobrevivencia en manos de este ser de luz.

Gracias a ese encuentro producto del destino, fue como se enteraron del Devorador. Un espectro creado de forma natural, a partir de la misma energía que compone todas y cada una de las realidades en el multiverso. Que a su paso, absorbe todo y lo transforma en poder para sí mismo.

Agotado sin más que hacer; dejo que los sobrevivientes que siguieran el curso de la vida.

Por su parte, aquel guardián primigenio, tomo la decisión de reunir energía, para ello, primero tuvo que dar vida a infinidad de civilizaciones a lo largo y ancho de esta realidad, y junto a los cuatro seres que se encontraban en la cima del poder en este nuevo universo, absorber el espectro de energía que los seres vivos en el universo, para así empezar a prepararse para una guerra que tarde o temprano llegaría a sus puertas.

Los cuatro seres aceptaron convertirse en los guardianes de nuestro universo al entender que todavía existían limites por descubrir.

Un nuevo propósito surgió para ellos.

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Como predijo el guardián primigenio, la era del fin llego sin remedio; el Devorador hizo acto de presencia al crear una fractura en el lado Oeste del universo. Desgarrando el tejido del espacio cuál cuchillo sobre la seda, mostrando un poder más aterrador del que el recordaba el guardián primigenio; tal vez, producto de la destrucción y absorción de otros universos.

El terror se hizo presente, esa cosa era mucho más poderosa de lo que tenían estimado y viendo que no estaría lista a tiempo la fuerza de combate principal, el guardián primigenio optó por usar una estrategia desesperada y sin dar marcha atrás se convirtió a sí mismo, en energía pura y entregando ese poder para erguir una barrera alrededor del universo.

Con esto pretendía lograr darles el tiempo suficiente para que los guardianes prepararán un plan de guerra, para una batalla que desde el principio se veía que estaba perdida.

En el Oeste, el demonio de fuego Surtur, convocó a todas las civilizaciones a su disposición, capaces de usar el poder de la creación, para reunir un ejército que pudiera servir de vanguardia, creando la primera línea de defensa.

En el Sur, el rey de las bestias Kortsanich, mantenía un pequeño grupo de elite dispuestos a ser usados como sacrificio de energía.

En el Este, el guerrero de sangre Abraxas, el último en ver al guardián primigenio y el único con un ejército propio compuesto por una raza de homúnculos con tentáculos, que hizo a partir de sí mismo, como una extensión de su cuerpo.

En el norte, el líder y más poderoso de todos, el invocador de la destrucción Cthulhu, quien se mantuvo firme conteniendo el peso de la barrera.

— Una nueva fractura ha surgido, que todos estén listos. La información que tenemos del Primigenio es que si una parte, por pequeña que sea, consigue entrar, se multiplicará sin fin. —dijo Cthulhu a los demás guardianes a través de las vibraciones en el espacio.

Sus palabras tardaron más en sonar que en hacerse realidad, una grieta nació en el espacio, dejando entrar un miasma morado, que poco a poco tomó forma de un tetraedro de apariencia metálica.

Era del tamaño de una estrella mediana pero su poder emanaba con un aura destructivo que corrompía las leyes de la física, distorsionando la materia a su alrededor creando un hoyo negro por donde intentaba abrir una nueva grieta para dejar pasar su cuerpo completo.

Al enterarse de esto, Abraxas decidió enfrentar personalmente al fragmento del destructor para contener la amenaza latente; dejando a los demás guardianes la misión de reunir a un ejército suficientemente poderoso para sobrevivir.

Lo que bien podría ser un sacrificio noble, se convirtió en una guerra de desgaste que ayudó a reunir suficiente información.

Usando su tamaño colosal, Abraxas uso el poder la creación, o lo que los seres menores llaman "Tetra-energía", convirtiendo su cuerpo físico en una luz de energía pura que sobrepasa el tamaño de una estrella roja.

Materializando elementos físicos propios de su imaginación, creó dos gigantescas espadas con las que atacó sin tregua a la criatura invasora.

Una embestida salvaje que no daba espacio entre cada golpe para reaccionar, arrasando con todo gramo de materia a su alrededor mientras la onda calor y destrucción se extendía cada vez más a las galaxias cercanas consumiendo sin tregua todo rastro de existencia.

Triste fue su sorpresa, al darse cuenta que apenas lograba generar daño, a pesar de estar impactando cada golpe con la energía equivalente a una supernova.

Una sensación de derrota invadió su espíritu, haciendo que bajará la guardia, solo para ser masacrado a golpes por decenas de tentáculos de miasma morado, que generaban una gran presión gravitacional en el cuerpo de luz del guardián con cada azote.

La criatura solo era un fragmento del Devorador y aun así lograba estar a la par con uno de los seres más poderosos de este universo.

En esa situación, Abraxas decidió apostar todo a una idea suicida.

Alejándose del fragmento con la técnica de pliegue espacial, canalizo toda la energía en su cuerpo para dar forma aun inmenso cometa y así impactar su cuerpo una y otra vez.

Con cada arremetida solo conseguía dañarse así mismo, hasta agotar su poder y sin poder defenderse, quedando a merced de los tentáculos que desgarraban trozos de su cuerpo obligando a reconstruirlos antes de impactarse nuevamente.

En la desesperación, el guardián absorbía las estrellas cercanas para tener más energía, pero todo era en vano.

La criatura atravesó el espacio mientras cargaba de frente un ataque laser que consiguió desgarrar por la mitad del cuerpo de Abraxas.

Sin darle tiempo de reconstruirse, absorbió la mitad inferior de su cuerpo dejándolo fuera de combate.

Todos otros tres los guardianes podían ver la pelea a través de las fluctuaciones producidas por la tetra-energía, sin importar la distancia mientras estuvieran en el mismo plano de la realidad.

Ahora entendían una verdad aterradora que no habían querido creer en un principio. El poder del Devorador, supera por miles la lógica, llevando casi al borde de la verdadera muerte al tercer Guardián de este universo.

Fue Cthulhu quien apareció en el último momento para auxiliar a su compañero, y consumando todo su poder creó un agujero negro capaz de destruir mil estrellas en un instante; en un principio, solo logró contener a la criatura en una especie de trampa, donde la gravedad de ambos distorsionaba las dimensiones que componen este universo creando un pequeño big bang, que les dio una primera victoria.

Entre aquella confusión, ninguno pudo darse cuenta que otro fragmento, mucho más pequeño que el primero, logró escabullirse en silencio, multiplicándose lento durante la batalla, creando versiones de sí mismo de un tamaño tan minúsculo como el de un planeta.

Para cuando Sutur y Kortsanich se dieron cuenta de esto, ya era muy tarde, había miles de esos pequeños tetraedros, dispersos como virus, atacando diversos planetas e intentando absorber energía, para conseguir abrir una nueva fractura en el espacio.

El caos reinaba en todas partes, naves de batallas y guerreros de todas las razas enfrentaban a lo largo ancho del universo aquella amenaza. Para unos, era una eternidad en guerra, para otros instantes llenos de destrucción.

Pasado, presente y futuro se mueven de forma cíclica en el espacio, haciendo que los "tiempos" de cada ser vivo sean tan distintos entre sí, por eso es imposible darle seguimiento.

La desesperación llegó a decenas de civilizaciones, otras más lograron reaccionar y unirse a la guerra. Lo que fue unos instantes para los guardianes, para muchos implicó una vida entera en guerra, mientras otros vivieron generaciones y se extinguieron sin saber del peligro.

Aunque fue solo en una sección del universo, cientos de galaxias perecieron; ya no podían dejar que ese caos se siguiera expandiendo, o al final no habría nadie que pudiera pelear.

Un llamado sonó en el medio del caos. La voz del guardián más fuerte dio un suspiro de paz.

— Consolidare el tiempo de manera lineal para todas las dimensiones de nuestro plano, para brindar una oportunidad de que puedan reagruparse para pelear, yo sé que algunos están en caos y otros desconocen la situación. Si están escuchando esta advertencia, agradezcan que siguen vivos y tienen una oportunidad de luchar. El enemigo está aquí, peleen y busquen vivir o guarden silencio mientras mueren.

El mensaje se transmitió en forma de una vibración a cada ser vivo. Los que no podían usar Tetra-energía, de forma recurrente, solo sintieron escalofríos, pero aquellos que lograban un control de ella, entendieron cada palabra del mensaje en su mente.

El General Tezca estaba congelado con una expresión fría.

Los héroes y aquellos guerreros en cada parte del planeta que servían a los propósitos del general quedaron en shock al entender el mensaje.

Las personas normales sintieron un escalofrió en el cuerpo, dejando una sensación de inquietud y miraban confundidos a todas partes.

Los tiempos de paz habían llegado a su final.

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