1 Nuevo destino…

El mundo estaba en ruinas. Las calles estaban llenas de edificios derrumbados, escombros y cuerpos sin vida. El aire estaba cargado con el olor a humo y ceniza. La ciudad, que alguna vez fue un centro próspero de comercio y cultura, ahora era un infierno desolado, gobernado por el caos y la anarquía.

Eidan caminaba por las calles, su vista oscurecida por la nube de polvo. Recordaba vagamente cuando la ciudad estaba llena de vida y color, cuando los mercados estaban llenos de vendedores que ofrecían frutas frescas y pan recién horneado. Ahora, solo quedaban escombros y cenizas, el sonido de los edificios derrumbándose era constante.

Eidan miró a su alrededor y vio a otros supervivientes como él, desesperados y temerosos, luchando por sobrevivir. Los niños lloraban, las madres intentaban consolarlos y los hombres peleaban por un pedazo de pan. El hambre era constante. La guerra había destruido todo lo que la gente conocía y amaba, dejando solo miseria y dolor.

Eidan cerró los ojos y suspiró profundamente, tratando de encontrar algo de esperanza en medio de la desolación. Pero no encontró más nada más que un profundo dolor, recordando como su hermana, su padre y su madre habían muerto trágicamente en la primera oleada de la guerra.

Eidan ya no lloraba, ya no tenía lágrimas para seguir llorando por lo mismo todos los días, simplemente lo aceptó y guardó para si mismo así que siguió buscando algo de comer, después unos largos 25 minutos de caminar por las calles sin rumbo encontró una panadería casi destruida en su totalidad y parecía que ya había sido saqueada antes, pero eso no impidió que Eidan se colara por el ventanal roto.

Una vez dentro Eidan notó que en efecto todo parecía vacío pero no se rindió y en cambio buscó bien debajo de las mesas, en bolsas, el mostrador, y finalmente movió escombros y encontró un pan aplastado y lleno de tierra y cenizas.

Eidan abrió mucho los ojos y unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos negros, Eidan sacudió un poco el pan y con avidez y mucha desesperación se llenó la boca del pan sin importar qué tan sucio estuviera.

cuando se terminó el pan Eidan solo pudo limpiarse la boca con la manga de su camisa y llorar lágrimas pero esta vez de rabia, Eidan pateo con toda su furia los escombros y repisas en total enfado pero poco a poco su expresión comenzó a cambiar y lentamente se sentó en el suelo con sus rodillas tocando su frente.

Eidan comenzó a sollozar y querer soltar lágrimas, y con una voz entrecortada y frágil susurro para si mismo:

"¿Cómo puede ser que todo haya terminado así? Mis padres, mi hermana, mis amigos... todos se han ido" dijo Eidan con voz frágil y triste mientras sollozaba.

Eidan continúa sollozando con una evidente tristeza en su rostro y luego se seca las lágrimas con la manga de su camisa.

con una voz frágil continua susurrando "¿Qué voy a hacer ahora? Estoy solo y no tengo nada que comer" Eidan suelta un suspiro pesimista "Tengo miedo, no sé qué va a pasar conmigo"

Eidan permanece en silencio mientras escucha como el viento sopla afuera de la tienda.

"Ya no puedo más, no puedo soportar esta soledad y esta incertidumbre… ¿Cómo voy a sobrevivir sin mi familia?"

Eidan pareció recobrar el coraje y alzó la voz "¡Pero no me voy a quedar aquí sentado llorando por siempre!" Eidan con rabia golpea el suelo con el puño intentando calmarse

"¡No voy a dejar que la guerra me destruya! Tengo que hacer algo, buscar una solución" Eidan se levantó del suelo "No sé cómo, pero encontraré la manera de seguir adelante, tal vez no ahora, tal vez mañana tampoco… pero juro que lo haré"

Eidan salió de la tienda y miró sus alrededores en ruinas, casi ningún edificio o casa se salvó de ser destruido, pero esta visión apocalíptica ya era normal para Eidan así que solo caminó por las calles en búsqueda de algún lugar para pasar la noche, que no tardaba en caer.

Mientras Eidan caminaba escuchó bastante alboroto a lo lejos, como si mucha gente se hubiera reunido y estuvieran hablando emocionados por algo, así que Eidan caminó más rápido en esa dirección y pudo ver a mucha gente reunida en ese lugar, también pudo ver un caballero de armadura blanca montando un caballo blanco alado, muy parecido a un pegaso.

Eidan también notó que otros caballeros con armaduras más normales estaban detrás de él caballero blanco, y Justo cuando Eidan se acercaba pudo escuchar que el caballero de reluciente armadura blanca habló con poder en su voz:

"¡Soy un caballero de la orden del Vórtice Estelar!", anunció el guerrero de armadura blanca mientras se dirigía a los supervivientes. "Estamos buscando a valientes guerreros que deseen unirse a nuestra orden. Ofrecemos comida caliente, un lugar donde dormir y un entrenamiento riguroso para convertirse en guerreros poderosos".

El caballero habló con convicción mientras observaba a los sobrevivientes con atención. "Aquellos que quieran unirse, por favor diríjanse a mis compañeros, ellos los registrarán".

La multitud estalló en murmullos y susurros, todos debatiendo si debería unirse a la orden, nadie de la multitud era tonto, todos sabían que necesitaban a más carne de cañón para mantener ocupado al enemigo en esta terrible guerra, pero el echo era que el nombre "Orden Del Vórtice Estelar" no era desconocido ya que era la segunda secta de cultivo más poderosa de reino.

Así que gracias al renombre y la situación desesperada que estaban viviendo la mayoría de supervivientes optaron por unirse a la orden, así fue como una larga fila se comenzó a formar para registrarse en la orden.

Eidan no lo pensó mucho y se formó para registrarse, la fila estaba en completo silencio, nadie hablaba y todos parecían cansados y con hambre.

<<Talvez esta sea mi oportunidad para conseguir la fuerza que tanto deseo, esos estúpidos dioses y sus guerras>> pensó Kael mientras apretaba los puños y los dientes de resentimiento <<ellos me lo quitaron todo… pues bien juro que yo les arrebataré todo lo que tengan>> pensó Kael mientras su mirada se volvía más afilada.

Pronto fue el turno de Eidan para registrarse.

"¿Cuál es tu nombre?" Preguntó un caballero de forma aburrida.

"Mi nombre es Eidan Aldric Aventurie" contestó rápidamente Eidan con tono serio.

El caballero pareció apuntar algo en su libreta y continuó preguntado "¿Cuántos años tienes?"

"Tengo 17 años señor" contestó Eidan.

El caballero lo apuntó en su libreta "¿alguna vez has practicado algún arte secreto o una técnica de cultivo o tienes algún tipo de habilidad con la espada?"

"No señor jamás" respondió Eidan con un poco de incomodidad evitando ver a la cara del entrevistador de forma directa.

"Ya veo… está bien entonces" Murmuró el caballero mientras seguía anotando en su libreta "¿tus padres o algún familiar eran practicantes de algún arte secreto o método de cultivo?

"No señor, todo lo que sé es que toda mi familia siempre se ha dedicado al comerció" respondió rápidamente Eidan preocupado de no ser aceptado en la orden.

"¿Trabajas más en equipo o en solitario?" Siguió preguntado el caballero.

"Pues soy más de trabajo en solitario pero no me molesta trabajar en equipo?" Dijo Eidan un poco más tranquilo.

El caballero asintió con la cabeza en señal de aprobación y siguió preguntando "¿Tienes alguna debilidad o miedo que debas superar?"

"No señor, o bueno… tal vez el miedo a las mujeres de un metro sesenta con personalidad agresiva" dijo de forma irónica Eidan.

"Te comprendo hermano" dijo de forma comprensiva y algo cómplice el caballero "¿Estás dispuesto a poner tu vida en peligro para proteger a los demás y defender la justicia?"

"Por supuesto que estoy dispuesto a morir por causas nobles como la justicia o proteger a los débiles" dijo de forma determinada Eidan.

"Bien, eso es todo Eidan, por favor pasa de ese lado hacia el vagón toma haciendo y acompáñate que en un par de horas nos marcharemos." Dijo el caballero de forma amigable a Eidan.

Eidan quedó gratamente sorprendido por haber sido aceptado en la orden del vórtice estelar, cosa que lo puso contento, haciendo que olvidara momentáneamente los trágicos hechos de su vida.

Eidan entró al vagón que parecía el de un tren, y tomó asiento, Eidan solo pudo suspirar por lo increíblemente cómodo que era el asiento del vagón, se sentía como estar sentado en una nube, y Eidan se sentó cómodamente mientras amasaba el asiento con las manos como si fuera un gato.

Varias horas después regresó el caballero de armadura blanca y exclamó:

"!Muy bien, ya estaremos partiendo a la orden, si alguien se quiere unir todavía está a tiempo!" Exclamó el caballero mientras se giraba a ver a la escasa multitud "!¿Nadie?… Entonces partiremos, suerte a los demás"

El caballero se dirigió hacia los otros caballeros y les habló en tono más casual "activen la matriz mágica, iremos a la secta escondida" dijo el caballero mientras se alzaba en vuelo desde su pegaso.

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