2 Capítulo 2

Narra Gabriel

Era la hora de la clase de arte, la verdad me da mucho sueño hacer estas ridiculeces, pero recibimos la ayuda del chico (es que no me acuerdo de su nombre pero le pido ayuda, además le fascina esa clase) luego apareció esta Keira y me saludó —hola mi vida, ¿Cómo te va? —estaba tan feliz de verla

—bien, además tengo mucho sueño —dije. —nunca dejaba de vivir sin sueño

—sabes no eres el único que detesta la clase —comento. —ambos odiamos todas las clases, pero a pesar de eso esta Keira lleva mejores calificaciones que yo

—ya lo creó, Keira y por cierto ¿ya se arreglaron las cosas con tu padre? —pregunté. —ella era una de las tres personas que sabían que había muchos problemas en la casa del empresario mas conocido de la ciudad

—pues aún están en proceso sin embargo ya hay un avance —respondió. —la verdad es que ni mi hermano y yo tenemos una buena relación con nuestro padre.

Luego de hablar con Keira, la clase se me hizo demasiado larga hasta que sonó el bendito timbre y salí de ahí así que me dirigí a mi casillero pero tenía algo pegado en la puerta de este era un sobre blanco, sólo lo abrí había una nota que decía: esté es tu final...

sin dudarlo fui a buscar a Fred para contarle acerca de esto pero al reverso de esta venía escrito —sí, le dices a alguien sobre la nota; uno de ellos sufrirá por tu culpa..

después de pensarlo por varios minutos decidí no decir nada pero iba a buscar a ese imbécil que nos estaba jugando esa broma para vengarnos de él aunque sea lo último que haga.

Narra Anaís

Estaba en la cafetería con mi amiga Felicity, cuando este Fred se acerco a nosotras y nos saludó —hola chicas, ¿de que tanto hablan? —aun trataba de tener el valor de invitarme al baile y espero que lo haga

—pues de nada y ¿Qué te trae por aquí? —contesté. —fingía que no sabía nada de sus planes

—es que quiero preguntarte algo —comentó Fred. —finalmente ya obtuve el valor para decirme

—¿Qué cosa? —pregunte. —sabía que Fred quería invitar me al baile sin embargo no era capaz de decir me así que le doy la oportunidad de que me diga él mismo.

Antes de que contestará Fred se puso muy nervioso inclusive se sonrojó mientras yo y Felicity nos reíamos de la situación hasta que finalmente me contestó —¿quisieras ir al baile conmigo? —era un buen chico a lo que yo tenía entendido, pero era algo tímido para expresarse enfrente de mi

—claro que sí —respondí con una sonrisa en mi rostro. —finalmente tuvo el valor de hacerlo y estoy feliz por eso

—y creo que sabías que haría esto —supuso. —solo lo miraba y hacia que se pusiera mas nervioso

—sí, además se notaba que tu me querías invitar al baile pero te deje que lo hicieras por tu propia cuenta —dije. —después de todo mi estrategia fue un éxito

—ya lo creó, luego hablamos —comento Fred. —no podía ocultar su sonrisa enfrente de mi e Felicity

—adiós —me desped��. —solo lo miraba alejándose de nosotras, creo que hice bien en esperarlo.

Luego de hablar con Fred decidí buscar unas cosas en mi mochila, cuando apareció un sobre de color dorado y sólo venía escrito "abre me" así que sin dudarlo lo abrí pero era una hoja de maquina y decía: No confíes en nadie, sólo en ti misma Anaís... Felicity me preguntó —¿Qué te ocurre? —se miraba algo preocupada al ver mi sonrisa desaparecer

—es que apareció esto en mi mochila y no se quien la dejo —dije. —no era mucho para preocuparse, pero no debía bajar la guardia

—y ¿Qué dice?—volvió a preguntar. —por suerte ella estaba a mi lado y sabía que podía confiar en ella

—"que no confíe en nadie, sólo en mi misma" —respondí. —era extraño que este desconocido me hiciera dudar de mis amistades

—¿Por qué lo escribió? —se preguntó. —se quedo pensando en un posible sospechoso

—no lo se, además no lo conozco a ese misterioso admirador pero creo que hay algo más detrás de ese mensaje —mencioné. —al parecer nuestro sospechoso era muy listo al ocultar la carta en mi mochila y eso significa que esta en nuestro grupo.

Felicity e yo nos quedamos pensando en las posibles respuestas acerca del mensaje sin embargo creo que no soy la única que ha recibido ese mensaje.

Narra el asesino

Después del descanso tuve que ir a ver al consultorio de mi psiquiatra para hablar de como ha estado mi vida (y honestamente no sabe nada de lo que hago actualmente) llegué al lugar por suerte ya me estaban esperando la doctor me preguntó —¿Cómo te sientes? —trataba de hacer todo lo que tuviera en mis manos para que me deje en paz

—bien —conteste con tanta naturalidad. —había días que fingía mi estado de humor

—y di me sí te has hecho daño —indicó. —solo me miraba fijamente y anotaba en su libreta

—no, además trato de lastimarme al realizar mis actividades —respondí. —algunas veces me era imposible controlar mis verdaderos problemas

—¿enserio? —volvió a preguntarme. — además se que no cree todo lo que le digo, por obvias razones desconfía en mí y esta en todo su derecho

—¡sí! —grité sin pensarlo. —maldición, no pude contener mas mi enojo

—no es cierto lo que me dices porque me acabas de gritar —mencionó. —había descubierto mi pequeña mentira.

Yo estaba algo nervioso y me urgía salir de ese lugar antes de que explotará y tratará de asesinarlo sin piedad, antes de que desatará mi furia mi mente me preguntó —¿porqué tratas de hacerle daño? —se escuchaba tan serio al preguntarme eso la voz que me torturaba

—ahora no quiero saber nada de ti —le conteste muy enojado. —necesitaba contener mi odio

—¿porqué? —volvió a insistir. —estaba a punto de atacarlo o acabar con esa voz de una buena vez.

Pero esta vez lo ignoré y regrese a la normalidad y le contesté a mi psiquiatra —es que trato de no sacar todo mi enojo —hay días que odiaba mi personalidad

—aún así deberías relajarte además no quiero que estés lastimando personas sólo por diversión —me aconsejó. —me conocía tan bien el psicólogo, después de todo anotar todo sobre mi en su libreta sirve de mucho

—está bien —dije. —ya estaba mas tranquilo, después de casi tratar de atacar al psicólogo

—¿y la voz en tu cabeza ya no te ha vuelto a hablar? —preguntó. —él mismo decía que la voz era la que me incitaba a matar o algo así, pero esta completamente equivocado

—sí, pero ahora la hace de psicólogo para que no haga nada malo —respondí. —sin muchas ganas, ya quería irme a casa

—me alegra que tu mentalidad cambié, pero sabes que sí sigues haciendo eso te tendré que mandar a un sanatorio y será para siempre —me advirtió el psiquiatra. —odio cuando me dice eso, pero prefiero estar ahí que vivir con mis padres

—como sea después de todo fue mi culpa, porqué sólo asesiné a mi hermano —mencioné. —aun no podía olvidar lo que hice

—aún no puedo creer que te sientas orgulloso de eso —comentó anonadado. —alguien normal jamás haría eso, sólo un enfermo

—pues sí también lo odiaba, porque todos lo querían y a mí me dejaban a un lado, ¡que me pasará algo malo para que tuviera su maldita atención! —comenté algo molestó. —en ese momento quería destruir algo

—¿porqué dices eso? —preguntó. —me miraba fijamente, al parecer estaba analizando mi estabilidad en la sesión

—es que mis padres amaban a mi hermano por que era tan perfecto en todo lo que hacía y a mí me odiaban porque no les agradaba lo que hacía y todo mal aún que fuera algo simple para mí —conteste. —no podía olvidar todo lo que me decían

—pero se supone que era tu hermano y no creía que fueras capaz de hacer eso cuando llegaste aquí por primera vez —dijo. —aun seguía sorprendido por lo que hice

—ahora mis padres me prestan atención, tratan de que haga amigos, salir con personas y entre otras cosas que honestamente detesto —comenté. —odiaba que se metieran mucho en mi vida, mis padres pero lo conseguí al matar a su hijo

—y ahora que estas más estable psicológicamente ¿Cómo te ha resultado el regreso a la vida normal? —preguntó. —no sabía que responder, pero debía ser algo creíble

—pues algo tétrica porque aún no le encuentro sentido pero hago el intento de socializar con personas —respondí algo relajado. —ya esperaba con ansías la hora de irme

—bueno, por ahora ya terminamos la sesión pero te recomiendo que salgas un poco más con personas —indicó. —aun seguía anotando en su libreta, mientras yo tenía una gran sonrisa en mi cara

—así lo haré —mentí. —trataba hacer creer le que haría todas las estupideces que decía, pero nadie se acercaría a mi aunque les pagará por ello.

Salí del consultorio del psiquiatra, mi madre no me decía nada pero sabía que en el fondo de su corazón me odiaba por matar a su hijo favorito hace cinco años al igual que el resto de mi familia (prácticamente nadie de mis parientes me habla, inclusive me han dejado en claro que no soy parte de su familia pero no me preocupa nada de esas estupideces) así que me subí al carro, me puse mis audífonos para escuchar música y ignore todo lo que ocurría hasta que me preguntó —¿Cómo te sientes? —este día era una de las pocas veces que se interesaba en mi

yo me quité los audífonos y le respondí —bien —estaba tranquilo

—sabes, me preocupa que no tengas ningún amigo —me contó sus inquietudes. —no podía dejar me de ver por el espejo retrovisor

—que bien, después de todo sí te preocupas por mí —ironicé. —estaba fastidiado de toda esta maldita situación

—¡basta! —me gritó mi madre. —finalmente se enojó conmigo

—es que a ti no te importa sí estoy bien, sólo te preocupa ese estúpido que maté —reclamé. —ya había cruzado la línea.

De repente mi madre frenó el carro y me grito —¡no vuelvas a decir eso nunca m��s en tu vida! —ella me miraba con furia y eso no me agradaba mucho, pero lo tenía bien merecido.

Sin pensarlo me baje del carro y salí corriendo hacia al parque ya no quería saber más sobre lo que había hecho en el pasado además no pude contener las lágrimas un momento más y lloré con todas mis fuerzas sin parar era la primera vez que me sentía triste por mí mismo.

avataravatar
Next chapter