370 Extra 20: Oyakodon (2/2) [+18]

"No te he dado permiso de que salgas, Shizuka-chan ~" - dijo Kurama mientras el clon la arrastraba donde su madre - "Pero no te preocupes, no terminarás como tu madre"

Shizuka soltó un suspiro de alivio, solo para sonrojarse al ver el tipo de reacción había hecho cuando escuchó que podría continuar teniendo sexo con su amante - "¡Oh dios, soy una pervertida!"

"Eso no es tan malo, mientras controles tus impulsos" - respondió Kurama mientras creaba un clon para amarrar a Miya - "¿Eh? ¡¿No se supone que no podías usar clones durante el sexo?!"

"De hecho, si puedo, pero no lo hago porque es extraño a pesar de que ellos son yo" - respondió Kurama con el ceño fruncido porque él sentía que estaba viendo a otra persona teniendo sexo con sus chicas - "Y como dato, ellos son Moku Bunshin, mucho más resistentes que los Kage Bunshin, pero con la desventaja de que solo pueden seguir órdenes"

El clon de Kurama rápidamente terminó su trabajo.

Miya ahora estaba colgando del techo con sus piernas abiertas, mostrando su mojada vagina - "¡No ~!"

"Hazle un mejor nudo y deja que ella observe mientras Shizuka tiene la noche de su vida" - ordenó Kurama con una enorme sonrisa al ver como la mirada de Miya cambiaba. Ella estaba esperando a que Kurama hiciera un desastre con ella, pero tal parecía que las cosas no serían tan fáciles como pensaba.

Shizuka se sonrojó ante esto, solo para soltar un agudo gemido cuando sintió como su ropa desaparecía y el hombre de cabello blanco entraba en su interior - "¡Ah ~!"

Shizuka podía sentir el duro pene de su amante invadiendo cada centímetro de su interior mientras los dos lentamente se acercaban donde Miya para que ella pudiera tener una mejor vista.

Miya se mordió el labio mientras veía la expresión de absoluto placer que tenía su hija, una que no podía compararse a la que ella tenía durante la última vez que los espió teniendo sexo.

"K-Kurama-kun" - murmuró Miya mientras movía su cuerpo con incomodidad. Ella podía sentir como su vagina le empezaba a picar, como si estuviera deseosa por hacer lo mismo que su hija.

"¡Hyan ~!" - los gemidos de Shizuka eran cada vez más fuerte mientras su placer aumentaba al recordar como su madre la estaba observando - "¡No nos mires, Okaasan ~!"

Miya solo pudo tragar saliva cuando vio la expresión de su hija mientras sentía como su vagina se mojaba cada vez más. Ella podía sentir el calor de los cuerpos de la pareja con lo cerca que ellos estaban.

"Chica mala, te gusta que tu madre te vea teniendo sexo" - dijo Kurama con una enorme sonrisa al ver como la vagina de Shizuka lo estaba apretando mucho más - "¿Por qué no lo admites?"

"¡No ~!" - Shizuka nunca diría algo como eso, aunque el placer era tan grande que no podía negar la verdad - "¡No quiero admitirlo ~!"

Miya soltó un agudo gemido cuando sintió como el albino le daba una nalgada a sus nada pequeñas posaderas - "¡Ah ~!"

"Vamos, Miya, lo estás haciendo demasiado fácil" - dijo Kurama mientras pellizcaba uno de los pezones de la mujer, solo para notar como ella arqueaba la espalda en éxtasis.

"¡K-Kurama-kun ~!" - gimió Miya con el rostro rojo mientras sentía como el placer crecía - "¡Por favor ~!"

"¿A caso se te olvidó que este es un castigo?" - preguntó Kurama mientras continuaba haciendo un desastre en el interior de la hija de la líder Nadeshiko - "Dije que te cogería hasta el cansancio, pero nunca dije cuando"

"¡Kami-sama ~!" - Shizuka no pudo contenerse más, ella rápidamente soltó un agudo gemido mientras las lágrimas corrían por sus mejillas - "¡Esto se siente tan bien ~! ¡Me encanta que Okaasan me vea teniendo sexo con mi esposo ~!"

Kurama sonrió ante esto, solo para darle una firme estocada final mientras liberaba todo su semen en el interior de la chica.

"¡Ah ~!" - Shizuka tembló ante el repentino ataque, solo para sentir como llegaba al clímax en cuestión de segundos.

Miya se mordió el labio mientras veía como su hija caía al suelo con semen escurriendo de su vagina, solo para mirar con expectación al hombre de cabello blanco.

"Supongo que es tu turno" - dijo Kurama con una sonrisa, aunque la mujer podía decir a ciencia cierta que no era nada bueno.

* * * * *

"¡Por favor ~!" - gimió Miya mientras las lágrimas corrían por sus mejillas - "¡Por favor déjame llegar al clímax ~!"

Miya estaba desesperada. Kurama había hecho maravillas en su interior, pero cada vez que estaba a punto de llegar al punto máximo de placer, él se detenía.

"¡Lo siento, prometo no volver a hacer nada como esto ~!" - gritó Miya mientras hacía todo lo posible por mover su cadera y así poder por fin llegar al clímax, solo para ver que todo era inútil. Ella estaba a merced de su pareja, quien parecía ser un demonio en piel humana.

"¿No querías que te cogiera hasta dejarte inconsciente?" - preguntó Kurama con una sádica sonrisa - "Eso estoy haciendo, pero como soy una buena persona, estoy pensando en ti porque de esta manera durarás mucho más tiempo"

"¡No me refería a esto!" - gritó Miya mientras le imploraba al hombre de cabello blanco - "¡Por favor, hagámoslo de la manera tradicional!"

Era cruel para ella que la primera vez con Kurama no fuera una noche que recordaría por ser maravillosa, sino por ser una tortura.

". . ." - Kurama se le quedó mirando unos segundos antes de soltar un suspiro - "Ok, voy a detenerme"

"¡No! ¡No te detengas!" - gritó Miya con los ojos rojos - "¡Esta no es la experiencia que quería, pero no puedo contener lo excitada que estoy! ¡Por favor, tómame, cógeme como si no hubiera mañana ~!"

Kurama frunció el ceño, solo para suspirar nuevamente.

Él rápidamente tomó a la mujer de la cintura y le dio una firme estocada.

"¡Ah ~!" - el chillido de placer de Miya no se hizo esperar mientras ella sentía como se corría por primera vez en toda la noche - "¡Dios mío ~!"

Miya se sintió en el cielo con una sola estocada, solo para notar un 'pequeño' detalle - "¿Eh? ¿No me vas a dejar descansar un momento?"

"Lo siento, pero ahora tú pediste que lo hiciera como normalmente lo hago" - respondió Kurama con una sonrisa - "Eso significa que no hay vuelta atrás"

Kurama estaba consciente de que esta era una nueva forma de castigo, una que los dos disfrutarían durante toda la noche.

"¡Ah ~!" - los gemidos de Miya eran cada vez más altos mientras Kurama continuaba moviéndose - "¡Al menos suelta mis ataduras ~! ¡Mis brazos me duelen por estar tanto tiempo colgada ~!"

Kurama creó un clon y le indicó que liberara a la mujer, solo para que esta soltara un agudo gemido de placer porque en el proceso, Kurama había llegado hasta la parte más profunda de su útero.

"Okaasan está disfrutando tanto que me siento un poco celosa" - dijo Shizuka luego de despertar y ver la expresión de perra que su madre tenía - "¿Crees que pueda unirme, Danna-sama?"

"Por supuesto" - respondió Kurama mientras veía como Shizuka empezaba a lamer los pechos de su madre.

"¡Shizuka-chan ~!" - gimió Miya al ver como su hija lamía sus pezones - "¡Me chupas los pechos como si fueras un bebé ~!"

Shizuka se avergonzó ante sus palabras, pero rápidamente sacudió la cabeza y continuó lamiendo el cuerpo de su madre.

"¡Ah ~!" - Miya no podía contener el placer que sentía.

"Okaasan" - dijo Shizuka mientras soltaba un gemido al sentir como Kurama apretaba su trasero - "¡Ah ~!"

La princesa Nadeshiko lentamente levantó la mirada y se acercó donde su amante, solo para darle un apasionado beso - "Danna-sama ~"

"¡No es justo ~!" - gimió Miya mientras movía sus caderas - "¡Yo también quiero un beso ~!"

Kurama le dio una mirada antes de asentir y robar los labios de la líder Nadeshiko.

Shizuka lentamente retrocedió unos pasos, solo para ver como su madre parecía derretirse en las manos de su amante.

* * * * *

"Ustedes dos son fantásticas en esto" - dijo Kurama mientras veía como la madre y la hija tenían su pene envuelto entre sus enormes pechos.

"¡Hai, Danna-sama ~!" - dijeron las dos mujeres mientras besaban la punta del pene del hombre de cabello blanco.

Los tres habían estado teniendo sexo por tanto tiempo que habían perdido la cuenta de todas las horas que habían pasado, aunque parecía que habían sido al menos un día porque el sol se estaba ocultando nuevamente.

Miya tenía una expresión de placer absoluto mientras su rostro era cubierto por el semen de su ahora amante. Shizuka estaba con toda su vagina cubierta con semen mientras lamía el rostro de su madre.

"Creo que deberían de descansar" - dijo Kurama al ver como tanto la madre, como la hija, parecían haberse hundido en un abismo de placer.

"¡Ni lo pienses, Kurama-kun ~!" - exclamó Miya mientras acercaba su rostro donde su pareja - "Dijiste que me cogerías hasta que quede inconsciente y eso todavía no pasa ~"

Kurama le dio una mirada en blanco, solo para sacudir con la cabeza. Él tenía que admitir que estas dos mujeres eran mucho más resistentes de lo que pensaba.

Luego de unos segundos, los gemidos de la madre y la hija volvieron a resonar en el lugar.

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