Extra 19: El mundo he de cambiar (55)

"¿Yo?" - dijo Kaguya mientras levantaba una ceja - "La pregunta es... ¿Quién eres tú?"

"Mi nombre es Irasue, Inu no Kami y guardiana que protege la puerta del infierno" - respondió Irasue con seriedad - "Ahora, ¿Quién eres tú?"

"Mi nombre es Kaguya Otsutsuki, la diosa conejo, esposa de Kurama Uzumaki" - respondió Kaguya mientras se cruzaba de brazos.

"¿Su esposa?" - dijo Irasue con sorpresa - "Ya veo, tiene sentido, o sea, puedo sentir un poder similar al de Kurama-dono"

Kaguya no dijo nada al respecto, ella solo caminó donde Kurama y puso su mano en su cabeza para poder regenerar un poco de su chakra - "¿Estás bien?"

"Sí, un poco mejor, aunque fue más difícil de lo que pensaba" - respondió Kurama mientras se limpiaba el sudor de la frente - "¿Podemos comenzar?"

"Es mejor que esperemos a que te recuperes" - respondió Kaguya mientras negaba con la cabeza - "Por cierto, planeo revisar el lugar"

"Claro, te llamo cuando esté en buen estado" - asintió Kurama mientras veía como la silueta de Kaguya desaparecía como si fuera una espejismo.

"¿Ella de verdad es tu esposa?" - preguntó Irasue con sorpresa porque Kaguya poseía un aura etérea con cada movimiento que hacía, en cambio, Kurama parecía vivir mundanamente, como si fuera parte de la misma naturaleza. Era extraño y a la vez complementario, Kurama era como el mundo material mientras que Kaguya era todo lo relacionado con lo místico, los dos parecían ser diferentes, pero similares a la vez.

Kurama sonrió sin decir una palabras mientras chasqueaba los dedos.

Irasue se quedó en silencio cuando vio cómo todo a su alrededor parecía distorsionarse, aunque luego de unos segundos vio que ya no estaba en la habitación de Kurama, sino a las afueras de su mansión.

"Eso fue grosero" - dijo Irasue mientras negaba con la cabeza antes de caminar a una casa cercana, la misma que uno de los animales de la ciudad le había indicado que podía usar como vivienda provisional - "Este lugar es perfecto para meditar, además, el consumo de energía para poder conectarme con el infierno no parece tan alto como en mi santuario..."

Irasue cerró lentamente los ojos antes de empezar a meditar para poder mejorar su conexión con su poder.

* * * * *

"Este lugar es interesante" - dijo Kaguya mientras miraba alrededor con calma, ignorando por completo las miradas de los lobos Yokai que parecían estar siguiendo cada uno de sus movimientos.

"¿Quién eres?" - dijo una voz femenina y juvenil.

"?" - Kaguya miró hacia el origen y vio a una linda chica de unos 16-17 años, cabello castaño rojizo y ojos verde esmeralda.

Kaguya decidió ignorar a la chica y continuar observando los alrededores, aunque si era honesta, el mejor lugar era la mansión que Kurama había construido en el centro de esta ciudad, más que nada porque era el lugar con la mejor concentración espiritual.

"¡Oye, te estoy hablando!" - exclamó Ayame con molestia mientras corría detrás de esta extraña mujer de cabello plateado que era muy similar al de Kurama por alguna razón.

"¿Qué es lo que quieres de mí, niña?" - preguntó Kaguya con el ceño fruncido porque ella no había estado molestando a nadie, y ahora venía esta extraña chica a molestarla cuando solo estaba revisando los alrededores.

"Te estoy preguntando quién eres y qué es lo que haces en este lugar" - respondió Ayame con el ceño fruncido - "Además, ¿Cómo entraste a la ciudad si hay una barrera?"

"¿Quién soy? No es de tu incumbencia" - dijo Kaguya con neutralidad - "¿Qué es lo que hago en este lugar? Estoy viendo los alrededores, y entré gracias al dueño"

"¿Kurama-san te dio permiso de entrar?" - dijo Ayame con sorpresa mientras fruncía el ceño ante la presencia de esta hermosa mujer - "¿Qué eres? Una especie de Yuki-Onna?"

"¿Mujer de las nieves?" - repitió Kaguya con sorpresa mientras se ponía a pensar - "¿Lo dices por mi apariencia?"

"Es el único tipo de Yokai que usa tanto blanco en su apariencia, sin contar que tu color de cabello y ojos te delata" - respondió Ayame mientras movía su pequeña nariz.

"Mi cabello puede ser por otros motivos, y mis ojos pueden ser así porque soy ciega..." - respondió Kaguya mientras le daba una mirada en blanco. Honestamente, ella no sabía cómo sentirse luego de escuchar la hipótesis de la chica, después de todo, lo primero que mucha gente pensaría al ver su Byakugan, sería que ella era ciega.

"¿Eres ciega?" - preguntó Ayame con sorpresa.

"No, puedo ver con normalidad, de hecho, puedo ver mejor que muchas especies de este mundo" - respondió Kaguya mientras negaba con la cabeza - "Solo trataba de dar un punto, que mi apariencia no es necesariamente prueba de que soy de una especie que tú conoces"

"Siento que me estás tomando el pelo, aunque comprendo lo que tratas de decir" - dijo Ayame mientras apretaba los dientes - "¿Cómo conociste a Kurama-san?"

"¿Cómo conocí a Kurama?" - repitió Kaguya mientras empezaba a recordar el pasado - "Fue cuando fui liberada de mi prisión en la luna y bajé a la tierra para poder convertir a todos los habitantes en mis esclavos sin voluntad, él logró salvarme de mi corrupción y al final nos terminamos enamorando, ahora somos una feliz pareja con un bello hijo"

"¿Eh? ¿Pareja? ¿Hijo?" - dijo Ayame con sorpresa porque ella no pensó que esta extraña, pero hermosa mujer, fuera la esposa de Kurama - "Espera... ¿Sellada en la luna, plan para controlar el mundo?"

"Sí, digamos que fui corrompida por cierta entidad que hizo que perdiera la cordura lentamente, al final casi destruyo el mundo dos veces, pero Kurama me detuvo durante mi segundo intento y sin volver a sellarme en la luna" - respondió Kaguya mientras asentía.

Ayame no supo qué decir ante esto, después de todo, las palabras de Kaguya parecían salidas de un cuento que su abuelo le hubiera contado durante su infancia.

"En fin, si eso es todo, tengo que seguir revisando la ciudad antes de volver a la mansión, todavía tengo algo que hacer con Kurama" - dijo Kaguya antes de caminar hacia la entrada de la ciudad.

Ayame se sonrojó cuando escuchó las palabras de Kaguya, después de todo, no había muchas cosas que una pareja pudiera hacer solos en casa, además, ella, como mujer, pudo detectar el ligero tono seductor de las palabras de la mujer de cabello plateado.

"¡Espera, yo voy a mostrarte la ciudad!" - exclamó Ayame mientras corría detrás de la mujer de cabello plateado, aunque ella no entendía por qué lo hizo.

"¿?" - Kaguya le dio una mirada confundida antes de asentir con calma.

* * *

Las dos chicas continuaron revisando la pequeña ciudad por unos 30 minutos más, hasta que vieron como un pequeño conejo blanco corría donde Kaguya y le entregaba un pergamino.

Kaguya sonrió ligeramente antes de poner su mano en la cabeza del conejito y darle un poco de su energía.

Ayame vio con sorpresa como los ojos del animalito brillaban ligeramente, aunque las sorpresas no terminaron allí, porque lo que sucedió después la dejó mucho más perpleja.

"¡Muchas gracias por este regalo, Kaguya-sama!" - exclamó el conejo antes de saltar sobre la rama de un árbol y desaparecen del lugar.

"¡¿Cómo?!" - exclamó Ayame mientras veía como la mujer de cabello plateado se ponía a leer el pergamino - "¡¿Cómo hiciste eso?!"

"¿Darle un mayor poder cognitivo al conejo?" - preguntó Kaguya mientras mantenía sus ojos en el pergamino - "Es simple, solo amplié su poder espiritual para que pudiera crear un ego propio"

"¡Convertiste a un animal en un Yokai, eso no debería de ser posible!" - exclamó Ayame con terror porque tal parecía que esta mujer era mucho más poderosa de lo que ella pensó en un principio.

"Lamento si te sorprendí, aunque este pequeño paseo tendrá que terminar porque tengo algo que hacer" - dijo Kaguya mientras negaba con la cabeza. Si era honesta consigo misma, ella no estaba ni siquiera un poco interesada en la reacción de Ayame, mucho menos ahora que había recibido el mensaje de su amado esposo diciéndole que ya estaba listo para continuar con el traslado de su familia.

Ayame intentó decir algo más, cuando vio que la mujer de cabello plateado había desaparecido - "Eso fue un poco grosero"

Sin pensarlo dos veces, la chica lobo corrió hacia la mansión de Kurama, aunque para su sorpresa, sintió como algo impactaba contra su rostro cuando estaba por poner un pie dentro del lugar - "Ugh... ¿Qué fue eso?"

"Una barrera, y una muy poderosa" - respondió una voz femenina.

Ayame miró en dirección de la voz y notó que detrás de ella estaba una hermosa mujer de cabello blanco - "¿Quién eres?"

"Antes de preguntar el nombre de alguien, es de buena educación presentarse primero" - dijo la mujer desconocida mientras se cruzaba de brazos.

"Mi nombre es Ayame, y soy la nieta del clan de los lobos del norte" - respondió Ayame mientras acariciaba su adolorida nariz.

"¿Oh? ¿A caso eres la nieta de Oki?" - dijo Irasue con sorpresa.

"¿Conoces a mi abuelo?" - preguntó Ayame con sorpresa, después de todo, no muchas personas conocía el nombre real de su abuelo.

"Directamente no, aunque él fue subordinado de mi esposo cuando él todavía estaba con vida" - respondió Irasue con calma.