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Extra 19: El mundo he de cambiar (46)

Una semana había pasado desde que Kurama había regresado al pasado, tiempo que el Kitsune había usado para mejorar la ciudad, sin contar que los lobos habían decidido unirse bajo su bandera.

El viejo sabio había querido entrar a la ciudad dorada, pero como Kurama había estado fuera por un buen tiempo, él no había podido hablarle sobre esto.

"¿Está aquí, Kurama-sama?" - preguntó Ayame mientras entraba en la habitación del gran Kitsune Daiyokai.

"¿Eh? ¿Qué sucede, jovencita?" - preguntó Kurama mientras veía a la chica entrar a su habitación.

"¡No soy una niña!" - exclamó Ayame mientras fruncía el ceño, solo para sonrojarse al notar como el Kitsune estaba usando solo unos pantalones - "¡Kya!"

"En serio, deberías de tocar la puerta antes de entrar" - suspiró Kurama mientras negaba con la cabeza. Él rápidamente caminó detrás de un biombo para cambiarse la ropa.

Luego de unos pocos segundos, Kurama salió con su típica vestimenta.

"Ok, ahora sí, dime que es lo que sucede" - dijo Kurama mientras se cruzaba de brazos.

"Escuchamos rumores de Koga y los demás" - respondió Ayame con el ceño fruncido.

"¿Oh?" - Kurama levantó una ceja, aunque su expresión cambió cuando vio como la chica parecía estar a punto de romperse - ". . ."

"Kurama-san... ellos murieron..." - murmuró Ayame con lágrimas en los ojos.

"¿Qué?" - Kurama abrió los ojos, sorprendido con esta noticia porque no tenía sentido - "Imposible, esos pájaros no son fuertes y Koga tenía fragmentos de la perla en sus extremidades..."

"Tal parece que el líder de las aves del paraíso también tenía fragmentos de la perla" - respondió Ayame mientras empezaba a sollozar.

La expresión de Kurama se congeló porque honestamente no pensaba que las cosas terminaran así - "¿Estás segura de que eso es cierto?"

"Fueron nuestros más confiables espías" - respondió Ayame mientras negaba con la cabeza - "Los envié para poder saber sobre los movimientos de Koga, lo que no pensé escuchar fue que veían como su cadáver sin extremidades caían desde la cima"

". . ." - Kurama se quedó en silencio mientras suspiraba con pesar - "Supongo que subestimé el poder del líder de la parvada, así como el número de esas cosas que Koga tenía que enfrentar"

Ayame se quedó muda porque podía sentir un nudo en su garganta.

"Supongo que quieres que lo vengue" - dijo Kurama mientras miraba a la chica lobo.

"Puede que él haya olvidado la promesa que le hice en mi juventud, pero eso no significa que mis sentimientos por él hayan desaparecido así sin más" - respondió Ayame mientras suspiraba con pesar. Sí, ella no estaba tan afectada como lo había estado durante su regreso, pero todavía podía escuchar a su corazón gritar de dolor por la muerte de la persona que había amado por años.

"Entiendo" - asintió Kurama mientras miraba a la chica - "Voy a hacerlo"

"Muchas gracias" - respondió Ayame con una sonrisa antes de soltar un suspiro - "La verdad es que si hubieras dicho que no, no hubiera sabido qué hacer"

"Posiblemente, tú hubieras tomado parte del clan para ir a pelear contra esas cosas y hubiera tenido que salvar sus traseros por petición de tu abuelo" - respondió Kurama con una sonrisa bromista.

Ayame se sonrojó porque ella sabía que eso hubiera sido lo que ella hubiera hecho - "¡Ahem! Pero eso no será necesario ahora que tú me ayudarás, ¿Verdad?"

"Por supuesto" - asintió Kurama mientras se cruzaba de brazos.

"Es bueno ver que ustedes se llevaban tan bien" - dijo el viejo sabio del clan de los lobos al ver como su nieta parecía haberse animado un poco luego de recibir la cruel noticia de la muerte de Koga.

"¡N-No sé de qué hablas, abuelo!" - exclamó Ayame con el rostro rojo.

"Bueno, ella es una niña animada" - asintió Kurama mientras negaba con la cabeza.

"¡No soy una niña! ¡Tengo más de 100 años!" - exclamó Ayame con el ceño fruncido.

"Eso es una niña en la edad de nuestro clan, Ayame" - respondió el viejo sabio mientras sonreía ligeramente.

"Tengo la edad suficiente para poder crear una fuerte descendencia, no me trates como si fuera un cachorro, abuelo" - respondió Ayame mientras desviaba la mirada por la vergüenza de haber dicho algo como eso.

"Dejando eso de lado, supongo que escuchaste lo que estábamos hablando" - dijo Kurama mientras levantaba una ceja.

"Sí, lo siento, es solo que estaba un poco preocupado por el bienestar de mi nieta" - respondió el viejo sabio mientras negaba con la cabeza.

"Oh, lo entiendo, no tienes que dar escusas" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza - "En fin, denme un segundo y terminaré con el trabajo, además, necesito resguardar esos fragmentos"

"¿Ok?" - Ayame y el sabio se miraron entre ellos, aunque cuando volvieron a mirar en dirección del Kitsune Daiyokai, él ya había desaparecido.

"Me pregunto cómo es que hace eso" - dijo el viejo sabio mientras negaba con la cabeza.

"¿Crees que pueda aprender de él?" - preguntó Ayame mientras miraba a su abuelo.

"No estoy seguro" - respondió el viejo sabio mientras se ponía a pensar, aunque esto se detuvo abruptamente porque Kurama había regresado - "¿Listo?"

"Sí, ya terminé el trabajo, aunque no pude encontrar el cuerpo de Koga" - respondió Kurama mientras fruncía el ceño - "En cuanto a los amigos de Koga, logré darles un entierro digno"

La expresión animada de Ayame se oscureció mientras soltaba un suspiro.

"Gracias por hacerme este favor, Kurama-san" - dijo Ayame mientras hacía una pequeña reverencia antes de irse en silencio.

"Es mejor que le demos un poco de tiempo para poder calmarse" - dijo el viejo sabio.

"Por supuesto" - asintió mientras guardaba los fragmentos de la perla de Shikon en su sello de almacenamiento - "¿Quieres beber?"

"Por supuesto" - dijo el viejo sabio mientras veía como el Kitsune Daiyokai sacaba una pequeña botella de la nada - "¿Qué fue eso?"

"Una de mis muchas habilidades..." - respondió Kurama mientras se encogía de hombros.

* * * * *

"De verdad duele..." - murmuró Ayame mientras miraba el cielo que lentamente parecía estar oscureciéndose - "Puede que no me amaras como yo a ti, pero eso no significa que quisiera que murieras cuando me rechazaste..."

La chica lobo estaba triste, y cualquiera podía verlo incluso desde la distancia.

"¿A caso el destino el que no quiere vernos juntos?" - murmuró Ayame, sin saber que la presencia de la persona que había estado junto a ella hasta hace poco, había sido el responsable de haber cambiado el flujo natural predestinado de su mundo.

Ayame nuevamente se quedó en silencio mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

"¿Deberíamos de intentar animarla?" - preguntó una ardilla mientras miraba a sus compañeros.

"No, ella necesita tiempo a solas para poder organizar sus emociones" - respondió un conejo mientras soltaba un suspiro - "Ella debe de haber perdido a alguien importante"

"¿En serio?" - repitió otra ardilla mientras fruncía el ceño.

"Es posible que no lo comprendas porque eres muy joven, pero perder a la persona equivocada, causa este tipo de dolor" - respondió la primera ardilla mientras acariciaba la cabeza de su pequeño amigo.

"Koga..." - murmuró Ayame antes de quedarse en silencio.

* * * * *

"Los rumores apuntaron en esta dirección" - dijo Miroku con el ceño fruncido - "Me pregunto si ese idiota habrá conseguido más información..."

"¡Miroku-sama!" - exclamó una voz masculina.

"Y hablando del rey de roma..." - dijo Miroku mientras veía como un Tanuki de más o menos su tamaño estaba corriendo en su dirección - "Hachi, es bueno ver que estás en buena salud"

"Es porque no estuve viajando con usted, Miroku-sama" - respondió Hachi inconscientemente.

"¿Qué dijiste?" - preguntó Miroku mientras fruncía el ceño.

"¡Que esto se deba a que por fin estoy en su maravillosa presencia, Miroku-sama!" - exclamó Hachi mientras sonreía forzadamente.

"Eso creí escuchar" - asintió Miroku mientras negaba con la cabeza - "Dime, ¿Lograste descubrir algo más durante nuestra separación una semana atrás?"

"Es como había dicho el granjero, una oscura presencia demoníaca pasó por este lugar" - respondió Hachi con el ceño fruncido - "Aunque no creo que sea su enemigo, Miroku-sama"

"Tal vez no lo sea, pero estoy seguro de que tiene que ver con él" - respondió Miroku mientras tomaba su brazo - "Puedo sentir su leve presencia en este lugar"

"¿Está seguro, Miroku-sama?" - preguntó Hachi mientras miraba a su maestro.

"Sí, el dolor de mi brazo es inconfundible" - respondió Miroku mientras fruncía el ceño.

Los rumores sobre la presencia de un Yokai llamado Naraku, habían aparecido en diferentes lugares de Japón, al punto que él había tenido que cambiar su dirección múltiples veces.

"Lo irónico es que estamos caminando nuevamente a nuestro primer destino" - dijo Miroku con molestia - "¿A caso Naraku está tratándonos como unos estúpidos, o es simplemente el destino el que está jugando con nosotros?"

Miroku estaba confundido, sin saber que el destino estaba empezando a volver a su camino predestinado, aunque con unos cuantos cambios que no se sabía si eran buenos o malos para los "protagonistas" de esta historia.

"¿Qué es lo que haremos, Miroku-sama?" - preguntó Hachi mientras miraba a su maestro.

"¿No es obvio? Seguiremos esta pista, es lo único que tenemos para poder terminar con esta maldición" - dijo Miroku mientras veía su mano que estaba cubierta por un japa mala, o mejor conocido como rosario budista.

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[Origen] Cap 727 <--- Disponible en Pa treon.

[La Leyenda del Kyubi: Vol 4] Extra 19(61) <--- Disponible en Pa treon.

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