14 Capitulo 12: La verdad es que. . .

Anko estaba haciendo todo lo posible por mantener su consciencia despierta, pero cada segundo que pasaba hacía que fuera más difícil.

Ella tenía que asegurarse de que las personas que venían fueran alguien de confianza porque si era un espía o peor, Danzo, entonces todo se iría a la mierda.

Desde el incidente con el Clan Uchiha, Danzo había estado en silencio, pero ella sabía que no podría con la tentación de obtener a un debilitado Jinchuriki.

La otro que podría suceder, es que los aldeanos descubrieran su posición y vinieran lo más rápido posible. Con la apariencia actual que tenía el joven, era obvio que ellos atacarían sin piedad.

Luego de eso la situación escalaría demasiado rápido porque Kurama de alguna u otra forma reaccionaría y contraatacaría. Hiruzen no tendría otro remedio que ponerse de lado de los aldeados, después de todo, él era el Hokage de Kohona y su deber era protegerlos.

Anko miró al chico que estaba en tan mal estado que el sonido de su respiración era a penas audible.

"Lo siento Foxy-kun" - las lagrimas brotaban de los ojos de Anko mientras esperaba la llegada de la gente que se a cercaba. La kunoichi tenía una mirada fría y un kunai en una de sus manos, pero se relajó en gran medida cuando sintió un chakra familiar - "Kushina-san..."

"¡Sochi!" - gritó Kushina al ver el estado de su hijo.

Anko intentó decir algo pero Kushina no le dio ni siquiera una mirada, esto solo hizo que la culpa de la cabello morado creciera mientras veía como la pelirroja le tomaba el pulso al joven inconsciente.

"Necesito que me digas que fue lo que pasó" - dijo Hiruzen con seriedad.

"Yo..." - murmuró Anko.

Poco a poco los shinobis empezaron a reunirse, entre ellos Kakashi, Yamato, Kurenai, Asuma, Gai, Mikoto, Itachi, Inoichi, Hiashi y Yugao, quien estaba con una mascara Anbu de gato, sirviendo como guardia personal del Hokage.

Hiruzen comprendió lo que la mujer trataba de expresar y asintió - "Los que no tengan relación con Kurama-kun, les pido que se retiren..."

Los recién llegados se miraron unos segundos y partieron sin decir nada, con la clara excepción de la Anbu Neko.

La kunoichi de cabello morado tomó un pequeño respiro antes de empezar a contar lo sucedido sin dejar ningún detalle fuera. Ella se mordió el labio y miró al Uzumaki con tristeza mientras continuaba con su relato, notando como la expresión de la pelirroja se volvía cada vez peor.

"Sochi..." - murmuró Kushina mientras intentaba usar su Jutsu Médico pero parecía no tener resultado alguno.

"Resumiendo... mientras corrías detrás de él, lo presionaste tanto que terminó recordando algo que no debería haber recordado... probablemente una memoria del Kyubi..." - dijo Hiruzen mientras ordenaba los datos en su mente - "Dicha memoria era tan oscura que el chico terminó perdiendo el control de sus emociones y empezó a tranformarse en el Bijuu... ¿todo bien hasta ahí?"

"H-Hai... Hiruzen-sama" - Afirmó Anko con un dolor en su pecho.

". . ." - Kushina solo estaba escuchando en silencio mientras hacía todo lo posible por intentar aliviar el dolor del joven pelirrojo. Ella sabía que Kurama le estaba ocultado algo importante pero ella había decidido esperar hasta que el chico estuviera listo, aunque ahora se estaba arrepintiendo.

Kushina solo podía maldecir su indecisión y ahora estaba pagando el precio.

"Sochi..." - murmuró la pelirroja mientras acariciaba la mejilla del joven.

"Por favor... no me dejes tú también..." - pensó la mujer mientras miraba a su hijo - "Te necesito... así que no me dejes sola..."

Kushina estaba destrozada internamente. La traición que había recibido a manos de su ex-esposo todavía estaba frezca y los constantes viajes de Kurama al hospital no ayudaban a su pobre corazón.

"No tendríamos que haber vuelto a Konoha..." - pensó la pelirroja mientras miraba a su hijo - "Deberíamos habernos quedado en Uzu... ahí seguiríamos en paz..."

El joven pelirrojo le había hablado sobre muchas cosas durante de los años. Sobre el nombre del Kyubi y sus hermanos, sobre los sucesos que pasaron hace mucho tiempo con el Clan Otsutsuki, sobre los dos hijos del Sabio de los Seis Caminos, Indra y Ashura pero ella sabía que había algo que él nunca le contó.

"¿Que es lo que no me quieres decir?" - Pensó Kushina - "¿A caso no confías en mi?"

Un fuerte dolor empezó a nacer en el pecho de la pelirroja. Ella sentía que algo importante se estaba destruyendo.

"Por ahora llevemos a Kurama al hospital" - dijo el viejo Sandaime - "Cuando él despierte, nosotros tendremos algunas respuestas"

Anko se acerco despacio a Kushina y le dijo con voz triste - "Kushina-san...Lo siento..."

Kushina la miro con ira por unos segundos porque la mujer que tenía enfrente había sido la que hizo que su Sochi terminara en este estado, pero rápidamente se calmó porque sabía que era imposible que Anko lastimara a su 'Foxy-kun' - "Hablaremos más tarde... por ahora llevemos a Sochi al hospital..."

Kushina levantó lo más delicadamente posible al pelirrojo y avanzó con destino al hospital con una Anko siguiéndola con los ojos rojos y vacíos.

Lo que ellos no sabían era que por estar tan concentrados en Kurama, una sombra los estaba observando todo este tiempo sin que nadie se diera cuenta - "Tengo que informarle de esto a Danzo-sama... estoy seguro de que estará encantado con la noticia de que el Jinchuriki del Kyubi esta débil..."

* * * * * * *

Al llegar al hospital, las heridas físicas de Kurama ya se habían recuperado en su mayoría pero aun no recobraba la consciencia.

Kushina tomó a uno de los médicos y dijo con una voz desesperada - "¡Doctor!¡Dígame por qué mi Sochi aun no despierta!"

"¡Cálmese dama!¡El estado actual del 'joven' es 'normal'!" - dijo el doctor con molestia - "Es solo que el shock mental ocasionado por alguna clase de trauma, más el hecho que tiene una deficiencia de chakra por el uso de una técnica prohibida, ha causado que esté en una especie de Coma Inducido con el objetivo de no dañar su cerebro..."

"¡¿Cómo que 'joven'?!" -dijo Kushina con ira al escuchar el sarcasmo del medico -"¡Él es normal!

"¡Claro!" - Dijo el médico antes de irse - "Zorra demonio..."

Kushina estaba a punto de saltar a darle la paliza de su vida al bastardo que la llamó zorra pero fue detenida por Hiruzen quien había entrado a la habitación - "No lo hagas Kushina-chan... él no sabe nada del tema"

"Viejo... ¡¿Por qué mierda no le cuentas a la aldea de todo lo que pasó con el Kyubi?!" - dijo Kushina mirando al viejo Hokage - "¡No puedo permitir que la gente trate así a mi Sochi!"

Hiruzen la miro y dijo - "Kushina-chan, entiendo como te sientes pero..."

El Sandaime no pudo continuar de hablar porque fue interrumpido por la pelirroja - "¡¿Entender?!¡¿Entender qué?! "

"¡Por mi Sochi tuve que salir de la aldea!¡Tuve que dejar al bastardo de mi esposo!" - gritó iracunda la pelirroja - "¡¿Y ahora me dices que tengo que aguantar como nos miran con desprecio solo por el hecho de que el jutsu de sellado de Minato se fue a la mierda y causo una mutación en mi bebé?!"

"Y para ponerle una cereza al pastel... ¡Me dices que entiendes!" - Kushina estaba enfurecida. Ella sabía que el Hokage la trataba como familia solo en momentos que fuera necesario para mantener la estabilidad de Konoha, después de todo, ella antes era la esposa de Minato y carcelera del Kyubi, aunque ahora no era otra que la "madre" del Kyubi.

Kushina se dio cuenta que en estos momentos solo tenía dos personas en su familia.

Una era Anko, y aunque ella había cometido un grave error, la pelirroja pudo entender que la mujer de cabello morado estaba igual de destrozada que ella y el segundo y a la vez más importante, su pequeño, su Naruto, no, su Kurama...

Kushina le dio una mirada sin emociones al Sandaime y le dijo - "Hiruzen-sama por favor podría dejarnos solos un momento..."

Hiruzen tembló al escuchar el tono y notar la mirada de Kushina.

Fue en ese momento cuando comprendió lo hipócrita que era en llamar a los Uzumaki como su familia. Él siempre dijo que todas las cosas que hacía eran por su bien, pero luego de pensarlo un poco, todas esas decisiones fueron enrealidad por el bien de la aldea - "Lo siento..."

"No se preocupe, Hiruzen-sama" - negó la pelirroja - "Después de todo, usted es el líder de Konoha y como deber tiene que proteger a su gente"

"Kushina... voy a intentar ayudarte..." - dijo el viejo Sandaime.

"Gracias" - dijo Kushina con una mirada calmada - "Ahora si me disculpa, tengo que ir a ver a mi Sochi"

". . ." - Hiruzen nuevamente quedó en silencio mientras veía como la mujer que alguna vez pensó ver como una hija, volvía donde estaba el joven pelirrojo. Lentamente todas sus decisiones empezaron a aparecer en su mente. Como no hizo nada para poder detener los movimientos de Minato, como no hizo nada cuando supo de su actitud con su hijo, como no intentó dar algun consejo a la pobre mujer destrozada, como... como había querido mantener al infante en Konoha para que la aldea mantuviera su poder militar.

Hiruzen tembló cuando pensó en esto último y en como había descartado esa opción a última hora. Tal vez todavía le quedaba algo de amor familiar por Kushina o simplemente él sabía que ellos volverían a Konoha luego de un tiempo.

Ahora él estaba más deprimido que antes mientras sentía que sus maestreos estarían desilucionados por sus acciones, en especial Mito-san.

"Todavía puedo arreglar esto..." - murmuró el viejo Sandaime - "Todavía puedo volverme lo que siempre dije que era, una familia para esos dos..."

El Hokage rápidamente salió de la habitación del hospital y caminó hacia la torre Hokage, con la esperanza de poder encontrar alguna forma de enmendar su relación con los dos pelirrojos, solo que esta vez no era por Konoha, sino por su propia decisión personal.

"Tranquilo Kuro-chan..." - dijo Kushina mientras acariciaba la mejilla del chico - "Te prometo que nada malo te pasará... y como Uzumaki... yo compliré mi promesa... incluso si es que tenemos que vivir solo nosotros dos en lo más profundo de los bosques de Uzu..."

Yugao y Kurenai estaban fuera de la habitación de Kuram esperando a que la pelirroja saliera para hablar. Las dos mujeres sabían que algo había pasado dentro, después de todo, ellas habían visto como el Sandaime había salido con una expresión conflictiva que poco a poco se calmó.

Con mucho cuidado las dos tocaron la puerta pero luego de esperar unos minutos seguían sin recibir respuesta. Las dos chicas empezaron a preocuparse de su Sensei, así que entraron sin permiso.

Dentro de la habitación, Kushina estaba mirando a su hijo con cara llena de tristeza -"Que necesitan Yugao-chan, Kurenai-chan..."

". . ." - las chicas quedaro nen silencio cuando escucharon la voz tan fría y tajante de la mujer que respetaban y querían como una madre. La sonrisa que siempre había mostrado, no estaba por nigún lado y eso les causaba aún más dolor.

"Chicas... no creo que sea el mejor momento para hablar" - dijo Kushina con una voz llena de dolor - "Vuelvan..."

"Sensei..." - Intentaron hablar, pero una vez más fueron calladas por la pelirroja - "Lo siento chicas... no tengo ánimos de hablar con nadie... no cuando descubrí que solo tengo a dos personas en mi vida..."

El corazón de las chicas se rompió cuando escucharon esto, después de todo, ellas siempre pensaron que estaban del lado de la pelirroja pero todo era equivocado. Cuando Kushina más las necesitaba, ellas se quedaron en Konoha porque ya tenían sus vidas hechas.

Anko fue la única que acompañó a su sensei durante sus momentos más oscuros junto a su hijo y ese era el motivo por el cual ella le tenía tana estima.

"¡Ya no aguanto más!" - Dijo la voz -"¡Kushi-chan. tengo que hablar contigo!"

"Miko-chan..." - murmuró Kushina mientras miraba a la recién llegada Mikoto - "Como les dije a Yugao y Kurenai... no tengo ganas de hablar con nadie en estos momentos..."

"Lo siento Kushina pero esto es serio" - dijo Mikoto con una expresión firme mientras miraba al chico inconsciente - "Es algo que no puede esperar"

". . ." - Kushina solo suspiró en respuesta pero asintió de todas maneras - "Bien... Chicas... necesito que nos dejen solas..."

Yugao y Kurenai solo pudieron morderse los labios mientras veían como su Sensei era cada vez más distante.

"Nos vamos. Kurenai..." - dijo Yugao con una expresión neutral.

"¡Pero!" - gritó la Kunoichi de ojos rojos pero guardó silencio cuando vio la mirada de su amiga - "Ok..."

"Te pediría que me acompañaras a otro lugar para hablar... pero estoy segura que es imposible que eso suceda" - dijo Mikoto mientras miraba al chico - "No cuando los médicos pueden hacer algo estúpido..."

"Uno aprende de sus errores, Mikoto-chan" - respondió Kushina - "Cuando era un recién nacido, alguien intentó asesinarlo... y es bastante obvio que puede que suceda lo mismo una vez más... de eso estoy segura..."

Las miradas que daban algunos médicos y enfermeras demostraban el profundo rencor que le tenían al Kyubi no Yoko.

"Creo que es tiempo que nos retiremos" - murmuró Yugao mientras tomaba a su amiga - "Me hubiera gustado que nuestra reunión fuera de una mejor manera, Kushina Sensei..."

". . ." - Kushina no respondió, solo vio como las chicas se retiraban en silencio para luego voltear a ver a su mejor amiga - "Ahora si..."

Mikoto tomó un poco de aire mientras intentaba calmar su acelerado corazón.

Kushina estaba empezando a perder la paciencia. Ella había estado acumulando mucho estrés con los recientes sucesos y no estaba ayudando que su amiga se tomara su tiempo - "¡Miko-chan! Si tienes algo que decir ¡Dilo aquí y ahora!"

"Mejor siéntate, Kushina-chan..." - dijo Mikoto - "Esto será algo duro de digerir..."

". . ." - la mirada de Kushina se hizo cada vez más fría.

"La verdad es que..." - dijo Mikoto mientras empezaba a relatarle los sucesos que habían pasado en el Examen Genin.

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