342 Capítulo 319: Corrupción (1)

Kushina observó a la extraña luna roja desde la ventana de su hogar mientras su mano estaba en su corazón. Ella podía sentir como los latidos eran cada vez más rápidos mientras un mal presentimiento recorría cada centímetro de su cuerpo.

"Kushina-chan..." - dijo Mito mientras caminaba junto a Naruto y los demás niños.

"Kaasan..." - dijo Naruto mientras tomaba la mano de su madre, Él estaba temblando mientras los bebés lloraban.

"Todo estará bien, Sochi" - dijo Kushina con una sonrisa mientras abrazaba a su bebé - "Todo estará bien..."

"Kaasan... tengo miedo..." - murmuró Naruto mientras devolvía el abrazo - "Tousan... siento que Tousan esté en peligro..."

"Confía en tu padre, Naruto" - respondió Kushina mientras ponía más fuerza en su abrazo - "Él es fuerte, mucho más fuerte de lo que piensas..."

". . ." - Naruto guardó silencio mientras sus párpados empezaban a pesarle. Él lentamente cerró los ojos y empezó a roncar al igual que los demás niños.

"Es lo único que podemos hacer por ahora" - dijo Mito al ver que su Jutsu había funcionado.

"Los niños tienen una gran conexión con Kuro-chan" - dijo Kushina mientras se mordía el labio - "Si están actuando de esta forma, es porque él en verdad está en un peligro inimaginable..."

"Tranquila, Kushina-chan" - sonrió Mito mientras intentaba calmar a la actual matriarca Uzumaki - "Él es el líder del clan Uzumaki, así como tu esposo, es obvio que es invencible..."

Kushina le dio una mirada a su antigua maestra antes de asentir con debilidad. Cualquiera podía ver que ella no había tomado muy en serio las palabras de Mito, aunque al menos ahora no estaba tan mal como antes - "Por favor... por favor vuelve a casa... Kuro-chan..."

Kushina no era la única que estaba rezando porque su esposo volviera, después de todo, todas estaban rogando por la pronta aparición del hombre que había robado sus corazones.

* * * * *

Oscuridad....

Soledad...

¿Cuánto tiempo había pasado?

No, eso no le importaba, lo que en verdad le importaba era otra cosa...

Un profundo odio, dolor y tristeza invadió su interior mientras las palabras de Kaguya resonaban en su mente.

"¿Por qué? ¿Por qué me hicieron esto?

Él no sabía la respuesta, tampoco le importaba encontrarla, él solo quería olvidar todo, pero como si fuera una maldición, esas memorias lo perseguían como tiburones a la sangre

Todo comenzó diez años después de derrotar a Kaguya.

En un principio, él estaba un poco escéptico con todo porque la batalla había terminado de manera abrupta, aunque se relajó cuando vio como los capullos empezaban a abrirse uno detrás de otro.

Todo era felicidad, la guerra había terminado, así como la última amenaza que plagaba a las Naciones Elementales. Los shinobis que sobrevivieron habían ido a reunirse con su familia y cientos de nuevas parejas aparecieron durante el calor de la batalla.

Los años pasaron y la paz se mantuvo, las aldeas evolucionaron al punto de que los shinobis no eran tan necesarios como antes.

Pero como si dios estuviera jugando con él, un día todo se fue a la mierda...

Solo pensar en ese momento, hacía que ira creciera a niveles inimaginables, solo para escuchar el sonido de la risa de Kaguya, como si fuera una sombra porque no podía hacer nada para alejarla de su mente.

Ese día quedó marcado en su mente y las imágenes aparecían en su mente cada vez que cerraba los ojos, como si fuera un disco rallado.

Él había regresado a casa luego de un viaje para poder ayudar a una aldea aliada, solo para sentir como sus instintos le gritaban que no continuara, aunque él no le dio importancia y continuó entrando - "¡He vuelto!"

Kurama tenía una sonrisa en su rostro, pero esta rápidamente desapareció cuando no sintió a nadie en el lugar - "Extraño... normalmente esta es la parte donde Izumi-chan viene corriendo a abrazarme..."

Kurama frunció el ceño cuando vio esto, así que liberó un poco de su chakra para sentir la presencia de alguien en su hogar, solo para notar como todos parecían estar reunidos en la sala de estar. Esa fue la segunda señal.

Él lentamente caminó hacia el lugar donde estaban todos, solo para sentir como su cuerpo se congelaba - "¿Eh?"

"Lo siento..." - Kurama abrió los ojos en sorpresa cuando escuchó la voz de Kushina, solo para sentir como su cuerpo era rodeado por las Kongo Fusa de la pelirroja - "¡Argh!"

"Es su turno..." - dijo Kushina nuevamente mientras dos pares más de cadenas empezaban a rodear el cuerpo de Kurama.

"¡¿Qué está sucediendo?!" - exclamó Kurama con terror mientras sentía como todo su poder era sellado, pero para su furia, nadie le respondió - "¡Díganme que es lo que está pasando! ¡Esta broma no es graciosa!"

"Lo siento, Foxy-kun, pero esto no es una broma..." - dijo Anko mientras agachaba la mirada.

La expresión de Kurama cambió cuando escuchó esto mientras miraba alrededor esperando una respuesta.

"Las naciones elementales te encontraron un peligro para la paz..." - murmuró Mikoto mientras las lágrimas corrían por sus mejillas - "Tu poder es demasiado para este mundo..."

"¡Yo nunca abusaría de mi poder!" - rugió Kurama mientras miraba alrededor con la esperanza de encontrar a alguien que lo apoyara, pero para su dolor, vio como todas desviaban la mirada - "¡¿A caso no me creen?! ¡¿No me creen a pesar de que llevamos más de 10 años juntos?!"

"Lo siento, Kuro-chan..." - dijo Kushina mientras miraba su esposo - "Esto es por el bien de todos..."

". . ." - las lágrimas corrieron por las mejillas de Kurama mientras sentía como su corazón se rompía en miles de pedazos - "Ya veo..."

"Luego de esto, nosotros desapareceremos... el clan Uzumaki no existirá más en las Naciones Elementales..." - dijo Tsunade mientras se mordía el labio.

"Soy un peligro..." - murmuró Kurama mientras ignoraba las palabras de su amada Senju, solo para encontrar divertida la situación.

"Es tiempo..." - murmuró Kushina mientras 9 siluetas aparecían frente al líder del clan Uzumaki.

"Hijos..." - dijo Kurama mientras sentía como su corazón se rompía aún más. No solo sus amadas esposas le habían dado la espalda, sino también sus descendientes.

"Lo sentimos Tousan..." - murmuró Naruto con dolor - "Pero es lo correcto... es por el bien de todos..."

"Tousan..." - Izumi empezó a llorar - "No quiero, pero debo hacerlo..."

". . ." - Ryu solo guardó silencio mientras apretaba su puño con fuerza. Los Sextillizos solo abrazaron a su hermana mayor.

Kurama vio esto en silencio mientras una tétrica sonrisa aparecía en su rostro, aunque esta rápidamente se transformó en una risa lunática.

Los presentes retrocedieron cuando sintieron como el chakra de Kurama estaba empezando a volverse cada vez más errático con cada segundo que pasaba.

"Kuro-chan..." - dijo Kushina, solo para retroceder cuando notó la mirada de odio del hombre que amaba.

"¡Silencio!" - rugió Kurama mientras su expresión cambiaba - "¡Traje la paz al mundo! ¡Traje una nueva era de prosperidad a las aldeas, incluso ayudé en el replanteamiento de sus leyes! ¡¿Y así es como me pagan?!"

Los presentes quedaron mudos cuando escucharon esto.

"¡Di mi vida peleando contra Kaguya para liberarlos a todos! ¡Sacrifiqué tiempo de mi familia para poder ayudar a las aldeas! ¡Di mi sudor y sangre desde niño por el bien de este sucio mundo! ¡¿Y así es como pagan todo mi sacrificio?!" - el chakra de Kurama era cada vez más salvaje, al punto que estaba haciendo difícil el mantenerlo a raya - "¡ Y es mi propia familia la que me va a sellar por toda la eternidad!"

"Cuando comprendas que seres como nosotros son solo vistos como monstruos, sufrirás la desesperación de ver como todos los que siempre quisiste te dan la espalda"

Kurama empezó a reír con locura mientras unos cuantos mechones de su cabello empezaban a cambiar de color, de rojo a blanco.

"¡Solo lo hacemos porque es lo correcto!" - gritó Anko con lágrimas - "¡¿A caso crees que queremos hacerlo?!"

"¡¿Lo correcto?! ¡Una mierda!" - rugió Kurama con furia mientras escuchaba la escusa que repetían una y otra vez - "¡Les di mi amor a todas ustedes! ¡Les di mi amistad y conocimientos a todas las aldeas de las naciones elementales! ¡¿Y dicen que encerrarme por toda la eternidad es lo correcto?!"

Otra sección del cabello de Kurama cambió de rojo carmesí, a un blanco como la nieve.

"Lo siento Kuro-chan" - dijo nuevamente Kushina mientras miraba a los niños - "Es tiempo..."

"No importa cuanto los salves, no importa cuanto digan que te aman, solo es un mentira"

La risa de Kurama se detuvo unos segundos, lágrimas de sangre corrieron por sus mejillas mientras un nuevo grupo de mechones se teñían de un blanco inmaculado.

"Esta es la única forma que tenemos de sellarte sin el Rikudou: Chibaku Tensei" - dijo Mikoto mientras ponía su mano en el hombro de su destrozada mejor amiga - "Necesitamos 9 descendientes tuyos para poder activar el Fuinjutsu"

Dicen que del amor al odio, hay un solo paso, y Kurama lo estaba experimentando en estos momentos. Todo el amor que él sentía por su familia, lentamente se estaba transformando en el más profundo odio.

"Espero que si te liberas, el mundo esté en verdadera paz y puedas rehacer tu vida" - dijo Kushina mientras intentaba acariciar la mejilla de su amado, solo para ver como él intentaba morderla - "Es hora..."

"Fuin: Kokonotsu no Ketsueki Kusari (Sello: Nueve Cadenas de Sangre)" - exclamaron los 9 niños. 9 cadenas rojas aparecieron delante de ellos y atravesaron al pelirrojo, solo para que luego apareciera un ataúd y lo tragara.

"Lo sentimos..." - esas fueron las últimas palabras que Kurama logró escuchar antes de que todo se volviera oscuridad.

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