216 Capítulo 199: Enfrentamiento

"¡Ya quiero llegar a Konoha!" - exclamó una hermosa mujer de piel color chocolate y cuerpo voluptuosos y sensual - "¡No lo he visto en meses~!"

"Deberías calmarte un poco, Mabui" - respondió una estoica mujer rubia de enormes pechos.

"Aún no comprendo como es que tú también vienes, Samui" - suspiró otra mujer rubia, solo que ella no tenía un cuerpo tan seductor como sus dos amigas, aunque no se quedaba muy atrás, ya que sus ropas hacían que sus curvas no se vieran tanto.

"Lo mismo me pregunto yo, Yugito-chan" - dijo Mabui con los ojos entrecerrados - "¿Qué es lo que te hizo cambiar de opinión?"

"Vengo porque así lo ordenó A-sama" - respondió Samui con neutralidad.

"Sabes muy bien que eso no funciona con nosotras, Samui" - dijo Yugito con el ceño fruncido.

"Ok, se los diré..." - suspiró la mujer rubia de ojos fríos - "Él me salvó de cierto... incidente la última vez que vino..."

". . ." - Atsui, su hermano mayor, solo guardó silencio cuando escuchó esto porque él sabía muy bien que había pasado, después de todo, él fue el mayor culpable de casi perder a su amada hermana menor.

Omoi solo puso su mano en el hombre de su amigo mientras que Karui solo negaba con la cabeza, después de todo, ella sabía más o menos lo que había pasado.

"Será mejor que nos pongamos en posición de combate..." - dijo Yugito con seriedad - "Porque tenemos compañía"

"Te dije que redujeras tu chakra al mínimo..." - dijo una voz molesta.

"El resultado será el mismo, así que no es necesario" - respondió una segunda voz con un tono despreocupado - "Solo tenemos que tomar al Jinchuriki y enviar a los demás a Jashin-sama"

"No me pagan lo suficiente para aguantarte, Hidan" - dijo la primera voz mientras aparecía frente al grupo, mostrando la apariencia de un hombre que vestía una túnica negra con nubes rojas.

"Akatsuki..." - murmuró Omoi con el ceño fruncido al ver que era obvio que alguien en Kumo los había traicionado.

"Zombi Konbi... El Sacerdote Loco, Hidan y Kakuzu el inmortal..." - murmuró Yugito con frialdad.

"Eso es bueno, ya saben quienes somos así que no tenemos que presentarnos" - dijo Kakuzu mientras se encogía de hombros - "Ya sabes, el tiempo es dinero y a mi no me gustar perder dinero"

"Me importa una mierda el dinero, yo solo quiero sus almas" - bufó Hidan mientras miraba a los Kumonin que estaban frente a él.

"¿De qué hablas? Con dinero puedes conseguir esclavos para sacrificar" - respondió el Mercenario Inmortal.

"¿Oh? No se me había ocurrido eso" - asintió Hidan mientras se ponía a pensar.

"¿Qué hacemos ahora?" - preguntó Atsui con seriedad al ver a los dos Nukenin de Rango S.

"Tú y Omoi protegerán a Mabui" - respondió Samui con seriedad - "Nosotros pelearemos contra ellos"

"¿Sabes? Puede que sea la Secretaria de A-sama pero eso no cambia el hecho de que soy una Kunoichi de Kumo" - dijo Mabui con el ceño fruncido - "Yo puedo defenderme sola"

Los presentes le dieron una mirada mientras asentían.

"Ok, hagamos esto... solo tenemos que hacer tiempo" - dijo Yugito mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro - "Matatabi me acaba de decir que Kurama está cerca y llegará dentro de poco"

"Te agradezco la información" - dijo Kakuzu con neutralidad - "Ahora solo tenemos que ponernos serios y terminar con esto rápido"

"¡Tch! Y yo que quería jugar un poco" - bufó el Sacerdote loco mientras tomaba su guadaña - "En fin, terminemos esto rápido para ir a buscar más sacrificios"

* * * * *

"¡Mierda!¡Sí es Akatsuki!" - exclamó Kurama mientras una expresión horrible aparecía en su rostro. Solo habían dos personas en las Naciones Elementales que tenían un aroma a muerto, el Zombi Konbi de Akatsuki, Hidan y Kakuzu - "Juro que si uno de ellos está muerto cuando llegue, voy a destrozar todo lugar que ellos hayan habitado..."

En Kumo, él había conocido a muchas personas divertidas.

Primero, el Actual Raikage, A. Un hombre que golpeaba primero y pensaba después, él era alguien simple pero podías entenderlo con facilidad.

Segundo, Killer B, el Jinchuriki de su hermano Gyuki. El tipo era un imbécil que le gustaba rapear, aunque no era mala persona, de hecho, era super relajado.

Tercero, Atsui, el hermano mayor de Samui, o como él lo llamaba. el Inoichi Siscon porque a pesar de tener novia, él siempre estaba preocupado absurdamente por Samui.

"Esperemos que ellos estén bien, por su propio bien" - dijo Kurama mientras lanzaba un kunai con todas sus fuerzas.

* * * * *

"No creo... poder resistir mucho..." - murmuró Karui, quien estaba con todo el cuerpo ensangrentado. Ella podía sentir como sus párpados empezaban a pesarle - "Esos tipos son unos monstruos... al menos pude darles algo de tiempo... aunque... me hubiera gustado conocer a un buen hombre antes de morir..."

"Menos mal que llegué a tiempo..." - dijo Kurama mientras aparecía en un destello rojo cuando sintió el débil chakra de la chica. Él rápidamente usó el Jutsu de Mano mística para poder estabilizar la situación de la chica de Kumo, quien lentamente sintió como su situación mejoraba - "Te demoraste..."

"Se dice gracias, maldita cerda malagradecida" - bufó el pelirrojo, aunque rápidamente creó un Kage Bunshin - "Por cierto... ¿cómo fue que terminaste aquí? O sea, estás como a 1 kilómetro de distancia del lugar donde están peleando"

"Jutsu de Tierra de Kakuzu... tengo suerte de que el impacto no fue letal..." - respondió la chica de cabello rojo - "Aunque duele como el infierno... por cierto, deberías de estar yendo donde los demás, ellos necesitan tu ayuda"

"Voy a dejar a mi amigo aquí para ayudarte mientras voy a ayudar, puedes hablar con él o lo que sea" - dijo el chico pelirrojo mientras volvía a correr en dirección donde sentía el chakra de su hermana.

"Me pregunto si ese idiota podrá presentarme a algún amigo suyo..." - murmuró Karui mientras suspiraba con pesar. Ella había visto su vida frente a sus ojos y había comprendido que esta era jodidamente solitaria.

* * * * *

"Tengo que admitir que dieron una buena pelea" - dijo Kakuzu con neutralidad.

"Solo duraron unos pocos minutos" - respondió Hidan mientras le giraba los ojos.

"Dije buena, no larga" - bufó el Mercenario Inmortal - "Como sea, mejor terminemos con esto rápido, después de todo, solo nos quedan las 3 mujeres..."

"Solo esperen a que Kurama-kun llegue..." - murmuró la mujer de piel chocolate mientras miraba a los dos Nukenin de Rango S - "Estoy segura de que él disfrutará de jugar con ustedes..."

"Si es que llega antes de que los matemos y nos llevemos a la gatita" - respondió Kakuzu con desdén

"Chicas... quiero que tomen a Atsui y Omoi, y retrocedan lo más que puedan" - dijo Yugito con cansancio. Ella era la que más energía había gastado, al punto que incluso su Manto de Bestia Cola estaba empezando a desaparecer - "Ellos me quieren solo a mi..."

"¡Ni lo pienses, idiota!" - exclamó Mabui mientras intentaba recuperar el aliento, solo para dar un salto hacia atrás cuando vio como un jutsu Raiton se dirigía en su dirección - ". . ."

"¿En verdad piensan que seremos tan caballerosos como para dejarlas hablar en paz?" - preguntó Kakuzu con desdén.

"Deja que hablen, al menos sabremos cuales son sus últimas palabras" - dijo Hidan.

"¡Imbécil, Uzumaki Kurama está por llegar!" - rugió el Mercenario Inmortal mientras miraba con furia a su compañero - "¡¿A caso no recuerdas lo que les pasó a Sasori y Deidara?!"

"Sabes muy bien que esos dos imbéciles eran débiles" - respondió Hidan con neutralidad - "Pero si tanto miedo tienes, entonces hagamos esto rápido"

"!" - las chicas retrocedieron cuando sintieron como el Sacerdote loco se lanzaba contra ellas, solo para retroceder cuando una cola roja hecha de energía intentaba empalarlo.

"¡Váyanse ahora!" - gritó Yugito mientras el manto de Chakra rojo la rodeaba - "¡Voy a usar todo mi poder de fuego!"

Las chicas se miraron entre ellas para rápidamente asentir. Ellas comprendieron que ahora solo serían una carga para su compañera, así que tomaron a los dos chicos caídos y los sacaron del lugar.

"¡NI piensen que escaparán tan fácilmente!" - exclamó Kakuzu, solo para retroceder cuando vio a una segunda Yugito frente a él.

"¿Sorprendido?" - preguntó la primera Yugito - "Kurama me enseñó esta técnica cuando vino a Kumo... dijo algo sobre que con nuestro chakra masivo, este jutsu era nuestro mejor amigo"

"Ese idiota pelirrojo tiene que comprender que los Jutsus Secretos de una aldea, tienen que quedarse en la aldea" - dijo Kakuzu con desdén.

"Lo dice el que robó los jutsus prohibidos de su aldea" - respondió Hidan con neutralidad.

"Pero no se los he enseñado a nadie... ¿verdad?" - preguntó el Mercenario Inmortal mientras se encogía de hombros, aunque rápidamente se puso serio porque comprendió que su compañero nuevamente lo empezó a distraer - "Enserio... deberías de concentrarte en este puto trabajo..."

"Lo dice el que dejó ir a sus presas" - respondió el Sacerdote Loco.

"Sí, el que dejó..." - asintió Kakuzu, solo para notar como los shinobis de Kumo habían desaparecido - "¡Mierda!¡Todo es tu culpa, Hidan!¡Si no me hubieras distraído, esos imbéciles ya estarían muertos!"

"Sí, échale la culpa a tu compañero por tus errores, que maduro de tu parte" - dijo Hidan con desdén.

"Solo terminemos con esta puta misión" - suspiró el Mercenario Inmortal mientras miraba a Yugito - "Después de todo, todavía tenemos a nuestra presa aquí..."

". . ." - Yugito se quedó en silencio mientras una gran cantidad de llamas azules empezaba a rodear su cuerpo. Ella estaba lista para pelear y morir en el intento de ser necesario.

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