Capítulo 1

Antes de que pudiera repensar lo que estaba haciendo, la transacción ya estaba hecha. Soltó lentamente el frío bolígrafo de metal mientras su visión borrosa se fijaba en su reciente firma.

- Según este documento, usted renuncia al derecho de ser madre de su hija con nuestro centro de adopción y sin volverse atrás - la voz de la mujer mayor era parcial y se intuía en ella el prejuicio pero ¿quién no juzgaría a una persona actuando de forma tan despiadada? Como en la situación de una madre muy joven que renunciaba a su bebé recién nacida acambio de dinero, y no solo por habla sino también por escrito.

Desde el portero hasta el director del orfanato la habían mirado con recelo dándole a entender lo que pensaban de ella pero gracias a Dios ninguno llegó a expresárselo.

La niñera que sostenía a su hija la hacía divertidas muecas y sonreía mientras la bebé le agitaba los brazos juguetonamente.

Serena jean Katerine se apresuró a parpadear rápidamente evitando una acumulación de lágrimas en sus ojos y adaptó un semblante frío, el mismo que se apoderó de su rostro desde que el hombre que juró que la amaba y a quien ella correspondió con todo su corazón abandonó el país sin posibilidades de ser localizado dejándola con el corazón roto y el fruto de su engañoso juego justo en los brazos de la rubia niñera.

Tratando al máximo de no arrojar los brazos hacia su bebé y salir de allí huyendo, metió el cheque de siete ceros en su bolso y lentamente se levantó de ella. La directora una mujer de cabello gris y con la edad marcada en el rostro la dió una mirada glacial y la despidio con el mínimo de palabras.

- que tenga un buen día.

Sin mas que peder despues de estar perfiendolo todo sostuvo su bolso con fuerza haciendo un esfuerzo por no mirar a su hija que comenzó a llorar haciendo eco en toda la habitación.

Su respiración comenzó a acelerarse mientras en su mente revivió la primera vez que había escuchado ese llanto. Todo la había parecido maravilloso hasta que nadie vino a verla, pagó todo lo que tenía en todos los cuidados del parto y esa misma noche su mundo se había derrumbado leyendo la revista del Newyork Times

"El multimillonario Elliot Holmes regresa a Seattle para reunirse con su prometida quien esta decidida a celebrar su boda por todo lo alto y en apenas tres días para esta forman la pareja del año"

-señorita eso es todo -dijo la mujer sentada frente a ella con exasperación contenida por profesionalidad - su hija estará en mejores manos ahora - culminó juntando las manos sobre el escritorio y arrastrándola de regreso a la realidad del presente, este no era momento para navegar en pensamientos.

Deacuerdo, ahora solo tenía que irse .Miró hacia el final de la habitación donde su hija seguía llorando desconsolada como si supiera lo que su madre estaba apunto de hacer. Ya no podía ocultar sus lágrimas pero esas no resolverían nada en su desastrosa vida no obstante sabía muy bien que tenía que irse para poder recuperar a su hija algún día.