4 Capítulo 4 — El ídolo de la nación ha llegado (2)

Kang Jian era del tipo que tenía mucho músculo pero poco cerebro. Por lo tanto, no recibió la señal de An Xiaxia en absoluto. En vez de eso, saltó de la pared. Hubo un golpe cuando aterrizó perfectamente en el suelo.

La esquina de los labios del decano volvió a temblar. Los tres mil estudiantes de la Escuela Secundaria Qixia observaron en silencio al dúo, y cinco segundos más tarde, hicieron erupción con gritos y vítores.

—¡Vaya, esos dos son tan increíbles! ¡De hecho, eligieron una forma tan genial de hacer su gran entrada!

—Ay, ¿de qué les servirá? Al que saca el cuello primero, también le pegan primero.

—Se atrevieron a meterse debajo de las narices del decano; ¿pensaron siquiera en cómo sería su vida en la escuela?

Kang Jian aún no había recobrado el sentido común, pero el viejo director no pudo soportarlo más. Su cuerpo tembló mientras miraba incrédulo hacia donde había caído An Xiaxia. El decano que estaba a su lado, que llevaba un par de gafas de armazón negro, frunció el ceño mientras caminaba hacia An Xiaxia y preguntó severamente:

—¿De qué clase son ustedes dos? ¿Qué está pasando aquí?

An Xiaxia estaba a punto de llorar. ¡Ella había considerado muchas posibilidades, pero nunca esperó que ambos terminaran trepando directamente a la ceremonia de apertura de la escuela! Decidió intentar luchar contra su destino.

—Señor, no somos del Instituto Qixia…—La palabra "estudiantes" ni siquiera tuvo la oportunidad de salir antes de que Kang Jian dijera con un aire despreocupado—: ¡Señor, ambos estamos en el primer año, clase B!

An Xiaxia casi se vuelve loca.

El decano se quitó las gafas y dijo airadamente:

—¿Dónde está la maestra de la clase B del primer año? ¡Salga y llévese a sus estudiantes!

***

Después de haber sido regañada durante media hora por la mujer que tenía delante, que tenía el pelo rizado y que probablemente estaba pasando por la menopausia, An Xiaxia finalmente no pudo soportarlo más y le suplicó:

—Señora, todo fue culpa nuestra. No lo volveremos a hacer.

La maestra de la clase parloteó ruidosamente.

—¿Tienen idea de lo horribles que fueron sus acciones? ¡Llegaron tarde y entraron a la escuela trepando por la pared! ¿Alguna vez pensaron en mí, su profesora? ¿Alguna vez pensaron en las reglas de la escuela? ¿Alguna vez pensaron en Confucio, Mencio, Lao Tzu, Newton o Einstein...?

De pie junto a An Xianxia, Kang Jian susurró felizmente:

—Xiaxia, sabes que en realidad estamos en la clase C, ¿verdad?

¡Puf!

An Xiaxia casi se ahoga en su propia saliva y le pregunta con voz temblorosa:

—¿Estás seguro de esto? ¡Estamos mintiendo a un profesor!

—¡No te preocupes por eso! —Kang Jian se dio una palmadita en el pecho con orgullo. Sin embargo, quería morderse la lengua con las siguientes palabras de la profesora de la clase.

—¿Cuáles son sus nombres? ¡Necesito marcarlos en la lista de estudiantes! —La maestra de la clase sacó una tabla de información del estudiante arrugada mientras miraba al dúo con las cejas fruncidas.

An Xiaxia: «T_T ¡Dios me ha abandonado!»

Kang Jian: «T_T ¡Dios quiere matarme!»

***

Justo cuando pensaban que iban a ser castigados aún más ferozmente, hubo un alboroto en la distancia. An Xiaxia miró en la dirección de donde venía el ruido y se congeló en el acto, como si alguien le hubiera puesto un hechizo de ligadura de cuerpo entero.

La alegre voz del decano resonó en ese momento.

—En esta fría temporada de otoño, la Escuela Secundaria Qixia celebrará un gran evento. Los tres miembros del famoso grupo de ídolos de la nación Noche Estrellada se inscribirán oficialmente en la Preparatoria Qixia para sus estudios. ¡Nuestros profesores y alumnos, por favor, aplaudan para darles la bienvenida!

Con el roce de una suave brisa, algunas nubes se agruparon mientras que otras se suavizaron mientras los tres muchachos parecidos a Dios se dirigían hacia el asta de la bandera. El sol cubría sus cuerpos de oro pálido, y como estaban en contra de la luz, sus rostros eran borrosos. La multitud se quedó en silencio por un momento antes de que explotara con estruendosos vítores.

La boca de An Xiaxia se había abierto en forma de "O".

«Esto... No estoy soñando, ¿verdad?»

«El grupo que se veía a menudo en la televisión... ¿en realidad viene a la Secundaria Qixia para ir a la escuela?»