37 Capítulo 37 – ¡Expulsada! (Parte 2)

An Xiaxia retrocedió en shock cuando la mujer la agarró por los hombros y la zamarreó.

—¡Tan joven y malvada! Hasta trajiste un cuchillo a la escuela. Afortunadamente, solo fue una pequeña herida en el brazo. Si hubieses dañado el rostro de Xin'er, ¡te haría pagar con tu vida! —Lucía como un ama de casa chillona de pies a cabeza mientras balbuceaba de forma histérica. Nadie creería que en realidad era la esposa del CEO de la Empresa Jian.

An Xiaxia estaba confundida, como si una niebla hubiese cubierto su mente por completo. ¿Xin'er? ¿Jian Xin'er? ¿Cuándo la hirió?

—¿Qué le pasó a Jian Xin'er? —preguntó confundida An Xiaxia.

Su pregunta fue como una bomba para la Madre Jian y encendió su furia al instante. Levantó su mano e intentó cachetear a An Xiaxia.

—Señora Jian, por favor, cálmese. —Afortunadamente, el decano todavía tenía algo de consciencia y la mantuvo a raya.

La Madre Jian resopló y miró de reojo al director.

—Sr. director, ¿qué hará al respecto?

El director tosió, dio un paso adelante y preguntó con seriedad.

—Señorita An, ¿trajo o no un cuchillo a la escuela ayer?

—Señor... Solo era una navaja que uso para afilar mis lápices... —An Xiaxia intentó explicarse.

—Así que sí trajo uno, ¿cierto? —el rostro del director permaneció serio.

—Sí...

—Y tuvo una discusión con Jian Xin'er, lo que la llevó a amenazarla con el cuchillo, ¿cierto?

—Solo lo usaba en defensa propia... ¡fueron ellas las que me molestaron primero! —An Xiaxia estaba boquiabierta y no entendía por qué el director la estaba interrogando.

El director ajustó sus lentes y continuó de forma implacable.

—Apuñalaste a Jian Xin'er en el brazo con el cuchillo. ¡De acuerdo con las reglas de la escuela, estar en posesión de un cuchillo, pelear con una compañera y herirla nos da la facultad de expulsarte! ¡La Secundaria Qixia no quiere ni permitirá a estudiantes como tú en las instalaciones!

An Xiaxia miró al director con incredulidad. En la ceremonia de apertura, le había parecido un anciano tan amable y cariñoso... ¿Por qué se había transformado en una persona aterradora y prepotente ahora? An Xiaxia ni siquiera sabía lo que había hecho mal y solo podía repetir una y otra vez:

—Nunca herí a Jian Xin'er. ¡Quiero hablar con ella cara a cara!

—¡Sigues sin admitir tus errores! ¿Cómo es posible que la Secundaria Qixia admita estudiantes así? —La Madre Jian miró a An Xiaxia con asco y odio.

El director asintió servilmente.

—Solo es una estudiante de especialidad. Señora Jian, por favor, tenga por seguro que me encargaré de esto lo antes posible.

Cuando terminó de hablar, volteo hacia An Xiaxia con una cara larga y dijo:

—Bueno, como no lo admites, tendremos que pedirle a la Señorita Jian que venga.

El decano salió y rápidamente trajo a Jian Xin'er y a otra testigo, Ding Yiyi. El brazo de Jian Xin'er estaba envuelto en una venda blanca y miró con arrogancia a An Xiaxia mientras exclamó:

—¡Fue ella! ¡Ella me hirió ayer!

—Así es, puedo dar fe de eso —agregó en voz baja Ding Yiyi.

—An Xiaxia, ¿qué más tienes que decir en tu defensa?

An Xiaxia quería llorar, pero un valor desconocido la abrumó y se precipitó hacia Jian Xin'er para romper su vendaje. Jian Xin'er gritó a todo pulmón, pero An Xiaxia rompió su vendaje de igual manera, revelando una pequeña herida que estaba casi sanada y que era demasiado pequeña para verla. An Xiaxia la miró con desdén y habló con una voz triste.

—Independiente de si yo hice esa herida o no, ¿me va a expulsar por esto? ¿Acaso esta es la forma en la que la escuela lidia con estas cosas?

La Madre Jian frotó el anillo de diamante en su mano mientras gritaba:

—¡Por supuesto! Nuestra Xin'er es la heredera de la familia Jian. Si algo le pasa, ¡puedes pagar las consecuencias!