19 Los Curwood

Carlisle Cullen me narró toda una historia acerca de la importante línea de sangre Curwood desde sus orígenes. Resulta que el apellido pertenece originalmente al primer Nephilim sobre la tierra.

Hace mucho tiempo, cuando un ángel se enamoró por primera vez de un humano, el mejor castigo que los ángeles encontraron fue cortarle las alas al ángel pecador y enviarlo a vivir sobre la tierra con la misión exclusiva de proteger a los humanos de los demonios que habitan la tierra. Cuando la enviaron, ella tuvo que adoptar un apellido para ocultar su verdadera identidad, este último fue "Curwood" pero el nombre que adoptó aquí en la tierra no se sabe con certeza aún por más que se investiga. Su nombre de ángel era Acaya (Achaiah), un ángel serafín que se encargaba de resguardar los secretos de la naturaleza y de dotar a los humanos de paciencia.

Los siglos pasaron y Acaya se enamoró de nuevo, así que se casó con aquel hombre y luego tuvieron hijos, sin embargo el apellido que aquellos niños adoptaron fue el de su madre. Los Nephilims originales son los únicos que poseen inmortalidad, la verdad es que son inmortales porque están a la espera de recuperar sus alas una vez que se arrepientan verdaderamente de sus pecados o al menos después de varios años de servicio en la tierra.

En cambio, los Nephilims descendientes, crecen y envejecen como cualquier otro humano y su porcentaje de sangre de ángel disminuye de generación en generación dependiendo de si se juntan con alguien de su misma especie o con un humano. Ellos también tienen habilidades especiales como los vampiros, son más fuertes, más valientes y más rápidos que los humanos. Una criatura con sangre de demonio, como un vampiro por ejemplo, no podría tener una pelea justa con un Nephilim porque poseen armas especiales para matarnos y si nosotros bebemos su sangre vendría siendo como una cura, volveríamos a ser humanos de nuevo y sin la posibilidad de volver a ser un ser super humano algún día.

Se cree que el primer vampiro también nació como un castigo de los ángeles pero nadie sabe con certeza a qué ángel castigaron o por qué lo hicieron, lo único que se sabe es que actualmente ése vampiro lleva por nombre Stephenie Meyer. Sin embargo, actualmente, los vampiros no pueden usar sus habilidades especiales por el día (se cree que Stephenie sí podía hacerlo), la luz es como una kriptonita que apaga los poderes de los vampiros pero, contrario a lo que se cree, la luz no puede quemar a un vampiro a menos que use sus habilidades en el día. Quizá podrían usarlas en algún lugar con sombra o totalmente oscuro pero aún así serían más débiles que por la noche.

La teoría de los Cullen, por lo tanto, es que tengo sangre de ángel en mi sistema la cual no es compatible con la de demonio y es por eso es que no puedo ser un vampiro. O bueno, quizá un original podría convertirme pero hasta eso está en duda. Los vampiros originales son los únicos que pueden convertir en uno más de su especie a las criaturas con sangre de ángel, así como sólo los Nephilims originales pueden convertir a un vampiro original en humano de nuevo. Nadie sabe actualmente el paradero del Nephilim original pero tanto los Cullen como yo estamos seguros de que sigue con vida.

Yo no soy un Nephilim porque no tengo el porcentaje necesario de sangre de ángel corriendo por mis venas para poder ser uno pero quizá sí tengo el porcentaje necesario para convertir a criaturas con sangre de demonio en humanos de nuevo. No estoy muy segura acerca de mi condición pero si de algo estoy segura es de una sola cosa: no soy un ser humano normal.

Carlisle finalmente me dijo que hay otras líneas de sangre con diferentes apellidos en la actualidad pero todos descienden de la misma: los Curwood. Sin embargo, sólo un Curwood de apellido tiene la facultad de no poder convertirse en una criatura con sangre de demonio sin importar qué tan mínimo sea su porcentaje de sangre de ángel. El último hecho es el más extraño de todos ya que mi apellido no es ése y nadie en mi familia que yo conozca lo posee.

Después de esa velada llena de historias y teorías confusas, llegó la hora de volver a casa y entonces Edward se ofreció a llevarme como lo más factible.

— Bueno, supongo que aquí nos separamos. Gracias por traerme a casa cariño. Te veo mañana en la escuela. — dije una vez que Edward aparcó su auto frente a mi casa.

— No tenemos por qué separarnos aún. Puedo quedarme contigo esta noche si quieres y ayudarte a limpiar el desastre en tu habitación antes de ir a la cama.

— Suena genial. — dije esbozando una sonrisa sexy mientras me acercaba lo suficiente a sus labios para tentarlo pero sin besarlo.

— Entonces, ¿Te veo en diez en tu habitación?

— Seguro. — dije besando sus labios y luego deposité un pequeño beso en su cuello antes de salir del auto y entrar a casa finalmente.

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