10 La Otra Chica

Me desperté muy confundida el sábado por la mañana, tenía la extraña sensación de que Edward había pasado la noche aquí. Quizá sólo se tratara de otro de mis sueños raros, o al menos eso pensaba hasta que encontré una nota sobre mi escritorio elaborada con una caligrafía impecable.

"Hola, buenos días Lizzy. Si encontraste esta nota, quiere decir que ya te has levantado y puede que te encuentres un poco confundida. No tienes de qué preocuparte, la razón por la que pasé la noche-madrugada aquí fue porque me llamaste muy asustada diciendo que habías tenido una pesadilla y luego me pediste que viniera. Así que acudí a tu llamado para poder consolarte y me fui mientras dormías. Por favor come algo, tu desayuno está listo dentro del horno de microondas que está en tu cocina. Te veré mañana en la escuela."

Así que no fue un sueño, ¡El verdaderamente estuvo aquí! ¿Quién deja su casa a las tres de la madrugada sólo para consolar a alguien y luego cocina pancakes? ¡Está totalmente loco. Mientras estaba incrédula, bajé y calenté el café que me preparó mientras devoraba mis pancakes. Diez minutos después, mis padres bajaron a desayunar.

— Te levantaste muy temprano, ¿No? — dijo mi madre un tanto sorprendida.

— Ahh… Sí, supongo, ¿Qué hora es?

— Son las siete de la mañana. Pero la casa olía a pancakes desde hace dos horas.

— Claro, este… Quedé con Jeanne para ir a correr en un rato, ¡Los veo luego! — dije mientras subía las escaleras para cambiarme de ropa. Cinco minutos después, salí de mi casa y luego procedí a trotar-correr por toda la manzana botella de agua en mano.

Llevaba corriendo media hora y una de mis canciones favoritas "Earthquake- Little boots" estaba sonando en mi MP3 cuando de pronto alguien chocó conmigo y luego cayó encima de mí.

— Lo siento, soy muy torpe. — dijo una chica de apariencia no mucho mayor que yo mientras se levantaba.

— No hay cuidado. — dije mientras me levantaba y sacudía mi ropa.

— Soy Alice. — dijo extendiendo su mano hacia mí. Ella era realmente hermosa con su piel de porcelana llena de vida, su cabello corto negro y sus amables ojos color marrón.

— Yo soy Lizzy. — respondí estrechando su mano.

— ¿Puedo invitarte un café?

Alice y yo caminamos juntas unos cuantos minutos hasta que encontramos una cafetería abierta y una vez dentro ordenamos café y galletas. Creo que esa es la manera más rara en la que he conocido a alguien. Conversamos un rato sobre nosotras mismas y nuestras vidas sociales para conocernos un poco más y luego me acompañó a casa pero no sin antes intercambiar números telefónicos.

La mañana del lunes fue bastante extraña, Alice me había dicho que estudia en la misma escuela que yo, así que a la hora del almuerzo caminé sola por toda la escuela buscándola. Ella es porrista, una muy popular de hecho, pero es la persona más amable y agradable que he conocido en toda mi vida. Estaba en lo mío en la cafetería cuando de pronto alguien chocó conmigo.

— ¡Perdón! No fue mi intención. — dijo dando la vuelta para ver con quién había chocado esta vez.

— ¡Alice! — dije en cuanto la vi.

— ¡Hola Lizzy!

— ¿Te gustaría… pasar el rato conmigo?

— ¡Me encantaría!

Caminamos por toda la escuela hasta que llegamos al área de deportes al aire libre, ahí nos detuvimos y nos sentamos en el pasto para almorzar. Pude ver que Edward estaba ahí con su novia al otro lado del campo pero no pudo despegar sus ojos de nosotras desde el momento en que nos vio, quizá Alice fuera su tipo.

— ¿Qué estás viendo con tanta atención? Agh, ahí está mi hermano con su mascota. — dijo mirando lo mismo que yo.

— ¿Qu-qué? ¿Edward es tu hermano?

— Desafortunadamente sí, es mi hermano gemelo. Pero, ¿Por qué lo estabas viendo de esa manera? ¿Acaso te gusta? — dijo con una sonrisa pícara.

— Sí… Es decir, ¡NO! ¡Por supuesto que no!

— ¿Por qué demonios te gusta? ¡Es un tonto!

— Estoy de acuerdo — respondí riendo — eso solo que a veces puede ser tan dulce…

— Bueno, al menos tú serías una mejor cuñada que esa perra de Tiffany, ¡No la soporto!

No pude responderle debido a que estaba muy distraída con lo que mis ojos estaban viendo en ese momento. Tiffany le estaba diciendo algo a Edward pero parecía que él ni siquiera le ponía atención debido a que estaba muy distraído viéndonos y sonriendo como si pudiera escuchar nuestra plática pero de hecho estaba demasiado lejos para hacerlo. Luego de unos segundos, Tiffany se dio cuenta de lo que estaba pasando y entonces tomó el rostro de Edward para dirigir su mirada hacia ella nuevamente mientras la cara le ardía del puro coraje. Ante esto, Alice y yo sólo nos echamos a reír y luego fuimos a clase.

avataravatar
Next chapter