13 Bajo la Luz de la Luna

Era viernes por la noche, me encontraba escuchando a Lana del Rey en mi MP3 mientras hacía la tarea en mi cuarto hasta que recibí una llamada telefónica.

— ¿Sí?

— ¡Hola querida!, ¿Qué estás haciendo? Son casi las once de la noche, esperaba que ya estuvieras durmiendo.

— ¿Edward? ¿Este es tu nuevo número telefónico?

— Sí, perdí mi anterior celular. Pero, ¿Qué estás haciendo entonces?

— Estoy haciendo mi tarea.

— Ah, entonces es por eso que aún se ve luz en tu habitación.

— ¿Qué?, ¿Estás afuera de mi casa? — dije mientras lo buscaba con la mirada desde mi ventana pero no pude verlo por ningún lado.

— Sí, vine a saludar, ¿Puedo pasar?

— ¡Absolutamente no! ¡No puedes entrar a mi habitación cuando se te pegue tu gana tonto! ¡Estás totalmente loco si crees que es así!

— Deja de gritarme Elizabeth, no estoy sordo.

— Bien, lo siento.

— Ten una cita conmigo entonces.

— ¡¿Una cita?! ¡Por qué tendría una…!

— Ey ey — dijo interrumpiéndome antes de que le diera una negativa — número uno, ¿Por qué me gritas de nuevo? Número dos, es sólo una cita, no te estoy pidiendo matrimonio. Y número tres, aún me debes algo, ¿Recuerdas?

— No me lo creo, ¿Te atreves a burlarte de mi equivocación respecto a Jacob?

— No, no me estoy burlando ni jugando en lo absoluto. Sólo quería cambiar el beso que me debes por una cita, pero si prefieres el beso entonces… estaré en tu habitación en un segundo, ¡No tardo!

— ¡NO!

— ¿No?

— Está… Está bien, tendré una cita contigo.

— Perfecto, entonces te veo mañana a las seis de la tarde.

¿Quién demonios se cree que es? Deja de hablarme por semanas y ahora, ¿Quiere tener una cita conmigo? ¡Qué idiota! Después de esa llamada telefónica, continué con mi tarea hasta terminar y luego me fui a dormir.

La mañana del sábado pasó bastante tranquila, salí a correr con Alice a las ocho de la mañana como cada fin de semana desde que la conocí. Media hora después, mientras tomábamos un pequeño descanso, le conté sobre mi cita con Edward y entonces pasamos el resto de la mañana en el centro comercial comprando algunas cosas para la ocasión especial. Regresamos a mi casa a las tres de la tarde y luego de comer me ayudó con mi ropa, maquillaje y peinado para la cita. Me puse un crop top blanco estampado, unos jeans de mezclilla ajustados, una chaqueta de felpa color palo de rosa y unos botines negros de tacón que combiné a la perfección con mi bolso tipo hobo negro, luego Alice me puso un maquillaje coqueto pero discreto y al final alacio mi cabello, el cual es corto y negro pero muy sedoso. Una vez lista, me eché un vistazo en el espejo y ahí me encontré a mí misma como una mujer realmente hermosa, Alice hizo un trabajo excelente conmigo, hasta parecía una mujer con estilo vestida y arreglada de esa manera. Mi mejor amiga no tardó en sacar provecho de la situación y me tomó una foto desprevenida que luego posteó desde mi cuenta de Instagram con la leyenda: "Ahora estoy lista para mi cita con un chico sexy. Gracias @AliceCullen, ¡Adoro tu trabajo de estilo aquí!." Después de lo que hizo, estaba un tanto enfadada con ella pero no tardamos en reírnos de nuevo cuando Edward comentó en el post: "¿Y quién creen ustedes que va a ser el chico sexy y más afortunado al tener una cita con ella esta noche?"

Me despedí de Alice cinco minutos antes de que Edward llegara por mí. Estaba tan nerviosa de verlo y cuando por fin lo hice me quedé totalmente sorprendida, él lucía bastante apuesto y más sexy que nunca con su pantalón vaquero, su camiseta estampada blanca, su chaqueta de cuero negra y sus botines negros. Yo estaba totalmente embobada con él en ese momento.

— Luces estupenda esta noche, mi querida Lizzy. — dijo besando mi mano como un completo caballero.

— Gracias, t-tú te ves muy sexy, digo ¡Guapo!, quise decir guapo. — dije con las mejillas coloradas entre la pena y ese extraño deseo de comermelo a besos que surgía desde cada rincón de mi mente.

— Gracias. Entonces… ¿Nos vamos?

Después de despedirme de mis padres, Edward me escoltó hasta su auto y una vez dentro manejó por varios minutos hasta que llegamos a una cafetería famosa en el centro de Detroit (la ciudad donde vivimos) y luego aparcó el auto fuera del establecimiento antes de ayudarme a bajar. Una vez dentro, nos sentamos junto a un ventanal y luego ordenamos café junto con pye de limón para acompañar. Estuvimos platicando un rato hasta que no quedó nada de café en nuestras tazas y luego caminamos hasta Riverside Park. Estar ahí con él a solas era realmente increíble, sin duda era mi mejor cita hasta el momento, caminamos en silencio hasta encontrar una banca vacía y ahí nos sentamos antes de reanudar la plática.

— Debo decirte algo muy importante Lizzy, por favor no me interrumpas hasta que termine de decírtelo.

— Está bien, te escucho entonces.

— Cuando nos encontramos por primera vez, en el laboratorio de química, mi idea era seducirte para que fueras un peón en el plan de venganza que tenía en mente. Quería vengarme de Tiffany por haber lastimado a mi hermana y entonces busqué una chica que fuera fácil de seducir y se acostara conmigo para que Tiffany pudiera sentir lo que mi hermana sintió. En serio creí que serías esa chica pero luego... — hizo una pequeña pausa entre suspiros para pensar bien las cosas antes de continuar — Pero luego me di cuenta de que no eras fácil de conquistar en lo absoluto y me di cuenta de que mis intenciones contigo ya no eran las mismas, comenzaste a gustarme en serio. Y cuando me contaste lo que Jacob te hizo yo verdaderamente le pateé el trasero porque en serio me importabas en ese momento y tenía que hacerlo pagar por haber herido a mi chica. Por favor perdóname Lizzy, quizá era un total idiota al principio pero ahora ya no puedo contener más mis sentimientos por ti. Estoy enamorado de ti y no quiero perderte por nada del mundo. Perdóname, ¿Crees que puedas hacerlo? — dijo poniéndose de rodillas pero yo estaba demasiado atónita para responder.

— ¿Y qué hay de Tiffany? — dije finalmente luego de un par de minutos de meditación.

— Yo… terminé con ella. Ambos sabíamos que era lo mejor para todos, esa relación no tenía futuro desde antes de comenzar.

— Wow Edward, no sé qué decirte. Es decir, yo también estoy enamorada de ti pero…

— Shh — dijo interrumpiéndome mientras ponía su dedo índice sobre mis labios, tacto que hizo arder toda la piel de mi rostro y de repente las ganas de comermelo a besos regresaron pero esta vez con mayor intensidad — cállate y baila conmigo Elizabeth. — dijo poniéndose de pie y luego me extendió la mano para ayudarme a levantarme. Una vez de pie, comenzamos a bailar cada vez más cerca bajo la luz de la luna mientras él tarareaba una canción lenta que reconocí al instante.

— Mira la luna, luce realmente bella esta noche. — dije mirando al cielo.

— Wow, tienes razón. Embona perfecto con esta ocasión especial. — respondió observando la luna con suma atención y mientras él veía la luna, yo lo veía a él. Estábamos tan jodidamente cerca… Luego él bajó su mirada hacia mí nuevamente dejando nuestros rostros aún más cerca, así que vaciló por un par de segundos antes de acercarse lentamente a mí y finalmente culminar la distancia entre nosotros con un tierno beso.

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