No poder tener hijos

Incluso si se había vuelto inútil, el hermano mayor Rong era suyo y solo suyo. Pero, después de escuchar lo que había dicho Feng Xiuyu, Si Rong vaciló: ¿realmente quería casarse con una persona inútil?

Miró a Feng Xiang, pensó en el poder de la familia Feng y luego tomó una decisión. Se acercó a Feng Xiuyu, tomó sus manos entre las suyas y le dijo suavemente: "Te amo por lo que eres, no por tus habilidades".

"Hermano mayor Rong, soy una persona inútil y no soy digna de ti. A mi hermana le gustas tanto que me redujo a este estado por tu bien. Su devoción la hace digna de ti", gritó Feng Xiuyu mientras estrechaba las manos de Si Rong. "Hermano mayor Rong, adelante y cásate con mi hermana mayor. Por tu bien, seré tu concubina; entonces, padre todavía te ayudará".

Al escuchar estas palabras, Si Rong comenzó a pensar que era una muy buena idea. Podía casarse con la mujer que amaba y también volverse más poderoso al mismo tiempo. Feng Xiuyu miró a Si Rong y vio que estaba considerando esto seriamente. El odio brilló en sus ojos.

Feng Tianlan tiene que morir, pensó. El hermano mayor Rong es solo mío, y no permitiré que nadie más se acerque a él.

"Hay una cosa más que tengo que decirte". Su Ji habló de repente después de ver a los amantes montar un espectáculo dramático. "La lesión de la tercera señorita en la parte inferior del abdomen es exactamente donde está su útero, por lo que ya no podrá tener hijos".

¡Un niño era la última contribución que Feng Xiuyu tenía para la familia real!

"¿Qué?"

Todos en la sala estaban horrorizados por esta nueva revelación.

Su Ji asintió con la cabeza y continuó en tono grave: "Ya no podrá concebir. Y debido a que una fuerza externa causó esta lesión, ninguna cantidad de píldoras podrá restaurarla".

Estas dos hermanas eran realmente extraordinarias, se odiaban tanto que querían que la otra muriera. Pero parecía que Feng Tianlan era la verdaderamente maligna, destruyendo el derecho de otra mujer a tener hijos. Esto era incluso peor que matar a Feng Xiuyu. Esa era la opinión de Su Ji, y comenzó a despreciar a Feng Tianlan, creyendo en su corazón que era una hermana mayor cruel y desalmada.

Nunca consideró que Feng Xiuyu seguidamente trató de matar a Feng Tianlan primero. Y también se equivocó al pensar que perder la capacidad de tener hijos era la peor tortura para una mujer.

Feng Xiuyu se congeló por completo, su rostro se volvió mortalmente blanco. Sus ojos, que antes habían estado llenos de odio, ahora estaban llenos de desesperación.

¿No puedo tener hijos? Tenía planes de tener hijos con su precioso hermano mayor Rong. Su hijo habría sido el príncipe heredero y futuro emperador. ¡Ahora, Feng Tianlan había arruinado todos estos hermosos planes!

"¡ARGGHHHHH!" Feng Xiuyu dio un fuerte grito, empujó a Si Rong y cayó al suelo mientras intentaba salir de la cama. "¡Feng Tianlan, te voy a MATAR!"

"¡Yu'er!" Xu Jiayi contuvo las lágrimas mientras corría rápidamente para ayudar a Feng Xiuyu a levantarse. "No te apresures a actuar. Todavía hay esperanza para ti. No te tomes demasiado en serio lo que dijo Su Ji. Esto no puede ser cierto".

Al escuchar esto, Su Ji se disgustó. Su diagnóstico se había puesto en duda dos veces en la misma hora. Esto nunca le había pasado antes. Su Ji soltó un 'humph' y salió de la casa. No quería molestarse más con ellos. El resto estaba fuera de sus manos de todos modos.

Feng Xiuyu comenzó a gritar incontrolablemente sobre matar a Feng Tianlan nuevamente, y Feng Xiang y Xu Jiayi hicieron todo lo posible por consolarla. Finalmente, Feng Xiuyu se agitó demasiado y la herida en la parte inferior de su abdomen se abrió, lo que la hizo desmayarse.

"Tercer Príncipe, Yu'er es ..." Feng Xiang miró a Si Rong. Si ya no se iba a casar con Feng Xiuyu, entonces los Fengs preferirían darle su apoyo al Primer Príncipe. Después de todo, el Tercer Príncipe era alguien cuya opinión era fácilmente influenciada por otros, y era arriesgado seguir apoyándolo así.

Si Rong finalmente volvió a sus sentidos. "Jefe del Clan Feng ..."

Justo cuando estaba a punto de hablar, entró un sirviente y dijo: "Maestro, hay una carta de la segunda señorita desde la secta Alas congeladas".