41 Capitulo XI-3

Me encanta ver cómo la gente grita y llora cuando me ve.

No todos los días su pueblo es atacado por una calamidad.

Piden piedad, se rinden.

Algunos luchan, pero pierden rápidamente cualquier esperanza de victoria cuando me enfrentan.

A nadie le gustan mis ojos violetas, muchas veces solo me miran por mi cuerpo, muchos desvían la mirada al verme a los ojos.

Cuando uso mi mascara del culto dejo que sean mis ojos lo único que se vea, para que sientan terror al verme directamente a los ojos.

El terror reflejado es excitante.

Casi había completado un mes de perder mi tiempo en este basurero de pueblo, tenía un plan para divertirme y era romper a ese humano de ojos dorados.

- Me gustan mucho tus ojos- me dijo el humano - son muy particulares, no todos los días se pueden ver ojos violetas. Disculpa si suena raro. Dice mientras mira para otro lado, parece estar temblando.

- ¿En serio? Le dije mintiendo -que bien por ti y si suena raro cuando lo dice un desconocido, no vuelvas a mencionarlo.

- Lo siento.

- Da igual y ¿por cierto como siguen tus manos?

El humano se mira las manos - creo que bien, por lo menos ya no duele.

Me encontraba en la tienda, casi eran las 5:00 P.M

Debido a un permiso que pidió trabajaba horas extras en las noches, aun así, seguía viéndose alegre. ¿Por qué dijo una estupidez como esa? Habitualmente cuando me lo encuentro evita cualquier conversación ya que un día le dije que era muy aburrido escucharlo, no me interesaba sobre historia o cualquier cosa de las que hablaba.

Sinceramente hasta pensé en dejar el plan de destruirlo emocionalmente por lo aburrido que es. Dudo que esté flirteando conmigo, es solo que HABLA DEMASIADO, pareciera no callarse cuando toca un tema. Lo he visto hacerlo con sus compañeros de trabajo, también con las dos mujeres con las que mantiene, e incluso con la gatita la cual intenta seguirle el ritmo.

Voy a preguntarle algo para despacharlo inmediatamente, otro miembro de los ocultistas viene a recogerme.

- Has leído #### donde el héroe mata a la villana y se queda con la princesa.

- Si, que cuento tan tonto, si yo fuera el héroe me hubiera quedado con la villana.

- ¿Disculpa? Reaccione extraña al escucharlo decir tal cosa, de hecho pensé que iba a responder genéricamente que le encanto debido a que el héroe bla,bla,bla salva a la princesa y el reino matando a la villana.

Él se cruza de brazos mientras hace una mueca - sí, ¿Qué tonto rechazaría a la villana? se pregunta.

- Qué respuesta tan extraña- digo mientras apoyo los codos en el mostrador y abro las palmas para sostener mi cabeza - ¿Por qué crees que es tonto rechazar a la villana? después de todo es la mala, mato a muchas personas y secuestro a la princesa.

- Si, pero la villana lo hizo ella sola, no necesito que nadie la ayudara, claro está que fue tonto que teniendo tanto poder ¿para que perdía su tiempo secuestrando una sonsa como la princesa? Mejor haría mi propio reino y ya.

- Pufff, jajajajjajaja- no puedo parar de reírme al escucharlo -que cosas dices señor cocinero, ¡es la primera vez que escucho tal cosa! - le digo intentando parar de reírme - ¿entonces preferirías quedarte con la villana, aun sabiendo todo lo que hizo?

- Esa misma pregunta me la hizo mi hija y esa vez respondí lo siguiente ¡claro que lo haría! Hablaría con la villana sobre eso y pues creo que todas las personas pueden cambiar y enmendar sus errores.

- Vives en un mundo de fantasía peor que el del cuento- respondí mientras me secaba las lágrimas, -nadie se enamoraría de la villana, todos prefieren a la princesa, es lo más lógico, nadie quiere lidiar con los problemas de la villana.

- A bueno, entonces yo lo haría- se apunta a si mismo con su dedo -Es más emocionante, además la villana siempre es más hermosa que la princesa.

- Es la primera vez que escucho que dices algo interesante- respondo - normalmente solo hablas basura.

- Lo siento por eso- responde apenado.

- Da igual- le digo -las villanas nadie quiere a la villana.

Dejamos la conversación hasta aquí mientras y el me pide unas flores para decorar el restaurante, se las entrego.

- M..me..me agrada ha…ha..blar contigo- me dice avergonzado.

- ¿Enserio? Yo no le veo la gracia, de hecho, me aburre muchísimo escucharte.

- L..lo..lo siento.

Es terriblemente patético.

Lo único que hace es mirar al suelo.

Intento animarlo, después de todo ya se va y me dejara en paz.

- La otra vez vi que llevabas unos materiales en una bolsa ¿eran de sastrería?

- Estoy aprendiendo, quiero hacerles unos peluches a mis hijas menores, el ultimo que hice….. no me salió muy bien que digamos.

- Lo suponía- algunas veces pienso que las cosas no suceden por azares del destino - ¿te gustaría que te enseñara cómo? Esa vez fue una de esas, nunca me intereso alguien o algo, tampoco quería perder mi tiempo enseñándole algo a ese humano, pero paso.

- ¡Enserio! Dice emocionado ¿Cuándo puedo iniciar?

- Tal vez el viernes, luego de que termine mi trabajo- digo.

- Dalo por hecho, seré el mejor alumno del mundo- responde emocionado.

- Como digas, solo espero que no me hagas perder el tiempo.

- ¡De acuerdo!

Miro el reloj de la pared.

Al momento un lujoso carruaje se detiene en las afueras de la tienda.

Estoy extremadamente aburrida y ahora me voy a aburrir aún más.

- Mu..muchas..gr..gra.gracias por escucharme. Me dice.

- Deja de tartamudear cuando me hables- respondo de mala gana.

El humano no hace pregunta alguna, solo mira el carruaje y se despide, como siempre ni lo miro.

¿Las villanas se enamoran?

¡Naaa, patrañas! Nadie pensaría esa mierda. Ese tonto humano vive en un mundo de fantasía.

Nadie se enamoraría del malo y el malo tampoco se enamoraría de alguien.

Por alguna razón tonta, me agrada escuchar a ese tonto humano…

Salgo a la calle un par de sirvientes bajan, me dan la mano para subir al carruaje, luego este arranca.

Comenzamos a hablar cuando el carruaje se aleja del pueblo.

- ¿Te diviertes Liara? - exclama un hombre oculto en las sombras.

- Cállate, esto me aburre muchísimo- respondo molesta.

- ¿Quién es el humano?

- Un imbécil que solo va a aburrirme, no hay nada de qué preocuparse.

- Entonces déjame matarlo.

- ¡Ni se te ocurra tocarlo! Tengo planes para él.

- Como tú digas, pero debes recordar que mientras estamos aquí, debes actuar como mi empleada- exclama el sujeto burlonamente.

- Vete a la mierda, yo hago lo que se me plazca.

- Lo que tu digas, solo toma esto- el sujeto me pasa una carta.

Por fin algo de acción.

Me enviaron a vigilar el movimiento de los dos elfos guardianes imperiales, solo vigilar, ya que no debía entrar en acción.

- ¿Entonces puedo matar a estos elfos? Pregunto.

- No, solo debes vigilarlo.

- Que estupidez.

Al terminar el comunicado, me dejan en la entrada del pueblo.

Mientras me dirijo nuevamente a mi lugar, paso por el distrito especial y veo al humano jugando basquetbol con unos niños, la gatica estaba sonriendo mientras veía jugar al humano junto a su jefe o más bien, mientras su jefe lo hacía estrellar su rostro contra el suelo, (me había preguntado porque tenía esas heridas en la cara, pero ahora veo el porqué)

El balón cae cerca mío.

El orco me hace señas para que lo lance.

Lo levanto y finjo no tener la fuerza para lanzarlo.

El humano se acerca a recoger el balón.

- Veo que te gusta que te golpeen- exclamo mientras le entrego el balón.

El humano sonríe.

Intento no mirarlo cuando sonríe, es difícil ya que pareciera brillar como el sol cuando lo hace, en especial cuando su sonrisa es sincera.

- E-e-e-eestoy entrenando con el je-j--jefe, me dijo que es lo mejor para que no vuelvan a golpear.

- Ya veo- miro su rostro, luego saco un pañuelo y le limpio la sangre que tiene en sus labios, cuando le limpio la sangre le entrego el pañuelo.

- Gr.grr.gracias- responde mientras toma el pañuelo.

- Lo que sea, nos vemos el viernes.

La chica gato se acerca y toma de la mano al humano.

- Ven Augusto, esta vez voy a ayudarte a entrenar- exclama ella mientras me mira molesta.

- ¡Si! Agradezco tu ayuda Bast.

Voy a picarle la lengua a la gatita.

- Recuerda que el viernes vas a mi casa en la noche para que te eduque- guiño el ojo y me voy.

- Vamos Augusto no pierdas el tiempo- exclama la gatita.

Al escucharla me detengo, para decir algo.

- Intenta sonreírle a ella como me sonríes a mí.

Eso molesta a la gatita quien me mira con odio.

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