1 Capitulo 1, Kirihara Shun

10 de agosto de 2010, Calendario Imperial.

El sagrado Imperio de Britannia declara la guerra a Japón. La isla del Lejano Este que había mantenido la neutralidad contra la única superpotencia del mundo, Britannia.

Detrás de esto se escondía un conflicto diplomático por los recursos existentes en Japón.

Durante la guerra, el ejército de Britannia utilizó los vehículos móviles de combate blindados humanoides, los Knightmare Frame, en combate por primera vez. Las líneas de defensa japonesas fueron destruidas una tras otra.

Japón se convirtió en territorio del Imperio y perdió sus libertades, sus derechos e incluso su nombre.

Área 11. Ese número fue el nombre de Japón tras la guerra.

(A/N: Desde la intro del anime Ja!)

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Thud!

Un fuerte golpe se escuchó al golpear una caja mientras tropezaba. Voltee mi mirada hacia atrás esperando que el ruido no alertara a mis perseguidores. Al no encontrar rastro alguno de ellos, seguí caminando por el estrecho callejón en el que había entrado durante mi huida. Un pasillo desolado pero no silencioso, a lo lejos, los disparos resonaban junto a gritos de dolor y terror.

Sosteniendo contra la pared mientras caminaba, Kirihara Shun aceleró su paso, mientras tanto en su mente deseaba que todo lo que había estado viviendo no fuera más que un mal sueño, una pesadilla.

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Aún podía recordarlo. Justo unas horas atrás había decidido tomar una siesta durante su tiempo de descanso en el trabajo. Lo que no esperaba era que al despertar se encontrara en un lugar distinto pero a la vez familiar.

Su nueva realidad era un almacén que, a simple vista parecía ser el mismo en el que se encontraba momentos antes, pero la diferencia era clara al ver que las cajas y estantes habían desaparecido y, en su lugar, habían sido reemplazados por una gran cantidad de personas junto a lo que parecía ser cuartos de carton. Había una multitud de personas, desde bebés hasta ancianos y de entre ellos, había algunos que parecían heridos, otros gritaban algo que no podía entender y el resto simplemente se abrazaron en silencio.

La mente de Shun ni siquiera pudo comenzar a pensar con claridad ante la repentina situación cuando de la nada ocurrió.

Una completa masacre, instantánea.

Enormes máquinas humanoides atravesaron las puertas de metal como si fuera papel y de las armas que sostenían, se disparó una lluvia de fuego, bala tras bala impactando a las personas a su alrededor. Mientras tanto, desde las ráfagas de fuego, grandes trozos de carne salpicaron.

Blurgh!

Llevándose la mano a la boca ante el repentino vómito, Shun se obligó a tragarlo de regreso.

Glup!

"¡Hah!, por más que creyera que no fuera real, que fuera solo mi imaginación, no luego negar el dolor que siento o el asqueroso sabor a vómito, ugh!" Dijo asqueado mientras seguía recostado y volteaba continuamente hacia los lados.

Después de asegurarse de que nadie lo siguiera, continuó su huida, esta vez en dirección de lo que supuso era una puerta trasera o alguna salida de emergencia, según lo que podía distinguir entre la creciente oscuridad.

Mientras caminaba, su corazón comenzaba a latir cada vez más fuerte, los nervios nunca lo habían abandonado en toda su travesía, desde el almacén hasta este callejón, ni siquiera cuando se detuvo a descansar. El constante temor a morir en algún lugar desconocido y sin saber si podría o no volver, lo atormentaba tras cada paso que daba.

Al transcurso de unos momentos, finalmente había llegado frente a la puerta, empujándola con suavidad para evitar hacer ruido, noto que, para su buena fortuna, no tenía seguro o algún objeto que dificultará su entrada.

Yendo más allá de la entrada. En seguida notó que el lugar era en realidad la parte trasera de un edificio departamental, con una entrada directo a un pasillo, se podían ver varias puertas seguidas a lo largo de él. Todas y cada una de ellas abiertas con señales de haber sido forzadas. En una pared a lo lejos, cerca de la entrada principal iluminada por algunas luces parpadeantes, se podían ver algunos buzones de correo bañados en lo que parecía ser sangre.

Desafortunadamente para Shun, en el lugar también había algunos cuerpos ensangrentados. Por lo que podía distinguir, entre ellos se encontraba un par de jóvenes no mayores de 16 o 17 años, y algunos ancianos.

Upmh!

Cubriéndose la boca y la nariz por reflejo, Shun finalmente notó el fuerte olor a hierro en el aire.

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Retirando la mirada, comencé a buscar algún apartamento vacío lo suficientemente limpio. Preferible sin cuerpos a la vista.

Seguí avanzando lentamente, y no pasó mucho antes de encontrar uno. Parecía haber sido de una familia de tres por las fotos que había en la pared cerca de la entrada. Una mujer que parecía estar a finales de sus treintas y sus dos hijos. Pudo ser una coincidencia, pero los hijos de la mujer en las fotos, eran los mismos chicos que había visto afuera.

Ugh.

Un detalle extra que noté por cómo se veían sus rasgos faciales en las fotos, es que eran asiáticos, tal vez de Japón, China o Corea. Se confirmó mi pensamiento al revisar el texto al pie de la imagen, si mis recuerdos de ver anime no me fallaban, los caracteres en el texto eran japoneses.

" Eso quiere decir que estoy en Japón". Finalmente las incoherencias que gritaban en el almacén tenían más sentido, no los entendía porque no era el mismo idioma. Además de mi falta de claridad mental en ese entonces.

"Pero Japón, heh".

Suspiro.

" Olvidalo, me puedo preocupar de eso más adelante, pero por ahora quiero descansar".

_____

Al día siguiente.

Era una habitación silenciosa, el sol brillaba a través de la ventana destrozada, los gritos de terror que atormentaban a algunos parecían haber cesado durante la noche para fortuna de otros.

Dentro de un guardarropa, de manera casi imperceptible, un leve respiro podía escucharse.

Fu ~ h.

Al otro lado de una delgada puerta de madera, dentro del guardarropa, Shun descansaba bajo un bulto de mantas, las únicas que pudo encontrar entre la oscuridad de la noche. Bajo los efectos del cansancio eligió una habitación al azar y encontró algún lugar en el que esconderse, en caso de que alguien más entrara, lo que afortunadamente no pasó.

Abriendo los ojos, Shun se vio rodeado de oscuridad, lleno de pánico, abrió los ojos lo más que pudo mientras trataba de captar algún rastro de luz, el temor se podía notar en su mirada.

Al pasar los segundos, Shun recuperó la calma, el recuerdo de la noche anterior volvió a su mente, eso lo despertó, como si le hubiesen arrojado un cubo de agua helada.

No había sido un sueño, había terminado en algún tipo de escenario de guerra, había visto gente morir, había huido por tanto que le habían parecido días, aunque solo fuesen horas.

Suspiro.

Saliendo de su escondite, Shun observó la habitación en la que había pasado la noche, gracias a la luz del sol que pasaba a través de la ventana fue más fácil capturar los detalles que se le había perdido el día anterior. Se trataba del dormitorio de la mujer en la foto que había visto el día de ayer. Ropa femenina y maquillaje se podían ver regados por el lugar. Lo que pasó aquí antes de seguro no fue algo bueno.

Suspiro.

Recientemente había suspirado muy seguido.

Algo más de lo que se había percatado, algo que debió haber notado mucho antes. Las cosas a su alrededor parecían haber crecido, o al contrario, él se había encogido de su yo anterior a una estatura menor.

Mirando sus manos, no podía reconocerlas, eran pequeñas y carnosas con algunos raspones aquí y allá, nada que se pareciera a las manos duras y ásperas que solía tener.

Abriendo y cerrando las manos, aun sin poder creer que fueran suyas, se quedó en trance.

Volviendo en sí, Shun se apresuró a buscar algún espejo. Temía que aquello que rondaba en su mente fuera cierto.

Después de buscar en toda la habitación y no encontrar siquiera uno de mano, recordó que el baño podría tener un espejo.

Salió de la habitación con prisa.

No tardó mucho en encontrarlo, era un pequeño baño con una tina en lugar de una regadera, había una lavadora y secadora, junto con un par de cestos de ropa sucia, frente al lavabo se encontraba lo que había estado buscando.

Acercándose, notó que su cabeza apenas sobrepasaba el borde del lavamanos, pero no importaba, eso era más que suficiente.

Ante sus ojos, se encontraba un niño no mayor de 10 años, de cabello oscuro, piel casi blanca y ojos con pupilas extrañamente grises. Tenía el cabello despeinado y algunos raspones y manchas de sangre seca podían verse en su rostro, y la grasa de bebe parecía haber comenzado a desaparecer.

Shun miró sorprendido, no pudo hacer nada más que observar detenidamente su reflejo y caer en silencio.

Continuará…

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