1 Capitulo 1: Comienzo de Todo

Tokyo, oficialmente la Metrópolis de Tokyo, es la capital de facto​ de Japón, ubicada en el centro Este de la isla de Honshu, concretamente en la región de Kantō. En conjunto es una de las 47 prefecturas de Japón. Es el centro de la política, economía, educación, comunicación y cultura del país. Cuenta también con la mayor concentración de sedes corporativas, instituciones financieras, universidades y colegios, museos, teatros, establecimientos comerciales y de entretenimiento de todo Japón.

Durante mucho tiempo fue una ciudad llena de vida, las calles repletas de personas, desde oficinistas, estudiantes, turistas o personas comunes que vivían sus vidas lo mejor posible, sin causar algún mal a los demás, pero… De un momento a otro, la ciudad, que es una de las más vivas del mundo, se transformó en algo totalmente distinto.

Robos, asaltos, asesinatos, violaciones, secuestros, tráfico y venta de armas y drogas… Era como si la ciudad donde los sueños se hacen realidad, de un momento a otro se convirtiera en un infierno, y la poca o a veces casi nula interferencia de las autoridades gubernamentales no ha hecho que la situación mejore. Más bien, ha provocado que todo empeore de gran manera…

Y todo eso es más frecuente durante las noches, ya que como se dice, la noche es perfecta para cualquier acto vil y salir impune. En el día pocas veces se ve un crimen, pero igual es peligroso.

Pero a pesar de todo, hay gente que aún mantiene la esperanza de un futuro mejor. Solo queda esperar y resistir…

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Tokyo - Shinjuku (18/4/2022)

En un departamento, ni tan grande ni tan pequeño, en una habitación, descansaba un joven pelinegro… La luz del sol se filtraba por la ventana de su habitación que estaba por encima de su cama, chocando directamente con su rostro, haciendo que este abriera los ojos un poco, pero…

-¡Shin, ya levántate!*Grito fuertemente entrando a la habitación, una joven de tez blanca, largo cabello castaño y ojos azules, vistiendo un uniforme femenino; lleva falda.

El joven pelinegro se sobresaltó ante el grito de la chica que terminó levantando la parte superior de su cuerpo a prisas. El joven pelinegro tenía ojos negros brillantes, piel clara y flequillos en su cabello…

-Ught… Maldición, Mana…*Se quejó el pelinegro.

-Cuida tu lenguaje, y debiste despertarte hace 15 minutos. Escuche tu alarma incluso desde la sala…*La castaña, Mana, se cruzó de brazos, algo molesta.

-Ught…*El pelinegro, Shin, miraría su alarma que decía; 7:17 Am*. Perdón. Olvide ponerla a sonar de nuevo en 7 minutos.

-Mou. Y yo que creía que ya te levantaste y alístate cuando no escuche tu alarma por segunda vez…*Mana se cruzaría de brazos*. En verdad pensé que habría cambios en tu rutina.

-Sisisisi, lo que digas…*Shin haría un gesto con la mano de que da igual*. Espérame si quieres. Me duchare, me arreglo y nos vamos.

-¡Recuerda! ¡Hay que irnos a las 7:30! ¡Ni más ni menos!*Tras decir eso, Mana abandonaría la habitación de su hermana mayor.

Shin suspiro ante lo ocurrido. Un día más en esta casa, en esta ciudad.

El joven responde a Akumatsu Shinji, Shin para sus más cercanos. El hijo mayor de la familia y tiene 16 años recién cumplidos… y la chica de antes era su hermana menor, Mana, de 15 años recién cumplidos también… Y si, ambos cumplen en el mismo mes en días diferentes.

En fin… Shin saldría de su habitación con una toalla y un bóxer, yendo al baño. Tardando solamente 8 minutos, para después volver a su habitación y ponerse su uniforme escolar que consistía de un pantalón negro, una camiseta blanca con botones, un saco negro y zapatos negros.

Tras eso, guardaría sus cosas en su bolso y saldría de su habitación hacia la sala, en donde pudo observar a su madre en la cocina lavando los trastes… Su padre, sabe muy bien que ya debió irse temprano al trabajo.

-Al fin sales…*Mana se le acerco, teniendo una lonchera con comida y un emparedado en mano*. Comerás en el camino, hay que irnos rápido a tomar el tren.

Shin suspiro ante ello, pero asintió. Tomo su comida para el receso y la guardo en su bolso, para después tomar aquel emparedado y darle un mordisco…

-¡Ya nos vamos, Okaa-sama!*Aviso Mana.

-¡Hai! Cuídense mucho mis niños…*Su madre, Maya, los paso a ver y les sonrió. Su cabello es largo y negro con ojos azules.

Shin y Mana saldrían del departamento con las llaves de la menor; ambos tenían sus propias llaves… Los dos caminarían por el pasillo de su piso hasta llegar al ascensor, al cual marcaron y este llego a los minutos; una pantalla en el ascensor decía 12… El par de hermanos entro al ascensor y empezaron a bajar… Al llegar, saldrían del edificio y empezarían a caminar por las calles hacia la estación de tren cercana.

En el camino, podían escuchar los fuertes sonidos de la gran ciudad que la caracterizan, la gran cantidad de autos y enormes edificios le daban vida a esta ciudad.

-¿Qué nos tienes para hoy Tokyo?*Pregunto Shin en su mente con claro sarcasmo y rodando los ojos, terminando de comer su emparedado. Sinceramente amaba esta ciudad ya que nació aquí con su hermana, pero a veces la detesta, más por la situación actual de la misma.

El par de hermanos Akumatsu caminarían por la calle hasta que pasarían por un kiosco, el cual vendía periódicos y otras cosas. Donde en unos periódicos decían la última noticia o aviso…

''Criminalidad al 77.6%. Se recomienda discreción en la noche y no salir después de las 8 Pm''...*Junto con unas barras de parámetros, con el rojo en alto.

Dejando aquello de lado… El par de hermanos llegaría a la estación de tren y se subirían al que los dejaría cerca de su escuela…

Ya con el tren en avance, Shin y Mana, sentados, verían como algunas personas o esperaban pacientemente a llegar a su parada o veían en sus celulares cualquier cosa para distraerse durante el viaje.

En eso…

-Oye ¿Te enteraste de la última noticia?*Pregunto una mujer susurrando a su amiga a su lado.

-Aparte del aumento en la tasa de crimen, me entere que anoche un ladrón le termino disparando a una mujer que quiso evitar que tomara su arma junto con lo que se robó, ya que al parecer el ladrón era muy torpe que se tropezó y al final escapo.

-Hai…*Asintió la mujer que hablo primero, estando algo preocupada*. Me entere que está en coma, el disparo fue en el abdomen. Es un milagro que siga viva.

-Hump… Esa tonta no hubiera terminado así sino se hubiera hecho la heroína…*Respondió con claro sarcasmo un hombre amargado de mediana edad*. De ser ella, me habría hecho a un lado. Hay gente entrenada para estos casos, los civiles no deben meterse en asuntos de las autoridades, si valoran sus vidas.

-¿Si? Pues para mi ese acto fue prueba de que ella creía en un futuro mejor…*Le respondió con claro enojo la segunda mujer*. Ella por lo menos tuvo más agallas que cualquiera que se haga llamar hombre.

-Es más, nos das la impresión de que tu serias incapaz de ayudar hasta a un niño perdido a buscar a sus padres…*Su amiga se unió a insultar a este maldito amargado.

El hombre de mediana edad chasqueo la lengua y volteo la mirada hacia la ventana, no valía la pena gastar saliva ni recomendarle nada a nadie, cada quien debe preocuparse solamente por sí mismo y sus familiares, no por gente que no conocen.

-¿Sabes? Existen rumores de que hay Policías afiliados a la Mafia…*Le dijo un hombre a su amigo.

-De ser así, no me sorprende. Después de todo ¿Quién no estaría dispuesto a hacer lo incorrecto solamente por unos fajos de billetes?*Aquello fue escuchado por las suficientes personas que no pudieron negar lo dicho, incluidos los hermanos Akumatsu*. De seguro la Mafia ya tiene comprados al 60% de los Policías y solo falta conque disimulen hacer su trabajo y hacerse de la vista gorda cuando ven o un crimen hecho por los de la Mafia o uno cualquiera para que les paguen.

-Sí. Es más, no me sorprendería si los Políticos también están al tanto de ello y prefieran no hacer nada, porque al final… Esos de arriba, los ricos y poderosos, siempre hacen lo que quieren y nosotros no les importamos. Se sienten seguros en sus edificios de lujo y con escoltas entrenados que de seguro son carne de cañón…*Dijo otro hombre con claro asco a los de alta clase.

-Uuuh. Espero graduarme pronto y tal vez mudarme a Hokkaido, ahí el crimen está por debajo del 10%...*Dijo una estudiante de preparatoria de otra escuela.

-Pienso lo mismo…*La apoyo su amiga de toda la vida.

Shin y Mana suspiraron ante todo esto, lo mismo de siempre. Gente quejándose de la situación actual y esas cosas. Ya hasta algunos están acostumbrados a oír noticias sobre que alguien murió, ya sea un hombre mayor, una mujer… Infantes, ect. Y al final no le restan tanta importancia, simplemente sintiéndose aliviados de no haber sido ellos, y solo pocos se compadecían de los muertos.

La Anarquía estaba dominando a la ciudad y quebrantando de a poco la buena moral de las personas… Solo es cuestión de tiempo.

-Oigan, me entere que la Corporación Akatsuki finalmente abrió una página donde personas pueden inscribirse para ser pasantes en una de las excursiones que darán…*Le dijo una chica a sus dos amigos.

-Lo sé, también me entere…*Sonrió algo emocionado un chico que, aunque no lo parezca, se notaba que era un Nerd*. La Corporación Akatsuki tiene grandes avances científicos que servirían para ayudar a la gente, me emociona mucho tener en algún momento la oportunidad de observarlas.

-Sería muy bueno, pero en estos tiempos esos tipos de avances solamente serían para fines malévolos. Conque ganen dinero es suficiente para ellos, sin importar a quien les vendan lo que fabrican. Es más, no me sorprendería si la Mafia hace negocios con esa Compañía…*Dijo la otra chica con desconfianza y obviedad.

-Oh vamos, si bien los de alta clase son lo peor y nos tratan como basura, Oxzen Willian ha demostrado que no es como el resto. No todos los de arriba son codiciosos. Incluso el Sr. Willian creo la nueva Red Eléctrica de la ciudad…*Dijo el chico.

-Sisisi, lo que digas…*La chica desconfiada le quitaría importancia a lo que dijo.

Akatsuki es la compañía tecnológica y científica más grande y prestigiosa de todas las que hay en Tokyo. Fue fundada en el 2015 y estos trajeron muchos avances no solo a la ciudad, sino al país entero y aún están en progreso de grandes promesas que aún se creen imposibles… Otras compañías solamente han podido compararse a Akatsuki en ciertos campos tecnológicos o científicos, creando cosas que por lo menos valen la pena, pero aún lejos de grandes promesas.

Y con lo que ha creado Akatsuki hasta ahora sumado a sus grandes promesas que aún se creen imposibles, la corporación en si cumple con lo que significa su nombre… El Amanecer de una Nueva Era.

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Ya en su estación, Shin y Mana bajarían del tren y caminarían un rato por las calles hasta que finalmente llegarían a su instituto…

La Academia Shinkumi, la escuela pública de más alto prestigio de todo Tokyo. Se dice que de aquí salieron algunas de las mentes más brillantes de Japón, incluido el Director de Akatsuki.

Shin y Mana entrarían por la gran reja-doble y caminarían por el gran campus del lugar, en donde había un montón de estudiantes por los alrededores. Cada grupo de amigos, Club o equipos, charlaban y convivían entre si amenamente.

Aquello le saco una leve sonrisa a Shin. A pesar de tanta discordia, este instituto podía tener sus momentos de armonía. Aunque no todos tienen amigos en esta clase de lugares… ya que podía ver a uno que otro chico o chica solitarios por ahí.

-Oh, ahí están…*Mana notaria a sus amigas a la distancia, quienes la saludaron al notarla*. Nos vemos después ¿Esta bien, Shin?

-Neh…*Shin se encogió de hombros sin importancia, dando un suspiro, para después irse por su lado.

Mana suspiro ante ello, pero lo dejo ser. Ya hablaran de nuevo. Con eso, se fue con sus amigas de clase.

Shin caminaría un rato hasta que… termino visualizando a dos bellas chicas, las cuales eran admiradas y alabadas por el resto cuando las veían pasar.

Majuka Jean. Una hermosa chica que parecía de su edad, de largo cabello rojo suelto ni tan claro ni tan oscuro y de ojos azules… Y la otra es Igarashi Akemi, un año mayor que él. Su cabello es negro-azabache, largo y suelto, llevando ella un cintillo en la cabeza y sus ojos son violetas.

Ambas pertenecen a los populares de la escuela, además de que son de familias nobles. Sin mencionar que la pelirroja es de descendencia Europea sino mal recuerda, pero nació en Japón…

Shin al menos esta aliviado de que ellas dos no se creen la gran cosa ni tratan a los demás como menos, ya que siempre son amables con todos y siempre están juntos, nunca se las ha visto con algún chico… Al menos dentro de la institución… Muchos chicos se les han confesado a ambas y estas los rechazaron cortésmente, nunca burlándose de sus confesiones.

Shin suspiro ante ello y trato de seguir su camino, pero notaria como ambas chicas lo vieron y lo saludaron amigablemente, para después seguir con su camino… Bah, solo lo hicieron por humildad, nunca han hablado ni una sola vez… Aunque una vez casi choco con Jean en el pasillo doblando para un lado y solo se disculparon entre sí por no prestar atención, pero en fin…

Shin se adentraría en el edificio académico y casualmente vería a otro par de chicas hermosas caminando por el pasillo…

Mizou Souna. Una bella chica de facciones finas, cabello negro hasta los hombros y de ojos azules. Ella siempre tiene una expresión de profesionalismo en su rostro… y su acompañante es Kazeshi Suka, de largo cabello negro y ojos verdes, con una expresión normal… Ellas dos también son de los populares y son de familias nobles, además de ser miembros del Consejo Estudiantil. Se notaba por las bandas en sus hombros con el símbolo del Consejo Estudiantil.

Ambas chicas lo pasarían a ver de reojo solo moviendo los ojos y después seguirían su camino…

Shin se encogió de hombros ante eso y siguió su camino, hasta que escucharía como…

-Shinshou-san ¿Vendrías con nosotras al Karaoke después de clases?*Pregunto una chica con sus amigas a su lado a un chico bien guapo.

-Lo siento, pero tengo asuntos que atender en mi casa. Tal vez otro día…*Declino amablemente un joven rubio de tez clara y ojos negros.

-Mooou…*Las chicas se sintieron decepcionados.

Shin suspiro ante eso, lo mismo casi siempre que lo ve. Aquel es Shinshou Kira, el chico más guapo del instituto y también de una familia noble, se dice que es huérfano sino se equivoca. Pero a pesar de todo, es buena gente con todos, no parece el típico niño consentido que creció teniéndolo todo y creyéndose el mejor… Se dice que incluso ha invertido dinero en orfanatos y centros de ayuda para necesitados, uno de los muy escasos de alta clase que vela por los de baja clase.

Y es obvio lo que están pensando, que los más populares son de la alta clase y que de milagro son muy humildes ¿No?

Pues en parte es así, pero también hay populares que no son ricos.

-Ught…*Se quejó Shin tras recibir el golpe de algo en la cabeza por atrás. Este vería al responsable, ya sabiendo quien es…

-Jejeje. Ups, perdón…*Se disculpó falsamente con burla un chico rubio mayor que él con un peinado rebelde. Y a su lado estaban su mejor amigo y dos chicas.

-Hmmm…*Shin se encogería de hombros sin importancia*. Buen día Lupus-sempai, te levantaste con ganas.

-Así es siempre Akumatsu-chan…*El rubio y su amigo con sus chicas pasarían a su lado, con el primero dándole un leve golpe con el hombro en burla. Además de recuperar el balón de fútbol con el que lo golpearon en broma.

Y si gente, aquel cuarteto también son de los populares no ricos, aunque aún no están con todos sus amigos.

El primero es Lupus Eugene, el Capitán del Club de Fútbol del instituto y el jugador estrella del mismo.

El segundo es su mejor amigo, Kung Jun, un calvo que aunque se veía algo obeso, era muy fuerte y rápido físicamente. El segundo mejor jugador de Fútbol de la escuela.

De las dos chicas que los acompañaban, la primera es Aquila Lissa, de cabello castaño hasta por debajo de los hombros y ojos verdes. Una amargada y engreída total, ya que incluso le ha hecho burla hasta cuando no le habla y solo la termina viendo de casualidad, incluso una vez hizo que casi todas las chicas lo vieran con asco y burla.

La segunda es Himaki Aile, de cabello rubio ni tan largo ni tan corto y de ojos rojos. Ella parece la más comprensiva de ese grupo de bullyings, pero igual eso no quita que se burle de otros y los trate como menos. Al menos no ha hecho algo que lo haga verla como otra maldita o haber dejado mal parado a alguien.

En fin… Shin seguiría con su camino, hasta que…

-Oh, esta vez me ganaste Shin…*A esa voz, el pelinegro se voltearía y sonreiría al ver quien es…

-Albert…*Shin se acercó al pelinegro de ojos marrón y ambos hicieron un saludo amistoso, símbolo de su amistad*¿Cómo estuvo tu fin de semana?

-Nah, muy normal si se le puede decir así…*Albert se encogería de hombros con algo de amargura en su cara*. Solo acompañe a mis padres a los eventos a los que fueron invitados y muchos nobles tontos me presentaron a sus hijas, en su mayoría unas presumidas que solo me ven por lo que puedo dar, las otras se veían más humildes y nos llevamos bien, pero no más…*Albert suspiraría*. Aun así, me hubiera gustado pasar el fin de semana contigo y tu familia.

-Descuida, sabes que siempre eres bienvenido cuando quieras…*Dijo Shin.

-Lo sé, pero la escuela, los proyectos y enseñanzas de mi padre me lo impiden…*Dijo Albert algo descontento.

-Sí… pero es parte de la vida, conforme vayamos creciendo, nuestras responsabilidades también crecen, evitando que hagamos varias cosas…*Dijo Shin.

Albert sonrió ante sus palabras, era verdad. Los dos amigos de la infancia se irían caminando hacia su salón de clases.

Oxzen Albert es hijo del Director de Akatsuki, Oxzen Willian. Muchos en la escuela miran a Albert y piensan que es un presumido, incluso muchas chicas andan detrás de él, pero a él no le interesa nada de eso, él tiene humildad, cosa que aprendió de Shin y su familia, a quienes considera una segunda familia que si lo entiende… Ya que, a veces, Albert deseaba haber nacido siendo alguien humilde, ya que aunque tiene todo asegurado en su vida, lo que no tiene es convivencia familiar con sus padres.

Ambos llegarían a su salón que decía: 3-B.

-Por cierto Albert ¿Dónde estudiaras al graduarte?*Pregunto Shin sentándose en su asiento.

-Pues en donde ya me imagine desde hace tiempo, en la Universidad de Tokyo…*Albert suspiro, sentándose en su lugar*. Chichiue dice que entrar y graduarme de ahí será el último paso para ser como él. Y espera que sea en menos tiempo, aunque ha estado considerando sacarme de Shinkumi y que vaya a la Universidad de una vez. Según él, algo más digno de mí.

-¿Y entonces…?*Shin esperaba buenas noticias. Él en verdad no quería que su amigo se vaya, ya que no tiene a nadie más.

-Logre convencerlo de no hacerlo, pero que mejorara en mis notas…*El pelinegro suspiro ante lo dicho por Albert, quien rió de medio lado*. Hey, actúas como sino pudieras sobrevivir sin mí aquí.

-Nah, descuida…*Shin haría un gesto de restarle importancia*. Ya me las he apañado antes de que entraras aquí, podre hacerlo de nuevo. Y de todas formas, siempre podremos vernos cuando quieras.

-Je. Es verdad…*Albert rió de la ironía*. Por cierto, Chichiue ha hablado bien de ti y de tu gran rendimiento académico…*Shin lo miraría con algo de incredulidad*. Ya me hago una idea de lo que trama en su cabeza. Posiblemente piense en reservar un lugar para ti en Akatsuki.

-¿De verdad?*Shin apenas podía creerlo. Sabe que se lleva bien con el padre de su amigo, pero nunca pensó que le llamaría la atención con su rendimiento académico.

-Eso no lo dudo, después de todo, Akatsuki tiene a las mentes más brillantes del país, y tal vez pronto a jóvenes prodigios. De no ser así, no habría abierto la página para pasantías. Además que la edad no es ningún problema siempre que logren pasar la prueba de inscripción…*Albert reiría con algo de diversión*. Te apuesto a que si un niño de 10 años pasara la prueba, le daría la pasantía sin dudar.

-Je, tal vez…*Shin sabía que cuando se trata de grandes dotados, todo puede pasar.

Dicho eso, varios estudiantes más entrarían al salón, entre ellos Eugene, Jun, Lissa y Aile… Si, el par de amigos comparten misma sección con los bullyings de la escuela. Muchos se burlan de ellos también por eso, mala suerte. Aunque otros del mismo salón no se salvan.

Aunque Shin terminaría mirando casualmente a un par de chicas también muy conocidas…

Grant Stacy, una chica de cabello castaño atado en una cola de caballo y ojos del mismo color de su cabello… y Taniuchi Sasha, de cabello rosado hasta los hombros y ojos verdes… Ambas son parte del Club de Kendo y también son populares a su manera…

Aunque Stacy es más famosa debido a que su padre es Policía, por lo que es de una familia media-alta. Pero su padre no es cualquier Policía, sino el Capitán de los mismos, el considerado Policía más limpio de todos y el que se toma la molestia de patrullar muy seguido para compensar un poco la corrupción de alguno de sus hombres, a los cuales está investigando… Hasta ahora ha descubierto a cinco Policías corruptos. Algo es algo.

En fin… ya con todos en el salón al igual que el Sensei, la encargada de la clase dio las indicaciones al resto de ponerse de pie, saludar y volverse a sentar para que el Sensei comenzara las clases.

Su primera clase es Historia, algo que para Shin es solo un repaso, ya que sabe mucho de la historia de Japón… Copio y resolvió lo que debía, al igual que respondía correctamente las preguntas del Sensei cuando ningún otro podía…

Si, esa es otra razón del porque no es popular y solo tiene de milagro un amigo, es un Nerd… Lo peor es que sus bullyings a veces le piden las tareas a entregar y él prefirió dárselas, solamente para al final terminar con su tarea hecha pedazos y que gracias a su amigo logren bajarle puntos a esos cuatro y el salga bien parado en sus notas, pero cuando lo molestaban cuando no había ningún docente vigilando.

-¿Quién me dice la Fundación del Estado?*Pregunto el Sensei.

-La fundación formal de Tokyo fue en 1457, cuando un vasallo del clan Uesugi, Ōta Dōkan construyó el castillo Chidoya…*Respondió con la mano alzada la castaña, Stacy*. Así el área que rodeaba el castillo se comenzó a llamar Edo. El shogunato Tokugawa, que había tomado el castillo en 1590 y que tenía el control casi absoluto de Japón, estableció su gobierno en Edo en 1603, hecho que dio inicio al Período Edo en la historia japonesa. La nobleza, junto con el emperador de Japón, permanecieron en Kyoto, que siguió siendo la capital oficial, aunque sólo de manera protocolar. Edo sufrió innumerables desastres, entre los que se encuentran centenares de incendios, destacándose el Gran Incendio de Edo (Edo Taika) de 1657, donde murieron alrededor de cien mil personas. La razón de los constantes incendios era que todas las viviendas de Edo eran machiya o viviendas urbanas de madera. Otros desastres que sufrió Edo fueron la erupción del monte Fuji en 1707, el terremoto del Gran Edo en 1855 y otros terremotos menores en 1703, 1782 y 1812.

-Muy bien, Grant-san…*La felicito el Sensei.

Si, otra razón por la que ella es popular, es que al mismo tiempo es muy inteligente, siendo la segunda mejor calificada de la clase, por debajo de Shin. Ya que ella es tanto una genio como una experta en el Kendo, por eso nadie se mete con ella. Súmenle el hecho de que su padre es Capitán de la Policía, cualquiera que la toque sufrirá las consecuencias. Ni siquiera Lissa y Aile pensaron en meterse con ella, aunque si la han insultado a sus espaldas.

En fin… ya después de dos clases más y de la hora del receso, llegaría la clase de Educación Física…

Todos estarían haciendo los ejercicios que indicaba el Sensei, donde a Shin le iba más o menos bien. Si bien no es fan del deporte, tiene una condición física promedio, por lo que sus notas en esta clase eran algo pasables, pero…

-Bien Akumatsu-kun, es tu turno…*Dijo el Sensei mientras daba pruebas de lanzamiento a los alumnos novatos.

Shin con mucho desanimo hizo el lanzamiento, pero fallo miserablemente y el balón termino golpeando un lado de la cesta…

-¡Rayos Akumatsu-kun! ¡Entiendo que no quieras jugar ningún deporte, pero al menos ponle más empeño a las pruebas, que esto también va a tus notas!*Le recrimino el Sensei que considero ese fallo como un insulto a su profesión y clase.

Shin suspiro desinteresado ante su reclamo mientras la mayoría se reía del chico…

-¿Tu saldrías con él?*Pregunto una chica a su amiga a su lado.

-Hyu, no… Me contagiara su enfermedad de nerd…*La chica lo vería con discordia.

-Se nota que prefiere ser más una rata de biblioteca…*Se burló otro, seguido de sus amigos.

Shin no le presto importancia a lo que dijeron y fue a sentarse en las gradas a esperar a que el resto termine, debido a que su apellido empieza con A, fue uno de los primeros, y son 35 en su salón…

Y en cuanto a lo que dijeron los demás, nunca le ha importado. Le basta con Albert como amigo y no necesita buscar ninguna novia, ya que eso igual traería más problemas a su vida, mejor esperar a graduarse de la Universidad para probar suerte en ese ámbito, ya que las relaciones juveniles solamente son pasajeras y todos los adolescentes tienen pensamientos errados, incluso duda que Eugene y Jun se mantengan con Ailey Lissa hasta graduarse, pero de no ser así, sería un milagro… Pero por esta ocasión, se enfocara en sí mismo, hasta su amigo está de acuerdo con eso.

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Más tarde…

Las clases ya habrían culminado y cada quien se fue a su casa o se quedaron a seguir con las actividades de sus respectivos Clubs…

Shin y Mana se fueron juntos para su casa, y al llegar…

-¡Llegamos!*Aviso Mana.

-¿Cómo les fue hoy?*Pregunto Maya cocinando la comida en la cocina.

-Normal…*Shin se encogería de hombros con simpleza, iba a tomar el camino a su habitación, pero…

-Ah, Shin, espera…*Su Madre lo detuvo*. Necesito algunas cosas para la comida ¿Podrías ir al mini-mercado cercano? Te deje una lista con lo que quiero con mi tarjeta en la mesa.

-Ught. Está bien…*Acepto Shin resignado.

Este dejaría su bolso en el mueble y agarraría la lista y la tarjeta de su madre en la mesa, para después salir de la casa con sus llaves.

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En la calle…

Shin estaría caminando mientras revisaba su celular, terminando de revisar lo que había en la cuenta de su madre e hizo cálculos de lo que llegaría a gastar, pero en fin…

El pelinegro llegaría al mini-mercado, pero antes iría a un buzón de periódicos en esa misma cera, y al revisarlo… Vio que estaba vacío.

-Tsk…*Shin chasqueo la lengua ante eso, quería leer de cómo iba la situación y hasta hacer un crucigrama o buscar algún trabajo de medio tiempo, tanto para contribuir un poco en la casa, darse a veces un pequeño lujo y también por otra razón… que es más por su moral.

-Hola Shin-kun…*A esa voz conocida, el joven voltearía y vería a una mujer de edad pelicastaña sentada con sus cosas cerca de la entrada del mini-mercado.

-Oh, hola, Meriel-san…*Shin la saludo con una media sonrisa*¿Cómo te va?

-Bien, dentro de lo que se puede decir…*Meriel se encogió de hombros con una expresión amarga, para después mostrar unos periódicos debajo de una manta*¿Buscabas esto? Son 2.000 Yenes por uno.

-¿2.000 Yenes por un periódico gratuito?*Pregunto Shin con ironía, sabe que los periódicos tienen precios más altos cuando tienen noticias y detalles de las que todos desean saber, pero normalmente son baratos.

-Yo tuve que caminar hasta la maquina y saque los periódicos para personalmente venderte uno…*Dijo Meriel.

-¿En serio?*Shin le siguió el juego, sabe que eso que hizo no es ilegal, ya que muchas personas lo hacen al estar faltos de dinero. Lo bueno es que las agencias no han dejado de mandar periódicos a esos buzones, tal vez no sepan que algunas personas los agarran para revenderlos o si lo saben y lo dejan pasar por gente necesitada. No importa la razón o el porqué.

-Así es…*Asintió Meriel, tomando un periódico y extendiéndoselo*. Págame.

-¿Me vez cara de turista?*Bromeo Shin.

-¿Qué tal esto? Si me das 1.000 Yenes por una canción, te regalo el periódico…*Dijo Meriel.

-Hagamos esto…*Shin sacaría su billetera y sacaría un billete*. Te daré 10.000 Yenes, pero no para que cantes.

-Vale…*Meriel acepto el dinero y le dio el periódico, sabe que indirectamente le dijo que canta horrible, pero igual no se ofende*. Gracias, Shin-kun.

-No, gracias a ti, Meriel-san…

Tras decir eso, Shin entraría al mini-mercado…

-Hola Sheng-san…*El joven saludo a la mujer mayor de lentes y cabello negro que estaba sentada al otro lado de su mostrador y a su lado la caja registradora.

-¿Cómo estas, Shin-kun?*La mujer respondió a su lado*¿Y cómo va la escuela? ¿Alguna crush o algo?*Pregunto con una media sonrisa, ya imaginándose la respuesta.

-Neh…*Shin haría un gesto de sin importancia*. Para mí todo eso es puro repaso, pero debo mantener un perfil medio-bajo. No me molestaría graduarme temprano, pero ahora no quiero tantas responsabilidades y quiero disfrutar mi juventud. Y en cuanto a las chicas, incluso si le gustara a alguna, prefiero evitar las relaciones juveniles hasta graduarme.

-Lo que digas…*Aunque dijo eso, la mujer estaba de acuerdo en que las relaciones juveniles de ahora son pasajeras, ya nada es como en sus tiempos donde esas relaciones si eran mutuas. Aunque ella no tuvo tanta suerte, pero siguió adelante…

Shin buscaría en los estantes que decía la lista en su mano. Entonces, escucharía el sonido de la campanita de la entrada, indicando que alguien entro, no le tomo importancia, hasta que…

-Una Cola fría y no olvides el pago…

Eso sí llamo la atención de Shin, quien se asomaría estando algo oculto en uno de los estantes, y vería como un hombre Policía como de unos 40, de piel morena y con barba estaba frente al mostrador de la Sra. Sheng.

-P-Por favor…

-Ahora…*El Policía golpeo el mostrador con su palma izquierdo y saco y apunto a la mujer con su pistola en su mano derecha*. Agradece que no tenemos un precio fijo y solo nos quedamos con todo lo que ganes una vez a la semana, sin fecha fija.

La mujer resignada fue a su caja registradora y sacaría todos los billetes y monedas que consiguió vendiendo, para después ponerlos en una bolsita contra agua. Después busco una Cola de 3 litros fría y la dio junto al dinero… El Policía corrupto tomo el dinero y la Cola y los guardo en su bolso, y ya retirándose agarraría algunos de los panques del mostrador, para ya finalmente irse.

La mujer se aguantó como pudo las lágrimas y solo se secó un par que salió. Odiaba esto, pero no tenía opción.

Shin, por su lado, terminaría de poner los productos que vino a comprar en una cestica del lugar e iría al mostrador, poniendo la cestica en el mismo, para después ver desde la entrada como aquel Policía corrupto se iba en su patrulla con su compañero… La mirada del joven fue suficiente para que la Sra. Sheng…

-La vida es dura… Así es esto, Shin-kun…

-Lo sé…*Shin sacaría su celular y entraría al banco*. Te prometieron protección a cambio de dinero y cosas gratis ¿No?

-No tuve opción…*Sheng se vería mortificada y lamentada*. La última vez que me asaltaron se llevaron incluso el dinero de los clientes que había y algo de la mercancía, y no tuve valor para decirles que igual debían pagarme a pesar de lo ocurrido…*Ella se secaría un nuevo par de lágrimas con un pañuelo*. No me gusta esto, pero al menos esos Policías corruptos están cumpliendo con su parte, ya no sufrí asaltos desde hace meses.

-Tsk…*Shin chasqueo la lengua con molestia ante ello*. Como sea.

En eso, la mujer oiría que recibió una notificación de su celular, la reviso y vio que era de su cuenta bancaria, le hicieron una transferencia, y sabe quién fue, reconoce ese número…

-S-Shin-kun…*El joven incluso podría unos 30.000 Yenes en efectivo en el mostrador*. N-No puedo aceptarlo…

-No aceptare un No como respuesta, Sheng-san…*Shin sonreiría de medio lado*. Usted ahora lo necesita más que yo. Siempre puedo obtener más del trabajo de Chichiue.

-Baka…*Ella sonrió soltando algunas lágrimas por su gesto. Puso las compras de él en una bolsa y se las dio*. En verdad eres una buena persona, ojala hubieran más como tú.

-La esperanza es lo último que se pierde…*Dijo Shin.

Tras eso, el joven se despediría con un abrazo de la mujer, y al salir se despediría también de Meriel, además de darle también un panque tras insistir un poco.

Shin caminaría por las calles mientras las personas que pasaban seguían con su día a día.

Anne Sheng es una vecina en su mismo edificio y la familia de él y ella se conocían desde que él y su hermana nacieron. A veces Anne los cuidaba de pequeños y siempre les vendía los productos de su negocio a mitad de precio… pero todo eso cambio cuando el crimen aumento, aunque siguieron teniendo un buen trato.

Mientras que Meriel es alguien que Shin conoció hace un año. Ella había perdido su trabajo y departamento por un montón de injusticias a pesar de que siempre fue puntual, y como sus padres fallecieron poco después de entrar a la Universidad en un accidente automovilístico y no tiene más familiares conocidos, ella está sola en el mundo… Al parecer sus padres se desligaron del resto de sus familias por ciertas diferencias en cuanto a sus vidas, no sabe los detalles ya que los padres de ella nunca profundizaron esos temas.

Aun así, Shin se compadeció de ella y una vez a la semana le daba 10.000 Yenes para que coma o algo. Era normal entre ellos bromear… Incluso Mana está al tanto de su amistad con la mujer mendiga, por lo que ella a veces también la va a ver y le da algo… Sheng incluso la conoció hace poco y no tuvo problemas en dejar que Meriel duerma dentro de su negocio cuando cierra, ya que entiende que ella sufrió muchas injusticias a pesar de haber hecho todo bien.

En fin… Shin llegaría a un cruce y al ver que el semáforo de coches estaba en rojo, cruzaría la calle por el pace peatonal…

Al mismo tiempo, al lugar estaba llegando un pequeño camión de carga que tenía a sus costados el símbolo y nombre de la corporación Akatsuki… El conductor del vehículo estaría revisando su celular e inconscientemente terminaría pisando el acelerador, sin ver que estaba muy cerca por donde cruzaba Shin…

El joven pelinegro notaria como aquel camión se acercaba muy rápido sin signos de detenerse, y… Los escalofríos recorrieron su cuerpo mientras sentía que veía como ese camión se acercaba a cámara lenta…

Al mismo tiempo, un oficial de tránsito que estaba vigilando aquella zona, notaria que aquel camión no mostraba signos de detenerse. Por lo que rápidamente hizo sonar su silbato mientras emprendía marcha a ponerse en medio de la calle…

El sonido del silbato trajo tanto a Shin y al conductor devuelta a la realidad… El conductor al ver que podría atropellar al joven, rápidamente pisaría con fuerza el freno, causando que las llantas empezaron a rayar el suelo por el repentino y rápido frenado… Causando que el vehículo se impulsara desde la parte delantera… El conductor trataría de girar a otro lado, grave error… ya que eso causaría que el camión se volcara de lado y que este aun siguiera adelante derrapando el suelo…

Shin por inercia saltaría a un lado, evitando de milagro ser golpeado por el vehículo, el cual se detendría a varios pasos de donde él cayo, casi en el centro de la calle de cuatro caminos…

Aquel accidente termino llamando la atención de todos los peatones, al igual que vehículos se detendrían…

Shin suspiro al ver que pudo salvarse, al igual que las compras, pero… Vería como la puerta del compartimiento se terminó abriendo tras romperse el seguro, y del compartimiento terminaría saliendo mucho humo blanco que lo envolvería a él, al igual que unos frascos terminaron cayendo afuera, rompiéndose y salpicándolo un poco…

-Ught…*Shin tosería un poco ante ello. Genial, acaba de vivir un accidente automovilístico, pero al menos vivirá, e ileso.

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Un rato después…

Algunas patrullas de Policía, unas grúas y una ambulancia habrían llegado al lugar, manteniendo el orden en el lugar.

Shin vería como se llevaban al conductor de aquel camión en la ambulancia, el despistado sufrió por su arrebato no intencional… A él incluso lo revisaron los médicos y solo se rapo un poco los brazos, por lo que le limpiaron sus heridas y le pusieron unas vendas simples. Además de que incluso le dieron un gas fresco en caso de que lo que hubo en ese camión y lo que inhalo fuera letal.

También tuvo que responder algunas preguntas de los Policías al ser él el infortunado del accidente, al igual que algunos testigos de lo ocurrido.

Todo eso mientras unas grúas ponían el camión devuelta en su posición original, para después llevárselo.

-Yo digo que eres muy afortunado chico…*Lo halago la hermosa oficial de cabello negro largo y ojos rojos*. Y muy hábil.

-Gracias, supongo…*Shin vería que ya todo estaba hecho, por lo que…*. Bueno, me tengo que ir, me esperan en casa.

-Sin problema, solo asegúrate de tener más cuidado…*Dijo ella con una media sonrisa.

-Ja, ja. Muy graciosa, oficial…*Shin vería el nombre en la placa de la mujer*. Watanabe.

-Lo que digas muchacho…*La mujer le extendería un papel con algo escrito*. Si necesitas ayuda algún día, no dudes en llamar.

-Supongo…*Shin tomaría el papel y lo vería, para después ver como la oficial se iba con sus compañeros a seguir con su deber*. Supongo que ella está limpia, pero ya investigare después.

Dicho eso, el pelinegro guardo el papel con el nombre y número de la oficial en su billetera, y emprendería de nuevo su camino a su casa.

En el camino estaría considerando decirles a su madre y hermana lo que vivió, pero pensó que mejor era no alarmarlas. Incluso si llegan a oír del accidente ocurrido, no habrán detalles de que él estuvo ahí, además de que tenía bien ocultos sus vendajes.

-Ught…*Shin empezaría a sentir como la vista le pesaba un poco y como su cuerpo parecía calentarse de a poco a cada segundo*. Mierda. Mejor llego rápido y voy a mi habitación, ya me llevaran al hospital si ven que me pasa algo grave.

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Tras un rato…

Shin llegaría a su casa algo mareado y sudando un poco, con su rostro empezando a enrojecerse de a poco levemente…

-Al fin llegas…*Mana lo vería con reproche cruzada de brazos, pero… Al ver que respiraba algo agitado, se preocupó*¿T-Te pasa algo, Onii-chan?

-N-No, descuida… Estoy bien…*Shin avanzaría a la cocina y dejaría las compras en la mesa. Iría a la nevera y tomaría varias veces agua fría en un vaso*. E-Estaré en mi habitación… Llámenme cuando esté lista la comida…*Dijo aquello aun pareciendo que tenía sed.

-Shin ¿En serio estas bien?*Maya intento ponerle la mano en la frente, pero…

-No es nada…*Shin la detuvo de revisarlo. No ahora*. Solo estoy cansado, es todo.

Tras decir eso, el pelinegro rápidamente iría a su habitación y se encerraría.

-¿Crees que estuvo involucrado en el accidente del que hablaron los vecinos?*Pregunto Mana a su madre.

-Lo dudo un poco, ya que nos habrían llamado del hospital si él hubiera sido víctima, pero está bien intacto…*Maya revisaría las compras*. Tal vez en verdad está cansado, le diré que no se trasnoche si es por eso que esta así.

Mana suspiro ante ello, pero prefirió dejar de lado el tema. Su hermano está en casa y bien, eso es lo que importa.

Ya en su habitación…

Shin aun estaría respirando agitadamente mientras empezaba a sudar cada vez más. Este se quitaría la camisa y prendería el aire acondicionado en la habitación, para después echarse en su cama y dormirse al rato.

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Más tarde, en la noche…

En la Corporación Akatsuki, en su oficina, Oxzen Willian estaría haciendo un papeleo relacionado con el incidente ocurrido en la tarde.

-Genial, una pérdida de materiales…*El hombre de cabello negro que era una copia más madura de Albert estaba indignado por la perdido de sus productos.

Ahora deberá considerar si mandar a crear más de lo que se perdió o abandonar ese proyecto de genética mejorada del cual no se fió mucho y solo lo aprobó porque uno de sus mejores científicos logro avances experimentando con animales.

-Chichiue ¿Estas ocupado?*Albert habría entrado a la oficina.

-No tanto, pero igual tendré mucho que hacer una vez tome una decisión con este papeleo…*Dijo Willian sin despejar su vista de los papeles.

-Está relacionado con el incidente de uno de los camiones de la empresa ¿Verdad?*Albert ya se imaginaba la respuesta.

-No debería de sorprenderme que lo sepas, pero si…*Asintió Willian*. Y si preguntas por lo que llevaba el camión adentro, eran solo algunos químicos y muestras de ADN de distintos animales.

-¿Crees que eso traiga algún efecto secundario o radioactivo? Hubo mucha gente cerca cuando eso se dispersó…*Dijo Albert.

-Esos eran solo muestras de prototipo que iban a ser puestas a prueba y no me han informado nada de gente contaminada por ello. De haber sido así, el efecto pudo haber sido instantáneo… Habrá suerte si nadie lo inhalo… y de ser así y ocurre algo, tal vez solo padezca una enfermedad grave… Igual la culpa es de aquel conductor de pacotilla, al cual acabo de despedir después de pagarle el hospital…*Dijo Willian.

-Lo que tú digas…*Albert suspiraría y se iría del lugar, dejando a su padre solo con sus cosas.

Ya en el pasillo el joven trataría de llamar a Shin, pero otra vez entro al buzón de voz ¿Qué le paso? ¿Algo grave o se está cargando su celular? Ught, mejor hablan mañana.

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Al día siguiente…

El sol estaba saliendo, mostrando toda su luz sobre Tokyo y todo Japón.

En su cuarto, Shin yacía dormido en su cama con suma tranquilidad… pero se le iría el sueño, sumado a la leve luz del sol en su cara y el sonido de algunos pájaros cantando…

-Hmmm…*Lentamente el joven se levanta y se talla los ojos*. Al menos sigo vivo ¿Cuánto tiempo dorm-…? ¿¡!?*Abrió los ojos casi en shock al ver que su reloj-alarma marcaba las 7:00 Am*¿¡Me dormí un día entero!?

Shin se llevaría la mano a la cara y recordaría el accidente de ayer, al menos lo que había en ese camión no lo mato y se siente más fresco que nunca en su vida… Siente que podría correr un maratón… Okey, no… Después se sobo el estómago y tuvo mucha hambre… No almorzó ni ceno, genial…

El pelinegro se levantaría y por si acaso iría a verse al espejo en caso de que nada haya cambiado en su cuerpo o le hayan salido granos o similares, y… Al verse en el espejo, solamente abrió los ojos como platos…

-¿¡Pero qué carajo!?

Shin no podía creer que ahora tuviera el cuerpo como de un gimnasta profesional.

El mundo está a punto de descubrir un milagro de la Ciencia que antes se consideraba pura ficción ¿Cuál será la reacción ante tal descubrimiento del milenio?

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