2 Capitulo 2: Cigarrillos

Nastacia, Nastacia... Ella...

No podía ser cierto, realmente no podía creerlo, acababa de morir en frente de mis ojos y yo no habia podido hacer nada.

Si me llamaban no oía, Nastacia era ahora carne muerta que podía moverse... Pero nada más que su cuerpo y figura quedaron, mientras caminaban hacia nosotros.

Alek fue quien me tomo del brazo y me arrastro fuera, pero pareció arrepentido de ello cuando me lanzo al suelo.

- ¡Ahí te quedas, mira que lo ha pasado por tu culpa! -acuso, aun no reaccionaban. -Mejor sirve para algo y quédate allí, mientras huimos-lo observe como no entendiendo.

Busque ayuda con la mirada a Garsha y Salvik, pero no dijeron nada.

- ¡Garsha, Salvik, vámonos! -giro hacia mí, me miraba con un profundo odio envuelto en lágrimas que se desprendía de sus ojos.

-Pero-y vi sin hacer nada, en parte lo merecía... Como soltaba el inhalador al suelo y lo partía a pedazos con sus pies.

Solo cerré los ojos, ya no quería saber, aunque aún escuchaba: como los gruñidos de la muerta multitud se tornaban algo muy horrible y chirriante...

Naum ya ni vio ni oyó nada de repente, y todo su cuerpo se sentía liviano, entero. ¿Qué era lo que pasaba? ¿Se habia ya muerto? ¿Vería a Nastacia?

Cuando se atrevió a mirar descubrió que su alrededor era un lío de sangre y de pie frente a este habia un tipo de grandes botas y ropa militar, que ocultaba la dirección de su mirada con un par de lentes de sol.

Era un afroamericano pelirrojo, muy ancho de hombros y se veía bastante temible.

Naum aún estaba asustado y conmocionado, pero aun asi vio con un confuso asombro que él otro se diera la vuelta sin más y comenzara a caminar lejos de allí, mientras limpiaba su afilado machete en la botamanga de sus pantalones.

Respiro lo más lento que le fue posible, tratando de no agitarse y conservando la pausada marcha de su corazón. Animo a sus piernas a erguirse y abandonar su patética postura: como si acabara de ser tirado y de hecho no estaba alejado de ese hecho.

Cuando consiguió ponerse de pie todo lo que le quedaba era detener la marcha tranquila, que su salvador comandaba ya sin la preocupación de que "ellos" se metieran en su camino con la voraz intención de despedazarlo.

-¡Espera!-exclamo, guardando todo el aire que podía y la calma que, realmente no tenia. Todavía seguía asustado.

Él otro ladeo media cabeza para observarlo y continúo caminando.

- ¡Solo espera! -insistió, quizás tenía que seguirlo, aunque algo muy en el fondo le decía que no era una buena idea y solo satisfacía la necesidad de no estar solo.

Cuando su cuerpo giro por completo, su mano se quitó al mismo tiempo los lentes y una vacía mirada se le fue devuelta. Tuvo la sensación de que aquello no era humano y solo uno más de "ellos" que tenía la capacidad de controlarse, de canalizar su bestialidad.

- ¡¿Qué diablos quieres?!-la cuestión fue liberada como un gruñido, dándole todavía más fuerza a su debate. Sin embargo, Naum continúo acercándose, sin decir o hacer nada hasta detenerse más cerca para comprobar sus observaciones.

- ¿Como te llamas...? -pregunto.

El otro vacilo molesto.

- ¡¿Porque quieres saber?!

-Bueno tu... Me salvaste-y el otro lo miro como si acabara de decir una gran mentira. -Creí que... Seriamos un equipo, solo digo, tú te ves solo, yo estoy solo-quizás nunca debió decir aquello y entender fácilmente que debió dar la vuelta y alejarse, cuando debía.

¿Porque sus esperanzas de vida se animaron?

-En primer lugar, tenía muchas ganas de fumar y en segundo, tu allí echado como un idiota impedían el primer hecho.

-Entiendo...-satisfecho volvió a darse la vuelta y siguió caminando, cuando Naum le detuvo de nuevo.

- ¡Es que no entiendes, no seré la mascotita que te salve el culo! -pero, de nuevo con la mirada oculta por los lentes de sol, abrió los ojos por la sorpresa.

-Ten... Seguro los necesitas mucho-Naum extendía la cajetilla de cigarros hacia él y cuando las tomo comenzó a irse en dirección contraria.

Oh Naum eres un idiota, por eso quizás tus amigos te habían abandonado, por eso estaba completamente solo...

Me repetía a mí mismo como si siguiera echándome más tierra, de la que ya llevaba encima...

Nastacia continuaba gritando con horror en mi mente y mi corazón punzaba ante ese hecho...

No sabía hacia donde habia caminado, pero me detuve lentamente sosteniéndome de una pared...

Todo estaba ilusoriamente silencioso, estaba seguro que "ellos" aparecerían en la próxima esquina... Pero acorde caminaba y mis fuerzas se iban, todo seguía solitario.

¡Vamos, yo quiero morir!

Y ni aquel grito fue suficiente, todo seguía solo, nada más que mis lentos pasos siguiendo y siguiendo hasta esperar la muerte.

Me deslice hasta caer por la pared y empecé a tomar lentas bocanadas de aire, mis pulmones me lo agradecían cuando podía respirar con normalidad.

Como una revelación supe que debía hacer mucho más que gritar y fue cuando al mirar al frente descubrí que habia allí un parque de juegos para niños.

Mis ojos llorosos se iluminaron y ensanche mis labios en una sonrisa, era mi espectacular momento.

Estaba feliz y triste por lo que haría, pero ya no podía seguir... Ya no soportaba la presión, el cuello de Nastacia desgarrándose frente a mis ojos y los ojos acusatorios del resto de mis amigos, no los culpaba pues era toda mi maldita culpa.

Se escuchaba muy lejos el tintineo metálico, como si fueran campanadas de un muy mal augurio. Se anunciaba una tormenta de carne muerta que pisoteaba en embestida y rumbo a una sola dirección.

En todo el apagado silencio de la ciudad se escuchaba un golpe tras otro contra el metal y el lejano y llano sonido del columpio, en ese momento tanto los vivos como los muertos fueron avisados de la muerte.

Naum no se detenía, ya podía escuchar los gruñidos guturales como susurros que se volvían la voz de una multitud y ningún vivo se acercó, solo muertos, llenos de sangre fresca y seca, algunos sin piernas, otros con órganos a la vista.

Era un maravilloso desfile de Zombis para su muerte, Naum sonreía y agitaba el columpio que pegaba cada vez que lo tomaba y agitaba contra su propia base.

Cuando se detuvo ya los veía venir a tropezones, habían olido su sangre, como esta brotaba de una herida hecha a propósito en su brazo para hacer muy bien de carnada. Estaba listo, aunque muy asustado cuando escucho el fogonazo que, disperso en reversa a la mitad del grupo, los que parecían más novatos, pero aun había más que iban a por él, y escucho el segundo fogonazo y luego un machete agitado como una espada en el aire, cortando la cabeza de la mandíbula, que iba a incrustarse directamente sobre su cuello.

A morir tal y como lo hizo la hermosa Nastacia.

-¡Eres un idiota y pretendías hacer equipo!-Naum miro más asustado esos ojos vacíos, mirándolo con rabia- ¡Como puedes hacer semejante escándalo, bloqueaste todo el camino!-pero no lo escuchaba realmente, lo ignoro y camino con decisión hacía la muerte, ignorando la vida.

-¡No deberías estar aquí, sé muy bien lo que hago!-aseguro, comenzaba a sentir como la garganta se cerraba y sintió una mano aferrarse al brazo de su herida y fue apartado bruscamente, otra cabeza rodo y su mandíbula fue alejada de su cuello.

-¡Maldito hijo de puta!-le oyó gritar, pero le llego como un zumbido.

-No entiendes... Porque sigues salvándome vete... de aquí...

-Asi me agradeces que te haya salvado-contesto, no iría a convencerlo con eso.

-Yo no te lo... He pe-pedido... Aun tienes tiempo... Yo... Sirvo muy bien de carnada...-y clavo los dedos en su herida, soportando el grito de dolor, debía resguardar aire, y la sangre brotaba con más fuerza.

La mirada del extraño soltó un fulgor.

-¡¿Por qué tu...?!-pego una patada a uno y corto la cabeza de otro, la sangre salpicaba, pero todo era incontrolable, entonces se le ocurrió subirse a la base de una encrucijada de toboganes, al menos podrían hacer tiempo allí.

-Es inútil... Ya estoy condenado... De todos modos, si éramos un equipo... Tienes buen instinto, sigue usándolo... No... N-No debes, estar cerca de mi...-y su garganta se pegó entre sí, su boca intentaba succionar aire pero este no entraba, comenzaba a parecer como un hueco seco.

El otro observo a los Zombis y a Naum, entendiendo muy rápido que sucedía cuando quedo boca arriba en la arena del parque.

-¿Tienes asma...?-pregunto con estupor... Naum negó, pero sabía que no podía engañarlo y lo supo cuando el aire por fin entro a sus pulmones y vio la mano morocha sobre su boca, acabando de accionar el inhalador, envuelto en una cinta verde agua.

-Tu...-lloro, no podía ser cierto. Busco los ojos vacíos para asegurarse pero observo cierta luz viva y un poco cálida, como si estuviera prendiéndose lentamente, de a poco y a medida.

-Vas a cuidarlos, cuando te los pida debes tenerlos-le extendió los cigarrillos, dejándolos dentro del bolsillo de su chaqueta-y debes cuidar esto por sobre todo o yo mismo te mataré-asevero, Naum no podía creerlo era inverosímil-ahora levántate y sube a los toboganes, podremos salir por atrás hacia los puertos.

-De acuerdo...-dijo, habia algo que evitaba ya no ignorar sus órdenes y quizás...

Quizás la necesidad de dejar de estar solo de nuevo. Ese hombre se volvió maravilloso ante mis ojos y sentía que ya no podía dejarlo.

Aunque Nastacia estuviera allí todavía con un sentir diferente, este hombre lo estaba ahora...

Asi lo sentía y mi corazón también... Aunque no era mi tipo, vaya pensamiento tonto, pero era lo que sentía mientras bordeábamos a los cadáveres vivientes y avanzábamos hacia el puerto ruso, aunque todavía estaban lejos seguro caminaríamos mucho y yo me aferraría a ese Inhalador que se agitaba con los pasos, dentro de mi bolsillo.

-Un cigarrillo, ya-escuche su voz, reaccione inmediatamente y con la mano del brazo ya vendado, saque la cajetilla y tome un cigarrillo, que le extendí en silencio.

Inmediatamente lo encendió y comenzó a Inhalar, yo no quería pero tosí.

-Lo siento...-articulé, pero el no dijo nada, se alejó lo suficiente para que el viento se llevara el humo al lado contrario.

Era demasiado considerado para ser cierto, a lo mejor habia muerto y este era mi más allá, sonreí inconscientemente.

- ¿Que es tan gracioso? Vamos, cuéntame el chiste.

Lo mire y al no ver esos ojos vacíos, le dije la verdad pero con camuflaje de chiste.

-Que no eres mi tipo, aun asi me gustas mucho...-él se sonrió.

-Quizás sea divertido tenerte de mascota, vamos, sígueme-durante el resto del camino no dijo nada, yo lo seguía de lejos y al pendiente, hasta que llegamos a una galería, ya nos habíamos alejado del puerto al que no pudimos observar demasiado, solo caminaban un par de "ellos" muy dispersos. Asi que mientras fuéramos en silencio, estaríamos bien a donde fuera que fuéramos, seguramente un refugio, que era una tienda donde vendían artículos de pesca.

-Dormiremos aquí, echare un vistazo, no hagas o toques nada-yo asentí, pero el me miro furtivamente.

-Lo entiendo, puedes ir tranquilo-y solo entonces se alejó.

La tienda era grande, porque allí no solo habia cañas y bolsas para dormir, sino tiendas para acampar de diferentes tamaños, muchas de ellas armadas en aparentes escenarios de "acampada" con troncos y llamas falsas.

Naum estaba allí, despreocupado cuando sintió el jalón y luego fue derribado al suelo. Cuando quiso reaccionar tenia a un vivo presionando una mano sobre su boca, piernas aprisionando las suyas, otra mano ciñéndose a su garganta con mucha fuerza. Y sus brazos agitándose en un grito mudo, luchando por liberarse. Ahora si tenía miedo a morir, no quería decepcionar al extraño que le habia salvado, ni siquiera sabía su nombre, si quiera se lo habia preguntado.

-Tu eres el que ocasiono todo ese ruido, he perdido a la mitad de mis hombres por tu puta culpa, querías morir, te hare el favor-sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y su garganta retornaba a cerrarse, cuando el cuerpo encima suyo fue derribado.

Naum se alejó hacia atrás agitado y cogió el inhalador, calmando sus desesperadas ansias de tomar aire.

- ¡Que crees que haces Rene! ¡Este maldito hijo de puta me ha arruinado!

- ¡¿Qué crees que haces tú?! ¡Esta es mi zona, yo mismo me encargue de liberarla, días y noches y bueno sabes...! -Rene bajo su tono, torciéndole el brazo con mucho temple-Sabes Dimitri que es complicado tener una mascota muerta, asi que me conseguí una viva.

- ¿Entonces cambiaste de opinión? Bien, lo perdonare si me lo prestas, lo dejare vivo, pero me voy a divertir mucho. Solo un dia en lo queda de mi unidad.

Naum entendió a que se refería y sudo frio.

-No-dijo Rene tajantemente, pasando una mano por su corto y colorado cabello que le cubría la cabeza muy al ras, recientemente se habia rapado.-Le gustó mucho, quizás te la muerda y no creo que quieras perderla.

-Entonces tendré que ponerle un bozal-ante eso le torció más el brazo, haciéndolo gritar de dolor.-Espera ¡Maldita sea, espera!

-De seguro tu escuadrón se lo busco, si te atreves a acercarte por aquí de nuevo volare a los que quedan ¿Entiendes?

-Si... Lo entiendo, pero...

- ¿Pero? No he olvidado lo que sucedió, estoy listo con trampas por todos lados, en cuanto cruces el límite establecido te mataré, aun sigo estando a cargo y no seré benevolente con tu muerte, dejaré que el resto de mis mascotas te despedacen lentamente.

Dimitri sabía que hablaba enserio y no dijo nada más, cuando libero su adolorido brazo, retrocedió lejos de Naum y ni siquiera lo miro, que se encamino hacia la salida.

-Te dije que no te metieras en problemas.

-Pero yo... Lo siento, por mi culpa, aunque...

-No te tocaría ni un pelo, todavía me gustan las mujeres. -Aseguro, Naum se decepciono un poco y se avergonzó ante la evidencia de querer ocultar sus deseos con chistes.

¿Quién era este tipo realmente? El solo sabía que se llamaba Rene y probablemente sería muy peligroso.

-Maldita sea, solo dame un cigarro y deja de temblar-Naum saco muy deprisa el paquete y nuevamente, en un par de segundos Rene estaba inhalándolo, esta vez pesadamente, como si estuviera muy enfadado.

- ¿Entonces te llamas Rene? -tanteo, alejándose él del humo. El susodicho volteo a verlo.

-Si-respondió a secas.

-Naum Utka.

-¿Utka?-observo frunciendo el ceño-¿Tienes algo que ver con "Utka"?

-Oh bueno, fuiste rápido en relacionar, soy su hijo bastardo, me refiero...

-Solo tengo su celular, aunque no sirve de mucho-y le enseño el aparato, con el dibujo de un pato y el "Utka" escrito debajo.-Entonces eres el hijo del dueño, eso quieres decir.

-Si, un par de billetes en una cuenta y ya, para mantenernos callados, mientras él se luce con sus hijos reales en las fotos de la revista.

Rene no dio comentarios.

-¿Y tú, eres militar? Creí que llevabas la ropa por ocasión.

- ¡Heh! Sargento de la primera división terrestre y la única en pie, el anterior Sargento me nombro antes de convertirse, Dimitri odia el hecho, pero no puede contra mis logros.

- ¿Tu solo... Aseguraste la zona?

-Si, en realidad hice una limpieza, tengo mis trucos bajo la manga, porque es imposible con la situación actual aniquilarlos.

Eres impresiónate Rene, ojalá tuviera el valor o la inteligencia que tú tienes. Solo te escuchaba hablar, queriendo aprender pero no habia nada que sonara a que Naum Utka pudiera conseguirlo.

Cuando consideraste que me revelaste lo suficiente, ya estaba dándote otro cigarro y sin explicaciones me dejaste solo de nuevo, parecías muy seguro de que tu "amigo" no regresaría y asi de hecho, hasta que la noche cernió sobre nuestras cabezas, lo fue.

Aun no confiaba del todo, cuando nos preparamos para dormir tenía miedo de que realmente fuera tu juguete o pensaba que Dimitri vendría y tu no lo notarias.

Realmente lo mordería si intentaba algo.

Daba vueltas en mi bolsa de dormir, escuchaba tu respiración y aroma a otro cigarrillo, quizás lo tomaste de mi bolsillo cuando dormite hasta quedarme irremediablemente dormido.

-¡Despierta, debemos irnos, matare a Dimitri!-no termine de entenderlo cuando me jalaste del brazo sano y corríamos hacia la infestada salida.

-¡Defjame atrás!-exclame agitado, trabando mi lengua-¡Esfpera!-pero Rene era implacable y él siempre estaba delante, me dejaba atrás para protegerme.

Todavía no amanecía cuando corríamos en la oscura noche rusa y nos alejábamos de la galería, de nuevo hacia el puerto.

Finalmente, entre sangre y cabezas rodando, subimos a un Jeep que se veía muy maltratado como para andar.

- ¡Súbete y no cuestiones! ¡Espero que sepas conducir y si no sabes-me dijo, como adivinando mi respuesta-es tiempo de aprender!

Naum no estaba muy seguro, pero no habia otras opciones en el panel invisible que se planteó frente a él.

- ¡Estas dementes, nos matare! -de todas formas, trato de negarse.

- ¡Preferible a morir devorados por "ellos"! ¡No cuestiones y ten!-le lanzo la llave tan rápido que ni siquiera pudo ser capaz de agarrarla, Rene maldijo por lo bajo pero tenía sus propios asuntos asi que mientras Naum buscaba la llave con tanteos, él se divertía y esforzaba por mantenerlos con vida.

Era una carnicería humana, cuando no le atinaba a las cabezas para acabar con el asunto de raíz, volaban manos y dedos, pies o piernas y brazos cuyas arterias hacían viajar lejos la sangre pútrida. Rene esquivaba todo con una capa de sudor en la cara que, la limpiaba con el antebrazo y evitaba abrir la boca solo para tomar aire luego de que la sangre ajena acabara en el suelo.

- ¡Rene a la derecha! -Rene giro ante la observación de Naum, que finalmente tuvo la llave en su mano y torpemente la coloco en donde debía. El motor soltó un gruñido áspero y de un salto Rene se sentó en el lado del acompañante, evitando la mordida de uno de "ellos".

Creyó que le habia sonreído por su observación, ayudándole, pero no se quiso hacer ilusiones. Inhalo aire del inhalador y dio marcha al Jeep por la calle principal, llanamente como si supiera conducir, con el viento azotándose en su cara y el amanecer lento, que aclaraba el camino.

-Sigue recto, hasta que demos con la valla.

Y sintió su mano palparlo, lo cual le puso nervioso y al mirarlo observo que sacaba otro cigarro, no le sorprendía que hubiera hecho tanto drama para "salvarlo", por una cajetilla de cigarros. Recordaba, aunque en ese momento virara a la locura, que habían sido tantos amontonamientos de cuerpos destazados, que comenzaba a dudar de nuevo si fuera humano.

A no ser por el vivo fulgor de aquellos ojos azules que le miraron.

Se preguntaba porque llevaba un inhalador, si era una chimenea humana y porque razón lo mataría si lo perdía, porque estaba muy seguro que lo haría. En su momento no habia un atisbo de que jugara con eso.

-Da la vuelta, ahora.

Naum trago grueso, si lo miraba más tiempo hubiera estado seguro que chocaría contra la valla. Contra la que, antes de girar pudo ver que más muertos, quizás decenas se agitaban con violencia del otro lado.

- ¿A dónde iremos? -pregunto, todavía al mando. Sin embargo, Rene no dijo nada más que "se detuviera"- ¿Rene?

Rene se mantuvo en silencio y lo rodeo volviéndolo todo negro... cuando despertó...

Cuando desperté me sentía mareado y con mucha falta de oxígeno, ya no sabía dónde estaba, no estábamos ya en el Jeep y de junto estaba el inhalador. Pero Rene no estaba.

Al levantarme me di cuenta que estaba acostado sobre un par de mantas verdes y a mi alrededor todo era un cumulo de cosas del mismo color. Tanques y algunos vehículos, luces blancas, estantes con materiales militares y una puerta que chirrió al ser abierta.

-Bienvenido-me dijo la trémula voz de Rene.

- ¿Que sucedió...?

-Nada, quiero fumar.

Sentí que algo no andaba bien.

-T-Toma...

-Buen chico, si sigues portándote tan bien te dejare salir.

- ¡¿Que dices, dejarme salir?!-Rene dio media vuelta, abrió la puerta por donde habia entrado y aunque corrí hacia él, entendiendo sus intenciones.

Me quede allí, malgastando el aire, pataleando contra la sólida e inquebrantable puerta.

Estaba malditamente encerrado y no entendía por qué.

Recordé a Dimitri y pensé que entraría por la puerta y juntos me usarían y se divertirían conmigo.

¿En qué me habia metido?

¿Por qué siempre confiaba en la gente?

- ¡Rene, maldito hijo de perra, sácame de aquí!

CONTINUARA...

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