11 Capítulo 11: Esto es más de lo que puedo soportar

Me senté en el sofá de mi oficina, tomé el té que Anida me ofreció para relajarme, me sentía demasiado ansioso y estresado.

Estaba por conocer a una de las personas que me metieron en este problema, un violador degenerado que planea usarme para chantajear a niñas inocentes, una escoria que ha estado usando drogas mágicas con tal de conseguir dinero constante.

Tengo que respirar profundo, soy un buen hombre, los buenos hombres no matan personas, respira profundo, soy un buen hombre, incluso si ese bastardo merece ser asesinado introduciendo ácido sulfúrico en su uretra eso no significa que yo tenga que hacerlo, soy un buen hombre, respira profundo.

Inhalar, exhalar, inhalar, exhalar, estoy bien, todo está bien.

"No se preocupe Satou-sama, estaré aquí" – Anida me sonrió.

Nunca pensé que una sonrisa podría verse tan hermosa.

Bien, puedo superar esto.

"Maestro, el violador se acerca" – Waifu Bruja me informó.

"Maestro, hay una presencia extraña junto a ese hombre, parece que los ex amigos del Maestro comenzaron a hacer contactos con grupos sobrenaturales, pero no se preocupe Maestro, estoy segura de poder barrer el suelo con esa basura fufufufu~" – Waifu Bruja es confiable a pesar de su actitud de demonio.

La puerta se abrió y el sujeto llamado Tanaka entró como si fuera su propia oficina.

Era un hombre cerca de los 50 años, no era un gordo asqueroso, pero se veía viejo por las canas que cubrían la mayor parte de su cabello, su mirada era la típica mirada insidiosa de un viejo pervertido, lo más extraño eran sus ojos que parecían no tener pupila, que sujeto tan desagradable.

"¡Jajajaja bueno verte viejo Satou, parece que anoche te divertiste con mi regalo!" – El sujeto se regodeo con orgullo.

"Jaja, si, no creo poder agradecer lo suficiente jajaja" – Sonreí disimuladamente.

Sonreír nunca se había sentido tan desagradable.

"Oh, no pareces tan emocionado como esperaba, ¿No te gustaron esas niñas? Descuida, puedo devolverlas y conseguiré algunas de mejor calidad" – Tanaka se encogió de hombros, fue al sofá para sentarse y puso su maletín a su lado.

Mi estómago comenzó a revolverse.

¿Cómo puede tratar a Saki y Rinka como si solo fueran objetos desechables?

Tranquilo, respira, pensamientos felices, pensamientos felices.

"Descuida, me la pasé genial es solo que no dormí lo suficiente jajaja" – Reí torpemente mientras contenía las náuseas.

"¡Así se hace! Jajajaja, esas perras deben tener los sesos revueltos, las ultimas perras de las que te encargaste se volvieron adictas, deberías contenerte un poco o no podrán tener otros clientes" – Tanaka parecía contar la mejor broma ya que seguía riendo.

"Maestro, cálmese, estoy usando magia para esconder su sed de sangre, pero no servirá de nada si ataca a ese sujeto" – Waifu Bruja me hizo un pequeño recordatorio que me ayudó a recuperar la compostura.

Un momento.

¿Acaba de decir que hubo otras?

¡¿Por qué nadie me lo dijo?!

Oh por Dios… ¡Soy un maldito violador!

Soy basura, debo morir, quiero morir, que he hecho…

"Maestro cálmese, creo que sé lo que está pensando y déjeme decirle que las niñas con la que el Maestro estuvo siempre fueron con el acuerdo de esas niñas, el Maestro no abusó de nadie ya que ellas se ofrecieron" – Waifu Bruja habló.

… No puedo pensar.

No puedo respirar…

La culpa me está matando.

"Oye Satou, parece que reamente te esforzaste, estas pálido" – Tanaka alzó una ceja.

"Ah estoy bien, ya sabes, mucho esfuerzo" – Me costaba respirar.

"¿Tan cansado solo con dos niñas? Vamos Satou, has podido con hasta 5 a la vez, creo que entre nosotros eres el que tiene la mejor condición lo que me pone un poco celoso jajajaja, solo de recordar a esas perras gemir por más es demasiado divertido" – Tanaka siguió fumando y riendo.

Sus palabras me dolían, me siento miserable, no puedo soportarlo, esto es más de lo que puedo soportar, no puedo hacerlo, vivir es demasiado horrible.

"En fin, esas niñas con las que estuviste posiblemente tengan que retirarse del negocio" – Tanaka se encogió de hombros.

¿Retirarse?

¡Hijo de perra las están violando, no lo digas como si fueran trabajadoras honestas, son víctimas!

No, si ellas se retiran no debe ser tan simple como dejarlas, sería peligroso dejar cabos sueltos.

¿Van a matarlas?

¿Niñas inocentes morirán por mi culpa?

No puedo, esto es demasiado, alguien ayúdeme, no puedo soportarlo.

"N-No creo que sea necesario despedirlas, solo dámelas y me haré cargo" – Me costaba hablar, sentí como si tuviera una pesada roca atorada en mi garganta.

"Oh, ¿Finalmente estas interesado en construir un harem? Jajajaja, excelente, es deprimente que seas el único que no tenga un harem oficial" – Tanaka parecía orgulloso.

No, no debo matarlo.

Cálmate.

No debo.

Cálmate.

Cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate cálmate.

"Pensé que sería un buen momento para formar uno ya que las clases están por comenzar jajaja" – Reí, reír duele, no quiero volver a reír.

"Genial, te las enviaré a más tardar el siguiente fin de semana, en fin, parece que realmente necesitas un descanso así que dejaremos el asunto de los fondos para el Club de Caballeros y la lista de tus chicas favoritas para otro momento" – Tanaka se puso de pie.

"Oh es verdad, aquí tienes tu dosis para este mes" – Tanaka abrió su maletín y sacó un frasco de caramelos y lo abrió. – "Tal vez no tomaste tu dosis de hoy por la emoción y por eso estas tan cansado, aquí tienes"

Miré los caramelos.

Creo comprender porque el director original comía esta basura a pesar de conocer sus efectos. Es fácil notar que Tanaka mira a las mujeres como juguetes sexuales desechables, cualquiera con medio cerebro puede notar que es una escoria.

Tal vez el director lo notó demasiado tarde y para librarse de la culpa comió los caramelos.

Soy débil.

Soy demasiado débil.

No puedo soportar esto.

Estoy solo.

Soy basura, soy débil y estoy solo.

Extendí la mano, saqué un caramelo y antes de que mis guardaespaldas o Anida pudieran decir algo lo arrojé a mi boca.

Tanaka sonrió. – "Bien, entonces me voy, aunque ahora que vas a construir un harem tal vez ya no necesites a tu sirvienta, ¿Qué tal si me la regalas?"

Mi cuerpo no se movió, no sé porque no pude mover mi cuerpo.

"Maestro no tragues el caramelo, además, usé magia para detener tus movimientos ya que sentí que estabas por matar a ese hombre" – Waifu Bruja es confiable, el caramelo es delicioso, voy a saborearlo.

"Lo siento amigo, estaba pensando ampliar mis gustos y probar mujeres más desarrollada, mi sirvienta lleva mucho tiempo conmigo y siento que sería un desperdicio no probarla" – Me encogí de hombros, me siento más relajado, el caramelo es delicioso, quiero más.

"Jajaja, excelente, te traeré un par de mujeres entonces, pero asegúrate de contenerte o nos dejaras a los demás con las manos vacías" – Tanaka y yo reímos.

No sé porque estoy riendo, pero Tanaka está riendo así que debe ser algo gracioso.

"Entonces nos vemos Satou" – Tanaka tomó su maletín y salió.

Cuando la puerta de mi oficina se cerró Anida se apresuró hacía mí.

¿Por qué luce tan ansiosa? Ella debería relajarse, aunque cuando corre sus enormes pechos se sacuden, genial.

"¡Rápido bloquea la puerta y ayúdenme a hacer que Satou-sama escupa esa basura!" – Anida gritó mientras me sostenía de las mejillas.

Es linda cuando la veo de cerca, sus labios son tan atractivos que quiero probarlos.

Waifu Bruja apareció y agitó su mano borrosa hacia la puerta. – "¡Ningún alma puede atravesar lo que la muerte decidió cerrar, Puerta del Purgatorio!"

Cadenas rojas y un enorme candado negro cubrieron la puerta, ¡Genial, me encanta la magia!

¿Puede aparecer un conejo de un sombrero?

Si Anida actúa como su asistente sería genial, con medias de red, eso me encantaría.

"¡Satou-sama escupa el caramelo!" – Anida gritó y yo obedecí.

El caramelo salió de mi boca, extraño el caramelo, quiero otro caramelo.

Extendí mi mano hacia el frasco, pero Anida me detuvo.

"¡No coma más caramelos Satou-sama!" – Anida está empezando a volverse molesta.

"Soy tu jefe, quiero un caramelo, te ordeno que me des un caramelo" – Fruncí el ceño, Anida es hermosa, pero eso no le da derecho a decirme que hacer.

No, Anida es hermosa y por eso cree que puede darme órdenes.

¡¿Qué mierda le pasa?!

¡¿Cree que es mejor que yo solo por ser hermosa?!

¡¿Ser hermosa le da derecho a hacer lo que se le da la gana?!

¡¿Por ser hermosa puede aprovecharse de mí?!

¡¿Piensa que puede pisotearme por ser hermosa?!

¡A la mierda quiero mi jodido caramelo!

"¡Muévete!" – Grite con furia.

"Satou-sama, por favor reaccione, este no es usted…" – Anida estas fastidiándome.

"¡¿Quién te has creído para decirme lo que puedo hacer?! ¡¿Puedes darme ordenes por qué eres hermosa?! ¡Soy tu jefe, soy tu maldito jefe! ¡Muévete de una maldita vez! ¡Eres como todas las malditas mujeres hermosas! ¡¿Puedes aprovecharte de mí?! ¡¿Eres mejor que yo?! ¡MUÉVETE Y DEJA DE MOLESTARME!" – Grité, mi garganta dolía, maldita mujer, haciendo que mi garganta duela.

"Satou-sama…" – Anida se congeló.

"¡¿Vas a actuar lamentable delante de mí?! ¡Deja de actuar como la maldita victima! ¡Solo eres una…!" – Me detuve.

Mi puño estaba levantado, estaba por golpear a Anida.

"Yo… Yo estaba por… Yo estaba por golpearte…" – Miré mi puño que seguía levantado.

"Satou-sama, está bien, todo está bien" – Anida siguió siendo amable.

Su amabilidad duele.

¿Por qué es amable conmigo?

Detente, eso duele, no sonrías así, no lo merezco.

"Lo siento, no quería gritarte, no me odies, lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento…" – Cubrí mi cabeza con mis brazos y comencé a llorar.

"Satou-sama, tranquilo, no voy a odiarlo" – Sentí algo cálido, mi cuerpo sintió calidez.

¿Qué es esto?

Se siente nostálgico, pero no recuerdo que es.

Levanté la cabeza con dificultad y vi que Anida me estaba abrazando, había olvidado como se sentía ser abrazado.

"Suéltame… Por favor suéltame…" – Me costaba hablar, algo obstruía mi voz, sentí que una piedra bloqueaba mis palabras.

"Está bien Satou-sama" – Anida siguió abrazándome.

Es cálido y agradable, Anida tiene un olor a flores, creo que son lirios, es relajante.

Sus pechos son tan suaves que deben sentirse geniales al tacto.

Comencé a respirar pesadamente, quiero sentir los pechos de Anida…

¡No! ¡No maldita sea no!

"¡Anida suéltame!" – Me aparté de Anida en pánico.

Aunque Anida esta vestida con un uniforme conservador de sirvienta es imposible ocultar sus curvas bien definidas, esos grandes pechos que no podrían ser sostenidos por mis manos, cintura tan delgada que uno no pensaría que ya tuvo una hija, caderas anchas ideales para un trasero redondo bien formado, su rostro posee rasgos finos y delicados de una dama de clase alta mientras que su piel morena daba una sensación exótica cuando se sumaba a su cabello rubio pálido.

Tragué saliva con dificultad. – "Déjame solo, salgan, déjenme solo"

No quiero forzar a Anida, no quiero lastimarla, tengo miedo de que ella me odie, no sé porque me importa tanto su opinión, pero quiero verla sonreír, no quiero lastimar su sonrisa.

"El Maestro tuvo el caramelo mucho tiempo en la boca, el afrodisiaco está haciendo efecto, las únicas formas de calmarlo serían dándole más caramelos o recluyéndolo hasta que los síntomas de abstinencia terminen" – Waifu Bruja dijo algo que no escuché ya que toda mi atención estaba en los hermosos labios de Anida.

"Desconozco los efectos secundarios soportar la abstinencia, es posible que vuelva a perder la memoria o tenga otras consecuencias en su mente, incluso es posible que su inestabilidad mental se deba a los caramelos" – Waifu Bruja siguió parloteando y seguí ignorándola, los pechos de Anida eran tan grandes que poseían su propia gravedad que atraía mi mirada.

"¿No hay otra forma?" – Anida preguntó con una expresión preocupada, incluso con esa expresión sigue siendo una mujer hermosa.

"Bueno, podrías tener sexo con él, parece muy interesado en tu cuerpo~" – Waifu Bruja dijo algo que no puedo ignorar.

"No, salgan, no quiero forzar a alguien para tener sexo, solo salgan" – Aunque sentí que mi temperatura subía y mi mente se nublaba aun me resistí al impulso de saltar sobre Anida.

Quiero probar sus labios, sentir el cuerpo desnudo de Anida, quiero disfrutar de su piel desnuda y saborear su fragancia, pero más que nada, quiero verla sonreír.

"Satou-sama…" – Anida tenía una expresión extraña, pero seguían viéndose hermosa, siempre es hermosa, la mujer más hermosa.

Anida se acercó a mí, pensé que ella estaba por golpearme debido a lo desagradable que era mi mirada, ella debería sentirse incomoda siendo observada por un gordo de mediana edad, en especial si esa mirada parecía la de un perro en celo.

"Anida solo sal de la-" – No pude terminar mis palabras ya que Anida me besó en los labios.

Perdí todo rastro de racionalidad y me dejé llevar por el dulce sabor de Anida.

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