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Un sueño hecho realidad

Eran las 8 de la tarde en mi ciudad, en un largo y angosto país situado en América del sur. Mi teléfono sonó y el identificador decía "Mamá" conteste como buena hija, porque ya saben, no contestarle a mamá es de seguro un castigo o un chanclazo. 

¡Catalina! tu grupo favorito está dando un concierto gratis en pleno centro de la ciudad - grito mamá desde la cocina. 

¡No podía ser! ¿eran ellos! Al principio no lo creí ¿era cierto? Pero no había tiempo para dudar, salí corriendo de casa como si no hubiera un mañana, no me importo nada, ni siquiera la ropa roñosa que llevaba puesta ni las pantuflas de ardilla, solo corrí disparada al centro de la ciudad. Y ahí estaban los 7, los grandes amores de mi vida, cantando y bailando como los había visto en infinidades de videos, fui la persona más feliz en ese momento, no podía creer que nos regalaran esta sorpresa. Me decidí a avanzar entre la multitud y logré abrirme paso rápidamente, era como si todo fluyera para que pudiera conocerlo a él, Kim So Joon, mi amor platónico, el líder de la banda The Newstyle, la banda de K-pop más importante del momento. Desde el escenario So Joon me sonrió, se acercó y saltó hasta quedar frente a mí y me susurro algo al oído, no entendí sus palabras, pero sé que trato de hablarme en español o algo parecido, trate de decirles unas precarias frases en coreano para, pero lo único que logre articular fue un vergonzoso "saranghae". Lo miré fijamente a los ojos con vergüenza y el corazón me palpitaba tan fuerte que sentía que se me saldría del pecho, ¿era yo la mujer más afortunada del universo? ¡por supuesto que sí!. El no apartaba sus ojos de mi, como si mi imagen representara el amor más bello del mundo y yo era el objeto de ese amor. Luego se apartó unos pasos, sin correr la mirada, se sentó en un sillón de color rojo en el living de mi casa, pero… ¿no estaba en un concierto recién? Él me sonrió nuevamente, pero esta vez su sonrisa dejaba ver su lastima por mi ingenuidad. Y mientras encogía sus hombros se incorporó del sillón y me hizo un gesto de despedida con su mano mientras que, con la otra sostenía una sandia. Miré hacia los lados y el escenario había vuelto a cambiar, estaba en mi escuela a punto de entrar a una clase. Pero la escuela la termine hace muchos años, ¡No puede ser! ¡Esto es un sueño! - grité 

El mismo grito mental hizo que me despertara, pero estaba molesta, y en mi esfuerzo de volver a tener esa felicidad, intente quedarme nuevamente dormida para encontrarme nuevamente con So Joon. Pero lo único que logre fue soñar llenar mi cabeza de preocupaciones por las deudas impagas que me acechaban cada día, más que un sueño era un recordatorio de que debía seguir trabajando para pagar las deudas universitarias. ¡Ay! malditas deudas ni en sueño me dejan tranquila. Pero bueno, debo calmarme tan solo me queda un año para terminar de pagar y por fin seré libre para endeudarme de nuevo pagando el viaje a corea que tanto he anhelado. Divague entre posibles escenarios recorriendo Seúl, pero ya era hora de levantarse y desayunar para ir a trabajar, aunque detestaba levantarme temprano, la alarma deudas sonaba en mi cabeza como un recordatorio de responsabilidad.