1 Introducción

Doy las gracias a todas las personas que me han apoyado en el trayecto para escribir esta novela, incluso aquellas que han contribuido a lastimarme de tal forma que soy capaz de empatizar con cada uno sus personajes.

A ti, que me lees, te doy gracias por dedicar este tiempo de tu vida a adentrarte en este universo, a una parte de mi mente. Si en algún momento sientes que no puedes más con tu vida, te ruego que me creas cuando digo que te entiendo; yo también he estado ahí. No te pediré que luches, ni te daré ánimos, solo quiero enviarte un abrazo a la distancia, un beso en la frente y decirte «no estás solo/a». La vida no es el paraíso que nos vendieron de niños, en su lugar es una maratón a través de una montaña estéril y rocosa; una que nadie nos enseñó a recorrer, y que sigas luchando cada día demuestra tu fortaleza y valía. Esta historia no está escrita para avalar o juzgar las acciones de nadie, no es mi estilo; deseo plasmar errores, virtudes y decisiones. Dejo a tu juicio lo que pienses de cada acontecimiento y hecho aquí plasmado.

Fuera de eso te pido que, si temes enfrentar a temas como la muerte, el suicidio, la homosexualidad, violaciones o asuntos delicados de diferente índole, es mejor que dejes de leer. Tengo otras historias que te recomiendo más que esta. Huimang no es una historia para plasmar la belleza idílica de un romance de ficción, sino que busca mostrar la realidad con todo y lo grotesco de esta.

Aquí no encontrarás personajes perfectos ni en apariencia ni en actitudes, sino seres humanos llenos de luces y sombras. Si sientes que puedes tolerarlo, te invito a que lo leas con paciencia; nada me haría más triste que saber que las historias aquí relatadas fueron tomadas a la ligera.

Pueden decirme demente, pero para mí, cada una de las voces aquí narradas existen, sea en mi cabeza, en mi corazón, en otro tiempo, o simplemente son el reflejo de la realidad que viven miles de personas en el mundo, sin que siquiera nos demos cuenta.

Para los que juzguen con lupa y se escandalicen, no busco promover ninguna actitud ni idea, tampoco soy un ejemplo moral; yo también prefiero historias donde el verde predomine en cada personaje, pero Huimang no es eso, Huimang es la crudeza del ser humano, el egoísmo, el dolor, la oscuridad. Si no te sientes capaz de tolerar que la realidad está teñida de rojo, entonces esta no es la historia para ti.

A los médicos, perdonen si hay algún fallo que no coincide con sus largos desvelos estudiando medicina, hay cosas que por más que estudie nunca se compararán con los resultados de diez años de carrera.

Habiendo terminado con esta introducción, les doy las gracias por cada segundo dedicado a este libro, por cada mensaje, por cada crítica, por cada voto, por cada vez que me apoyaron y soportaron la larga espera de mi indisciplina. Recuerden, abracen su singularidad y sepan que, en algún lugar del mundo, una persona no los juzgará.

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