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Harry Potter y el Mortífago blanco

La vida no suele llevar a las personas por el camino deseado aun cuando los esfuerzos sean inmenso. Luego de una muerte repleta de dolor nuestro personaje rencarna en un mundo de magia y fantasía pero lamentablemente esta en el peor lugar de todos, es perteneciente a una familia de mortifagos.

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Capitulo 96: Regreso y Reconocimiento

William estaba de pie en el vestíbulo del Ministerio de Magia, con una mezcla de cansancio y alivio reflejada en su rostro. Había sido una jornada agotadora, pero el juicio había concluido con la sentencia adecuada para Greyback. Sin embargo, antes de regresar a Hogwarts, había un último evento que debía atender."William Rosier," llamó una voz firme. Era un alto funcionario del Ministerio, flanqueado por otros magos de aspecto distinguido. "Por tu valentía y servicio excepcional en la defensa de Castelobruxo y la captura de Fenrir Greyback, el Ministerio de Magia se enorgullece en otorgarte la Orden de Merlín, Tercera Clase."Un murmullo de aprobación recorrió la sala. William dio un paso adelante, sintiendo la atención de todos sobre él. Con una sonrisa, aceptó la medalla, sintiendo su peso en su mano. El funcionario le entregó el reconocimiento y estrechó su mano con fuerza."Tu valentía no ha pasado desapercibida, joven Rosier," continuó el funcionario. "Estamos seguros de que continuarás haciendo grandes cosas."William asintió, agradecido pero también consciente de la responsabilidad que este honor conllevaba. Después de una breve ceremonia, se le permitió regresar a Hogwarts.Entre todas las personas en la ceremonia, William pudo notar a su abuelo mirando desde el fondo. Asintió con la cabeza y se retiró de la misma manera.Antes de que William intentase hacer algo, escuchó una voz a su lado."Es un gran honor para Hogwarts ver que uno de sus alumnos recibe tal merecida recompensa," el Director Dumbledore ganó su atención. William sostuvo la medalla que colgaba de su cuello; ciertamente es un honor que solo unos cuantos podían enorgullecerse de obtener. Quizás no era el primer Rosier en obtenerla, pero ciertamente era el más joven."Supongo que puedo considerar esto un honor," guardó la medalla dentro de su ropa. La prensa ya obtuvo una cantidad de fotos razonables como para que su familia pudiese leerlo en el diario.La chimenea del despacho de Dumbledore lo depositó en la oficina del director. Ambos compartieron algunas palabras sobre el juicio, la visión de William sobre el asunto de Greyback y sobre el honor de la medalla. Aunque solo fue un intercambio de palabras banal, esto principalmente al hecho de que William no deseaba ser una pieza en el esquema de Dumbledore y entre menos revele, mayor será su baraja de cartas ante los problemas.Después de su conversación con Dumbledore, William se dirigió a la sala común de Gryffindor. Al entrar, fue recibido por una mezcla de curiosidad y emoción. Hermione, Harry y Ron estaban en una de las mesas de la sala común. Era obvio que todos ya estaban enterados del juicio y sobre la medalla; en Hogwarts los rumores circulaban más rápido que el viento, parte de la culpa recae en las pinturas mágicas y los fantasmas del castillo.Hermione fue la primera en acercarse, dejando atrás a sus amigos. "William," lo llamó. "¿Cómo fue el juicio?" preguntó con preocupación, observando cada expresión en el rostro de William."Greyback fue condenado a Azkaban de por vida," dijo William, tratando de sonar relajado y mantener su confianza de siempre con una sonrisa en su rostro. "Fue un proceso agotador, pero se hizo justicia."Harry se acercó lentamente para unirse a la conversación a medida que el resto de estudiantes de Gryffindor también se acercaban incitados por la curiosidad."Debió haber sido difícil volver a verlo," mencionó Harry, como si estuviese reflejándose a sí mismo el año pasado al tener su primer contacto con Voldemort.Ron, por otro lado, no podía ocultar su escepticismo al resto de la noticia. "Supongo que un Rosier recibiendo una Orden de Merlín no es algo que veamos todos los días," comentó con otros estudiantes de Gryffindor. Aunque tuvo cuidado con el volumen de sus palabras, fue difícil evadir el sentido auditivo del peliblanco.William no pudo evitar una sonrisa irónica. "Supongo que no," respondió. "Pero la medalla no cambia lo que sucedió. Greyback está donde pertenece y yo sigo aquí."Hermione, tratando de calmar la tensión, intervino. "Lo importante es que estás de vuelta y que Greyback no puede hacer más daño. Todos hemos estado preocupados, ¿verdad?" Miró a los estudiantes a su alrededor y varios asintieron con la cabeza, especialmente Neville, quien era más expresivo a la pregunta.Luego de intercambiar algunas palabras, William siguió hasta su cuarto. Aunque estaba agotado mentalmente, no era tiempo para tomarse un descanso, mucho menos en la situación en la que se encuentran. Preparó un duplicado de sí mismo en la cama y luego entró en la caja de expansión donde estaban sus criaturas mágicas.En el interior, se aseguró de verificar, alimentar y pasar algo de tiempo con sus bestias, especialmente con Pruna, a quien ya podía montar y volar en el interior de la caja. En el futuro, sería un importante aliado, de eso no había duda.Más tarde, lejos de las criaturas, en un espacio separado donde William guardaba los libros mágicos que reunió tanto en su familia, Castelobruxo, el callejón Diagon y las ruinas en Sudamérica. Era hora de comenzar su entrenamiento no solo en maldiciones, sino en el control de la magia, pociones y, claro, en combate.William, cada noche, estudiaba sobre las pociones. Teniendo un gran caldero y algunos ingredientes que obtuvo en Castelobruxo, podía diseñar diferentes pociones, buscando refinarlas hasta el máximo de su expresión.Por otro lado, para practicar combates, William se concentraba en recrear a un oponente que hubiese visto antes. Las primeras oportunidades en este entrenamiento, William siempre creaba al profesor Quirrell, pero desde comienzo de su segundo año, el oponente siempre era el mismo. Sí, el propio trauma de William, el propio Fenrir Greyback. El objetivo era encontrar la manera de derrotarlo sin recibir daño, es decir, que William buscaba superarlo en toda la expresión de la palabra. Una meta muy difícil para un joven mago de su edad, pero teniendo en cuenta los próximos eventos, parecía necesario.La práctica de duelos se volvía cada vez más intensa, y William usaba su "Ojo de la Mente" para anticipar los movimientos de su oponente imaginario. Recordaba cada detalle del combate real: la velocidad de Greyback, su fuerza brutal y la ferocidad con la que atacaba. Cada entrenamiento lo acercaba más a la perfección, a la capacidad de enfrentar y superar cualquier desafío.Mientras practicaba, los recuerdos de la batalla en Castelobruxo volvían a su mente. La adrenalina, el miedo y la determinación se mezclaban, impulsándolo a seguir mejorando. Sabía que debía estar preparado para cualquier cosa, especialmente con los misterios de la Cámara de los Secretos acechando en Hogwarts.Finalmente, agotado pero satisfecho con su progreso, William guardó su varita y salió de la caja de expansión. Se recostó en su cama, dejando que el duplicado se disipara. A pesar del cansancio, sentía una renovada determinación. Estaba listo para lo que viniera después, consciente de que su entrenamiento y preparación eran clave para enfrentar los peligros que se avecinaban.