1 Capitulo 01: Las llamas del fin

Los pequeños copos de nieve descendían lentamente por el oscuro cielo en pleno febrero, el horario de clases suplementarias apenas había llegado a su fin.

Aquel joven estudiante que había dedicado su tiempo a los estudios como muchos otros en el país ahora finalmente podía regresar a casa, no había nada especial en el joven. Contextura delgada, cabello negro y levemente ondulado, anteojos para cubrir sus problemas visuales y bajo los ojos unas largas ojeras producto de largas horas de estudio.

"Ahhh..." exhalo el joven en sus manos buscando un poco de calefacción para sus frías manos mientras llevaba una pequeña bolsa con una solitaria hamburguesa para la cena "Los días son cada vez más largos y cada vez tengo las manos más llenas, solo quedan unos meses para finalmente graduarme... sere un estudiante universitario en poco tiempo y luego podré disfrutar un poco más de la vida"

"Sigh... ¿por que tiene que ser todo tan dificil?" se preguntó el joven a sí mismo mientras caminaba y revisaba su teléfono en búsqueda de información para sus próximos días de estudios, los exámenes universitarios estaban cerca.

Zsss Zsss

El sonido raro y la sorpresiva ola de calor detuvo el camino del joven, la atención del joven lo llevó a mirar a una dirección en especifico donde habían muchas personas reunidas gritando.

Los pies del joven lo acercaron lentamente al lugar, una casa de dos pisos en llamas "Que mal...." lamento el joven regresando al teléfono para enviar algunos mensajes cuando lo escucho.

<ayuda>

"¿huh?" al escuchar la voz tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos, el joven se giró para volver a ver las llamas una vez más, miró a todos lados pero no había nada que le señalará lo anterior "La falta de sueño me esta afectando"

<ayudame por favor>

"¡Otra vez!" La cabeza del joven si giro a todos lados para ubicar la voz que le llamaba, era como un susurro en su oído pero al mismo tiempo era como si una persona lo llamara a lo lejos.

<mamá... duele>

El joven pudo escuchar la voz otra vez pero a diferencia de las veces anteriores pudo encontrar la dirección de la cual provenía la voz, no era difícil después de todo su atención ya se había enfocado una vez en el lugar. Si, aquel incendio.

"Es una.... niña" un hombre a un lado del joven había susurrado sin quitar la atencion del fuego

"¡MI HIJA!" otro grito desgarrador provenía desde un hombre con lágrimas en los ojos que intentaba entrar en el edificio pero era detenido por otras dos personas, aquel hombre estiraba sus brazos intentando alcanzar algo pero solo el aire estaba cerca, los de los alrededores lo sabía, aquel hombre era el padre de la niña en el interior de las llamas.

Nadie entraba porque todos temían y la razón decía que la niña ya no debía estar viva, ya sea por el fuego o bien por el monóxido de carbono pero el joven sabía que no era así, no podía ser así después de todo él la escuchaba.

<Tengo miedo...>

El joven aun no entendía lo que sucedía en su mente pero no tenía tiempo para pensar, su corazón había comenzado a latir más deprisa con cada segundo que transcurría. Las manos le temblaban y por alguna razón no podía dejar de sonreír.

Finalmente dio el primer paso, aquel paso que definiría su futuro, su gran futuro en el mundo, finalmente salió corriendo hacia las llamas mientras escuchaba los gritos de las personas de los alrededores gritar para que se detuviera.

Entrar en la sala principal fue fácil, había llamas por todos lados pero aún podía diferenciar los diferentes lugares, no conocía la casa pero de alguna manera sentía que todo era un mapa.

Sabía dónde estaba la niña, podía verla en el segundo piso detrás de una pared, era una silueta envuelta en color celeste como si estuviera dentro de un videojuego con una habilidad de rastreo.

"Por ahí" dijo el mismo siguiendo los extraños puntos celestes en el suelo, la escalera había desaparecido, pensar en este momento no era el fuerte del joven, la verdad no tenía el tiempo para detenerse a pensar y simplemente dio pasos atrás para saltar y sostenerse de una viga en lo alto, como un joven estudiante sabía que el deporte era necesario, su cuerpo era firme como una roca, solo basto un salto para estar en camino al segundo piso.

Ya en la segunda planta fue un poco más difícil moverse, todo estaba hecho de madera por lo tanto todo era inestable sin mencionar que estaba repleto de humo "¿Donde estas?"

No había respuesta alguna haciendo que la mente del joven entrara en pánico al imaginar que la niña que buscaba auxilio ahora podría estar muerta, se movió rápido por el lugar intentando buscar a la niña pero sin resultado.

"¿dónde está?" se preguntó a sí mismo intentando aguantar la respiración y cubriéndose de las llamas, en su momento de desesperación finalmente pudo verla otra vez, envuelta en aquella aura celeste otra vez "ahí..." no se sorprendió, la verdad no tenía tiempo para sorprenderse, ahora mismo tenía más cosas que hacer.

La niña tenía los ojos cerrados y estaba en una esquina de la habitación detrás de la televisión "Ven aquí" dijo el joven levantando a la niña para comenzar su heroico escape, salir de la habitación no fue complicado pero ahora bajar al primer piso parecía imposible, no había salida y aquel extraño sentimiento o poder no parecía ayudarlo, lo primero en la mirada del joven fue una ventana y ese fue su destino, ahora podía ver a la multitud y ellos le miraban con miedo, el joven señaló a la niña en sus brazos y las personas comprendieron inmediatamente lo que quería.

Todas las personas se pusieron en posición para atrapar a la niña que sería lanzada, no había forma de saber si esa acción terminaría bien o no, pero no había tiempo para pensar en nada más, ella necesitaba ayuda y el humo no era amigable.

"Aquí vamos" se quejó el joven lanzando a la niña al mismo tiempo que el piso bajo sus pies cedía ante el fuego "¡Ah!" grito el joven antes de caer en el fuego junto con todo el segundo piso.

La niña que necesitaba rescate ya estaba afuera pero él mismo era ahora la víctima, los escombros lo tenían enterrado y el fuego comenzaba a consumirlo.

Los gritos de dolor no eran nada más que otro combustible al igual que su ropa, su cabello e incluso su piel.

El joven podía sentir cómo su cuerpo ardía, sentía su piel quemarse y comenzaba a perder la sensibilidad, perdía el oxígeno por culpa del humo y su visión se volvió cada vez más borrosa.

"a...yu...da" gimió el joven una última vez y pudo ver debido a la extraña habilidad que muchas personas envueltas en aura celeste se le acercaban corriendo pero ya era demasiado tarde, la oscuridad ahuyentaba toda luz en su visión y el inmenso dolor en su cuerpo desaparece rápidamente.

No había forma de actuar positivamente a lo que sucedía pero no era ajeno a la situación, era un tema normal entre las conversaciones juveniles, se acercaba finalmente la muerte a su puerta, el final de su camino...

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