Capítulo [4]

Aunque pude ver la malicia de las personas en esta casa, y el mayordomo obviamente me llevó al sótano. Este lugar es incluso diez veces mejor de donde me quedaba en el orfanato. Después de todo, no tenía una habitación propia, he incluso compartía la misma cama con otras dos niñas.

Me lancé a la cama para relajarme, este día fue muy agotador, necesito reponer energías y luego ir al otro lado de la montaña para la casa Gaunt. Sabiendo que Big Hangleton pertenece en su mayoría a ésta familia, es casi seguro que no llevará mucho tiempo todo el papeleo, por lo que tengo que ir a allí antes de que terminen.

No sé a dónde me enviarán ni dónde se encuentra mi supuesta nueva casa, pero viendo la actitud repulsiva de esa mujer, probablemente no sea en éste pueblo. Mientras pensaba en todo lo que sucedió durante el día, me quedé dormida.

.....

-"ha.. ah.. Jun Hua, mamá sabe que eres muy poderosa.. ha... tienes que proteger a tu hermana, no puedes dejar que nada le pase... ah... incluso si pones tu vida en juego.. ha... debes... protegerla.. ha... prométemelo" jadeó una mujer cubierta de sangre.

-"Te lo prometo mamá, ¡Pero no me dejes! Haré todo lo que me digas, pero ¡No mueras! No me dejes, papá ya se ha ido, no te vayas tú también...".

Un golpe en la puerta me despertó de mi sueño. Me senté en la cama jadeando.

-"Señorita, el desayuno ya está listo, lo dejaré en la puerta".

-"...G-gracias, ya lo busco".

Se escucharon pasos alejándose. Enterré mi rostro en mis rodillas.

Ya han pasado 5 años desde que vine a este mundo y aún me sigue atormentando mi vida anterior en pesadillas... Mientras más recuerdo esos años, más no entiendo a esas personas. ¿Por qué me trataban así? ¿Acaso no era yo su hija? haaa! será mejor que coma algo, hoy debo bajar la montaña, será difícil y necesito energía. Éste es mi nuevo comienzo, viviré como yo quiera y nadie puede impedirlo. Además, no importa cuánto no entienda, esas preguntas jamás tendrán respuestas. Ya no volveré a verlos, debería dejar de preocuparme por lo que pasé en esa vida y comenzar a disfrutar ésta. ¡Iré a Hogwarts en unos años! ¿Cuántas veces fantasié con eso?.

Caminé hasta la puerta, al abrirla ví un carrito más alto que yo misma, lleno de comida. No pude evitar babear al verlo. Lo empujé con mucho esfuerzo hacia la mesa en el centro de la habitación. Y comencé a comer sin ninguna imagen. Durante tantos años no había podido comer hasta estar llena, tengo que aprovechar esta oportunidad. Después de algunos minutos miré el carrito que aún tenía demasiada comida, con lástima.

Sería genial si aún tuviera mi espacio, pondría el resto allí y lo comería cuando tuviera hambre. Solo lamenté y al siguiente segundo el lugar donde estaba cambió. Miré aturdida el césped bajo mis pies descalzos. Dándome cuenta del error, levanté mi cabeza y para mí sorpresa y alegría, el lugar era muy familiar, tan familiar que tenía ganas de llorar.

Mi espacio me siguió en ésta vida. Antes de morir yo era una persona con la rara doble habilidad, una era "crear" y la otra un espacio donde podían habitar seres vivos. Las habilidades de las personas normalmente se basaban en los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. Solo unos pocos evolucionaban a trueno, hielo, madera o espacio. Originalmente tenía una habilidad de aire pero evolucionó a un espacio. Y autonombré mi otra habilidad 'crear' porque no se basaba en ningún elemento en específico. Me permitía crear cosas que imaginara en mi mente, sabía que era una habilidad muy rara y no podía dejar que nadie supiera, solo mostré mi habilidad de espacio ocultando también que puedo poner seres vivos porque no se conocía a ninguna persona con habilidad de espacio que pudiera guardar seres vivos también. Y camuflé la de crear fingiendo que era una habilidad de agua. No era difícil porque el aire está lleno de partículas de agua, solo tenía que imaginar que las juntaba y problema solucionado.

Jun Mei mi querida prima, sabía que podía entrar en mi espacio, y por eso diseñó el que usara todo mi poder y no tuviera la energía necesaria para entrar, así no podría escapar.

Sacudí mi cabeza e ignoré esos recuerdos molestos, comencé a caminar por el valle siguiendo la dirección del río hasta que finalmente llegué a la casa donde solía dormir y guardar cosas. Me alegró mucho darme cuenta que todo lo que había sembrado, aún estaba ahí y todo lo que guardé también estaba aquí.

Quería cambiar mi ropa sucia y vieja, pero recordé que mi cuerpo en este momento es tan pequeño, y no guardé nada de ropa infantil... Haaa ¿Cuándo me volví tan codiciosa? ¿No debería estar conforme con que aún tengo mi espacio en este mundo? Sin mencionar la cantidad de árboles frutales y vegetales que hay aquí plantados, incluso tengo electrodomésticos que no serán creados en muchos años más adelante. A pesar de que ningún animal me siguió aquí, el poder comer ya no será un problema. Solo tengo que comprar nuevos animales de granja, todavía tengo muchos años por vivir y aquí no es el fin del mundo, los zombies no están por todas partes, es un mundo medianamente tranquilo. Ignorando las guerras claro.

No pude evitar pensar en todo lo que podría hacer con la ayuda de mi espacio. Cuántos animales fantásticos podré criar. Ya no puedo esperar por mi futuro. Llena de energía y expectativas por lo que viene, volví a la habitación en el sótano. Me puse mis zapatillas y subí las escaleras. La casa Gaunt me espera. Mirando la posición del sol, tal vez sean cerca de las 9 de la mañana.

Al llegar a la puerta, antes de incluso dar un paso fuera el mayordomo se me acercó con prisa.

-"Señorita... ¿Puede decirme a dónde va? La señora me pidió que no la dejara merodear por el pueblo".

-"... Quiero ir a la casa de mi madre y ver si me dejó algo, no tomará mucho tiempo, y no se preocupe, no dejaré que nadie me vea" soy buena ocultando mi presencia...

-"Regrese cuánto antes pueda entonces..." se dió la vuelta y desapareció de mi vista. Sonreí irónicamente ¿Por qué esperaba que me siguiera? Incluso estaba pensando excusas para que no lo hiciera. ¿Es tan difícil dejar de esperar ser amada? ¿Por qué tengo que esperar la preocupación de un anciano desconocido? Sacudí mi cabeza y continué con mi travesía.

Al llegar al límite para bajar la montaña, toda determinación se esfumó. ¡Dios mío! ¿Por qué es tan alta? Maldita sea, todavía no puedo acostumbrarme a un cuerpo tan pequeño. Pude acostumbrarme a la falta de tecnologías porque viví dos años sin ella en el apocalipsis. Pero... Un cuerpo tan pequeño, débil e inútil... Es difícil ser un niño...