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Capitulo 1

Eugene la vio caminando por la acera. Iba riendo, agarrada del brazo de una pelirroja. Le vio feliz, sonriente; ella nunca había tenido esa sonrisa a su lado, ni mucho menos esa mirada jovial llena de felicidad. El dolor en su pecho se hizo presente pero lo ignoro, sabía que la ahora castaña tenía una nueva vida después de que terminaran su relación. Sus amigos solían decirle que debía hacer lo mismo: seguir y dejar el pasado atrás, recordar esos momentos sólo lo lastimarian más.

Volvió a mirar por la ventana y deseó no hacerlo. Su ex novia estaba besando a la pelirroja debajo del paraguas que compartían. Se sintió morir. Con una mirada apenada la tristeza se sentó a su lado y le recordó que él la había abandonado; como si no fuera suficiente, los recuerdos decidieron ocupar asiento al lado de la tristeza y tomar un café. Sonrió cínico y en cuanto abrió la boca a su mente llegaron los días en que se iba y dejaba a la chica sola en el apartamento que compartían, las veces que no llegaba a las cenas que ella preparaba, los aniversarios olvidados, las borracheras y por último la infidelidad cometida.

Allí el recuerdo hizo hincapié y se deleitó con las lágrimas que caían, la tristeza guardo silencio y salió del lugar. Él sonrió amargamente y se levantó, sabía de sobra que su ex novia había sido consolada por la pelirroja. Su amigo Jack se lo dijo un día, en una platica que tuvieron después de que hubiese confesado haberle sido infiel a la chica. La pelirroja estuvo allí para ella, la consoló y le tendió su mano para levantarla del pozo en el que él la había tirado.

Comparó las noches en las que ignoraba las pesadillas de la rubia mientras que ahora lapelirroja velaba el sueño de la chica, había sido un completo imbécil y lo sabía.

¡Por todos los cielos claro que lo sabía!

La soledad se paro a su lado cuando, al salir de la cafetería, miró el lugar por donde la pareja se había ido. No le quedaba más remedio que volver asu apartamento, donde la tristeza y la melancolía ya hacían acto de presencia.

Metió las manos en su chaqueta y la soledad agarro su brazo, en el camino permitió que los recuerdos caminaran con ellos y así como había llegado, con su inusual forma de aparecer y abrir la boca sin parar, permitió que lo invadieran los recuerdos: su primera cita, la vez que le propuso que fuera su novia, el día que la chica le confesó que solo tendría intimidad cuando se casara y él lo respeto, la primera vez que se mudaron juntos, en esos tres años en los que solo dos fueron total y plenamente felices...

Las lágrimas cayeron y no las detuvo, en el fondo se alegraba de que Rapunzel siguiera su vida con alguien que la amaba, que en verdad la amaba; porque él la amo con el corazón, pero aquella pelirroja de indomables rizos la amaba con el alma. Ese amor iba más allá de la eternidad, ese era el amor que él nunca le pudo dar.