webnovel

Guía para lidiar con el trauma

Como uno de los mejores ninjas presentes en Konoha, no existían demasiadas cosas que pudieran tomar desprevenido a Hatake Kakashi. A continuación, se les presentará una pequeña lista de cosas para las cuales Hatake estaba preparado para enfrentar en todo momento de su vida diaria.

1. Un ataque sorpresa de un ninja enemigo que de alguna manera fue capaz de infiltrarse a la aldea.

2. Ser llamado por algún superior para formar parte de una misión y/o presentar un informe.

3. Un aliado siendo suplantado por un espía enemigo.

4. Su vendedor de porno favorito siendo suplantado por un espía enemigo.

5. Su papel higiénico siendo reemplazado por sellos explosivos por dichos espías.

6. Su papel higiénico siendo reemplazado por sellos explosivos por aliados a quienes quizás les haya jugada una pequeña broma unos días atrás.

7. Episodios de depresión.

8. Palomas cargando sellos explosivos.

9. Gorriones cargando sellos explosivos.

10. Ninjas enemigos disfrazados de palomas o gorriones cargando sellos explosivos.

11. Más depresión.

12. Gai retándolo a otra competencia.

13. Sasuke Uchiha ayudando a distintos cultos (de los cuales se sospecha que él tuvo que ver con su creación) a manifestarse para alcanzar el estatuto de religión.

14. Un ninja misterioso (todavía no tiene suficientes pruebas para acusar a Sasuke Uchiha) entregando a los cultistas varios panfletos acerca de algunas ideas raras llamadas democracia y socialismo.

15. Miembros de la división de inteligencia convirtiéndose a la fe del monstruo gigante de espagueti volador luego de que esta alcanzara el estatuto de religión.

16. Traumas de su infancia resurgiendo de la nada.

17. Mensajes con amenazas de ninjas enemigos.

18. Mensajes con amenazas de ninjas aliados.

19. Otras cosas relacionadas con Gai que el autor no tiene el corazón para escribir.

Un buen ninja siempre debe esperar lo inesperado, era por eso que desde hace años que nunca iba al baño sin tener al menos un kunai a mano. Después de tantos años luchando una guerra y cumpliendo misiones de extremo peligro, había perdido la cuenta de la cantidad de camaradas que fallecieron por haber cometido el típico error de novato de pararse a mear. Algo que no se enseña en las academias (y que en la opinión de Kakashi debería ser enseñado puesto que disminuiría las bajas por un largo margen) es que, en el mundo ninja, mear es morir. Un enemigo nunca esperaría a que tu vejiga o tripas estén vacías antes de intentar matarte. No, ellos aprovecharían el momento en que estés con tus pantalones bajos para apuñalarte con un arma.

Era simplemente sentido común que el joven jounin se prepara física y mentalmente para entablar un combate a muerte al notar que la perrilla de la puerta de su departamento estuviera girada un grado más a la izquierda de como la había dejado antes de salir de su casa (aunque había una posibilidad de al menos el 98,5% que haya sido solo el viento). Un ninja que se respetara siempre estaba preparado para todo.

- Hey, Kakashi ¿Soy una mala persona? – preguntó Sasuke todavía en una bata de hospital, sentado en una mesa mientras bebía una botella de salsa de tomate como si fuera juego.

Tristemente, nunca nadie lo preparó para contestar una pregunta sobre moral a un niño de apenas 8 años que hace menos de 48 horas se había convertido en el último Uchiha (leal a Konoha) con vida. Dado que aun a día de hoy tenía contaba con varios problemas emocionales relacionados con el suicidio de su padre y la muerte de la mayoría de las personas por las que sintió afecto, no era la mejor persona para ayudar con esta clase de traumas.

- Hola Sasuke. – Saludó amablemente forzándose a sonreír al chico probablemente traumado de por vida. - ¿No deberías estar en el hospital?

El niño simplemente se encogió de hombros de una manera que lo hizo entender por qué todo el mundo odiaba cuando él mismo lo hacía.

- Ignorando tu pobre intento de desviar la conversación y así evitar tocar un tema que veo que preferirías evitar. - Señaló Sasuke hipocráticamente, él también estaba evitando responder la pregunta sobre el hospital. – Decidí que entre todo mi círculo de amigos y conocidos que caen bien (él cual curiosamente no disminuyó demasiado luego de la masacre), tú eras la persona que más perdidas de seres queridos ha sufrido, hasta el punto en que prácticamente has intentado cometer suicidio eligiendo misión peligrosa tras misión peligrosa, y por tanto el mejor para responder a esa pregunta. Estoy al tanto que vas a tener que informar al Hokage de mi respuesta, pero no tengo problemas con eso.

Malditos sean los niños prodigios que nunca podían actuar como niños de su edad, Minato de seguro tenía la paciencia de un santo si fue capaz de tratar con él por tantos años.

- ¿Cómo te enteraste de mi pasado?- el jounin temía la respuesta.

- Gai. – respondió Sasuke confirmando sus miedos.

¨Oh mi sabio, ya se conocieron. Voy a tener que informar al Hokage para que tome las medidas adecuadas.¨

-*Sigh* Supongo que necesito un poco de contexto.

- Mi familia fue asesinada frente a mis ojos y fui forzado a ver esa escena cientos de veces, pero no me siento particularmente triste. No, mejor dicho, me siendo algo triste por tratarse de una tragedia, pero ya que nunca fui cercano a ellos no me siento dolido ni nada parecido.

En ese momento Sasuke se quedó callado y años de experiencia le permitieron a Kakashi determinar que estaba en medio de un flashback por lo que se quedó callado a esperar que terminada. Solo la peor clase de escoria interrumpiría un flashback antes de que terminase.

...

...

/Flashback de lo sucedido hace 36 horas/

Era una hermosa noche fresca de primavera, la luna alumbraba junto a las estrellas con un brillo que poco y nada tenía que envidiar al sol, astro que gobierna el despertar. El resoplido del viento silbante llenaba los vacíos que quedaban con el sueño de la mayor parte de la aldea escondida.

Sasuke se había quedado hasta tarde con sus amigos en una de esas asambleas bisemanales en que discutían con una madurez e inteligencia impropia de su edad, a menos que seas un Nara, y se le pasó de largo el tiempo por el interesante tópico elegido para esta. La última vez el joven Uchiha discutió con sus colegas acerca de los peligros del fascismo y cómo poder identificar sus vacías propagandas que buscaban hacer los males del artificial régimen como algo honrado y natural (por qué la voluntad del fuego y los niños soldados son pura mierda); mientras que esta sesión estuvo oficiada no solo por Neji, sino también por la normalmente tímida Hinata, quienes denunciaron apasionadamente acerca de la arbitrariedad de la discriminación y de cómo los poderosos no tienen problemas para permitir los horrores de algo que es esclavitud en todo menos de nombre (Porqué los Hyuugas son una pedazos de mierda y como el gobierno de Konoha puede irse a dar por culo por ayudar a crear el sello que Neji tiene que llevar en su cabeza). Dichas discusiones, por supuesto, tenían lugar dentro una habitación con sellos a prueba de sonido mientras que unos clones creados por el Uchiha se hacían pasar por ellos para despistar a la policía militar…y luego se preguntaban por qué Sasuke se había molestado en crear un culto.

Volviendo a su casa se encontró con la puerta del compendio abierta, ningún guardia a la vista. Pero no se desalentó por eso y continuó caminando teniendo mucho cuidado de no pisar ninguno de los múltiples charcos de sangre en el camino, no vaya a ser cosa que manchase sus pantalones de rojo.

- Hola Itachi, ¿Sabes si queda algo para cenar? Tengo algo de hambre. – saludó calmado a su hermano.

Una persona normal hubiera tenido serias dificultades para notar la presencia de Itachi; su uniforme negro de ANBU se confundía con las sombras y la luz natural de la luna, no era suficiente para revelar su figura. Por supuesto que aquello no fue un problema para Sasuke, quien ni siquiera necesitó hacer trampas (como todo buen ninja) usando su sharingan para notar que espada que colgaba de su mano estaba sutilmente goteando sangre como una canilla mal cerrada. Nada fuera de lo ordinario, aquello era el estereotipo del asesino a pago-eerrrh, quiero decir, del noble ninja leal a su aldea. Lo único que merecía la pena mencionar era que sus ojos estaban brillando con un ardiente rojo carmesí que lucían extrañamente fríos, creando un oxímoron casi perfecto.

- Mi tonto hermano menor, ¿Sabes qué es la sangre que adorna mi arma? Es la prueba de que soy el más fuerte. Desafié a nuestra familia para comprobar esta simple verdad, pero tú…eres demasiado débil como para mer-

- En realidad, estoy seguro de ser más fuerte que al menos el 65% de los ninjas Uchihas que estaban activos.

Eso hizo parar en seco el discurso genocida de su hermano mayor quien cerró sus ojos y tomó aire por un breve momento antes de continuar.

- Ni siquiera nuestros padres tuvieron oportunidad contra mí, sus cuerpos yacen en espera de ser comida de buitres. - La solemnidad de dichas palabras hubiera sido suficiente para helar la sangre de hasta un jounin veterano que ha visto a sus amigos más cercanos morir en batalla.

- Oh, ¿Bueno?

- SASUKE. ¿Acabo de revelarte que maté a nuestros padres a sangre fría y tu primera reacción es decir eso? – Preguntó Itachi con una mezcla de incredulidad y regaño.

- No era tan cercanos a ellos como me hubiera gustado, creo que yo no les caía demasiado bien.

El hermano mayor abandonó completamente la postura amenazadora que intentaba presentar y miró a su hermanito con los mismos ojos preocupados que ponía cada vez que este hacía o decía algo peligroso o estúpido.

- Ellos te querían mucho, es solo que no tenían idea de cómo conectar con un niño que era tan independiente como tú…no que sea culpa tuya. Nuestra familia nunca fue la mejor para expresar emociones, pero eso no quiere decir que no te hayan amado con todo su corazón.

- ¿En verdad?

- El último aliento que dieron fueron palabras de amor dirigidas a mí y a ti, especialmente a ti. – Sus ojos volvieron a encenderse de aquel rojo tenebroso que contrastaba con la luna serena que brillaba sobre ellos. – Sacrifiqué aquel amor, para obtener estos ojos de odio, el máximo poder que un Uchiha puede alcanzar.

Sasuke vio cómo las astas del sharingan de su hermano mayor comenzaron a girar a una velocidad increíble, simulando una imagen borrosa de un huracán en sus pupilas rojas. Poco a poco, el giro fue perdiendo velocidad hasta revelar que las tres astas que antes formaban su sharingan se habían unificado en una especie de shuriken de tres puntas.

.(Tsukuyomi).

El color del cielo cambió del negro firmamento cubierto de un manto estelar al rojo carmesí de la sangre que huye de una arteria recién cortada. Pero eso esa era lo menos importante, lo más llamativo eran los gritos de dolor y llanto; el olor a oxido, mierda y sangre típico de todo campo de batalla que pronto será acechado por buitres; las imágenes de Uchihas de todas las edades siendo brutalmente asesinados con el frio metal empuñado por Itachi.

- Este es el genjutsu definitivo. Un mundo que yo puedo contralar libremente y… ¿Cómo es que puedes moverte? Se supone que deberías estar complementa mente inmovilizado.

- Fácil, tu mango sharinga-

- Mangekyou sharingan – corrigió Itachi

- Tu Mangekyou sharingan es aparentemente capaz de encerrar al objetivo en un genjutsu inescapable, por lo que me lancé un genjutsu a mí mismo para contrarrestar sus efectos. Sigo dentro de tu ilusión, pero soy completamente inmune a sus efectos.

-…eso no tiene sentido.

- Meh, nadie lee fanfics por el sentido o la calidad literaria.

Nadie podría culpar a Itachi por detenerse a masajear sus sienes con su mano libre.

- ¿Y se puede saber por qué estás bostezando? Te estoy forzando a ver la masacre que acabo de cometer.

- Los gansos eran mucho peores. - Un escalofrío recorrió la espalda de Sasuke al recordar la orgia sangrienta. - Sigo teniendo pesadillas con eso.

- Esto no está yendo como tenía planeado.

Ah, todo ninja debería estar al tanto que ningún plan sobrevive al primer contacto con el enemigo. Esta frase no es de ninguna manera una mala excusa que usa la gente para intentar justificar su ineptitud a la hora de planear como es debido, no señor.

- Oh, antes de que lo olvide.

Y como el narrador de esta historia puedo asegurarles que Itachi tampoco planeó la bofetada que le propinó su hermano menor, dejándolo medio atontado por unos momentos. (Oh quizás si lo hizo, se supone que el personaje era un genio insuperable, pero el autor es demasiado...simplón como para saber lo que la gente inteligente puede llegar a pensar.)

- Buen golpe. – lo halagó luego de recobrarse del impacto- Pero vas a necesitar mucho más que eso para matarm-

- ¿Cuántos niños? – preguntó Sasuke con algo que rara vez utilizaba, seriedad.

- Suficientes. - replicó con solemnidad que la pregunta merecía y no dijo más.

Silencio y más silencio llenó el vacío entre ellos, hasta que el más joven hizo algo que volvió a agarrar desprevenido al joven más viejo. Sasuke lanzó un ataque contra el cual incluso el más poderoso de los enemigos estaría indefenso, un abrazo.

- Estoy completamente al tanto de por qué hiciste esto. Un chico soldado traumado por una vida que nunca debió de haber suya; uno que a pesar de su supuesto genio nunca se dio cuenta de que habían más de dos alternativas; una que fue manipulado por otros que entendieron su amor incluso mejor de lo que él lo hacía. Pero no voy a perdonarte, porque no soy tan arrogante como para hacerlo en el lugar de tus víctimas.

Itachi lo prefería de esa manera; el perdón lo hubiera aterrorizado incluso más que la atrocidad que acababa de cometer.

- Es lo sensato, al final del día lo que cometí fue un acto abominable. – sus cortos brazos de niño, que todavía eran más largos que los de su hermanito que era incluso más niño, cubrieron a la única persona amada que le quedaba. - Mientras yo viva los alto mandos de Konoha te dejarán tranquilo, y con tu talento en algunos pocos años serás capaz de defenderte por ti mismo, los ancianos temerán atacarte debido al riesgo que sería convertir a un aliado de la aldea tan poderoso en un enemigo. Lo ideal seguirá siendo que seas tú quien me asesine en un futuro para solidificar tu lugar como un héroe dentro de Konoha.

Itachi comenzó a sentir un cosquilleó en su pecho y tardó unos segundos en darse cuenta de que eran resultado de Sasuke riendo mientras lo abrazaba.

- Nop. No voy a ayudarte a cometer el suicidio más complicado de la historia.

- Sasuke…

- No. No lo voy a hacer. A estas alturas deberías saber que el amor que guardo por las pocas personas a quienes quiero es grande, tan grande que no deja lugar para casi nada y nadie más en mi pequeño corazón. Odiarte a ti sería un completo desperdicio de espacio que podría usar para otras cosas, pero si tanto quieres un castigo...mmmh, veamos, te condeno a vivir con tu culpa hasta que me salgan canas. Síp, eso suena bien. Así que asegúrate de tratar cualquier enfermedad pulmonar que padezcas, no vaya a ser cosa que me salpiques de sangre cuando te vaya a buscar en un par de años.

Por unos instantes, Itachi pensó que incluso si no tuviera ya el Mangekyou sharingan, este dolor y culpa que sentía al recibir palabras de amor de alguien quien debería odiarlo hubiera sido suficiente para despertarlo.

Y hablando de despertar.

- Sasuke, piensa rápido.

-¿Qué pas-OH, eres un hijo de per..

Por segunda vez en la noche, los hermanos volvieron a hacer contacto visual.

Esa noche Sasuke tuvo una horrible pesadilla en la que los tomates habían desaparecido de la faz de la tierra. Eso fue casi tan malo como los gansos.

...

...

/De vuelta en el departamento del que nunca salieron./

- Y supongo que es por eso que me siento culpable. Por eso y por no sentirme más afectado.

- Un recordatorio, otras personas no pueden ver tus flashbacks.

- Oh, mis disculpas.

- Ni lo menciones, todo el mundo comete ese error al principio.

Cuando era joven, no fueron pocas las veces en que Minato se le quedó mirando luego de que Kakashi se le haya olvidado narrar el flashblack sobre su última misión de la que dependía la vida o muerte de muchas personas o en la que aprendió una lección de vida que nunca olvidaría. Pero se estaba desvariando, ahora debía animar a un niño deprimido.

Conjurando su Minato interior, el jounin puso una mano en el hombro del niño y sonrió.

- Un sociópata en potencia, quizás, pero el que tuviéramos que detener a un Inuzuka y a dos Hyugas luego de que intentaran colarse en el hospital para visitarte es prueba suficiente de que no eres una mala persona. De otra forma, no entendería cómo hiciste para tener amigos como ellos.

- Técnicamente, solo Neji y Kiba son mis amigos. Hinata sigue en periodo de prueba.

- ¿Algún motivo por el que juegues con las inseguridades de la niña?

- Es divertido.

El jounin no pudo hacer otra cosa que asentir ante tal lógica. Entretenerse a expensas de los demás siempre era una gran forma de pasar el tiempo.

- No delataron a Hinata y Neji a los Hyuuga, ¿Verdad? Tuve a que chantajear, sobornar y amenazar MUCHOS miembros de ese clan para que traten a esos dos con un mínimo de decencia humana. No quiero tener que visitar moteles para descubrir que X anciano Hyuuga gastó y cantidad de dinero del clan que no le correspondía en z prostituta de w género.

Kakashi parpadeó por unos momentos. Definitivamente tendría que informar de eso al Sandaime. Talvez hasta podría convencer a Sasuke de compartir esa información con ellos. Negociar con los Hyuuga siempre era un dolor de cabeza y cualquier ventaja ayudaba.

- No te preocupes por eso, el Hokage se aseguró de que el clan no se enterara de la travesura.

- Oh, y no olvides que también eres mi amigo con finos gustos literarios. Aunque uno podría argumentar que asociarme con alguien cómo tú solo me hacer peor persona. – Agregó con una sonrisa picará.

Era un buen chico.

-Volvamos al hospital. - Dijo de manera amable, pero en un tono que dejaba en claro que se trataba de una orden. – Más tarde te traeré alguno libro, simplemente no se lo cuentes a las enfermeras…pensándolo mejor, no se lo cuentes a nadie.

Uno pensaría que tener que tratar con una conversación que le recordaba a su propio pasado sería una experiencia horrible, pero por alguna razón Kakashi se sentía un poco renovado y hasta aliviado. Ayudar a alguien más joven con sus problemas tenía cierto encanto, quizás era así cómo Minato se sentía después de tratar con él.

Otra sonrisa se formó en su rostro oculto por aquella mascara que nunca se quitaba.

- Por cierto ¿Hay alguna razón por la que los rollos de papel higiénico del baño hayan sido reemplazados por sellos explosivos?

Bueno, al menos sí estaba preparado para eso.