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Capítulo 65. Joven, ¡trabaja para mí!

Editor: Nyoi-Bo Studio

En la entrada del callejón, equipos de la guardia imperial estaban solemnemente de pie bloqueando la entrada por completo. Frente a ellos, Lian Fu, quien usaba una túnica con brocados, caminaba ansiosamente agitando una escobilla de cola de caballo. De vez en cuando, se detenía a mirar el local con preocupación.

—Su Majestad esto es demasiado. No es como si me fuese a robar su comida ¿por qué no me dejó acompañarlo? —Suspiró Lian Fu insatisfecho. Abrió sus sentidos y manteniéndose alerta observó los alrededores. No era un asunto pequeño que el emperador estuviera fuera del palacio imperial. Si por casualidad los expertos de las sectas se enteraban, busacarían su ubicación para asesinarlo.

De repente, un pequeño disturbio ocurrió entre los guardias. Mientras estos se abrían creando un camino, una figura lenta y refinada pasaba entre ellos.

—Su Majestad también se encuentra aquí. Qué coincidencia —dijo Lian Fu con una pequeña sonrisa mientras juntaba su pulgar y dedo del medio.

El humor de Ji Chengxue era algo indiferente. Solo asintió después de pasar. Su túnica se agitó mientras dejaba una brisa por el camino.

Lian Fu estaba sintiéndose impotente al ver la espalda de Ji Chengxue al marcharse. Pensó: «Parece que Su Alteza y Su Majestad se han encontrado dentro del local y no se han llevado bien».

—La realeza no tiene parientes. Como perteneciente a la casa imperial, necesita enfrentar asuntos imperiales. Dado que a Su Majestad no le gusta el tercer príncipe, no importa cuán diligente o impresionante sea —susurró para si Lian Fu, antes de advertir a los guardias—: ¡Presten atención! Su Majestad se encuentra en ese momento dentro del callejón. Si algo le sucede a Su Majestad, ¡Todos sabrán cuales son las consecuencias!

—Oh, ¿Acaso es el jefe eunuco Lian? ¡A pasado tanto tiempo! —una voz aduladora sonó interrumpiendo a Lian Fu quien iba a darle un largo discurso los guardias.

Lian Fu un tanto intrigado observó al hombre que se acercaba. La figura frente a él era delgada con una apariencia fea y vulgar. Usaba una túnica lujosa con brocados y un cinturón de jades insertados en su cintura. Sus dedos estaban adornados con anillos brillantes. Tenía toda la apariencia de un nuevo rico.

—¿Y tú quién eres? —preguntó Lian Fu intrigado. Pensó: « No recuerdo haber conocido a un anciano tan vulgar ».

—Jefe eunuco Lian, ¿se ha olvidado de mí? Soy el propietario del Restaurante Fénix Inmortal ¿acaso Su Majestad no vino antes a comer pato de flores asado? En ese tiempo, ¡yo fui quien personalmente le serví el plato! —dijo el hombre quien se acercaba con una sonrisa, sin importarle que Lian Fu se hubiese olvidado de él.

—¡Oh oh oh! Tú eres… Qian…¿Qian qué? —dijo Lian Fu mientras cerraba sus ojos y le apuntaba con el pulgar y su dedo del medio juntos.

—Gong Gong, el nombre de este humilde servidor es Qian Bao —le recordó.

Lian Fu repentinamente recordó mientras asentía y dijo: —Cierto, eres Qian Bao… Oh, ¿qué hace el propietario del restaurante Fénix Inmortal aquí?

—Esta humilde persona pasó y ha venido a saludarlo después de verlo. Ha pasado tanto tiempo desde que Gong Gong visitó nuestro restaurante, el Fénix Inmortal, para comer. ¿Cuándo tendrá tiempo para venir y patrocinar nuestro restaurante? Su presencia ciertamente será de gran honor a nuestro humilde restaurante —dijo Qian bao sonriendo.

Los platillos del restaurante el Fénix Inmortal eran realmente buenos. Incluso era un restaurante considerado de primera clase dentro del Imperio del Viento Ligero. Sin embargo, luego de que Lian Fu probará los platillos hechos por Bu Fang, sintió que los platillos hechos por los cocineros imperiales eran insípidos para él. No había forma de que él volviese al restaurante el Fénix Inmortal.

—Oh, iré cuando tenga tiempo —respondió Lian Fu asintiendo distraídamente mientras hacía un ademán con la mano despreocupado.

—Muy bien, este humilde servidor respetuosamente esperará la llegada de Gong Gong —la sonrisa de Qian Bao se mantuvo presente durante toda la conversación, a pesar de la actitud de Lian Fu.

Después de un rato, Qian Bao cuidadosamente preguntó: —Este… Gong Gong, ¿Su Majestad está dentro del callejón?

Los ojos de Lian Fu se mantuvieron alerta mientras miraba a Qian Bao. Este fruncía el ceño y en un tono agudo le preguntó: —¿Qué clases de intenciones tramas al hacer esa pregunta?

—Este humilde servidor solo quiere que Su Majestad le honre con su presencia nuestro humilde restaurante, ¿acaso no Su Majestad no alabó nuestro pato de las flores asado como el número uno dentro del Imperio del Viento Ligero? Lo único que quiere este humilde servidor es saber ¿cuándo Su Majestad volverá a probar los platillos del restaurante Fenix Inmortal? —dijo rápidamente Qian Bao mientras agitaba sus manos.

—Si Su Majestad desea comer, él naturalmente enviará a alguien para retirar la comida ¿de qué estás preocupado? Ya puedes retirarte —dijo Lian Fu indiferentemente al reírse de Qian Bao.

Qian Bao se mantenía sonriendo mientras asentía y se excusaba para retirarse. Se dio la vuelta y se fue. Después de dar algunos pasos, la sonrisa que estaba en su rostro gradualmente desapareció y rápidamente había sido cambiada por una expresión melancólica.

—Ese malintencionado local del callejón…¿Incluso Su Majestad vino en persona? Ya me preguntaba por qué todos los preciados clientes habían desaparecido. Todos fueron atraídos por ese pequeño local —Qian Bao mantenía su cabeza baja mientras murmuraba para sí aún con esa expresión melancólica.

—Cómo se atreve a robar mi negocio… haré que sufra. Solo eres un pequeño local dentro de un callejón que se confía solo de sus platos estrellas. Hmph… una vez que esos platos estrellas suyos sean derrotados, ¡veremos cómo se las arreglan!

—Abuelo emperador, estas son las lías de pescado. Por favor disfruta la comida —dijo Ouyang Xiaoyi encantadoramente mientras colocaba el plato frente al emperador. El aroma del vino comenzaba a dispersarse, y el emperador no pudo evitar el respirar profundamente.

—El intenso aroma de las lías de pescado, ¡es muy fragante! —alabó el emperador e impacientemente tomó una pieza rosada de pescado con sus palillos. Al momento en que el pescado entró a su boca, tanto el sabor de las lías como el del pescado envolvieron sus papilas gustativas. Quedó cautivado.

—Abuelo emperador, este es el shumai dorado. Por favor disfruta la comida —otro plato había sido servido. Y el interior del local estaba envuelto por todos los aromas de los platillos.

El emperador sonreía de oreja a oreja mientras comía cada plato. Su boca constantemente masticaba sin poder detenerse. Había pasado tanto tiempo desde que él hubiese probado platillos que lo cautivarán de esa manera.

Limpiando las manchas de aceite de su barba, una expresión de alegría pura apareció en el rostro del emperador al ver aquellos platillos de primera frente a él. Para un glotón como él, probar comida deliciosa era una experiencia dichosa.

—Xiaoyi, ¿No hay un vino que el vino de néctar enjoyado del palacio imperial? ¿Por qué no lo he visto aún? —preguntó desconcertado el emperador mientras comía un pedazo de costilla agridulce.

—Lo hay. Abuelo emperador, espere un momento —Ouyang Xiaoyi sonrió y alegremente corrió hasta la ventana de la cocina.

—Jefe apestoso, apúrate y trae el vino de urna de corazón jade de hielo. El abuelo emperador quiere probarlo —le dijo Ouyang Xiaoyi a Bu Fang.

Bu Fang había terminado de cocinar el último plato mientras limpiaba el sudor de su frente. Asintiendo dejó que Ouyang Xiaoyi sirviese el último plato, mientras él buscaba la última jarra de vino de urna de corazón jade de hielo del gabinete.

Bu Fang caminó fuera de la cocina llevando consigo la jarra de vino.

Colocó la jarra frente al emperador mientras se sentaba a su lado. Este miró al emperador y simplemente pregunto: —¿Cómo estuvo? ¿Aún quiere cerrar mi local?

El emperador curiosamente recogió un jugoso y reluciente vegetal que parecía no estar cocinado. Cuando escuchó las preguntas de Bu Fang, un rastro de vergüenza pasó por su rostro. Sin embargo, dicha vergüenza pronto desapareció.

Al momento de morder el vegetal, el jugo cálido de este inmediatamente se derramó dentro de su boca. El sabor ligero de las verduras había quedado en su boca.

—¡¿Estos son vegetales salteados!? —el emperador había quedado sorprendido con ese bocado.

—Como puede ver, es un plato de vegetales salteados. Solo que el proceso de salteado de los vegetales fue realizado con una técnica especial de cocción —dijo Bu Fang simplemente.

Mientras Bu Fang hablaba, empezó a mover la tela que cubría la jarra de vino para luego servirle una copa al emperador. Apuntó a la copa invitando al emperador que lo probara.

La mirada del emperador se iluminó. El aroma del vino de urna de corazón jade de hielo ya estaba dentro de su cuerpo y tenía tantas ganas de tomarlo, que era casi insoportable.

Tomó la taza de porcelana blanca y azul y dio un sorbo al vino. El picante fluyó a través de sus labios hasta su lengua y de repente floreció. Su cuerpo se estremeció de tal manera que hasta las arrugas de su rostro temblaron.

 Al terminarse la copa de vino, el emperador saboreaba sus labios lentamente. Su rostro aún mantenía esa expresión cautivadora.

—Los rumores son ciertos. El vino de urna de corazón jade de hielo es mejor que el vino de néctar enjoyado… he vivido tantos años y he probado este vino ya cuando mi pie está cerca de la tumba ¿es acaso un castigo o regalo de los cielos? —el emperador exclamó con los ojos cerrados sin saber si reír o llorar por lo ocurrido.

—Con tan fino vino y comida deliciosa, si decido cerrar el local del propietario Bu, sería un gran idiota —dijo el emperador acariciando su barba mientras le pedía a B Fang que llenase su copa. Cuando se la bebió este empezó a reírse.

Bu Fang inexpresivamente miró al divertido emperador, como si todo fuese como esperaba.

Y justo como creía, ¡no había estómago que no se dejara dominar por sus platillos.

El emperador tomó tres copas de vino consecutivamente y el vino comenzaba hacer efecto; haciendo que sus ojos fuesen más brillantes.

Por un momento el emperador miró a Bu Fang golpeó la copa con la mesa provocando un sonido sordo. Y manteniendo sus ojos brillantes le dijo: —Propietario Bu, trabaja para mí. Ven a mi cocina imperial. Tu salario mensual será... ¡diez mil cristales!