2 Prologo (II)

No sé qué sucedió realmente con papá, según la historia que mamá nos contó él había muerto en una misión, ni siquiera pudo conocer a Antonia, Anna no recuerda el rostro de papá después de todo solo tenía 2 años cuando sucedió eso, mamá hacia todo lo que podía para criarnos, incluso nuestra tía , venia muchas veces a ayudarla, pero luego se pelearon, un día misteriosamente mamá sufre una enfermedad que deteriora su salud día por día, hasta que un momento ella fallece, nuestra tía no se presentó, en lugar de llevarnos a su casa, prefirió enviarnos dinero, pero ¿Qué pueden hacer tres niñas con dinero? Escasamente me las pude arreglar con la comida, incluso tuve que dejar mis estudios aparte para poder seguir cuidando a mis hermanas.

- Cuida a tus hermanas, tu papá regresara pronto- fue lo último que me dijo hace 6 meses, ¿Cómo esperaba que una niña de 14 años pudiera criar a sus hermanas menores? He hecho todo lo que había podido, lloraba todas las noches primero papá y ahora mamá, Anna y Antonia lo hacen todo el día, es muy difícil no hacerlo, pero no puedo dejar que ellas me vean llorar después de todo yo soy la mayor.

Pero estaba exhausta, no sabía que hacer yo no soy capaz de cuidar a mis dos hermanas, me decía a mí misma, ¿Por qué murió papá, porque murió mamá? Como era posible que el desapareciera, porque mamá la mejor invocadora del mundo muriera por una enfermedad.

Hasta que sucedió un milagro. Todos los inicios de mes visitábamos la tumba de mamá y le dejábamos un presente, pero ese día cuando llegamos, había un hombre cubierto de sangre, lo que me sorprendió a mí y a ellas fue el parecido a papá ¿era papá? Era imposible negarlo. Gracias a los genes de mamá y papá soy una hechicera más que capacitada para curar, lo que decidimos hacer fue llevarlo hasta nuestra casa y poder atenderlo con medicina y hechicería sencilla. El desgaste físico para curar a papá fue arduo, nunca había visto ese tipo de heridas tan graves y más aún que alguien las resistiera lo suficiente para sobrevivir a ellas. Cuando por fin despertó me alegré, quería preguntarle muchas cosas a él, pero me di cuenta de algo, aunque que físicamente estaba bien, mentalmente estaba devastado lo podía ver en sus ojos.

Mientras intentaba curarlo también debía hacerme cargo de mis hermanas, cada día era más difícil en especial con Anna. Pero al ver a papá cumpliendo todos los roles en la casa me siento tranquila, aun estando en malas condiciones se levantaba todos los días y realizaba todas las labores que podía, sé que suena extraño, pero papá se ve demasiado joven, debería tener unos 40 años, pero parece de 21 años, luego de curarlo y que él se arreglara parece muy joven además de guapo, había algo que se me hacia raro, recuerdo que papá tenía los ojos de color negro, en cambio ahora son amarillos, casi dorados. Pasa lo mismo con su cabello el cual ahora es castaño.

Pasan varios días desde que se pudo levantar, el sigue haciendo todas las labores de casa, siempre con una sonrisa, mi estado físico y mental había mejorado a un ritmo alarmante, desde que papá se encarga de la casa todo estaba más limpio, mis hermanas se bañan todos los días, él les ayuda con el cabello, lava la ropa, les cuenta cuentos, ríe con nosotras y se preocupa cuando ellas van a la escuela, aunque era yo quien las lleva, pero siempre estaba ahí con una bolsa con los almuerzos de ellas.

Es una persona totalmente distinta a la que recuerdo.

Como el hechicero mas grande del imperio pasa a ser un amo de casa es extraño, pero eso no tiene nada que ver, es el mismo hombre que nos ama no necesita hacer cosas asombrosas para impresionarnos.

***

Había pasado una semana desde que ponía moverme bien, aun necesitaba el bastón para sostenerme, pero las niñas se ven sanas, después de todo he desinfectado toda la casa, barrí y lave todos los lugares complicados, use lo último que tenia de jabón para hacer eso, cuando se me acabo simplemente hice más, usar mis conocimientos de química para hacer jabón es sencillo.

Me había dado un buen baño, me quite la barba y el bigote, limpie todo mi cuerpo cuanto pude, luego cuando me mire al espejo parecía más joven, es extraño, pero parezco de 21 años, aunque se supone que debería tener 26, creo que cuando el ángel me trajo aquí rejuveneció mi cuerpo a un día antes de comenzar a salir con mi esposa lo sé porque no tengo la quemadura que me hice con ácido en mi mano derecha, estoy muy delgado, pero no tengo tiempo para hacer ejercicio, pero debería.

Esa noche cuando las hermanas menores comieron y fueron a dormir, distraje mi mente limpiando los platos, los utensilios de cocina, aun me duele el cuerpo cuando lo muevo, aunque el dolor es menor con cada día que pasa.

La mayor de las chicas se me acerca y me dice:

- Gracias por ayudarme- ella guarda las escobas en un pequeño cajón.

- Es lo menos que puedo hacer, después de todo ustedes me salvaron- le respondo -además me dejaron quedarme aun siendo un desconocido.

Ella niega con la cabeza -no, no lo eres- luego muestra una sonrisa sincera -aunque no lo recuerdes ahora, eres nuestro padre.

No puedo decir nada frente a esas palabras que salen de ella tengo un nudo en la garganta, solo puedo salir de la casa para intentar tomar aire para que no me vea llorar, solo espero que ella no me vea, la noche es hermosa, el cielo se encuentra despejado, se observan todas las estrellas junto a la luna, la cual tiene un color verdoso.

Al observar los alrededores solo veo que nos rodea un extenso bosque, junto a la casa hay un largo camino de tierra por donde pasan carrosas. Por los instrumentos que he usado en la cocina puedo decir que no me encuentro en la edad media como en el libro de Mark Twain "un Yankee en la corte del rey Arturo" gracias al cielo no me encuentro en esa mugrosa edad media, si fuera así estoy más que seguro que hubiera muerto o quizá nadie sabría leer y tampoco me dieron ventaja como a Jhon Carter en la "serie marciana" de Edgar Rice Burroughs, bueno, nunca pensé que esas cosas pasaran, estas cosas solo pasan en las novelas isekais. Lo que me intriga es que las personas pueden usar magia o hechicería como lo hace la mayor de las tres chicas. Aunque sea de noche la luz de la luna brilla intensamente, lo que me permite observar detenidamente la casa en donde me encuentro, es realmente antigua o está mal cuidada, sea lo que sea su condición es pésima, la madera de las paredes esta mohosa, la puerta se encuentra con aberturas, algunas tejas están rotas y la entrada está cubierta de mala hierba, nadie ha cuidado de este lugar en mucho tiempo, tampoco puedo culpar a tres niñas de eso. En especial si estas viven solas en medio de la nada, no me atrevo a preguntarles sobre lo sucedido, pero soy consciente de que su madre (el ángel) fue quien me invoco. Para matar el tiempo le pregunto a la mayor de todas quien me responde que ella tiene nombre y que de ahora en adelante la llame Maki, aunque me lo diga, para mí es muy difícil llamar a alguien que apenas conozco por su nombre. Ella se encontraba leyendo ese extraño libro que no puedo entender.

- ¿Por qué puedo hablar con ustedes, pero no puedo leer ningún texto? Le pregunto, sucedió lo mismo en la cocina, la mayoría de los frascos estaban marcados y no sabía lo que decían, simplemente me guie por el olfato y color.

- Es gracias a un artefacto- responde ella señalando el collar que cuelga en mi cuello -esta te permite entender y traducir las palabras que digas y escuches, pero no sucede lo mismo con los textos, de hecho, aunque con lo hábil que eres deberías aprender el lenguaje y la escritura básica en menos de un mes.

- ¿Quueeeee?

- Silencio papá, Anna y Antonia duermen- ella me hace un gesto para que module el sonido- mamá fue muy lista, ya que me dijo que cuando volvieras no entenderías nuestro idioma, así que compro ese artefacto.

Me disculpo con ella por lo del ruido.

- No te preocupes papá.

< ¿Así que un artefacto mágico?> pienso mientras toco el collar, parece que el ángel tenía todo planeado.

Le pido las herramientas para limpiar la entrada de la casa, además de que si me puede prestar libros básicos para aprender a leer. Ella me dice que debería descansar ya que es tarde, pero prefiero decirle que con eso puedo distraer mi mente, además de arreglar la casa, como fuera ella me ayudo un rato, luego regreso a sus estudios.

Al otro día luego de arreglar la parte frontal de la casa o al menos una parte, porque aún me falta mucho por recoger y arreglar. Me pongo en la tarea de aprender la lectura básica de este mundo, mi maestra es Maki, y mi compañera de clase es la menor Anna, básicamente es volver a aprender a leer y escribir. Anna solo nos observa, ella ya sabe todo lo básico y avanzado en la lectura, además también es una usuaria de magia muy capacitada. Mientras intento aprender las letras y demás cosas ella crea dos esferas mágicas con sus manos y se pone a jugar con ellas, Maki se molesta continuamente porque distrae a la menor.

- Papi deberías ir a la escuela conmigo, serias mi compañero de clase- dice Anna sonriendo.

- Tal vez- le devuelvo la sonrisa.

Es curiosos, ella tiene el mismo color de mis ojos.

Para mejorar mi aprendizaje escribo en un libro las traducciones del idioma de este mundo a mi idioma natal.

Llegada la noche las tres chicas se van a sus cuartos, yo sigo estudiando hasta altas horas de la noche hasta que me duermo por el cansancio.

El sol se alza nuevamente en el horizonte, siempre he tenido la costumbre de despertar temprano, las chicas aún se encuentran durmiendo creería que me levante a las 5:00 AM puesto que aún no sale el sol y no encuentro ningún reloj que me diga la hora real, así que decido ir a la cocina y buscar que puedo hacer de desayuno. Desgraciadamente solo encuentro lo mismo del día pasado, lavo, corto y preparo el alimento para las chicas, busco en la alacena y encuentro lo que parece chocolate, en este nuevo y extraño mundo me gustaría vivir una vida tranquila.

En las noches les contaba todos los cuentos que se me de memoria a las pequeñas. Después de todo el humano que diga que no recuerda los cuentos infantiles que le decía su madre cuando era pequeño es un mentiroso.

Me había acostumbrado a la rutina, las niñas se veían felices. Todas las mañanas las menores se alistaban para ir a la escuela, mientras que la mayor se iba directamente a la casa de una amiga para seguir con su estudio.

Mientras aprendía el nuevo idioma, escribía las traducciones en el cuaderno.

En los próximos días haría mi primer amigo.

avataravatar
Next chapter