19 Capitulo IV-3

En algún lugar de la capital un grupo de extraños sujetos se reunían en una gran mansión, todos vestían ropas elegantes y llevaban mascaras.

El que parecía el anfitrión estaba sentado en un elegante trono vestía un traje de noche lujoso, uno de sus mayordomos se le acerca y le entrega una copa de vino. El hombre la recibe con su mano derecha y juega un rato con esta, estaba absorto en sus pensamientos.

(Ahora será más difícil extraer a esa mocosa, en aproximadamente seis meses será el ritual, bueno cualquiera de las dos mocosas hechiceras servirá)

La estupidez causada por el otro grupo hizo que la seguridad de las dos hechiceras aumentara.

Ahora Maki estaría protegida por dos guardias imperiales, también la joven hechicera estaría atenta ante cualquier cosa.

El hombre era astuto, atacar la villa de la familia Castilla sería un suicidio, para atrapar a Isabel tendría que pasar por una gran cantidad de escudos antimagia y peor enfrentar a sus familiares, aunque ellos no lo demostraran su familia la sobreprotegía ya que el solo hecho de que en su familia hubiera un hechicero ya ganancia, el gobierno imperial les asignaba recursos para el estudio de su hija, también el hombre sabía que la mocosa había realizado pactos con 3 hadas y un hada oscura.

El hombre se levantó y decidió ir al balcón para pensar mejor.

Si no se apresuraba, no podría utilizar como sacrificio a la hechicera para invocar al demonio y obtener su conocimiento para su propio beneficio, de nada servía sacrificar niños normales solo obtenía trozos insignificantes por ello, pero si lo hacía con una hechicera joven sería el máximo placer, le quedaban pocos días para poder hacerlo, la luna sangrienta se elevaría el próximo fin de semana así que debía actuar rápido, el hombre chasqueo sus dedos y rápidamente dos extraños aparecieron detrás de él.

- Cuáles son sus órdenes su excelencia- dijeron al unisonó.

- Contacten al infiltrado en la academia, debe actuar en los próximos días- exclama el hombre -además necesito que averigüen que sucedió realmente en el lugar donde atacaron y quien planeo tal estupidez.

- No se preocupe su excelencia, por medio de la necromancia los cuerpos de los caídos nos dirán que fue lo que sucedió, además el que planeo todo fue uno de los lideres cultistas.

- Esos estúpidos- dice el hombre molesto.

Existían dos bandos que querían sacrificar a las hechiceras, los ocultitas y los cultistas. Los ocultistas eran más reservados y hacían todo de manera estrategia y táctica desaparecían a sus presas, eran muy selectivos con sus sacrificios, los cultistas eran los responsables de los múltiples desaparecidos y del ataque al sector protegido por Enrs, aunque ambos buscaran el mismo objetivo el cual era invocar al demonio y obtener conocimiento de este ninguno de los dos grupos actuaban conjunto, en especial porque los cultistas eran mayoría y los ocultistas eran muchos menos, pero más organizados además tenían altercados personales entre líderes.

Uno de los sujetos se levanta y le hace una reverencia a su señor, luego habla - señor escuche que asignaron a un nuevo guardia imperial a la zona, será más difícil extraer al objetivo ahora.

El otro sujeto se une a la conversación, pero no se levanta -escuche que planean atacar nuevamente.

El hombre soltó una carcajada.

- Deja que los idiotas del otro bando lo intenten, así sus filas disminuirán y podremos tomar control total de todo el culto- el hombre gira y observa a sus súbditos -escuchen bien, no realicen ningún movimiento en ese sector, nos acataremos a nuestros planes en la academia, quiero que nuestra ficha en la academia observe.

- Como ordene excelencia- los dos hombres desaparecen.

El hombre observa el basto jardín que tenía, en el centro de este se estaban reuniendo algunos enmascarados, uno de ellos llevaba un cuchillo ceremonial, mientras que otro conducía a unos niños que parecían embrujados, los demás solo observaban y reían.

En los últimos días los hijos de algunos nobles habían desaparecido, muchos de ellos eran excelentes magos, aunque se aumentó la seguridad en las casas nobles, muchos de los niños jamás fueron vistos de nuevo.

- Que comience el espectáculo- exclamo el hombre debajo de su máscara se formó una risa sádica.

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