13 Capitulo III

Ha paso un mes desde el inicio de clases, he conocido gente interesante y otros idiotas.

Estábamos en receso.

Me encontraba charlando con mis amigas.

Últimamente los demás estudiantes intentaban evitarme u otros tontos me amenazaban, estos últimos se ganaban una paliza de mi parte, esto último intento ocultárselo a papá.

Les comentaba lo sucedido en la reunión de padres de mis hermanas.

Ellas dos soltaron la carcajada al ver mi reacción de molestia.

- Maki esas situaciones son muy graciosa, deja de ser tan celosa con tu padre- recomienda Juliana.

- Si deja que alguna se le acerque ¿acaso que puede pasar? - se burla Isabel.

- Lo pensare este fin de semana que vamos a ir a pescar- respondo mientras tomo un poco de jugo.

- Eres de lo peor.

- Si, sigue negando que te pareces a ya sabes quién. Comenta Juliana.

- Esas cosas van en la sangre- ríe Isabel.

- Por favor no digas eso-le respondo.

- Vamos, vamos Maki cada día que pasas te pareces más a ella y menos a tu mamá.

- Solo me gustaría ser igual de hermosa que ella, sería lo único bueno- respondo suspirando.

- Sigue pensando así y en unos años serás quien dirija cierto distrito de la capital.

- No sigas con eso, es lo que menos deseo.

Seguimos charlando un rato sobre lo que planeábamos hacer ahora que estábamos en la academia, después de todo serian 3 años que estudiaríamos aquí, ya se aproximaba mi cumpleaños número 15. Aunque para una bruja la edad solamente es un número, pero papá insiste en hacer una fiesta de cumpleaños.

- ¿Cuándo nos vas a invitar a tu casa? Me pregunta Isabel.

- Cuando se me dé la gana- le respondo molestándola, ella me hace mala cara -si quieren me pueden acompañar este fin de semana al lago.

- Les preguntare a mis padres- responde Juliana.

- Le preguntare a mamá, aunque posiblemente diga que no-dice Isabel mientras baja los hombros.

- ¿No le has dicho sobre mi padre? Le pregunto.

- No, y tampoco lo planeo hacer- me responde, luego añade -sabes lo que pasaría si se entera.

Mientras avanzaba el día y cambiábamos de clases, Juliana iba a una clase de magia defensiva para fortalecer sus conjuros yo me dirigía junto a Isabel a un curso sobre hechicería avanzada, éramos las dos únicas hechiceras en el país, para la nación somos un recurso muy valioso, pero al mismo tiempo bombas de tiempo vivientes. A los hechiceros nunca se les han visto con buenos ojos, somos una excepción de la regla del mana, nosotros no estamos atados a las reglas de la magia.

Aunque se llame "curso especial de hechicería avanzada" no tenemos maestro, solo dependemos de nosotras mismas para aprender, por suerte para las dos alguno de nuestros familiares fue un hechicero, en el caso de Isabel fue su abuelo y en mi caso fue mi padre ellos escribieron muchos de sus hechizos en libros y lo que realmente hago con ella es compartir información, aunque me irrite mucho su forma de ser es necesario que ambas compartamos la información para mejorar, por su puesto ninguna le enseña a la otra sus mejores técnicas.

Nuestro campo de practica es tan grande como un estadio de futbol, está rodeado de árboles y otros tipos de plantas, también posee muros reforzados capaces de resistir una explosión de gran tamaño, algunas veces me siento como una prisionera, puede que tengamos el espacio suficiente para practicar, pero lo hacen más por seguridad de los demás estudiantes que por darnos espacio para aprender, si de verdad quisieran buscarían un maestro para nosotras.

- Oye Maki.

- ¿Qué?

- ¿Hacemos volar el muro? Isabel ríe al preguntarme tal cosa.

- ¿Bromeas cierto?

- Odio esta estupidez de segregarnos como si fuéramos un par de monstruos, debería volar en pedazos este estúpido muro.

- Si lo haces les darás la razón a esos idiotas.

Ella se tumba al suelo -odio esta maldita caja, solo nos dejan aquí como solo para alejarnos de los demás-dice ella molesta.

- Lo sé- respondo y también me tumbo en el suelo, -pero es lo único que podemos hacer para mejorar.

- Agradezco que estés aquí Maki.

- ¿Estás enferma? nunca espere que esas palabras salieran de tu boca.

- Muy graciosa- responde ella molesta, -somos las dos únicas hechiceras en el país, no es fácil cuando todo el mundo te juzga, hasta en mi familia tengo que vivir estas idioteces, muros reforzados, mantener la distancia de todos, el único con el que podía estar era con el abuelo, pero luego de que murió todo se fue al demonio- luego agrega ¿Por qué no les dices a todos que eres sobrina de Velvet?

Niego con la cabeza y hago una mueca - No tengo nada que ver con mi tía.

- Pero tu tía es una de las brujas primordiales, toda tu vida sería más sencilla si les dijeras a todos.

- No quiero saber nada de ella- exclamo de mala gana- además solo serian unos idiotas lame traseros los que me hablarían.

- Lo que tu digas, si les dijeras a todos que eres una bruja todo cambiaria.

- Mamá siempre decía que debemos formar nuestro propio camino y eso planeo hacer.

- Es duro ser un hechicero -respondo. -pero debemos salir adelante para demostrarles de lo que estamos hechas.

Nos levantamos y chocamos los puños.

- No voy a perder contra ti.

- Inténtalo.

Nos colocamos nuestros uniformes de combate diseñados para soportar cierta cantidad de daño mágico o físico. Ambas nos preparamos para iniciar el combate.

- Lista para perder- digo mientras estiro mis brazos.

- Que graciosa- me responde ella, mientras realiza estiramientos con las piernas y luego con los brazos.

Cuando nos dirigimos a enfrentarnos desde el cielo se abre un portal oscuro y libera una quimera del tamaño de un elefante macho adulto, con tres cabezas la central de un león, la de la izquierda una cabra y la derecha un águila, su cola era una serpiente los colmillos segregaban acido, el cuerpo de la quimera era protegido por escamas, sus patas delanteras eran las de un león, pero las traseras eran las del águila recubiertas por plumas y escamas.

Mientras cae su espalda se abre y libera dos horribles pares de alas escamadas luego se abalanza contra nosotras. Logramos esquivarlo por poco, el impacto de la quimera destruye el suelo.

- ¡QUE ES ESA MALDITA COSA! Grita Isabel conmocionada por el suceso.

- Lo más importante ahora es ¡Como demonios cruzo la barrera!

La quimera nos vigila, el suelo tiembla cuando da pasos con sus horribles patas, el monstruo se prepara para atacarnos.

Las dos nos colocamos en posición defensiva, si esa cosa nos alcanza nos mataría de un golpe.

La quimera bufa luego su cola nos lanza acido. Aunque lo esquivamos con facilidad logra separarnos, eso era lo que planeaba la quimera, en realidad no luchamos contra un solo monstruo si no con varios que piensan y planean como uno solo.

- ¡Isabel aun tienes el pacto con el elemental!

Ella ya se encontraba pactando con un elemental, un sello brota desde la tierra y da una pequeña flor que arroja una semilla la cual se transforma en un hada.

El hada es de nuestro tamaño, una hermosa criatura con alas como una mariposa real, con un bello vestido florar y cabello dorado, ojos grandes y oscuros.

- Creo que me llamaste a tiempo maestra- exclama el hada observando a la quimera.

- Maki.

- Si.

- Hist y yo lo distraeremos, tu intenta matarla con un hechizo poderoso.

- Necesito dos minutos para lanzar el hechizo.

- ¡Hist usa conjuros de refuerzo y mantente fuera de la vista de esa cosa.

- A la orden maestra.

El hada abre las alas y se eleva mientras realiza un canto para fortalecernos, mi cuerpo se siente más ligero y fuerte. Isabel y yo somos hechiceras, pero usamos diferentes hechizos únicos, ella usa la fuerza de las plantas lo que le permite realizar pactos con seres de los bosques y usar la fuerza de tierra como defensa. Ella se lanza frente a frente contra la quimera, el monstruo le lanza acido, pero ella invoca un muro de tierra que la protege, mientras el hada pasa a gran velocidad encima de la quimera y le arranca la cola con una espada en forma de hoja, la serpiente que es su cola se retuerce y escupe sangre.

El monstruo se retuerce de dolor y e intenta elevarse con sus alas, pero se da cuenta de no puede hacerlo.

Isabel le había aprisionado las patas con una poderosa técnica de tierra, para rematar el hada lo ataca a toda velocidad y le arranca las alas a la quimera. El monstruo estaba acorralado.

Soy una hechicera de distancia y mis hechizos toman su tiempo en realizarse, mis habilidades son no elementales, luz y oscuridad, dependiendo de la hora del día así mismo serán mis hechizos.

Rápidamente creo dos enormes espadas formadas por energía pura aparecen encima del monstruo y cortan las cabezas de la quimera de un solo tajo, luego la abren desde el tronco de la cabeza hasta lo que había quedado de la cola, el monstruo se vuelve un mar de sangre y viseras.

- Qué asco- dice Isabel junto a su hada.

Acabamos rápido con la quimera, parece ser que quien la invoco creyó que con una sola invocación podría acabarnos.

Isabel se limpia el polvo de su uniforme y me mira -deberíamos informar a algún maestro sobre esto-luego observa a su Hada quien asiente y sale del campo de entrenamiento.

- Tus pactos son muy útiles- la alago.

- Lo sé- presume ella. -Hist no es el pacto más fuerte que he hecho, pero es con quien tengo mayor afinidad.

Los pactos son muy diferentes a las invocaciones, un pacto depende de que tanta afinidad con cierto elemento tenga un hechicero y de quien responda a dicho llamado, se realizan con fuerzas de la naturaleza de bajo o alto nivel que dependen de un rango especifico pueden ser desde F hasta SSS, aunque mucho no lo crean realizar un pacto con un hada no es fácil e Isabel tiene 4 pactos con diferentes hadas, cada una más fuerte que la otra.

Me dejo caer al suelo e Isabel se sienta sobre el suelo también, ella observa el cadáver, mientras yo miro el techo destruido.

(es imposible que nadie se allá percatado de este ataque)

- No era tan fuerte- dice ella, mientras observa el cadáver.

- ¿Eso crees? Respondo.

- Si, siempre creí que las quimeras eran más fieras, eso decía el abuelo siempre.

- Luchamos contra una invocación de nivel medio no contra una de alto, además actuamos rápido.

Nuestro descanso se ve interrumpido cuando se abren 4 portales al mismo tiempo de los cuales salen 4 quimeras.

- Carajo- exclamamos al mismo tiempo.

Isabel rápidamente llama otra de sus hadas mientras yo utilizo un hechizo rápido.

Mientras el hada es llamada, mi hechizo de acción rápida una espada de energía que vuela a gran velocidad atraviesa el pecho de una de las quimeras y estalla, el monstruo muere en el acto.

Las criaturas se enfurecen y se abalanzan contra nosotras en diferentes direcciones, dos de las quimeras lanzan fuego mientras una ataca de frente con sus garras delanteras.

Isabel interrumpe el pacto y crea un domo de tierra que nos protege.

¡Maldición! Un poco de ácido había caído en la mano derecha de Isabel.

- Voy a intentar usar hechizos rápidos, mientras realizas el pacto con tu hada.

Ella me detiene.

- ¿Acaso estas loca? Dice ella -esas cosas te comerán viva si sales- mientras intenta resistir el dolor del ácido carcomiendo su mano derecha.

Mi hechizo curativo es muy básico nunca me he dedicado correctamente a ellos, incluso cuando cure a papá me hacía más daño de lo que lo podía curar, solo me he dedicado a hechizos ofensivos e Isabel a hechizos defensivos.

- Pero si no lo intento romperán el domo- en efecto el domo estaba cediendo. -además si no lo hacemos rápido tu mano.

Ella lo sabe, el dolor aumenta gradualmente puedo notarlo en su rostro.

Las quimeras siguen golpeando el domo repetidas veces, el domo comienza a ceder lentamente, si esto sigue así moriremos ambas.

- No mueras- dice responde ella con una mirada triste.

En realidad, no quiero morir devorada por monstruos, sería la peor forma de morir, no quiero imaginarlo.

Isabel hace una abertura detrás del domo para que pueda salir, pero antes de que realicemos nuestra desesperada hazaña, escuchamos como los monstruos braman de dolor, aunque rápidamente todo se calma.

- Ya pueden salir chicas- grita una voz femenina.

- ¿Maestra Serafina?

- Si- responde ella, -tu hada me informo lo sucedió y llegue lo más rápido posible.

Isabel rompe el domo, la maestra y su hada observan la herida en su mano, inmediatamente se alertan. Su hada comienza a llorar.

- Maestra- dice ella entre lágrimas mientras se acerca y observa la herida -todo fue mi culpa.

- ¡Tu hada lleva a tu ama a la enfermería lo más rápido posible! Ordena la maestra Serafina -Ve rápido antes de que pierdas la mano.

El hada ayuda a Isabel.

Los monstruos se yacían muertos y desmembrados por todo el lugar, los cortes eran tan finos y precisos que casi no había sangre o destrucción.

- Ahora te iré a visitar, mientras hablo con tu amiga sobre qué demonios sucedió aquí.

La maestra Serafina es la encargada de enseñarle a todos los magos el arte de defensa y ataque, ella es especialista en magia de invocación y refuerzo de armas, de entre todos los maestros ella es la más joven de cabello largo y castaño, piel morena, con un físico envidiable y ojos oscuros siempre alertas, ella siempre va en sudadera azul, además es de las pocas humanas que rivalizan con otras razas en magia.

- Maestra invocaron esas criaturas dentro de la academia- respondo, le cuento lo sucedido a la maestra y su cara cambia a una expresión de molestia.

- Si-responde secamente la maestra, -parece que tenemos un topo en la academia y tenía un objetivo fijo- ella me mira "quería matar a las dos únicas hechiceras del país"

Se me hace un nudo en la garganta ¿Por qué?

- Aún no lo sé, por ahora acompáñame también a la enfermería, el topo puede estar cerca y podría intentarlo nuevamente.

Sigo a la maestra hacia la enfermería, cuando salimos del campo de entrenamiento hay una multitud de estudiantes y profesores rodeándola, algunos murmuran.

- Malditas hechiceras.

- Siempre son las culpables de todos los males.

- Porque las dejan entrar en la academia".

- Debieron ser ellas- no había distinción de quien hacia los comentarios.

- No prestes atención a los comentarios- dice la profesora. -muchos son ignorantes que aún no superan los viejos tiempos.

- ¡Maki! Escucho la voz de mi amiga muy preocupada a lo lejos.

- ¡Juliana!

- Gracias a los dioses te encuentras bien- dice ella preocupada -hace poco escuché que atacaron el campo que utilizas con Isabel, además que ella fue llevada a la enfermería y pensé que también te habían herido.

- Tranquila yo me encuentro bien, pero hablaremos más tarde cuando salga de la enfermería- me despido brevemente de mi amiga y sigo con la profesora, el tumulto sigue observando y algunos docentes entran al campo de entrenamiento para tomar nota de lo sucedido.

Cuando llegamos a la enfermería veo a Isabel gritando de dolor sentada sobre una camilla, la enfermera estaba utilizando magia de regeneración sobre la herida, mientras aplicaba una pocion contra la corrosión y el envenenamiento causada por el ácido de la quimera.

- ¡Resista maestra! La animaba su hada, mientras observaba a su maestra resistir el dolor.

- Es más fácil decirlo que hacerlo- su rostro mostraba muecas de dolor y sus piernas estaban inquietas.

- Tú, hada reten a tu ama rápido- dice la enfermera.

El hada observa a su maestra, la cual asiente.

El hada obedece a la enfermera y retiene las piernas de su ama.

La herida comienza a sanar rápidamente y al mismo tiempo se deshace, es un procedimiento tortuoso, para poder hacer dicho procedimiento se requiere gran habilidad con magia de luz.

- Sanara, pero dejara una cicatriz- exclama la enfermera.

- Es mejor que perder la mano- interviene la maestra serafina.

La maestra corrobora la información que le di preguntándole a Isabel lo mismo, decide quedarse con nosotras hasta que acabé el día escolar. Ambas notamos la mirada de ira que tiene la maestra, sus ojos parecen tirar chispas.

- Nadie les hace daño a mis estudiantes- dice ella llena de ira, la enfermera la calma un poco, ella sabe lo poderosa que es la maestra.

La enfermera le pregunta a Isabel como se encuentra, y ella le responde que mucho mejor pero que aún no puede sentir su mano.

La enfermera le comenta que la medicina que le aplico es anestésica, que sin esa medicina no hubiera podido aplicarle la magia de regeneración debido al dolor que causa. Isabel se despide de su hada la cual estaba muy preocupada por ella y deshace el pacto, al desaparecer el hada deja una pequeña flor para su ama.

Luego de que la enfermera nos revisara a las dos le coloca una venda a Isabel, para mi suerte no sufrí daños, pero mi compañera sí.

Al terminar la escuela Juliana nos esperaba fuera de la enfermería, para luego correr y abrazarnos.

- Estaba muy preocupada por ustedes dos flacuchas- grita mientras se le salen unas lágrimas.

- Nohsss estas aprendando muy fuerte- intento zafarme, pero es imposible, somos muy débiles para ella.

- ¡Ya suéltame! Exclama Isabel intentando zafarse también.

Ella nos suelta y caemos de trasero al suelo.

- Rayos me ensuciaste el uniforme- exclama molesta Isabel mientras se limpia la falda.

Se que ella está molesta por lo que pasamos hoy, en especial porque la hirieron.

Juliana se disculpa por primera vez con Isabel lo que la deja atónita, y acepta su disculpa, los rumis son seres muy emocionales y Juliana es demasiado exagerada, le explicamos que luego le contaríamos por ahora estábamos cansadas, las tres nos despedimos y utilizo mi hechizo de teletransportación para ir a recoger a mis dos hermanas, quienes se sorprenden al verme, me notan cansada y un poco malgastada.

- ¡Que te paso hermana!

- ¡Maki siento que estas cansada!

- Cuando estemos en casa les contare todo- es lo único que puedo decirles.

Fue un día muy extraño, a ¿Qué chica de mi edad la atacan unos monstruos? Dudo que a papá o a mamá les hubiera ocurrido lo mismo a mi edad, ¿o eso pienso? al menos salí con vida, mis hermanas están tensas, las abrazo a las dos y vuelvo a utilizar la teletransportación, es un hechizo muy útil, pero a la vez muy limitado, solo puedo utilizarlo en las zonas que he conocido y en las cuales pueda realizar un círculo de hechizos, en la academia es imposible por la gran cantidad de defensas contra magia y hechizos que posee. Por ello antes de que papá desapareciera el pidió un permiso especial para colocar un círculo fuera de la escuela, con el fin de que él o alguna de sus hijas que fuera hechicera pudiera utilizarlo, le costó una fortuna poder hacerlo, pero lo hizo.

Al llegar a casa y pasar por la puerta veo a papá y a otro hombre conocido charlando sobre recetas de cocina.

Papá se levanta de golpe asustado al ver mi estado.

- ¡Maki! Dice papá asustado ¡que te sucedió! - papá suelta lo que tenia en las manos para correr a mirar si no tengo heridas.

Es un lindo gesto de su parte, pero estoy bien.

- No es nada papá, solo me caí en la academia- le miento, no quiero que se preocupe, coloco mis útiles escolares en una silla, pero Anna y Antonia los arrojan al piso como si se tratasen de basura, si estuviese mamá les hubiera dado una paliza, y yo estoy muy cansada para lidiar con ellas.

- Niñas recojan sus cosas- dice papá calmado.

Las dos mocosas obedecen.

Para mi sorpresa, <no tan sorpresa> el señor Enrs se encontraba en casa ayudando a papá en la cocina. Pienso que no tiene nada que hacer y por eso mantiene en nuestra casa, aunque el señor K´vool hace exactamente lo mismo cuando está libre.

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