4 2. La Sangre de el otro.

*Lugar desconocido.*

Las luces apuntaban en mí cara, prácticamente no podía moverme, se escuchaban los pasos de una persona. Parecía como sí estuviera recostado en algo suave. Sentía como si algo estuviera encima de mí y era un poco pesado. se podía escuchar movimiento de tacones. Empezaron a hablar.

—El paciente tiene ya más de una semana en cama y no quiere cooperar con nosotros, además hay gente allá afuera que necesita ayuda —. Era una voz femenina.

—Concuerdo contigo. No nos queda tiempo, tenemos que huir —. Las chicas empezaron a llorar, luego entre sollozos ella dijo— : Los Revolucionarios vienen.

Esas chicas intentaron huir poco tiempo después.

Ambas murieron. Los Revolucionarios atacaron esa noche.

*Minutos después de que el equipo saliera.*

Esta todo oscuro, apenas podía moverme, me dolía el abdomen. Miré a mis alrededores, noté que tenía una intravenosa en mi brazo izquierdo y me sentía tan mal que podía vomitar en mí misma, estaba pálida, mareada y quería regurgitar hasta el alma. Lo sabía, no tardé mucho tiempo en darme cuenta, era anemia. Me había enfermado anteriormente con anemia, cuando era pequeña por accidente me corté con las herramientas de carpintería, tuve una hemorragia en segundo y terminé en el hospital; con tan sólo cuatro años. Casí no recuerdo nada, pero lo gracioso es que recuerdo la sensación, el dolor, el mareo y el olor a sangre, era lo mismo, nada había cambiado, todo seguía exactamente igual.

Al pasar el tiempo me preocupé. Noté que estaba sola. Miré a la mesita de noche, a su lado había un vaso de leche, un sándwich y un papel con mi nombre, donde decía:

"Te tuvimos que dejar sola. Tus heridas se abrieron. Fuimos a buscar medicinas y bolsas con tu tipo de sangre. Volveremos en unas horas, cuidate".

Firma: Kevin.

El amanecer llegó, pero ellos no.

*Los Angeles Community Hospital.*

Se podían escuchar pasos, gritos, cadenas. Por algún motivo no podía ni hablar, ni ver. Sentía que algo me impulsaba hacia adelante, no podía desobedecer, sí intentaba quedarme quieto, las cadenas me empujaban, sí peleaba he imponía mi voluntad y me quedaba firmé, sentía como lentamente me apuñalaban en la espalda baja, no me hacían daño, pero lo harían sí fuera necesario.

Caminando un buen rato, me quitaron la venda, mí visión fue mejorando pero se seguía viendo borroso, al menos pude ver a Mary que se encontraba adelante. Unas cadenas nos unían y también nos obligaban a seguir. Ellos nos sentaron en fila a cada uno, nos quitaron las sogas de la boca.

Nos miramos mutuamente con los ojos rojizos. Era muy destacable que nuestros cuerpos habían sido golpeados, mis manos estaban moradas y ensangrentadas, también tenía sangre en mi ojo.

Nadie quería hablar, todos nos quedamos en un mutuo silencio. Cada decisión que nosotros tomáramos podría concluir en nuestra muerte. Era un silencio tan incómodo que quería gritar y ahorrarme esta sensación de morirme poco a poco, ya había pasado por esto antes, quería ahorrarme toda esta parte, quería saltarme directamente a la parte de la venganza.

Esté hombre iba a morir ante mis propias manos.

Lo sabía.

Los tipos que nos golpearon se pararon enfrente de nosotros y dieron vueltas alrededor, apuntando con sus armas y tenían esa misma sonrisa sádica de cuando nos golpearon, ellos se arrodillaron. Un hombre alto apareció, el mismo que me rompió la frente con la espada, con esa misma espada caminaba, nos apuntó, la hoja de la espada brilló, le habían sacado filo. Él empezo a reírse, su risa era irritante, pero también escalofriante, era un risa turbia, simplemente transmitía miedo. Él movía la espada, hacia movimientos circulares, finalmente se detuvó. El filo de hoja brilló nuevamente, está vez más incandescente que nunca y la apuntó hacia mi.

—¡¿Me están jodiendo?! —. Nos miró a todos y da unos pasos para adelante, coloca la punta de la espada directamente en mi cuello, obligandome a subir la cabeza. Sujetó firmemente la espada, luego me dedicó una sonrisa peor que la anterior. Después separó la espalda de mí y apuntó a Rick— : ¿Tú tienes que ser el líder, no?

—N-no, yo so-sólo soy un

mi-miembro del grupo —. Rick apenas logró hablar, tenía tanto miedo que sólo pudo mirar a el piso.

—Ahora, ¡Quiero que me digan quien es el puto líder o le corto el brazo a las chica y se los daré a los lobos! —. Habían unos lobos, no Husky, unos lobos al fondo amarrados, estába hablando en serio. Él estába caminando en círculos alrededor de nosotros, apuntándonos con la katana a escasos centímetros de nosotros.

—¡Soy yo! ¿Qué quieres? —. Tuve el valor de hablar con autoridad enfrente del enemigo para demostrarle al equipo que teníamos que ser imponentes y firmes, no nos podíamos dejar intimidar.

—Vuelo y repito, mierda ¡Me están jodiendo! ¡He aquí al grande héroe con una cuerda de inútiles! —. Alzó la espada y empieza a apretarla lentamente, luego la gira y apunta a mi cuello, presionando con más fuerte que antes, una ligera estocada más y me rebanaría la yugular— : ¿Dime por qué un chiquillo de mierda? —. Ni siquiera pudo terminar la frase.

» ¡¿Perdiste la cabeza y ahora robas todas nuestras Malditas provisiones?!

—Tengo a un miembro de mi equipo con anemia, necesita una transfusión urgente y necesito ir ayudarla -. Esperaba una mínimo de compasión ya que él no ganaba mucho si nos mataba.

—¿Qué tipo de sangre es ella? —. Empieza a soltar la espada y la aleja de mi.

—Es O+ —. Quería apartar la vista para no mirar su reacción, pero era tarde. Él lleno de furia empuña la espada y la lleva para atrás, la mantiene firme, estaba listo para atacar, la espada estaba recientemente afilada, sería un corte limpio.

No atacó, se quedó congelado en esa posición. Después habló.

—¿Dónde conseguiste esa sangre? —. Tiene un tic nervioso en la cara, aún así mantenía la mirada fija y preguntó de nuevo, está vez más calmado —. ¿Dónde conseguiste esa sangre?

—Aquí, un paciente los tenía. Ya estaba muerta —. Él lloró, luego perdió la cabeza.

—Eres un... ¡Eres un! ¡Mentiroso de mierda! —. El hombre estaba loco, pero sabía que pasaría, me lo esperaba, simplemente cerré los ojos y recé para no quedar ciego.

El movimiento que realizó con la espada fue limpió, recto, pero sobretodo rápido así que tuve tiempo para cerrar los ojos en pleno ataque. Me negué a abrir los ojos, no quería saber si había quedado ciego, prefería morir en la incertidumbre.

—Abre los ojos mariquita... —. La voz era débil, casi un susurro. No me habló a mi.

Sí hubiera sabido lo que estaba a punto de presenciar, habría preferido nunca volver a abrir los ojos.

Dolorosamente mis párpados sangrantes habían logrado abrir mis ojos, ellos se adaptaron nuevamente y lo ví, Rick tenía la espada atorada en el hombro y estaba en el piso, la sangre estaba en mi cuello, ella bajaba hasta mi camisa y no hablar de el rastro de sangre que conducía la espada bañada en ella en si.

—¡Oh amigo, eso me dio una idea! —. El lunático empezó a sonreír, había visto esa risa tantas veces y cada vez me parecía peor que la anterior.

Da unos pasos hacia adelante, él empuña la espada, la apunta hacia mi. El movimiento fue brusco y repentino sólo pude oír el movimiento de la hoja pasar por mi mejilla, la sangre fluía y me empezaba a desmayarme. El dolor fue tanto que llegué al punto de no sentir nada.

No terminó ahí, el corte empezó de arriba hacia abajo y paso por toda mi mejilla izquierda, la espada terminó arriba justo en las 2 en punto, luego bajó, siguiendo el curso de la agujas de reloj, empezó por las 3, paso por las 4, luego a las 5, para finalmente parar a las 6, para luego de manera repentina encarnado y drenando toda la rabia acumulada de la humanidad en su espada, fue a las 12 y cortó mi labio.

Recibí cuatro cortes en total, era más sangre que persona.

—¡Les haré cicatrices a todos, es una excelente idea! ¿No creen? —. Volvió a reír, esa puta risa psicópata la odiaba con toda mi alma— : Así jamás olvidarán está lección.

Caminó unos pasos y miró a Brethanie, la agarró por la barbilla. Ella peleó contra él y le escupió en la cara. Él decidió liberarla, el psicópata llamó a uno de sus hombres para agarrar a Brethanie, comenzó a hundirle la espada en el labio, la espada pasó por la mejilla hasta tal punto que cortó parte de su oreja; No sabía que era peor, ver las herida o oír los gritos de piedad de Brethanie.

El siguiente fue Kyle, lamento decir que no tuvo piedad. Le pasó la espada por todo el hombro y pecho, él gritaba que parara, él lo que hacía era hundir más la espada. Los cortes que me había hecho a mí no eran profundos, eran escasamente menos de 1 centímetro, pero los cortes de Kyle sí eran profundos. Él empezó a llorar, solamente gritaba "para, para por favor" y finalmente llego a su otro hombro, lo dejó caer. Se podía ver su camisa completamente rota y una mancha de sangre horrible.

Le llegó el turno a Mary, él hizo que ella se levantara y tomó su mano, la mutiló sin piedad, ella gritaba que se detuviera, sus gritos lo único que hicieron fue alentarlo más, lo que hizo fue cortarle los dedos, darle de articulación en articulación hasta llegar a la muñeca donde dió como 15 golpes para poder triturar los huesos, para acabar con el golpe final. Su mano cayó en sus pies y la sangre se esparció, era un charco enorme con su mano en el piso.

—¡Guardias! liberen a el "pequeño héroe" —. Él se dio la vuelta y esperó a que me desataran, empezó a reírse de mi.

—¿Quién te dijo que resultarías siendo "un buen líder" despues de todo lo que pasó? —. Él no paraba de reír- : Seguro fue tu mamá y seguro ella está muerta, pero no estoy aquí sólo para reírme, ¡Busca las bolsas de sangre de tu amiga!

—No —. Me puse de rodillas y lo dije firmemente. No iba a dejar que me la robaran, no la iba a dejar morir —. ¡Primero muerto antes que dártela!

La rabia fue tanta que me volvió a dar otro golpe con la espada, pero no con el filo. Caí de nuevo al suelo,

—Dame. La. Maldita. Sangre.

Sus hombres me lanzaron la maleta con las bolsas de sangre, sumergí mis manos en esa maleta y las encontré un poco rápido. Abracé las bolsas como si mi vida dependiera de ello.

—Colócalas en el piso ¡ahora! —. Estábamos a escasos centímetros, no había necesidad de gritar.

—Mátame —. Lo amenacé, para tomar estás bolsas tendría que pasar sobre mi tumba.

—Colócalas en el piso ¡ahora! —me gritó, está vez no estába bromeando.

—¡Mátame! —repetí, pensé que se molestaría, al contrario, él sonrió.

—Tú te lo buscaste —. Fue lo último que dijo.

Movió la espada para atrás y el movimiento fue tan rápido que no pude sentir nada, empecé a tener tanta sangre en mi que no podía ver nada, pase mi mano sobre mi estómago, jure que me había atravesado, no lo hizo. Miré nuevamente, ví una de las bolsas vacía, la otra estaba intacta, sólo quedaba una, una puta bolsa.

—¿Te gustaría jugar? ¡Esté es el juego! Dejaré ir a el que tenga conocimientos médicos (me señala a mi) para que ayude a la chica y yo me quedaré con el resto del equipo y les daré atención medica, pero sí la chica muere yo los mataré a todos, ¿Juegas?

No podía reaccionar, me dolía tanto la cara que me costaba hasta asentir, al no poder hacer nada, está era mi única opción.

Antes de tener una decisión pude ver a todos, no planeaba dejarlos morir, pero ¿Había otra solución? No podía pensar, sin mas remedio intenté hablar.

—Yo... —. Pude sentir un movimientos leve en mi pierna, con temor dí la vuelta, ví a Rick con su hombro herido tratando de hablar.

—Es-escucha, tie-tienes que ir. To-todos confiamos en t-ti, ve y regresa con ella y sal-salvanos. Tu pue-puedes —. Rick estaba luchando contra cada fibra de su ser para no quedar en shock, la mayoría estába igual, les faltaba poco para desmayarse o ya lo habían hecho— : Creo en ti.

Usó su último respiro para decirme eso y luego se desmayó. Me dejaron ir, utilicé toda mi fuerza para levantarme, limpie la sangre de mi cara con mi brazos, manchando la chaqueta

Esa chaqueta al igual que yo, había vivido días mejores.

Intenté correr, no pude, caí de rodillas. Sentía como las cortada me palpitaban y me ardían, me intenté levantar, me dolía todo el cuerpo, tenía moretones en todas partes, puse mis brazos en posición he intente levantarme, casi lo logré, todo iba bien hasta que apoyé las rodillas, ellas no aguantaron, caí justo sobre mi boca partida, grité, no puedo describir lo que sentí al caer en cemento duro, con la boca rota, inflamada y latiente.

Aúnque me duela decirlo está batalla ya estába perdida, la guerra no...

...

Me desperté, pensé que con el tiempo el dolor se iba a ir desapareciendo, pero el ardor repentino fue lo que me despertó. Me concentré, utilicé toda mi fuerza, ignore los golpes, moretones, calambres, irritación, ardor, posibles infecciones y golpeé tantas veces mi rodilla como pude, con el primer golpe casi me desmayó, con el segundo sólo perdí el equilibrio, la golpeé tanto que perdí la sensibilidad. Camine lentamente. Busqué fuerza en mí.

Pensé en Daniel.

Lloré por Elizabeth.

"Corre".

Y gracias a sus dulces palabras.

Logré hacerlo.

Empecé a correr sin mirar atrás o más bien, no tenía el coraje de mirar atrás sabiendo que estaba abandonada a los demás, que ellos estaban atrás desangrándose y lo único que podían hacer era confiar en mi (también me dolía tanto la cara que me costaba hasta girar). Seguí el camino a la base, que se encontraba más o menos como a 10 Kilómetros. Eso era una motivación para no detenerse, porque sabía que sí me detenía Elizabeth iba morir; Aúnque siendo más realista ella podía estar ya muerta, eso era lo más posible, debido a que tenía horas sola con una herida abdominal y había perdido mucha sangre, y yo aquí con los ojos ensangrentado, corriendo como un idiota con un bolsa de sangre O+, sabía que con las dos bolsas de sangre sería la justo, pero dudo mucho que con una sola baste.

Podría perder mis ojos y quedar ciego, puede ser que la cicatriz se infecte y luego se expanda a mi ojo y eso seria un pesadilla, perder un 50% de mi campo visual y puede que pierda hasta un 100%. Seguí corriendo hasta que pude ver una casa con una Explorer. Cuando me detuvé mis rodillas cedieron, terminé cayendo, sentí que la mitad de mi cara estaba llena de sangre otra vez y el piso se estaba manchando con ella, me había distraído y estaba pagando el precio.

Ví a un chico con una pistola, sostenía el arma con firmeza. Cuando vió mi cara toda lastimada él no dudo en correr hacia mi y ayudarme. Cuando él me sostuvo no resistí más.

Me desmayé.

...

No podía ver nada, todo era oscuro. No podía mover mis manos, estaban amarradas, sabía que forcejear era inútil debido a que se notaba que era un nudo de explorador y eso nudos son imposibles. Pasos se escuchaban a la distancia, logré oír brevemente el sonido de una puerta abrirse y sentí que un peso se estába hundiendo en la superficie en la que yo me encontraba.

Alguien tocó mis orejas y empezó a desabrochar la cosa que me tapaba los ojos. Cuando mi visión se adaptó pude ver que era el mismo chico que me ayudó hace poco. No dijo ni una palabra, solamente miraba mi cara. Pude notar que mis cicatrices ya no sangraban y también estaban suturadas.

Al pasar un rato él seguía sin hablar, decidí tratar de iniciar una conversación.

—Oye. De verdad gracias por la ayuda, pero me tengo que ir —. Quería ser amable con él, debido a que me salvó sin ningúna razón.

—¿Por qué tienes tantas ganas de irte? Además con esos hematomas —. No era alguien ingenuo, obviamente sospechaba.

—Tengo medicamentos Z que expiran en unas horas en mi casa y no quiero perderlos —. Ni loco decía la

verdad— : Casí me matan cuando se enteraron, mira como quedé.

—¿Y por qué la sangre tipo O+? Es una sangre muy cara y difícil de encontrar —dijo.

Ahora todo el mundo es médico y se saben los tipos de sangre.

—Dime la verdad o te mato ahora mismo —. Sacó una navaja, apuñaló un y otra vez la cama.

Le falta un tornillo a este chico, mejor le digo la verdad, sí hace falta lo mato después.

—¡Joder! Empecemos desde el inicio, no creo que tenga otra opción. Fuimos mí equipo y yo a una misión por medicamentos Z y una de las chicas del equipo se hirió, ella fue atendida por mi, pero sus heridas se abrieron y es hemofilica. fuimos al hospital de unos kilómetros para atrás, pero una banda de psicópatas con su líder espadachín nos hizo cicatrices a todos, ese lunático nos reto a que sí yo salvo a la chica él me devolvía a mí equipo sano y salvo —. En mi cabeza la historia no sonaba tan ridícula.

—Eres un estúpido, ¿Lo sabes, no? —. Me miró con una sonrisa amistosa.

—Si, lo sé ¿Me ayudarás? —. No tenía ni idea de que podría decir.

—Si, pareces un buen chico —. Él me liberó las manos.

—Pero nos tenemos que ir, ¡ya!

—Está bien, en la camioneta llegaremos mas rápido.

Él me liberó por completo. Me ayudó a sentarme y después a levantarme. Al final salí de esa habitación, pude ver que era bastante simple, no estába nada decorada, la pintura se veía desgastada. Salimos por la puerta principal, pase por el jardín, me subí a la Explorer.

Me dí cuenta que tenía ropa nueva, salvó por la chaqueta azul, la había lavado y le quitó las manchas de sangre. Él dijo que cuando llegué estaba hecho un desastre, logró salvar la chaqueta por qué la sangre no se había secado, uso su lavadora, lo único que sobrevivió fue mi chaqueta, hasta había agarrado unos tonos más oscuros, se parecía más a la original, casi se veía nueva. Los jeans se dañaron, fueron lo que más se manchó y mi franela blanca terminó rosa.

La gente me pregunta mucho: "¿Por qué no te compras otra y dejas morir esa?" Y siempre respondo lo mismo: "No puedo está chaqueta es inmortal"

Al parecer la mentira se hizo realidad.

El resto del viaje fue en silencio y en realidad no había tema de que hablar. Era nada más un favor y luego volveríamos a ser unos completos desconocidos. Porque en esté mundo ya no se hacen amigos.

*Base 162 Z*

Cuando ese chico estacionó la camioneta, me bajé y lo primero que pensé fue: "¡Oh cielos, lo he logrado!", De verdad no lo podía creer, pero luego me acordé que había abandonado a 4 hombres atrás.

Automáticamente me deprimí, lo más triste es que ellos dependen de mi.

Me paré en plena puerta, la empuje y entré. Salí corriendo a la habitación donde dejé a Elizabeth. Puse las manos en mis bolsillos y de repente empecé a golpear mis pantalones varias veces, luego me acordé que había dejado las llaves en los otros pantalones, en la casa de ese extraño, a casi 7 kilómetros de distancia, me quería morir (literalmente).

Terminé maldiciendo una y otra vez, ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡La puerta sólo se podía abrir desde dentro o con llaves!

¡Era el fin! ¿De qué mierda estoy hablando? ¡El fin fue el día que puse un pie en está base!

La puerta empezó a abrirse.

La puerta se abrió por completo y pude ver una cara muy familiar.

—¿Tu nunca te callas... Chico lindo?

Y más pálida que nunca, ahí estaba Elizabeth.

...

Ella cayó dormida después de ponerle la intravenosa. Ella tenía la piel del abdomen toda lastimada y casi morada; como sí la hubieran golpeado. La verdad no me preocupe demasiado, ella estará bien.

Indiscutiblemente ella era una luchadora.

Me senté en el pequeño sofá que se encontraba a la izquierda de la habitación. Me puse a pensar mientras la veía y unas dudas surgieron: ¿Cómo me la voy a llevar en ese estado? ¿Tendría fuerza para caminar? ¿Yo tendría fuerzas para caminar? ¿A dónde la llevaría? No me dieron ningunas indicaciones, capaz ellos me siguieron en secreto. No me gustaba la idea de darles la ubicación de la base, pero tampoco me gustaría tener que llevar a Elizabeth con esos psicópatas.

—¡Oye! ¿Tú siempre estas pensando? —. Era el chico desconocido —. En esté mundo la palabra o el pensamiento no cuenta, la acción es la que cuenta. Cualquier duda que tengas, cuéntame, capaz puedo ayudarte.

No tenía absolutamente nada que perder.

—¡¿Y qué si no lo quiero hacer?! ¡No puedo ir y entregarla, pero tampoco puedo dejar que mi equipo muera! — estába tan corrompido de emociones que casí entro en ganas de llorar.

—Oye, necesito que te calmes, ¿Sí mal no recuerdo, ellos están con asistencia médica y nunca me dijiste algo de un tiempo definido para que ella se cure, verdad?

—Si, asumo que tenemos tiempo para pensar —. Al final él no era tan estúpido como yo pensé.

Pasaron horas y horas, ella no despertó, además la sangre casí estaba por la mitad y era imposible que en mí estado de salud actual fuera a por más sangre, además el tipo raro de sangre que tiene Elizabeth, sería un jodido milagro encontrar más sangre O+.

Al final el sueño me ganó, quedé dormido en pleno sofá. No podía oir mucho, solamente unos pasos y parecía como sí estuviera lloviendo, debido a que la lluvia humedecida sutilmente mi cara, recorría mi desnudo pecho y terminaba justo en mi corazón. Oía pasos, cada vez eran más frecuentes, hasta tal punto donde ellos se detienen, esa persona sobó mi cara con una de sus mano con una delicada perspicacia, casí como un beso, su suave tacto se detuvó en mi barbilla. no podía verla. Ella dice: "Ellos están muertos y tu pronto lo estarás", esa persona sin ningún rodeo coloca en mi cabeza un arma y habla por última vez: "Puedes alejarte de mí, puedes gritar por mí, pero no puedes huir de mi".

El disparo fue justo después de concluir la frase.

Levanté mis manos y las llevé a mi cara. Pude sentir toda esa carne destruida, sentía mi cráneo roto y puntiagudo. Llegué a tocar lo último que sobró de mis ojos y eran como pequeños globos reventados. AL final mis manos dejaron de sentir, perdí mis fuerzas y caí al piso, había muerto.

Pude sentir un movimiento brusco, también era repetitivo y casí ni se podría oír otra cosa debido a esos constantes gritos de "Kevin". finalmente puedo sentir un ardor en mi mejilla, seguido por la irritación de la cicatrices. Desperté, me faltaba la respiración, estaba hiperventilado y ni siquiera podía enfocar bien.

—Creí que no despertarías, chico lindo —. Ella se veía muy bien para lo que llevaba de tratamientos.

—Oye, deberías estar acostada, estas recién operada —. ¿Ella no veía los riegos de estar de pie después de todo lo que hemos pasado?

—Kevin, han pasado casi tres días desde que me operaste —. Ella miró a la derecha con una cara de inseguridad, puso su mano en su hombro.

—Vaya, vaya ¡Mira quién ya despertó! —. El desconocido un seguía aquí.

—Hace segundos que despertó, Michael —dijo Elizabeth.

—¿Quién es Michael?

—¿No le dijiste a Kevin tú nombre? -. Esa fue Elizabeth mirando a "Michael"

—No, lo siento, pero ahora me presentaré, mi nombre es Michael Hester —dijo eso sin tener idea de todas las dudas existenciales que surgieron en mí —. Los ayudaré a matar a esos idiotas.

-¿Hester?

...

¿Él estaría emparentado con mi familia? ¿Él de verdad tiene una relación sanguínea conmigo? ¿Él sabe que mi apellido es Hester? Si es así, ¿Por qué no nos conocíamos?

—Así que tu apellido es Hester, me suena muuuy familiar —. Esa fue Elizabeth tratando de conseguir la información sigilosamente (mentira).

—Tal vez conozcas a Derek Hester, es mi héroe, cuando yo me enlisté ya el mundo era una mierda debido a el apocalipsis. Y el mundo necesitó a jóvenes dispuestos a pelear y en tan sólo un mes un joven llamado Derek Hester junto a su novia llamada Daniel... —. Él no se callaba, seguía contando historias mías, algunas falsas y otras verdaderas. pronunciaba ese nombre una y otra vez. Maldición, ¿Por qué cada vez que trato de olvidar el mundo me lo echa en cara? Sólo necesito que el mundo se calle para que yo al fin sea libre —. Y esa es la historieta de cómo Derek y Daniel salvaron a toda la población mundial, ellos también consiguieron un aumento del 40% de medicinas, ellos cazaron una horda con sólo troncos y hachas, ellos también mataron un 21% de los zombies de América. Él es genial y ella fue genial.

—¿Porque ella fue genial? ¿Algo pasó?-. Elizabeth no sabia nada y a estás alturas lo prefiero a así.

—¿No lo sabés? Esa noticia fue trending topic, Derek la dejo mo... —. Micheal no pudo terminar la frase.

—¡¿Te puedes callar "Hester"?! ¡Esa mierda no te incumbe y Hester no es "genial", Derek Hester es una gran mierda! —. Me enojé por completo al saber que aun hay gente que cree toda esa basura que escriben los paparazzi de la prensa amarillista.

Él se acercó hacia mí y me miró fijamente, como sí tratara de decirme algo exclusivamente con la mirada.

Me golpeó tan duro que sentí un dolor tan horrible debido a la sensibilidad por la cortada de la katana, casí como si un montón de hormigas y abejas atacaran a un hombre de la unidad de quemados.

—Niño, te vas a arrepentir de lo que has hecho -dijo Elizabeth con una sonrisa

—¡No te metas, perra! —gritó eufórico Michael.

—Amigo, él es...

—Elizabeth —. Maldita sea, mis reacciones prácticamente revelaron mi identidad, de la formas más estúpida posible. Le hice señas para que ella no diera más información, ella lo captó.

—¿Kevin, qué haremos con los demás? —preguntó Michael.

—Tú nada, nosotros nos reuniremos e intentaremos un trueque —dije.

—Pero puedo ayudar —reclamó Michael.

—Está no es tú pelea —respondió Elizabeth por mi —. Además me acabas de llamar perra y lo acabas de golpear, ¿Crees sinceramente que te sigo queriendo aquí?

—Sí no fuera por mí, no estarías aquí para decir eso —dijo Michael.

—¡Muchas gracias entonces! —grité, ellos no entendieron mí "agradecimiento" —. Es simplemente irrecompensable lo que hiciste por Elizabeth y por mí (me había puesto como cien puntos de más, pero el trabajo sí estába bien hecho), nadie jamás te quitará el mérito por tus acciones, pero ella tiene razón. No es, no fue y jamás será tu pelea.

Muros enemigos.

Sentí un golpe en mi cara. No podía defenderme, tenía mis manos atadas. Miré mí entorno y estaba en una camilla de hospital, tenía mis pies amarrados también, tenía una lámpara en mi cara, miré a mí alrededor, ví a Kyle con una cicatriz colosal en su pecho y a mi otro lado estaba Mary con su "mano". Unos pasos se aproximaban, cada paso que esa persona daba, hacía que su macabra sonrisa se escuchara más y más fuerte, hasta el punto de ser insoportable.

—Vaya vaya, ¿Mira quién despertó? "El semi-líder" —. Ese psicópata empezó a reír (de nuevo)— : Escucha, estarán aquí todo el tiempo que necesiten hasta que su líder venga con su compañera viva, pero no los encerraremos. Cuando esten de alta serán libres de caminar por Wellingtown, como sí está fuera su casa o su tumba.

—¿Quieres qué te crea? ¡¿Cómo se qué no intentarán matarnos después que nos dejen de alta?! —. Mi cabeza me decía que este hijo de puta nos mataría en cualquier instante.

—¿No confías en mi? Te entiendo el tipo que te hizo daño, que mierda digo, el que te desfiguró la piel ¿Por qué haría esto? Pero eso aquí es normal amigo mio, pronto lo sabrás. Tu y yo somos hombres nos gusta cazar por ahí, pero uno nunca mata a la caza después de la primera cita, uno es caballero, uno espera, esperamos a la quinta cita, ahí es cuando las "matamos" —. Apagó su sonría burlona, tomó aire, cambió radicalmente de actitud y me miró fríamente, serio, era la primera vez que lo veía así— : Así funciona para la mayoría, pero no para ustedes, no se quedarán, no estoy interesado en ningúno de ustedes, Rick. Quiero a Hester, ¡Él mayor cazador de podridos¡ ¡Él que sobrevivió al ragnarök de Oregon! ¡Él que mató al 21% de podridos de éste país! ¡Quiero a Derek Hester, tú líder!

—¿Hester?  —. No podía entender porque alguien tan importante como Hester estaría con personas tan insignificante como nosotros, lo peor de lo mejor— : Esto no tiene sentido, mi líder no es Hester.

—Te equivocas Rick, tu preciado líder es Derek Hester.

—¡Rick! ¡Rick! ¿Puedes oírme?

Abrí los ojos, mi vista se adaptó, pude ver que Mary me estaba llamando, rápidamente contesté.

—¿Qué quieres, Mary? —. No me interesaba en lo absoluto mantener una conversación en una camilla.

—En la mesa dónde está mi mano izquierda, hay una hojilla, te empujaré la mesa, para que te puedas liberar —. Ella empujó la mesa con lo único que le quedaba de dedos.

Tomé la hojilla, fui capaz de liberar una mano y luego corté las otras tres correas. Pude salir de la camilla. Estaba cojeando.

No me dolía el hombro (debía estar sedado). Me costó caminar hacia Mary, me puse en su lado derecho, le liberé la única mano que tenía amarrada, ella se sentó en la cama y me dijo que me siente también.

Ella miró su mano que se veía quemada y tenía cientos de puntos, muy mal reparada estába. El doctor sólamente logró salvar hasta la falange proximal y tuvieron que reconstruir toda la muñeca desde cero.

—Simplemente no se que hacer, mi mano está toda amarilla y hecha una mierda ¿Tu crees qué... dejaré de ser útil? —. Ella ni siquiera me miraba, ella sólamente se enfoca en su destruida mano.

—La verdad Mary, nunca fuimos útiles —. Ella sonrió, seguramente se acordó de las miles y miles de misiones fallidas o incompletas que teníamos.

—Rick, estoy hablando en serio —. Ella dejó de reír y me miró seriamente de nuevo.

Tomé aire y empecé de nuevo.

—¿Te preocupas por ti? ¡Yo estoy asustado del sólo pensar que ya no podré mover el hombro! Se supone que tengo que ser uno de los fuertes y ahora ni puedo poner el brazo recto, ¿Tú crees qué Kevin aún me vea útil? Se supone que tengo que ser el segundo al mando y ahora sólo me siento inútil.

—Siempre serás útil para mí Rick. Tu eres...

Brethanie nos interrumpió, se sentó en medio de nosotros, nos puso las manos en las espaldas.

—La verdad, Kevin no nos ve útiles o inútiles, él nos ve como alguien en quien confiar, un equipo. Él estuvo mucho tiempo solo y triste, sin ningúna motivación para vivir, pero él ahora tiene a personas que le importa, que lo necesitan y que lo quieren. Yo no creo que él nos abandone, ni ahora, ni nunca —. Ella sujetó mi hombro bueno y me dijo— : ¡Vámonos de aquí, chicos rudos!

—¿A dónde se supone qué van? ¿Recuerdan las reglas? Nadie se irá hasta que estén de alta  —dijo el psicópata, esa lunático giró el mango de la espada y empezó a arrastrarla en el suelo haciendo un sonido horrible, que mientras tanto la espada destruía el piso de madera, dejando marcas de 1 o 2 centímetros en el piso. Él giró la espada mientras pasaba alrededor de la camilla, la levantó, la puso enfrente de mis dos ojos. Contenía las ganas de reír, me tenía acorralado entre su espadas y la pared— : ¿Lo olvidaron?

—No —. Usé un tono agresivo, sabiendo que cualquier intento de pelea sería inútil, sabiendo que sí yo muriera ahora ¿Quién protegería al grupo? La verdad fui estúpido.

—Me alegra de oír eso. Bueno, vamos quiero que vean algo de Wellingtown. Ya están de alta.

No nos pudimos negar, el psicópata nos obligo a pararnos y se puso atrás de nosotros, nos amenazó a caminar. Salimos de esa habitación, pudimos ver que era un hospital completo, habían señoras corriendo de lado a lado llevando a pacientes o medicamentos.

—Es feo, ¿No? Ver a tanta gente así, pero no poder hacer nada  ¿Es horrible, no lo creen? —. El psicópata sólo miró a los paciente y a las enfermeras, noté algo en sus ojos, por primera vez, ví en sus ojos humanidad, ví a una persona y no a un monstruo— : De todos modos este no es nuestro destino, por ahora. Pero al menos estamos cerca del ascensor y nos evitaremos esté puto sufrimiento.

Entramos al ascensor sin decir ni una palabra y lo bajamos en completo silencio; de todos modos no creo que haya algo que queramos comentar.

Pasamos por la recepción, nos dirigimos directamente a la puerta de la salida, pero el psicópata nos tapó la puerta y no dijo:

—Lo que verán ahora, es algo que jamás aspirarían a volver a ver.

Cuando él abrió la puerta. Yo no lo podía creer, él no mintió. Era un pueblo enorme ¡Tenían muros! Tenían Casas, bancos, hoteles, parques, centros comerciales, lagos y... ¡¿Una Escuela?! Pagaría por ver a un niño en un pupitre copiando en un pizarrón, al ver la escuela Brethanie corrió y gritó de la emoción.

Finalmente empecé a entrar en razón y pensé: ¿Y si todo esto era una trampa? no dude más y salí "corriendo" hacia ella para evitar que llegue a esa escuela, cuando finalmente la alcanzo, extiendo mi brazo y la sostengo haciendo que se detenga

—¿¡Estas loca!? Tú no sabes si esto es una...

Fui interrumpido con algo con tanta rapidez que no pude definir que era eso. caí.

Sentí los nervios de la espalda matándome, ardía. Todos los golpes que había recibido en mi vida pasaron factura, uno por uno. Cuando ya la sangre manchada el piso,  sentí que algo me jalaba el pantalón, cuando miré, era un niño de 6 a 7 años

—Señor, disculpe me, mi Shuriken le cortó un poco la espalda, pero lo bueno es que no es muy profundo

—dijo un niño tan pequeño, ¿Por qué alguien le daría un arma a un niño?

—Vaya vaya, parece que alguien ya encontró mi escuela de asesinos seriales, —. Apareció el psicópata con su risa macabra de siempre.

—¡¿Escuela de qué?!

Las personas de mi alrededor notaron que yo no era de aquí, eso era debido a mi reacción, me era imposible pensar ¡Qué alguien era capaz de pensar que darle un arma a un niño era algo normal!

—¡¿Alguien le da la razón a esté jodido imbécil?! —. Señalé a todo el mundo, esperando una respuesta, quería que la gente pensara en lo correcto.

Las personas ni me miraron, algunas mantenían la cabeza baja y evitaban que los vieran llorar, algunas personas se ponían a correr y otras les decían a sus hijos "No lo escuches, esto es lo correcto"

—¡No pueden obligar a los niños! ¡Ellos tienen derecho a una vida normal! y si quieren pueden entrenar y ser caza-comida o mata monstruos. ¡Opino que le den a esos niños la opción de escojer!

Perdí la sensibilidad en mi hombro y mis ojos se fueron al cielo, terminé cayendo al suelo, ya no podía ver, mis sentidos se fueron, pero antes de perder el oido, oí la peor voz del mundo.

—Eres estúpido, Rick. No entrenamos a los niños para comida o matar zombies, ¡Los entrenamos para matar a todos los del gobierno! —. Esa voz era del psicópata— : Bienvenido a la Revolución...

Siguente parte: La Muerte te traicionó con amor.

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