1 Miss Gorgeous

Aubrey se escabulló por debajo de un auto abandonado y esperó a que el grupo de caminantes pasara, rezando porque estos ignoraran su presencia bajo el abandonado vehículo y asomó la cabeza fuera.

La castaña observó sus alrededores, notando como la manada se dirigía al centro de la ciudad y se deslizó fuera de su escondite, sintiendo como su corazón aún latía fuerte en su pecho.

Su motocicleta se encontraba al otro lado de la calle, y esta sabía perfectamente que cualquier sonido podía atraer a los caminantes de vuelta a ella. Así que con cautela, caminó hasta su vehículo, se montó y encendió el motor. Lista para correr lejos de la zona de riesgo.

Sin embargo, dos siluetas llamaron su atención.

Frente a ella se encontraba un pequeño y oscuro callejón escondido tras varios contenedores de basura. Y entre la oscuridad del lugar, esta logró captar dos figuras.

Sus movimientos eran demasiado suaves y delicados como para pertenecer a una de esas criaturas, y demasiado cautelosas como para ser comparados con los de un sobreviviente en busca de ayuda.

Cazadores, pensó.

Inicialmente creyó que eran nada más ni nada menos que sus hermanos cubriendo su espalda, como siempre lo hacían. Pero rápidamente descartó esa idea al notar la altura de los individuos.

Al contrario de sus hermanos, los desconocidos compartían casi la misma altura.

Sam Winchester; irónicamente, el hermano del medio era el más alto y corpulento de los tres.

Dean en cambio, aunque le llevaba varios centímetros a su hermana menor, no estaba ni cerca de asemejarse a la altura de Samuel.

Aubrey ojeó a los individuos una vez más, esta vez notando la tercera figura que se acercaba por sus espaldas. La cual supo reconocer como un caminante.

La chica cuestionó su voluntad de ayudar a los extraños. ¿Era siquiera viable la opción de salvarlos?

Un fuerte suspiro escapó de sus labios, antes de acelerar en dirección al callejón.

Sorprendentemente, los desconocidos no habían sido capaces de captar la presencia del caminante, poniendo sus vidas en riesgo.

Aubrey desfondó su machete, ahora adentrándose en el oscuro callejón y columpió el arma, atravesando el cráneo de la criatura con la filosa hoja de metal.

La motocicleta continuó su camino por el callejón hasta encontrar la salida, y de un tirón Aubrey hizo que esta diera la vuelta, recorriendo la manzana hasta finalmente volver a la entrada. Esta vez, dispuesta a enfrentar a los distraídos individuos.

Los hombres escucharon como la motocicleta clavó los frenos frente a ellos, y sin tiempo de reaccionar, ambos se vieron estupefactos ante la castaña quien ahora les apuntaba con un arma.

"¿Intentan que los maten?" Preguntó con voz suave.

"Hola hermosura" Dijo uno de los hombres, saliendo de entre las sombras para dedicarle una amplia sonrisa a la desconocida "¿Porqué no bajas el arma? Una dama como tú no debería cargar con algo tan peligroso"

La luz del sol hizo que los azules ojos del hombre brillaran, mientras varias gotas de sudor caían por su frente.

Esta vez, fue Aubrey quien sonrió, confundiendo al hombre de corto cabello.

Una nueva figura apareció por el pasillo. Samuel.

El castaño tacleó al desconocido contra el frío y sucio pavimento, causando que este jadeara de dolor.

"Suéltalo o te vuelo la cabeza" Amenazó el otro hombre, utilizando un tono de voz más profundo, casi ronco.

El nuevo individuo movió su ballesta en dirección a la cabeza de la joven, amenazando con tirar del gatillo.

La chica debía admitir que nunca había considerado utilizar un arma tan pesada e imprecisa en situaciones tan arriesgadas como era el fin del mundo.

Ciertamente era algo nuevo e interesante ver tal elección por parte de un sobreviviente.

Pistolas, cuchillos, machetes, incluso arcos y flechas... Aubrey había utilizado toda clase de armas, pero una ballesta jamás habría cruzado su mente.

"Quiero ver que lo intentes" Advirtió Dean, apareciendo a espaldas del desconocido y apuntándolo con su revólver.

"Baja la ballesta y hablaremos" Ofreció la castaña.

"¿O qué?" Cuestionó el hombre, ajustando su agarre en el arma.

Aubrey casi podía palpar la tensión en el cuerpo del desconocido, lo cual causó que el suyo reaccionara de la misma forma.

"Sino, les diré a mis hermanos que disparen." Contestó la joven "Y nadie aquí saldrá ganando"

Los ojos azules del hombre parecieron dudar, considerando cada escenario en su mente, antes de finalmente bajar el arma lentamente hasta que esta quedó colgando de su hombro.

"Sam, ponlo de pie" Ordenó Aubrey a su hermano.

El castaño forzó al desconocido a ponerse de pie de un tirón y movió la mirada de vuelta a su hermana, expectante de saber que era lo siguiente que ocurriría.

"¿Nos siguen?" Cuestionó la joven.

"Tu trasero me hipnotizó" Bromeó el mayor de los individuos, encogiéndose de hombros "No pude evitarlo"

Como reprimenda, Sam golpeó al hombre con el mago de su arma.

"No los seguimos" Contestó su compañero, conectando sus claros ojos con los de Aubrey.

"Nombres" Está vez la voz de la joven adoptó un tono más serio y demandante.

"¿Porqué quieres saber nuestros nombres, muñeca?" Sam observó a su hermana, esperando que esta le diera permiso de golpear al hombre.

El cazador más joven pudo notar como la chica perdía su enfoque en la conversación por un instante, y sus ojos verdes tomaban una tonalidad más clara y suave, a medida que esta divagaba en lo más profundo de su mente. Sin embargo, antes de que este pudiera reaccionar, aquella fría sombra de desconfianza volvió a cruzar por su mirada, y sus bellos ojos claros se tornaron más oscuros.

"Así sabré que nombre escribir en tu tumba" Contestó rápidamente, causando que su hermano mayor ahogara una carcajada.

"Yo soy Daryl. Daryl Dixon, y ese es mi hermano, Merle" Exclamó el castaño, provocando que la atención de Aubrey volviera a posarse en el.

"¿Tienen campamento?" Cuestionó la ojiverde.

El hombre negó con la cabeza antes de susurrar un simple "No"

Para sorpresa de los presentes, Aubrey bajó su arma y la colocó de nuevo en su funda.

"Mi nombre es Aubrey Winchester" Se introdujo, utilizando un tono más suave pero aún firme "Y ellos sin mis hermanos, Sam y Dean"

"¿Hace mucho que están aquí?" Daryl solo asintió con la cabeza en respuesta a su pregunta "¿Refugio?" Dean le dedicó una mirada fulminante a su hermana, advirtiendo que lo que estaba por hacer era demasiado riesgoso, o en sus propias palabras una estupidez.

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