Después de una semana de viaje… me alegra… decir que fue un viaje tranquilo y sin problemas…
Seguimos la ruta alejada de los pueblos humanos, por lo que hemos tenido un viaje muy seguro para la Dríade, sin contar que en este trayecto hemos formado lazos entre nosotros.
Kharla y Raiza han formado una profunda conexión, ya que ellas dos han estado guiando el carruaje y marcando la ruta a seguir.
Chizze y Yoko han estado entrenando en su tiempo libre. Yoko quiere mejorar su velocidad y Chizze necesita dar golpes más contundentes, ya que solo se limita a dañar con sus garras.
Pero me siento mal por la Dríade; siento que la hemos dejado de lado, casi siempre que le hablo es para pedirle ingredientes para cocinar o para preparar alguna medicina.
Sirvo un vaso de agua y se lo llevo a la Dríade, quería conversar con ella para aliviar algo de mi culpa…
Una vez le entrego el vaso de agua le digo:
"Señorita Dríade, una pregunta, ¿por qué quieres ir a la capital? Nosotros aceptamos este trabajo solo para entrar al país y prepararnos para ir a la zona de guerra, pero ¿cuál es tu motivación?"
La Dríade toma el agua y dice:
Hace mucho tiempo existían muchas Dríades, pero con el pasar del tiempo hemos desaparecido y tomamos caminos separados…
Aunque entre nosotras, las Dríades… las más cercanas tienen una conexión espiritual, es lo que los humanos llaman almas gemelas. Desde hace 10 años sueño con un hombre… aunque cuando comencé a soñar con él… todavía era un niño…
Fue un lindo sueño… estaba en un páramo con nada más que césped, estaba sentada viendo el cielo lleno de estrellas, y cuando me di la vuelta vi a un joven caballerito mirando la luna. No hablamos, solo lo quedé mirando a la distancia, no tuve el valor de hablarle…
Cada noche lo miraba en mis sueños, pero no quería hablarle ya que solo observarle me llenaba de tranquilidad.
Una noche me armé de valor y me acerqué a hablarle: "Hola niño, ¿quién eres?" El niño no respondió, pero por primera vez me miró, y desde entonces siempre me miraba a mí en vez de la luna. Después de mucho tiempo, nos sentamos uno al lado del otro en silencio mirando las estrellas.
Una noche fue diferente; su mirada no era la misma, sentía su tristeza. Creí que no quería hablar, así que solo tomé su mano. Las siguientes noches solo nos tomábamos de la mano cada vez que sentía su tristeza. Pero no siempre estaba triste, a veces estaba feliz o enojado. Sentía sus sentimientos, y creía que él también entendía mis sentimientos. Aun si no hablábamos, solo el estar a su lado era nuestra forma de comunicarnos. Eso creo que podría responder tu pregunta, Ester…
Quiero ir a la capital porque esa persona está allí y no tiene el poder de salir. No es necesario que esté hablando con ustedes todo el tiempo para entender que se preocupan por mí o que me han agarrado cariño, porque ya aprendí que hay muchos lenguajes para el amor.
…
La Dríade tenía una sonrisa llena de felicidad mientras contaba su historia. Sentí mucha simpatía por ella, pero creo que ella ya conocía mis sentimientos, aun sin que yo hablara… por eso supo que me acerqué para que no se sintiera sola. Soy un libro muy fácil de leer.
Nuestro viaje continuó de forma normal. Nos topamos con muchos monstruos, pero Chizze y Yoko los enfrentaban con el objetivo de entrenar su trabajo en equipo. Mientras Yoko era la vanguardia, Chizze esperaba el momento exacto para dar el golpe de gracia. Sus estilos de pelea eran muy compatibles y tenían mucha sinergia en sus movimientos.
En cambio, para mi aprender dos movimientos en equipo con Chizze me tomó mucho más tiempo… supongo que desde su pelea entienden muy bien cómo lucha la otra. Kharla y Raiza se limitaban a dirigir nuestro viaje, llevándonos por las rutas más seguras.
Raiza solo peleaba contra monstruos cuyas partes de su cuerpo fueran valiosas; supongo que no quería desperdiciar la oportunidad de ganar más dinero…
No pasaron muchas cosas destacables en esta parte de nuestro viaje… bueno, había una…
Nos topamos con dos aparentes ex soldados muy musculosos que estaban cazando en un gran bosque. Creo que sería más adecuado llamar a ese bosque una selva. Ambos tenían un extraño acento, parecían peligrosos, pero nos advirtieron que no entráramos en la selva, ya que hay un monstruo muy peligroso con la capacidad de esconder su presencia. Era peligroso entrar, así que les dimos las gracias y nos alejamos.
Yoko me habló de ese par de locos; su cuñado le comentó que eran dos soldados extranjeros de otro continente que llegaron a Yamatory persiguiendo un monstruo, o eso dicen, ya que nadie más que ellos han visto ese monstruo. Pero son soldados muy poderosos. Supongo que podría curar sus mentes y reclutarlos, pero prefiero evitar relacionarme con gente rara, al menos por ahora.
…
Después de mucho tiempo, ya estábamos cerca de la capital.
Nos tomó mucho tiempo y varios problemas… y por fin ya podíamos ver la entrada a la capital. Tuvimos una última reunión para planear cómo entrar sin llamar la atención.
Raiza dice: "Amigos, yo entraré a la capital por mis propios medios. Leí los documentos de la casa del general, sé cómo llegar, pero tendré que entrar sola. Ester, cuando entres, lleva a la Dríade a la sucursal del gremio de mercenarios y completa la misión. El resto del grupo lleven los documentos y las llaves de la casa, y esperen nuestra llegada en la casa del general. Apenas lleguen, guarden el vino y los materiales de monstruo que recolectamos en un lugar seguro".
Todos estuvimos de acuerdo con ese plan. Antes de llegar a la entrada, Raiza se marchó por su propio lado, dejándonos al resto entrar solos a la capital.
Ya en la entrada a la capital de Dredprism, los guardias nos recibieron y pidieron nuestros documentos personales. Entregué mis certificados oficiales, los documentos del gremio que respaldaban a la Dríade y los documentos que compré para Chizze y Kharla.
Pero el soldado que cuidaba la puerta de la capital puso una cara enojada.
"Te crees un chico muy listo, ¿crees que no me di cuenta de lo que intentas?".
Pensé que habían descubierto los documentos falsos o que notaron la entrada ilegal de Raiza, así que puse una cara de miedo.
El guardia dice, "Estás entrando vino de la aldea de los orcos sin pagar el impuesto correspondiente". Puse una cara de que no entiendo nada, pero Yoko se acerca y le dice, "Caballero, perdón, este hombre solo me estaba escoltando; el vino es mío".
Yoko saca sus documentos personales. "Soy la hermana de la esposa del teniente Brikrats, quien es la líder de la aldea de los orcos. Mi familia cuenta con su propio salvoconducto para nuestros productos y no planeamos venderlo; es más para consumo personal y de nuestras familias. Además, este chico que está conduciendo es un protegido del general Darlick".
Yoko toma uno de los documentos que me dio el general y se los presenta al guardia. El pobre hombre puso una cara de miedo que se podía ver a través de su casco.
"Disculpe, señorita, solo quería asegurarme de que no se contrabandeará vino, pero necesitará pagar una moneda de oro por el impuesto", dijo el guardia. Así que tomé una moneda de oro, se la entregué al caballero, y este me entregó un recibo.
Cuando entramos a la capital de Dredprism, pude notar un ambiente nuevo para mí. Se sentía un ambiente moderno como en Zhanty, pero diferente, como si este país hubiera desarrollado su propia tecnología sin depender de los avances tecnologicos de los enanos…
En esta ciudad hay varias especies: hombres bestia, enanos, diferentes semihumanos y uno que otro elfo. La gran mayoría de las personas son humanas; aun así, es una ciudad muy diferente en la forma de sus calles, sus edificios, los modales de la gente… hasta el aire se siente extrañamente diferente…
Al entrar, Yoko tomó las riendas del carruaje y nos llevó por la capital. Creo que ella ya conoce cómo moverse en este lugar.
Llegamos a la zona comercial, la cual era muy angosta, por lo que el carruaje no podía pasar. Me bajé del carruaje junto con la Dríade, ya que es por ese camino que se llega a la sucursal del gremio de mercenarios.
Este era el momento de terminar mi trabajo de mercedario, tome aire en mis pulmones y hable en voz alta:
"Chicas, avancen a la casa del general y guarden nuestras cosas. Apenas termine, volveré con ustedes". Después de hablar, la Dríade usó sus poderes y creó unos ramos de rosas. "Gracias, amigas. Fue un tiempo corto el que pasamos juntas, pero en verdad las amo".
La Dríade les entregó las rosas a mis compañeras, quienes pusieron una cara de felicidad y algo de tristeza por terminar esta misión, y finalmente se despidieron con un abrazo.
Avanzamos por los puestos de comerciantes para llegar al gremio. Vi unos collares muy hermosos; pensé que se le verían muy bien a Amelia, pero las caras de Chizze y Yoko también vinieron a mi cabeza. Supongo que he cambiado mucho en este viaje.
Cuando entramos al gremio, sentí muchas miradas a mi alrededor. Me acerqué a la caja de atención al cliente con los documentos que me dio Rammus. Sin mediar palabras, la secretaria firmó y selló los documentos.
La Dríade también tuvo que firmar los documentos y, con eso, mi misión terminó. La secretaria también me entregó una carta de despido y me pidió mi placa del gremio…
Vaya, Rammus sí cumplió su palabra y me despidió.
Después de mucho tiempo, llegó mi momento de despedirme de la Dríade. "Bueno, gracias por siempre ayudarme con los ingredientes de mis medicamentos. Si alguna vez necesitas ayuda, búscame".
La Dríade me agradeció y me entregó un trébol de 4 hojas. "Gracias, Ester, este es un símbolo de buena fortuna. Quiero que la suerte te acompañe a ti y a tu grupo". Tomé el trébol, lo guardé en mi bolsillo y me alejé fuera del gremio.
Quise pasar a comprar los collares que vi antes de entrar al gremio…
Mientras me acercaba a la joyería, sentí mucho dolor en mi columna y una sensación de mareo similar a la que me provocó el canto de esa sirena…
Caí al piso debido a que mi cuerpo entero se sentía entumecido y antes de perder la conciencia me vi rodeado de caballeros…
Pero sus armaduras no tenían el escudo caracteristico del imperio de Dredprism.
…
Kharla, en compañía de Chizze y Yoko, llegaron a la casa del general Darlick…
La cual no era una casa pequeña; era una mansión de tamaño mediano, pero aun así era bastante grande. Yoko y Chizze estaban impresionadas por la casa y por el gran patio; hasta tenía su propio establo para los caballos.
Apenas entraron a los terrenos de la mansión, una sirvienta de alrededor de unos 20 años salió. Tenía un largo cabello rosa y ojos verdes, con un uniforme que resaltaba las curvas de su cuerpo.
Kharla se acerca y dice, "Buenas tardes, somos el grupo de Ester, un hombre que es un protegido del general Darlick. Ester dio tratamiento médico al general, y el general en agradecimiento le entregó los documentos de esta casa".
Kharla le entrega los documentos a la sirvienta, y entre los documentos había indicaciones de que Ester sería el nuevo dueño de la mansión el día de la muerte del general, pero que podría hacer uso de la mansión cuando quisieran.
La sirvienta relajó su mirada y dijo: "Ya veo, bueno, el general siempre fue una persona que ayudaba a otros. Siempre me pregunté qué haría cuando ese hombre muriera… ahora tengo un nuevo patrón. Perdón por divagar, soy Seres, la encargada de mantener esta mansión. Por favor, llevémonos bien".
Las chicas se presentaron con sus nombres y le pidieron a Seres que les enseñara dónde guardar el vino y los materiales de monstruo que trajeron. Seres las llevó a la bodega de vino, donde el general también tenía una pequeña reserva personal.
Una vez guardado el vino, fueron a la bodega menos extravagante para guardar los materiales y, finalmente, a los establos para dejar descansar a los caballos.
"Espero que se sientan cómodos. Hoy tengo que salir a hacer unos encargos personales, pero a partir de mañana me verán más seguido en la mansión. Usen las habitaciones de huéspedes; la habitación del general solo la abriré para el señor Ester. Espero que comprendan mi actuar". Después de decir estas palabras, la sirvienta Seres se marchó de la mansión.
Luego de eso, Yoko y Chizze usaron el patio de la mansión para entrenar, y Kharla las ayudó aumentando sus estadísticas durante el entrenamiento.
Kharla también aprovechó para probar su conexión sagrada con Yoko. No aumentó su velocidad, pero sí su fuerza bruta.
Esperaron toda la tarde la llegada de Raiza o Ester, pero ninguno de los dos llegó esa noche.
Al día siguiente, Raiza llegó a la mansión.
La primera en darse cuenta fue Chizze, ya que ella no podía dormir sin tener a Ester cerca. Se quedó esperando sola en el patio de la mansión por su amo…
Por más que Chizze esperó, solo vio llegar a Raiza, quien, al ver a la mujer bestia esperándola, la abrazó y le dijo que la siguiera; era hora de una reunión de emergencia.
…
Una vez en el comedor de la mansión, comieron algo de pan que Seres había preparado antes de abandonar la mansión. Cuando Raiza, Kharla, Chizze y Yoko estuvieron reunidas, Raiza dijo:
"Tengo malas noticias, pero confíen en mí, todo estará bien; ahora debemos mantener la cabeza fría. Ester fue arrestado por los soldados de Rusthia por el desastre que hicimos en el palacio real. Sigue vivo, pero tenemos que hacer algunos preparativos antes de rescatarlo…"