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Evangelion: Hasta el Amanecer

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Synopsis

Con las pruebas de sincronización canceladas, Shinji se encontró repentinamente con el día libre. Al salir de NERV se cruza con Rei y decide invitarla a desayunar, siendo esta invitación el inició de un inolvidable día que cambiará sus vidas.

Chapter 1Hasta el Amanecer

Nota 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

Nota 2: Historia basada en la película ANTES DE AMANECER. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden. 

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Un deprimido Shinji Ikari caminaba con paso cansino a la salida más próxima de las instalaciones de NERV, miró la hora en su reloj de pulsera y este marcaba recién las 8:00 de la mañana. Suspiró con resignación ante el panorama de un largo y aburrido día sábado.

En un principio esto no iba a ser así, ya que estaba contemplado que este día pasaran la mañana y parte de la tarde en pruebas de sincronización, pero estas habían sido canceladas por motivo de una reunión de emergencia con los jefes de las Fuerzas de Defensa Estratégicas de Tokyo-3. Al parecer, y como era su molesta costumbre, los militares estaban armando problemas por esto y aquello. Al menos eso es lo que dijo una cabreada Misato, que tuvo que asistir a esa famosa reunión junto con el Comandante Fuyutsuki y la doctora Ritsuko, y por lo que había escuchado, estarían la mayor parte del día enfrascados en eso.

Cuando llegó finalmente a la superficie, miró con desanimo la ciudad ante él, preguntándose qué haría para matar el largo día que tenía por delante.

— ¡¡FUERA DE MI CAMINO, BAKA HENTAI!!

Shinji dio un salto al escuchar ese rugido a espaldas suyas. Rugido que salió con un marcado acento Alemán, por lo que intuyó inmediatamente a quién pertenecía. Efectivamente, detrás de él estaba la inconfundible Asuka Langley Soryu, con una de sus típicas poses de superioridad, mirándolo con despreció en los ojos.

— Asuka, yo...

— ¡¡No me dirijas la palabra!! — dijo Asuka, mirándolo con furia — Y que no se te ocurra aparecer por el departamento de Misato en lo que resta del día, si no quieres que te parta la cara a golpes — finalizó Asuka, enseñándole amenazadoramente uno de sus puños.

— Pe, pero son recién las 8:00 de la mañana. ¿Dónde se supone que pase todo el día? — preguntó Shinji, intimidado.

— Ese no es mi problema — dijo Asuka, con el ceño fruncido y enseñando amenazadoramente los dientes, para luego dar media vuelta y salir de NERV a grandes zancadas.

Un ahora resignado Shinji, observó como la pelirroja se alejaba de NERV con esa molesta pose de superioridad, y dio un cansado suspiro de resignación. Si ya tenía problemas para saber qué hacer en el largo día que tenía por delante, ahora los problemas se duplicaban al no poder regresar al departamento de Misato en todo el día.

— Debo haber hecho algo muy malo en mi vida anterior para merecer esto — comentó Shinji, con todo el peso del mundo en su voz, la cabeza gacha y los hombros caídos.

— No sabía que creías en la reencarnación.

— ¡¡WAAAAAHH!! — gritó Shinji dando un salto, asustado por esa repentina voz que se escuchó a sus espaldas — Re, Rei... no, no me des esos sustos — añadió, sentado el suelo con una mano en el corazón, tratando de recuperar su ritmo cardiaco normal. 

— Lo lamento — dijo Rei, con voz monocorde.

— No hay problema — dijo el Tercer Elegido poniéndose de pie ya más repuesto, alejándose con desanimo de la salida de NERV, seguido por Rei.

— Entonces, ¿crees en la reencarnación? — preguntó Rei, recordando el comentario de Shinji.

Shinji se detuvo y observó a la chica, desconcertado por unos segundos y entonces largó una risita, lo que causó que Rei lo mirara interrogante.

— No Rei, no creo en la reencarnación. Es solo una forma de decir — respondió él, divertido.

— Ya veo — dijo Rei para luego continuar con su camino, dejando a Shinji detrás.

Cuando el joven Ikari se vio solo, avanzó rápidamente hasta alcanzar a la chica y siguió caminando en silencio a su lado. Siguieron así por un tiempo, caminando uno al lado del otro sin pronunciar palabra, solo disfrutando de un hermoso día de sol, con una agradable brisa que refrescaba la mañana, al menos, hasta que el estómago de Shinji dio un estruendoso gruñido.

Rei miró fijamente al chico de pie junto a ella, dando un par de pestañadas de sorpresa por el potente gruñido procedente de su estómago. 

— Perdón — dijo Shinji, furiosamente rojo — Es que no tomé desayuno antes de venir a NERV. 

— Podrías haber desayunado en la cafetería de NERV — señaló Rei.

— Bien; no me gusta estar en ese lugar más de lo necesario — comentó Shinji con desgano.

— Ya veo. Me retiro. Adiós — dijo Rei y comenzó a encaminarse a su derruido departamento.

Shinji miró como la chica comenzaba a alejarse y de pronto una loca idea llegó a su mente. Bien, no era tan loca en realidad, pero sí algo que nunca había hecho antes. No lo pensó demasiado y habló antes de que la Primera Elegida se alejara más de él.

— ¿Te gustaría ir a desayunar conmigo?

Rei detuvo su andar al escuchar esa pregunta y se volteó para mirar a Shinji unos momentos. El aludido estaba de pie unos pasos detrás de ella, un tanto sonrojado y con una sonrisa nerviosa en el rostro. En verdad Shinji no sabía por qué se le había ocurrido la idea de invitar a Rei a desayunar, pero el no tener ganas de quedarse solo en ese momento pudo jugar a favor de esa idea. Rei era la única persona presente y con la que sentía cómodo; además, ¿para qué negarlo? Se sentía a gusto en compañía de ella.

— Ya desayuné — respondió Rei, con voz monocorde y rostro serio, sacando a Shinji de sus cavilaciones.

— ¡Oh! Ya veo — fue lo único que pudo responder el Tercer Elegido con desanimo evidente, la cabeza gacha y los hombros caídos.

— Pero puedo acompañarte si lo deseas.

Shinji levantó la cabeza, totalmente sorprendido por esta repentina respuesta de Rei. La chica estaba de pie frente a él, mirándolo fijamente con sus enigmáticos ojos color escarlata, esperando su respuesta.

— ¡Claro! Me encantaría — respondió Shinji, con una pequeña sonrisa — Conozco un buen local por aquí cerca.

Rei dio un leve asentimiento de cabeza, y siguió a Shinji por la calle. En verdad no sabía por qué había aceptado esta propuesta. No había motivos para hacerlo, pero de un tiempo a esta parte le agradaba estar cerca de él. No podía explicarlo, pero se sentía a gusto en su compañía. Tal vez fue eso lo que la llevó a aceptar esta invitación. Como sea, ahora iba junto a Shinji rumbo a un local para acompañarlo a desayunar. Como no hay actividades en NERV por el resto del día, no había inconveniente en este inusual cambio de actividades.

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La pareja estaba sentada en el segundo piso de una céntrica cafetería, frente a un ventanal desde el que se podía apreciar la calle, los autos y la gente que circulaba por ella a esa hora. Rei tomaba una taza de té, y Shinji un café con una porción de kuchen de manzana. Ninguno había dicho una sola palabra más que las necesarias para ordenar cuando los atendió una camarera. Aun así, no era un silencio molesto, pese a no decir una palabra se sentían bastante cómodos; sin embargo, Shinji no podía dejar de pensar que Reí podría estar aburrida.

— Rei, yo... lamentó si estás aburrida. No soy una persona muy sociable — dijo Shinji a modo de disculpa.

— No estoy aburrida — respondió Rei, mirando fijamente al chico — Me agrada tu compañía. 

— ¿De... de verdad? — preguntó Shinji, mirando totalmente sorprendido a la chica peliazul por esta respuesta, a lo que ella respondió con una inclinación de cabeza — A mí... también me agrada tu compañía — añadió, sin poder reprimir una pequeña sonrisa.

Rei no mostró ningún cambio en su rostro, pero en cambio, sus ojos se agrandaron levemente reflejando sorpresa por la respuesta. Estaba a punto de responder cuando escucharon gritos venir de una mesa cerca de ellos.

Una pareja de más menos unos 20 años cada uno, estaba discutiendo acaloradamente, atrayendo la atención de todos los clientes que estaban en el segundo piso. Su discusión fue subiendo de tono, a la vez que se ponían de pie y gesticulaban con las manos. Finalmente la chica tomó sus cosas y fue hasta las escaleras para salir del local, seguida de su pareja; al menos eso parecía, hasta que ambos se perdieron de vista. Poco después, Shinji y Rei los pudieron ver salir del local y seguir discutiendo mientras caminaban calle abajo.

— Wow. Eso fue intenso — comentó Shinji, mirando a la pareja que se perdía calle abajo.

— Me recuerdan a ti y Asuka. Ustedes siempre están peleando — comentó Rei, con voz monocorde.

— ¿Qué? Claro que no — se defendió Shinji, totalmente sonrojado — Es Asuka la que discute, yo solo... bueno...

— Recibes sus regaños sin decirle nada — completó Rei, a lo que un avergonzado Shinji no tuvo más que asentir con la cabeza — ¿Por qué no le respondes?

— Si le respondo solo empeoraría las cosas. Es mejor no decir nada — respondió él, con resignación.

— Si tú lo dices — dijo Rei, terminando su té — Hace un momento también estaban peleando.

Shinji levantó una ceja ante ese comentario. Rei estaba mucho más habladora de lo habitual, pero era algo bastante más agradable que una Rei seria y silenciosa. Decidió disfrutarlo mientras dure.

— Sí, bien... anoche por accidente entré al baño mientras ella aún estaba adentro. No alcancé a ver nada, pero ella se puso furiosa. Por suerte Misato la pudo controlar o no lo estaría contando. Pero ahora me prohibió ir al departamento de Misato en todo el día, y no sé qué voy a hacer hasta la noche.

— ¿Y tus amigos? — preguntó Rei.

— Kensuke iba a estar todo el día ocupado en una convención secreta de hackers o algo por el estilo. Por su parte, Touji perdió una apuesta con la Delegada de Clase, por lo que hoy debe acompañarla a ella y sus hermanas a un centro comercial, para cargar sus compras — respondió Shinji resignado, imaginando el aburrido, largo y solitario día que le esperaba.

— Ya veo — fue todo lo que dijo Rei.

Al escuchar la respuesta de la chica, Shinji abrió grande los ojos y levantó la cabeza observándola fijamente, cuando una nueva ocurrencia pasó por su mente. Era una idea bastante descabellada, pero bien visto, hasta ahora la había pasado bastante bien al seguir su impulso al invitar a la Rei a desayunar. Tal vez, en una de esas...

— ¿Pasa algo? — preguntó la chica peliazul, al observar como Shinji la miraba fijamente.

— Rei... tú... ¿Tienes algo que hacer por el resto del día? — preguntó él, con algo de nerviosismo.

— No — respondió simplemente Rei, sin comprender a donde iba él con todo eso. 

— Entonces... ¿Qué te parecería pasar el resto del día juntos? — preguntó Shinji, a lo que Rei respondió con una genuina cara de sorpresa, por lo que él decidió fundamentar su propuesta — Bien, como ninguno de los dos tiene nada que hacer por el resto del día, y como a ambos nos agrada la compañía del otro... pues, yo... pensé que... bueno... yo... si tú quieres...

Rei contempló a Shinji con seriedad. En verdad ella no tenía nada que hacer ese día. Iba a regresar a su departamento, hacer sus deberes escolares, y luego regresar en la tarde a NERV a pasar el resto del día, tal vez nadar un poco en la piscina. Podía cambiar sus planes sin problemas, además, y tal como Shinji había señalado, le agradaba su compañía. No sabía por qué, pero esta podía ser una buena oportunidad para descubrirlo.

— De acuerdo — respondió finalmente la chica con voz seria, pero con decisión en sus ojos.

Shinji levantó la cabeza totalmente sorprendido. Rei Ayanami había aceptado.

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La pareja caminaba por las calles de Tokyo-3 sin rumbo fijo. Pese a ser él quien hizo la propuesta, Shinji iba algo nervioso. Esta era la primera vez que estaba junto a Rei, o cualquiera otra chica, sin ningún otro motivo más que estar juntos y pasar el día. Solo en ese momento Shinji cayó en cuenta de algo muy importante. Le había pedido a Rei pasar el día juntos, y ella había accedido, por lo que esto era formalmente ¡¡UNA CITA!! Tragó sonoramente, a la vez que sentía un escalofrío recorrerle la espalda al darse cuenta de la situación en que estaba.

— Te ves algo nervioso. ¿Pasa algo? — preguntó Rei, sacando a Shinji de sus cavilaciones.

— No, no nada... no me hagas caso — respondió Shijni con algo de nerviosismo.

Para Rei era evidente que él estaba mintiendo, pero si no quería hablar, entonces no lo iba a obligar, solo se limitó a seguir caminando hasta donde los llevaran sus pies, hasta que finalmente el camino se terminó frente a la estación de trenes.

— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó Rei, mirando a Shinji.

Shinji se complicó bastante con esa pregunta de la chica. La idea de pasar el día juntos había sido de él, y no se le ocurría absolutamente nada que hacer; además, Tokyo-3 no era precisamente la ciudad más divertida de Japón. Para divertirse era mejor ir a...

— ¿Qué? — preguntó Rei con seriedad, al observar la cara de Shinji, que tenía la misma expresión que cuando la había invitado a pasar el día juntos.

— Bueno, te parecerá una locura, pero... ¿Y si vamos a Tokyo-2?

— ¿Tokyo-2? — preguntó ella, curiosa.

— Si, es que acá en Tokyo-3 no hay nada interesante que hacer, en cambio Tokyo-2 tiene de todo. Fui una vez con Touji y Kensuke para una convención de Manga. La ciudad es espectacular y... bueno... era solo una idea — finalizó Shinji derrotado, al ver la expresión seria de la chica.

— Entiendo — dijo Rei, analizando las palabras del Tercer Elegido.

Ella nunca había salido de Tokyo-3 para nada más que fuera ir a batallar con los Ángeles. En el fondo le daba lo mismo ir a Tokyo-2. Era el estar en compañía de Shinji lo que hacía interesante este panorama, ya que le agradaba la compañía del chico, y para ser sinceras, hasta ahora se había divertido, cosa que ella no hacía prácticamente nunca. ¿Por qué dejar que todo se acabara, ahora que el día estaba recién comenzando?

— Debemos pedir autorización antes de salir de Tokyo-3 — sentenció finalmente la chica.

Shinji miró a Rei con sorpresa. Ella en verdad estaba considerando la idea de salir de Tokyo-3. No pudo reprimir una pequeña sonrisa. Pero Rei había tocado un punto importante. La vez que él había ido a Tokyo-2 con sus amigos, fue autorizado por Misato. Pero ahora ella estaba en una reunión. ¿A quién pedirle permiso entonces? ¿A su padre? ¡¡Ni Pensarlo!!

Bien, no perdía nada con probar. Sacó su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón, y marcó el número de Misato.

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Eran recién las 10:00 de la mañana, y una aburrida Misato Katsuragi, se mantenía despierta a punta de café negro, mientras escuchaba con resignación los berrinches de los militares, junto con unos igualmente aburridos Fuyutsuki y Ritsuko. Justo en ese momento, el teléfono móvil de Misato comenzó a sonar, cortando a uno de los militares en medio de su monólogo, el que le dedicó una mirada asesina a la mujer.

— Perdón — se disculpó Misato, sacando el móvil de su chaqueta.

— Debería haber apagado ese aparato antes de entrar a esta sala, Mayor Katsuragi. Esta es una reunión de suma importancia como para ser interrumpidos por pequeñeces — dijo uno de los militares, bastante enojado.

— Puede ser una llamada importante, General. Yo tengo obligaciones más importantes que sentarme a mirar como otros libran mis batallas — respondió Misato, con fastidio.

— ¿¿QUÉ DIJO?? — respondió el militar, dando un golpe de puño a la mesa.

— Señores, por favor — dijo Fuyutsuki, para traer algo de orden, mientras Misato contestaba la llamada.

— Diga... si... ¿Shinji? ¿Cómo se te ocurre llamarme ahora? Sabes que estoy en medio de una... ¿Qué?... ¿Qué Rei y tú quieren ir a dónde?... ¿¿Para eso me llamaste??... ¡¡CLARO QUE ESTOY ENOJADA!!... ¿Qué?... Está bien. ¡¡Hagan lo que quieran!! — finalizó Misato y terminó la llamada, percatándose de que todos la estaban mirando — Es que uno de mis niños me pedía permiso para ir a Tokyo-2 — se explicó con una sonrisa nerviosa.

— Ya veo a lo que se refería con eso de "importantes obligaciones", Mayor Katsuragi — dijo con burla uno de los militares, ganándose una mirada de odio de parte Misato.

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Shinji miraba el teléfono móvil en su mano, luego de la efusiva respuesta de Misato: "Hagan lo que quieran", había dicho. Esa respuesta era más de lo que esperaba.

— ¿Pasa algo? — preguntó Rei, al ver como Shinji seguía observaba su teléfono móvil.

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El paisaje pasaba rápidamente ante los ojos de la pareja, que estaban sentados frente a frente y junto a una ventana, en un casi vacío vagón del Shinkansen con rumbo a Tokyo-2. Como había sido la tónica hasta ahora, ninguno de los dos había dicho una sola palabra desde que abordaron al tren, y ya llevan cerca de 30 minutos de viaje.

Shinji miraba discretamente a Rei de tanto en tanto. La chica estaba con su semblante serio de siempre, mirando el paisaje. Si hubiera sido cualquier otra chica; como por ejemplo Asuka, estaba seguro de que estaría aburrida, pero Rei no es una chica común. Ella es... especial, diferente a las demás, pero es esa misma diferencia lo que la hace ser... no lo sabía con certeza, pero si de algo estaba seguro es que Rei es diferente, y eso le agradaba, lo hacía sentirse cómodo con ella, como si hubiera una especie de conexión entre ellos.

— ¿Pasa algo?

— ¿Eh? — dijo Shinji al ser sacado de sus pensamientos.

— Hace algunos minutos que me estas observando. ¿Pasa algo? — lo cuestionó Rei.

— No, nada; eso solo que... bien, me preguntaba si estarás aburrida — preguntó Shinji sin mirar a la chica directamente; su rostro sonrojado mientras se rascaba la nuca con una mano.

— No lo estoy. Ya dije que me agrada tu compañía.

— Sí, es verdad — luego de decir esas palabras, el Tercer Elegido estrechó los ojos y le dedico una mirada seria a Rei — ¿Por qué? Quiero decir, no soy una persona muy interesante.

Rei observo a Shinji con seriedad considerando su pregunta; que en verdad era una muy buena pregunta. Ella no tenía muy claro por qué le agrada su compañía.

— La verdad no lo sé. Solo sé que me siento cómoda contigo. Como si... — intentó responder la chica peliazul, pero sus palabras murieron al no encontrar la forma correcta de completar esa frase.

— ¿Cómo si hubiera una conexión entre nosotros? — preguntó Shinji, completando la frase dejada a medias por la chica que ahora lo miraba con sorpresa — ¿También lo sientes? — preguntó.

Rei permaneció en silencio e inmóvil por unos segundos, para luego afirmar con la cabeza. Luego de eso ninguno dijo nada por algunos minutos, ambos digiriendo lo que acababan de descubrir.

— Bueno, creo que eso está bien — dijo finalmente Shinji — El llevarse bien con otra persona es algo básico para entablar una amistad — razonó.

— ¿Amistad? — preguntó Rei — Yo nunca he tenido amigos.

Shinji contempló a la chica con entendimiento.

— Sé a lo que te refieres. Yo nunca supe lo que es tener un amigo hasta que llegue a Tokyo-3. Entonces conocía a Misato, Touji, Kensuke, Hikari... y tú — finalizó Shinji, algo sonrojado.

— ¿Yo?

— Claro. Siempre te he considerado como una amiga — dijo Shinji con una pequeña sonrisa.

Rei observó al chico con seriedad. Solo pudo ver sinceridad en sus ojos.

— Gracias — dijo finalmente la chica, sin poder evitar una pequeñísima sonrisa.

Shinji quedó congelado al ver la diminuta, pero hermosísima sonrisa que le estaba obsequiando Rei, una sonrisa que lo remeció por entero, recordándole lo hermosa que es la Primera Elegida. No pudo evitar que un sonrojo cubriera sus mejillas.

— Te sonrojaste.

— Si... es que... bien; te ves muy linda cuando sonríes — se atrevió a decir Shinji, totalmente avergonzado.

Este fue el turno de Rei para sonrojarse. Nunca antes le habían dicho que era linda, y se sintió bien el escuchar esas palabras. No pudo evitar ampliar un poco más esa sonrisa, pese a su sonrojo.

— Gracias — dijo Rei, manteniendo su pequeña pero linda sonrisa.

— De nada — respondió Shinji evidentemente nervioso, pero aun así, se atrevió a decir algo que hace un tiempo rondaban su cabeza — Deberías sonreír más a menudo.

Rei observó con sorpresa a Shinji unos segundos, considerando sus palabras antes de contestar.

— Luego de derrotar al Quinto Ángel, me pediste que sonriera. Dijiste que uno sonríe cuando está contento. Ahora me siento contenta. Por eso sonrío. ¿Está bien? — preguntó, mirando a Shinji.

— Sí, por supuesto que está bien — respondió Shinji, aún sin creer del todo la conversación que tenía con Rei en ese momento. Parecía algo tan irreal. Tan irreal como estar de camino a Tokyo-2.

Shinji no pudo evitar recordar lo que pasó ese día cuando Rei estuvo dispuesta a morir por protegerlo. Como él corrió hasta el chamuscado Entry-Plug del EVA-00, y como lloró de alegría al ver que ella aún estaba con vida, como le había dicho a Rei que por ahora no tenían nada más que pilotear los EVA, pero que si continuaban viviendo un poco más, tal vez encontrarían algo bueno en la vida.

Al meditar en esas palabras, Shinji fue golpeado por la trascendencia de estas, y miró a la chica que estaba sentada frente a él. Ella había devuelto su atención al paisaje, pero manteniendo una diminuta sonrisa en los labios.

— Rei — llamó, atrayendo la atención de la chica. 

— ¿Si? — preguntó ella.

— Gracias por haber aceptado pasar este día conmigo.

Por alguna razón desconocida para ella, Rei sintió un leve estremeciendo a escuchar esas palabras, y al ver la mirada de leve emoción en los ojos de Shinji. Sintió como un pequeño calor inundaba su cuerpo; un calor que era reconfortante. 

— No debes agradecerme. Lo estoy pasando bien — dijo Rei, aumentando un poco más su sonrisa.

— Igual que yo — respondió Shinji, también con una sonrisa, entonces se percató de que ya estaban entrando a la cuidad de Tokyo-2.

— ¿Llegamos? — preguntó Rei, al percatarse que el paisaje comenzaba a llenarse de edificios.

— Sí. Esta es la ciudad de Tokyo-2 — dijo Shinji, señalando a la inmensa urbe que ahora se podía apreciar por las ventanas del vagón.

— Es enorme — comentó Rei, mirando la ciudad que se levantaba ante sus ojos.

— Espera a que la veas de cerca — dijo Shinji con una sonrisa divertida.

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Tokyo-2, la antigua capital de Japón, era una inmensa urbe muy parecida a la desaparecida Tokyo. Sus calles estaban atestadas de gente y vehículos que circulaban en todas direcciones, imponentes edificios que parecían rasguñar el cielo, edificios corporativos de las más grandes empresas japonesas, donde se exponían las últimas novedades que las empresas sacaban al mercado; y por supuesto, la "Nueva Akihabara", el impresionante distrito comercial donde, emulando al desaparecido y entrañable Akihabara original, se podía encontrar absolutamente de todo.

En medio de este gigantesco distrito comercial caminaba la pareja de Pilotos EVA, observando las vitrinas de los innumerables locales comerciales, hasta que Rei se detuvo ante una vitrina en particular. Era de una tienda de ropa, y tenía varios maniquíes con tenidas femeninas muy juveniles.

Shinji nunca imaginó que algún día vería a Rei Ayanami, observando una vitrina de ropa como una chica cualquiera. En ese momento comprendió que por muy especial que fuera, Rei seguía siendo una chica, es solo que ella parecía no saber cómo expresarse adecuadamente; algo que muy a su pesar, también le pasaba a él. Entonces, al ver a la chica observando la vitrina, se percató de que ella vestía con su tradicional uniforme escolar, igual que él, eso le dio una idea.

— Rei — llamó para atraer la atención de la chica — ¿Te gustaría ir de compras?

— ¿De compras? — preguntó Rei, observando al Tercer Elegido sin comprender su pregunta.

Luego de unos minutos en que Shinji le explicó en detalle a Rei su nueva idea, y que esta decidiera si aceptar o no, ya que no lo consideraba necesario; finalmente terminó por acceder ante el argumento de Shinji, que era tan simplemente como decir: "Podría ser divertido". Es así como después de una escala en un cajero automático, donde Shinji hizo un sustancioso giro de dinero desde su cuenta personal creada por NERV, la pareja de pilotos EVA se internó en el sector de tiendas del "Nuevo Akihabara" buscando algo de ropa para cambiar sus típicos uniformes escolares.

Tanto para Rei como para Shinji, esta era una actividad totalmente nueva, por lo que a poco andar comenzaron a entretenerse de verdad con el asunto de comprar ropa. Entraron de tienda en tienda, sin saber realmente lo que buscaban, hasta que finalmente y luego de mucho buscar, salieron de una tienda con algo muy distinto a sus tradicionales uniformes escolares. 

Rei llevaba una minifalda blanca, botas blancas de caña baja, polo azul de cuello subido y manga corta. Como el diseño del polo era algo corto, dejaba al aire una parte del abdomen, que le daba un aire sensual. Complementado en nuevo juego de ropa, llevaba una pequeña cartera a juego y un reloj de pulsera. El conjunto le daba a Rei un aire juvenil y coqueto.

Por su parte, Shinji vestía un impecable traje de color claro, con chaqueta de caída recta, camisa azul sin corbata y zapatos de color café con hebilla. Se veía elegante y a la vez muy juvenil.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Shinji, mirando a su compañera.

— Extraña — respondió Rei, mirando su nuevo conjunto de ropa.

— Sí, te entiendo. Me siento igual — concordó Shinji con una sonrisa mirando también su ropa, para luego darle una nueva mirada a la chica, la que se veía tan distinta y a la vez tan hermosa — Te ves muy bien con esa ropa — logró articular luego de unos segundos, sin atreverse a usar la palabra "hermosa".

Aun pese a no haber sido tan explícito con su halago, este sorprendió por completo a la chica peliazul, la que no pudo evitar un leve tinte sonrojado en las mejillas. 

— Gracias. Tú también te ves bien — respondió Rei luego de unos segundos.

— Gracias — dijo Shinji un tanto avergonzado, rascándose la nuca con una mano, al menos hasta que su estómago volvió a gruñir estruendosamente, igual que a primera hora de la mañana.

Rei miró sorprendida al chico, dando un par de pestañadas en genuina sorpresa, 

— Perdón — dijo Shinji, furiosamente rojo — Tengo un poco de hambre.

La Primera Elegida estaba por dar una respuesta, cuando su propio estómago la traicionó, emitiendo un fuerte gruñido. Ciertamente no estaba al nivel del gruñido del estómago de Shinji, pero fue igual de contundente. Rei, que estaba mirando el suelo sintiéndose avergonzada; algo muy extraño para ella, pudo sentir la mirada de Shinji taladrándola.

— Perdón — fue todo lo que pudo decir la chica peliazul con un sonrojo en las mejillas, a lo que Shinji respondió con una risita, cosa que hizo sonrojar aún más a la chica.

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El restaurante no era grande pero era muy acogedor, y por lo que se apreciaba, era bastante popular, ya que estaba completamente repleto, por lo que los Pilotos EVA tuvieron bastante suerte en poder encontrar una mesa disponible. Ahora disfrutaban de dos exquisitos platos de comida, siendo el de Rei, un plato vegetariano.

Ambos se habían sorprendido bastante al ver la hora poco antes de ingresar al local, ya que eran cerca de las 2:00 de la tarde. Les parecía que hace solo unos minutos estaban saliendo de NERV a las 8:00 de la mañana.

— Cuando regresemos a Tokyo-3 te devolveré mi parte del dinero que has gastado hoy — dijo Rei.

— No es necesario. Nos pagan una pequeña fortuna cada mes por pilotar el EVA. Fuera de ayudar a Misato con los gastos del departamento o comprar mangas, el resto del dinero lo pongo al banco. No sé en qué más gastarlo — dijo Shinji encogiéndose de hombros — No es ninguna molestia. Créeme.

— De acuerdo — dijo Rei, no muy convencida aún con el razonamiento del chico frente a ella.

Shinji contempló fascinado a Rei luego de su respuesta. La chica no solo se veía hermosa en su nueva tenida de ropa; luego de pasar toda la mañana junto a ella sin otro objetivo más que pasarlo bien, había descubierto que Rei Ayanami es mucho más que la "Niña Modelo" o la "Muñeca", como suele llamarla Asuka. En estas pocas horas había descubierto a una Rei que no sabía que estaba ahí, pero que ciertamente le gustaría conocer más a fondo. Entonces recordó un juego que había visto jugar a algunos chicos en la escuela. Un juego con el que tal vez pudieran conocerse un poco mejor.

— Rei. ¿Te gustaría jugar un juego? — preguntó con algo de timidez, pero esperanzado a la vez.

— ¿Un juego? — preguntó ella de vuelta, curiosa. 

— Sí. El juego de la verdad. Tú me preguntas algo y yo contesto con la verdad, luego yo te pregunto algo a ti, y así sucesivamente — explicó Shinji con entusiasmo.

— ¿Para qué? — preguntó Rei, sin encontrar una razón práctica a ese "juego". 

— Para conocernos mejor — explicó Shinji, sintiéndose algo decepcionado al ver Rei no se veía entusiasmada con la idea — Bueno, no tenemos que jugar si no quieres.

— Está bien. Pregunta — dijo Rei de pronto, sorprendiendo al Tercer Elegido.

Lo cierto es que luego de esa última explicación, Rei había comprendido la finalidad del juego y lo encontró muy interesante. Eso le podía dar una oportunidad de conocer un poco mejor a Shinji y tal vez descubrir qué es lo que le agrada de él. Por su parte, Shinji seguía sorprendido al darse cuenta de que Rei había accedido al juego; de hecho, ella estaba por su primera pregunta.

— Bien, cuéntame sobre ti. Tu vida, donde naciste, tus padres... eso — preguntó.

Shinji estaba nervioso. No sabía cómo reaccionaría Rei por esta pregunta tan personal, pero esto era algo que siempre deseó preguntarle, ya que por lo que escuchó de Misato, los archivos personales de Rei estaban en blanco. Era oficialmente una chica sin pasado.

— Esa fue más de una pregunta — dijo Rei con seriedad.

— ¿Eh? — fue todo lo que pudo decir un sorprendido Shinji, entonces comprendió el reclamo de Rei, y bajó el rostro derrotado.

— No tengo padres — comenzó a hablar Rei, lo que sorprendió a Shinji, ya que este pensó que ella no contestaría — Desde que tengo memoria he estado en NERV. Cuando pequeña vivía en un laboratorio en el Dogma Central, hasta que me trasladaron a donde vivo ahora. Toda mi vida mi único objetivo ha sido pilotar el EVA. Sin el EVA, mi vida no tendría sentido, sería el equivalente a morir... al menos eso pensaba hasta el ataque del Quinto Ángel. Desde ese día, ya no lo tengo tan claro. Muchas cosas cambiaron ese día. 

Shinji miró sorprendido a Rei. La chica había respondido a todas sus preguntas, y mucho más detallado de lo que hubiera imaginado. Respecto lo que dijo sobre ataque del Quinto Ángel, él comprendía perfectamente a lo que se refería. Para él también cambiaron muchas cosas ese día.

— Mi turno — dijo Rei, sacando a Shinji de sus reflexiones.

— Sí, claro. Pregunta — dijo Shinji, contento de haber propuesto este juego.

— ¿Cómo era tu vida antes de llegar a Tokyo-3?

Por alguna razón, esa era una pregunta que Shinji imaginó que vendría. Era doloroso recordar ese tiempo, pero estaba preparado para responder a la chica.

— Mi madre murió cuando yo tenía 4 años. Mi padre me abandonó con unos tíos poco después. Ellos me criaron desde entonces. Nunca tuve amigos, siempre estuve solo. Era una vida monótona y aburrida. Una vida sin sentido — reconoció Shinji con algo de pesar, respiró pesadamente antes de continuar — No hay mucho más que decir en verdad. Solo pasaron los años hasta que mi padre me mando a buscar, y aquí estoy. El resto ya lo sabes.

Rei asintió con la cabeza, satisfecha con la respuesta del Tercer Elegido.

— Mi turno. ¿Por qué... por qué aprecias tanto a mí padre? — pregunto Shinji con algo dificultad. Le dolía hacer esa pregunta, pero era algo que necesitaba saber.

Rei observó fijamente a Shinji por unos segundos antes de contestar.

— El Comandante Ikari ha sido como un padre para mí. Él ha sido la única persona que se ha preocupado por mí — respondió Rei mirando con atención a Shinji, que se veía algo dolido por sus palabras, pero ella aún no había terminado, aún faltaba algo, lo más importante — Él era la única persona que se preocupó por mí... hasta que llegaste tú.

Shinji levantó la cabeza, mirando con sorpresa a la chica sentada frente a él.

— El ataque del Quinto Ángel. Ese día tú te preocupaste por mí. Nunca nadie fuera del Comandante se había preocupado por mí — finalizó Rei, respondiendo la pregunta implícita en los ojos de Shinji.

Lo cierto es que el joven Ikari no dejó de impactarse por los dichos de Rei, la cual no dejaba de tener razón en todo lo señalado. Él se había preocupado mucho por ella ese día, y seguía haciéndolo aun ahora. Siempre se preocupaba por ella en las batallas y fuera de ellas. 

— Mi turno — volvió a decir Rei, sacando a un levemente sonrojado Shinji de sus meditaciones.

— Sí, sí... pregunta — dijo. Aun algo aturdo.

— ¿Qué sientes por Asuka?

Esa pregunta tomó totalmente fuera de guardia a Shinji; no la vio venir y despejó su mente por completo de todo lo demás. Es cierto que él había preguntado cosas muy incisivas, pero nada como esto. En todo caso, Rei lo estaba mirando fijamente esperando su respuesta. Suspiró con resignación. La idea del juego había sido de él, así que no tenía derecho a reclamar.

— La quiero como una amiga, pero hubo un tiempo en que la quise como más que eso; si es lo que quieres saber — reconoció con algo de amargura — Estuve enamorado de ella, o al menos eso creo.

— ¿Qué pasó? — preguntó Rei, con genuino interés.

— Con esa ya son dos preguntas — señaló Shinji en forma astuta, a lo que Rei respondió con un par de pestañadas de sorpresa. Él sonrió antes de continuar — Se podría decir que ella fue matando todo lo lindo que sentí con su forma de ser. Me dolió mucho en un principio, pero pasó con el tiempo. Ahora es solo una amiga; si es que se le puede llamar amistad a la relación que tenemos.

Shinji agachó la cabeza, repentinamente serio ante los recuerdos de ese amor no correspondido.

— Lo lamento. No quise traerte malos recuerdos.

— No te preocupes. Igual eso nunca hubiera resultado — dijo Shinji restándole importancia, aunque con un dejo de dolor por dentro. No podía negar que la herida aun dolía.

Luego de ese último intercambio, pasaron largos segundos en los que ninguno dijo una sola palabra, solo estaban ahí, enfrascados cada uno en sus propios pensamientos, mirando sus platos vacíos.

— ¿Te parece si nos vamos? Aún hay mucho por recorrer — dijo Shinji con una pequeña sonrisa, cambiando el tema y tratando de dejar atrás el doloroso recuerdo de su desastroso primer amor.

— Bien — fue la simple respuesta de Rei, agradecida que al parecer Shinji no se veía enojado con ella por esa comprometedora pregunta.

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Las calles de Tokyo-2 ofrecían una gran variedad de cosas por ver; tiendas, cines, salas de arte, y un sin fin de cosas que no eran muy comunes en la ciudad fortaleza. Finalmente Shinji vio una tienda de discos, y se entusiasmó con la idea de entrar a ver si encontraba algo bueno para renovar su colección de música. Rei no puso objeciones a la idea y acompañó a un entusiasmado Shinji dentro del local.

Para Rei Ayanami era la primera vez en una tienda de discos, por lo que observaba todo con mucha curiosidad. Entonces vio como Shinji comenzaba a revisar los Cd de los exhibidores, al igual que las demás personas dentro del local, por lo que decidió imitarlos.

La cantidad de Cd que había en ese local era simplemente impresionante. Shinji se veía bastante entretenido mirando y seleccionando algunos Cds, pero para Rei eso no tenía mucho sentido. Nombres como Phil Collins, Madonna, Moby, Coldplay o Rammstein, no significaban nada para ella, hasta que un Cd llamó su atención. No sabía definir qué era lo que le hizo tomarlo. Tal vez la simpleza de la carátula del Cd, el nombre de la artista, o tal vez el tema que promocionaba.

— ¿Encontraste algo interesante? — preguntó Shinji, al observar a Rei contemplando un Cd en sus manos.

Rei le devolvió la mirada a Shinji, que estaba junto a ella mirando por sobre su hombro, y solo atinó a mostrarle el Cd que tenía en las manos.

— Es una buena cantante. Tiene una linda voz. ¿Quieres escucharlo?

— ¿Se puede? — preguntó Rei, sorprendida ante esa posibilidad.

— Claro. Hay una cabina ahí — respondió Shinji, señalando al fondo del local — Solo hay que pedir que programen el tema y se puede escuchar ahí dentro. ¿Cuál quieres oír?

Rei señaló el tema que había llamado su atención y luego Shinji se acercó al dependiente para pedir que lo programaran. Poco después, ambos estaban dentro de la pequeña cabina dispuestos a escuchar el tema. Ninguno de los dos dejó de ponerse algo nervioso por la proximidad del otro.

— ¿Lista? — preguntó Shinji tratando mantener la calma, a lo que Rei asintió con la cabeza. Este puso "Play" en el aparato de sonido, y la música comenzó a sonar los por parlantes inundando la pequeña habitación.

I didn't hear you leave / No te oí salir

I wonder how am I still here / Me pregunto cómo es que aún estoy aquí

And I don't want to move a thing / No quiero mover ninguna cosa 

It might change my memory / Podría cambiar mi memoria

Oh I am what I am / Oh, yo soy lo que soy

I'll do what I want / Haré lo que quiero

But I can't hide / Pero no puedo esconderme

I won't go / No me iré

I won't sleep / No dormiré

I can't breathe / No puedo respirar

Until you're resting here with me / Hasta que estés descansando aquí conmigo

I won't leave / No saldré

I can't hide / No puedo esconderme

I cannot be / No puedo ser

Until you're resting here with me / Hasta que estés descansando aquí conmigo

I don't want to call my friends / No quiero llamar a mis amigos

They might wake me from this dream / Podrían despertarme de este sueño

And I can't leave this bed / No puedo dejar esta cama

Risk forgetting all that's been / Por el riesgo de olvidar todo lo que fue

Shinji y Rei no pudieron evitar voltear el rostro para observarse, mientras la melodiosa voz de Dido inundaba la pequeña cabina. Se miraron a los ojos y ninguno pudo evitar que un sonrojo cubriera sus mejillas. 

Oh I am what I am / Oh, yo soy lo que soy

I'll do what I want / Haré lo que quiero

But I can't hide / Pero no puedo esconderme

I won't go / No me iré

I won't sleep / No dormiré

I can't breathe / No puedo respirar

Until you're resting here with me / Hasta que estés descansando aquí conmigo

I won't leave / No saldré

I can't hide / No puedo esconderme

I cannot be / No puedo ser

Until you're resting here with me / Hasta que estés descansando aquí conmigo

Finalmente la música terminó, y ambos se quedaron atrapados en los ojos del otro sin atinar a nada, hasta que Shinji recobró sus funciones cerebrales y carraspeó mientras apartaba la vista de los hermosos ojos escarlata de la Primera Elegida.

— Es... un lindo tema — dijo con algo de nerviosismo — ¿Lo vas a llevar?

Por alguna razón, Rei no fue capaz de encontrar su voz, y solo pudo asentir con la cabeza.

Poco después, ambos Pilotos EVA salían de la tienda de discos, Shinji con un par de nuevos Cds para su colección en uno de los bolsillos de su chaqueta, y Rei sosteniendo un Cd de "Dido" en sus manos, con una pequeña sonrisa en sus labios, al menos hasta que su rostro cambió por uno de total consternación. Cosa que no pasó desapercibida para Shinji.

— ¿Pasa algo? — preguntó preocupado. La chica lo miró fijamente antes de responder.

— No tengo en que escuchar el Cd.

— ¿Qué? — preguntó un descolocado Shinji.

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La pareja Pilotos EVA salía ahora de una tienda de electrónica, donde Shinji había comprado un reproductor portátil de Cd para Rei, pese a las negativas de esta. La chica no quería que Shinji gastara más dinero en ella, pero igualmente terminó con un reproductor de Cd portátil en sus manos.

— En verdad no debiste molestarte — dijo Rei tocando su cartera, donde cupieron el Cd y el reproductor portátil, una vez que sacaron este último de la caja para que no hiciera tanto bulto. 

— No te preocupes. Como dije, siempre guardo mi sueldo ya que no sé en qué gastarlo — volvió a decir Shinji, restándole importancia al asunto.

— Ese no es motivo para que gastes todos tus ahorros en mí — comentó Rei.

— No es ninguna molestia; en verdad — afirmó Shinji mirando fijamente a Rei. Esta también se quedó mirando fijamente a Shinji sin poder apartar la vista, lo que causó que ambos se pusieron furiosamente rojos, por lo que apartaron la vista como si se hubieran quemado.

— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó Rei, aun furiosamente roja.

— Bueno... podríamos ir a la Nueva Torre de Tokyo. Es una réplica idéntica de la original. Se puede ver toda la ciudad desde ahí — dijo Shinji, tratando de recuperar el color natural de su rostro.

Una ya más repuesta Rei asintió con la cabeza. Eso se oía interesante.

La pareja de jóvenes caminó por unas cuadras hasta llegar a una estación de metro. Luego de algunas consultas, estaban montados en un vagón del metro, encaminándose a la estación más cercana a la Nueva Torre de Tokyo. Desde ahí, solo sería una caminata de un par de cuadras hasta llegar a su destino.

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Rei apegó las manos al ventanal y acercó el rostro para contemplar la ciudad que se desplegaba ante sus ojos. Para Shinji era la segunda vez que estaba en el mirador en lo alto de la torre, a casi 300 metros del suelo, pero no dejó de impresionarse nuevamente por la vista que tenía al frente.

— Es una gran vista. ¿Verdad? — preguntó Shinji, de pie junto a Rei.

Rei solo asintió con la cabeza, mientras observaba el panorama con una pequeña sonrisa en los labios, entonces vio algo que llamó su atención, y señaló con un dedo en esa dirección mientras miraba a Shinji. El aludido miró lo que la chica señalaba y vio una inmensa rueda de la fortuna. 

— Es una rueda de la fortuna. Debe ser de un parque de diversiones — razonó. 

— ¿Parque de diversiones? No sé lo que es eso. Nunca he estado en uno — comentó Rei, devolviendo su vista al ventanal para seguir contemplando la ciudad.

Shinji miró a la chica que contemplaba absorta el paisaje ante ella, y no pudo dejar de fijarse en lo hermosa que se veía; sobre todo con esa diminuta sonrisa en sus labios. ¿En qué momento ella había cambiado tanto? ¿O era siempre así, solo que él no se había percatado hasta ahora?

— ¿Ocurre algo? — preguntó Rei, mirando a Shinji con rostro serio.

— No; es solo que...

— ¿Solo qué? — preguntó una curiosa Rei, al ver como Shinji quedaba a media frase.

— Bueno... es que... te ves tan distinta.

— ¿Distinta? — preguntó Rei, sin comprender — ¿Lo dices por la ropa? — preguntó, mirando su nueva tenida.

— No, no me refiero a eso. Es que... estás más... no sé... espontánea — dijo Shinji, mirando a la chica que estaba frente a él — Estás más sociable, y diría que este día has dicho más palabras de las que te escuché en todo el año que llevo conociéndote; incluso has sonreído.

— ¿Eso está mal? — preguntó Rei con seriedad.

— ¡No! No me mal entiendas. Está bien, es solo que... bueno; me sorprendí y me agrada esta faceta que no conocía de ti — dijo Shinji un tanto sonrojado, sin poder mirar a la chica a la cara. 

— Tú también estás más espontáneo — comentó ella.

— ¿Qué? — preguntó Shinji, tomado por sorpresa.

— Esta mañana estabas muy nervioso cuando me invitaste a pasar el día contigo, igual que en la cafetería y en el tren; pero al llegar aquí, y con el transcurso del día, te has ido comportando más natural. Como ahora — respondió Rei.

— ¿En verdad? — preguntó Shinji, mirándola impactado. Rei solo afirmó con la cabeza — ¡Vaya!

— Yo nunca había hecho algo como esto. Nunca había salido de Tokyo-3 — dijo Rei, mirando por el ventanal — Me agradó que me invitaras. Lo he pasado bien. Por eso sonrió. Me agrada estar contigo. Me gusta tu compañía — finalizó mirando a Shinji directo a los ojos, con una pequeña pero hermosa sonrisa en los labios.

— Gracias — dijo un sonrojado Shinji — Yo también me siento a gusto contigo.

Rei amplió un poco más su sonrisa ante ese comentario.

— Tal vez sea por eso que actuamos más natural. Porque nos agrada la compañía del otro. ¿No lo crees? — preguntó Rei, mirando fijamente a Shinji.

— Sí. Tal vez tengas razón — dijo Shinji con una pequeña sonrisa y devolvió la vista al paisaje frente a él, igual que Rei.

— Es una linda vista — dijo Rei, aun con una sonrisa en los labios.

— Sí que lo es — concordó Shinji.

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Una cabreada Misato se dejó caer en una de las mesas de la cafería de NERV, mientras que Ritsuko ponía en la mesa una bandeja con un par de tazas de cafés con leche, y dos porciones de torta de chocolate.

— Estoy muerta — dijo Misato — No puedo creer que esos malditos militares nos tuvieran hasta las 7:00 de la tarde, escuchando sus estupideces.

— Podría ser peor — dijo Ritsuko, sentándose a la mesa — Podrías tener que dar un informe de la reunión al Comandante Ikari.

— Si, es verdad. No sé cómo lo hace el Sub-Comandante Fuyutsuki para no morir de aburrimiento.

— Años de experiencia y paciencia de santo — dijo Ritsuko con una leve sonrisa, tomando un sorbo de su café con leche — Por cierto. ¿Qué fue eso de que uno de tus niños quería ir a Tokyo-2?

— Eso, sí. Solo era Shinji que me llamó para pedirme permiso para ir... con Rei… a Tokyo-2.

Ambas mujeres se miraron seriamente por unos momentos.

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El ABCB era una pequeña pero agradable cafetería, donde Shinji y Rei habían decidido hacer una escala para comer algo antes de ir al parque de diversiones, que estaba a escasas cuadras de distancia, ya que desde ahí se podía ver la gigantesca rueda de la fortuna. Habían sido recibidos cálidamente por el dueño del local y atendidos por una hermosa camarera de larga cabellera oscura, que parecía ser muy popular entre los clientes del local.

La pareja de Pilotos EVA se sintió muy a gusto en ese local, y pudieran relajarse rápidamente, por lo que ahora Shinji estaba a conversando con mucha más soltura y naturalidad. 

— ¿Aida quiere construir una Mina N2 casera? — preguntó Rei, totalmente sorprendida.

— Dice que consiguió las especificaciones técnicas con un Hacker amigo suyo — explicó Shinji.

— ¿No es eso peligroso? Una Mina N2 tiene un poder explosivo equivalente a una bomba nuclear.

— Lo sé. Por eso con Touji hemos estado tratando de disuadirlo. Ese tonto de Kensuke podría terminar volando toda la escuela, al intentar armar esa cosa en la bodega de...

Las palabras de Shinji fueron cortadas a la mitad, por el repentino sonido de su teléfono móvil. Sacó el aparato del bolsillo interno de su chaqueta y contestó la llamada.

— Diga... ¡Misato! Hola ¿Cómo te fue con... ¿qué?... Sí, estoy con Rei en Tokyo-2... ¿qué?... pero si tú nos diste permiso... tú dijiste: "Hagan lo que quieran" ¿No lo recuerdas?... ¿qué?... ¿Ahora?... pero íbamos a ir un parque de diversiones... si... es que Rei nunca ha estado en uno... bien... bien... gracias Misato. Adiós.

— ¿Era la Mayor Katsuragi? —preguntó Rei.

— Sí. Dijo que regresáramos a Tokyo-3 — dijo Shinji mirando a la chica, que estaba con semblante repentinamente serio ante esas palabras. Sonrió — Después de ir al parque de diversiones. 

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— ¿¿ESTAS LOCA, MISATO?? — rugió Ritsuko.

— ¿Cuál es el problema, doctora Frankenstein? Los chicos solo se están divirtiendo un rato. 

— No estoy en contra de que se distraigan, pero aquí en NERV, en Tokyo-3, no en Tokyo-2. ¿Qué pasaría si ataca un Ángel ahora? — preguntó una enojada científica.

— No seas tan negativa. Los Ángeles nunca han atacado tan entrada la tarde — señaló Misato.

— Ese no es el punto — refunfuñó Ritsuko.

— Vamos, no veo nada de malo. Shinji no es de los que sale muy a menudo. Ni que decir de Rei, la pobre chica prácticamente vive encerrada aquí en NERV. Les hará bien distraerse un poco. Iban a ir a un parque de diversiones. Luego de eso tomarán un tren de regreso — explicó Misato. 

— ¿Parque de diversiones? — preguntó Ritsuko, sorprendida.

— Al menos eso dijo Shinji — comentó Misato — Al parecer Rei nunca ha estado en un parque de diversiones, así que la llevará a conocerlo. ¿No te parece romántico? 

— ¿Romántico? ¿Qué rayos estás pensando? — preguntó Ritsuko con ojos estrechos.

— Esos dos hacen una linda pareja, ¿no lo crees? — preguntó la morena con una sonrisa pícara.

— ¡¡MISATO!! — estalló Ritsuko.

— Vamos. No me digas que no te has dado cuenta de que hay algo entre ellos. Hay una conexión entre esos dos, algo especial. Con lo observadora que eres, estoy segura de que debes haberte dado cuenta — señalo Misato, mirando a su amiga.

Por supuesto que Ritsuko se había dado cuenta. Después del ataque del Quinto Ángel, Rei ya no volvió a ser la misma de antes, y lo mismo se podía decir de Shinji. Ese día algo cambio entre ellos, pero nunca le dio demasiada importancia al asunto, sobre todo porque hubo un tiempo en que Shinji estuvo muy interesado en Asuka. Pero las cosas parecían haber cambiado otra vez. ¿Qué saldría de todo esto? Si es lo que imaginaba Misato, sería muy divertido ver la cara que pondría Gendo, al saber que su hijo tiene algo con Rei. ¿Consentiría algo así? Obviamente no, pero con tal de ver a Gendo Ikari actuando como un padre celoso, ella podía encargarse de que lo aprobara, aunque no le gustara la idea.

— Sí, algo he notado — dijo finalmente la científica — Solo espero que no hagan ninguna locura.

— Estamos hablando de Shinji y Rei. ¿Qué locura podrían hacer? — pregunto Misato.

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La inmensa rueda giraba lentamente elevando cada vez más la cabina en que estaba la pareja de Pilotos EVA, quienes se habían puesto de pie, observando por las ventanas el hermoso atardecer sobre la ciudad, que prendía sus luces creando una vista alucinante desde la altura. 

Rei miraba en silencio el panorama con una diminuta sonrisa en los labios, mientras que Shinji no podía apartar la vista de la chica. Nunca imaginó que vería a Rei Ayanami de esta manera, tan distinta a la chica fría y apática que conocía; aunque realmente el cambio no había sido tan drástico. Su voz seguía siendo seria, pero ya tanto como de costumbre. La expresión de su rostro no había cambiado en nada, salvo por la pequeña sonrisa que esbozaba, pero esa sola sonrisa, así de pequeñita, la convertía en una Rei totalmente diferente. Sin mencionar sus hermosos ojos color escarlata que habían cobrado vida durante el trascurso del día. 

No había duda, Rei Ayanami es una chica bellísima, y por alguna razón, al verla, sentía un calor brotando en su corazón.

— Es una linda vista — dijo de pronto Rei, sacando a Shinji de sus reflexiones.

— Sí, lo es — dijo él, con una pequeña sonrisa, devolviendo la vista al paisaje.

— Las estrellas... son lindas — dijo Rei observando el cielo, donde se podían apreciar las estrellas que anunciaban la noche que estaba llegando para quedarse.

— Sí, lo son. Solo falta una estrella fugaz para pedir un deseo — comentó Shinji, justo cuando la rueda se detuvo para tomar más pasajeros, con ellos en la parte más alta. 

— ¿Deseo? — preguntó Rei, sin entender.

— Sí. Se dice que si ves una estrella fugaz y le pides un deseo, este se cumplirá.

— Ya veo — dijo Rei, mirando el cielo — Me gustaría ver una.

Shinji miró sorprendido a la chica por ese cometario y como ella ahora miraba el cielo, buscando.

— ¿Te gustaría pedir un deseo? — preguntó Shinji.

La chica peliazul miró al joven junto a ella por unos segundos, y asintió con la cabeza.

— ¿Qué deseo? — preguntó Shinji, antes de darse cuenta de lo que hacía.

Rei se sonrojó furiosamente y agachó un poco la cabeza. Para Shinji fue una sorpresa ver esa espontánea reacción por parte de la chica, pero eso a la vez quería decía que la ella estaba bastante incomoda. Estaba por pedir perdón por ser tan indiscreto, cuando Rei contestó su pregunta.

— La primera vez que las toqué, no sentí nada. La segunda vez fue un poco desagradable. La tercera vez, estaban tibias. La cuarta vez... me hizo feliz... tus manos... me gustaría poder tocarlas otra vez.

Shinji quedó congelado al escuchar esas palabras salir de los labios de Rei, mientras sentía como su corazón comenzaba a bombear con fuerza. Solo se quedó ahí, observando a la chica que aún mantenía la cabeza gacha, con evidente vergüenza por lo que acaba de decir. No supo cuándo ni cómo, pero en algún momento estiró lentamente los brazos para alcanzar las manos de Rei, sosteniéndolas en las suyas.

Rei se sorprendió por esta acción. Miró a Shinji en consternación por unos segundos, antes de devolver la vista a sus manos. Rei estrechó las manos de Shinji y las acarició suavemente, mientras una sonrisa se formaba en sus labios. Finalmente entrelazó sus dedos con los dedos de él, juntando sus manos, mientras se acercaba un poco más, y lo miraba con una hermosa sonrisa en los labios, que por poco y funde el cerebro de Shinji.

— Gracias — dijo Rei en un susurro.

— De... nada — dijo Shinji apenas, observando embobado a la hermosa chica que tenía al frente, con un repentino deseo surgiendo en su interior, que en cosa de segundos pasó a ser una necesidad.

— ¿Pasa algo? — preguntó Rei, al ver la cara sonrojada de Shinji.

— No... es solo que... 

— ¿Si? — preguntó Rei mirándolo con interés, a la vez que acortaba la escasa distancia entre ellos sin soltar sus manos.

— Es solo que... hay algo que yo... también desearía hacer en este momento.

— ¿Qué cosa? — preguntó ella, mirándolo a los ojos.

— Esto.

No supo qué fue, si la espectacular vista de la ciudad, la hermosa sonrisa de Rei, o el suave tacto de sus manos, solo sabía que ahora estaba besando a la chica, sintiendo el calor de sus labios y dejando que ese loco deseo se hiciera realidad. Segundos después, y muy a su pesar, se separó de ella con el temor de que Rei estuviera enojada o indignada por semejante atrevimiento.

Al mirar esos hermosos ojos color escarlata, observó sorpresa en ellos, pero a la vez algo más, algo que no podía definir con palabras, algo que le calentó el corazón.

No supo cómo, pero de un momento a otro, Shinji se vio atrapado en un nuevo beso, solo que en esta ocasión Rei no era un espectador pasivo, estaba participando activamente del beso. Podía sentir el calor de sus labios, su aliento intoxicante, y su lengua encontrándose a medio camino con la de él, trabándose en un fiero combate, masajeándose y explorándose mutuamente, hasta que la necesidad de respirar los hizo separarse otra vez.

Se observaron a los ojos nuevamente, mientras recuperaban el aliento. Ninguno fue capaz de decir algo. Las palabras estaban de más en ese momento. Rei pasó los brazos por el cuello de Shinji, a la vez que este la abrazaba por la cintura. Sus labios se encontraron otra vez, mientras se fundían en un fuerte abrazo del que ninguno tenía la intención de escapar. 

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La pareja de Pilotos EVA paseaba por el parque de diversiones, ambos con una sonrisa en los labios mientras iban tomados de la mano. El temor y nerviosismo que los había acompañado durante gran parte del día los había abandonado finalmente, ahora solo eran una simple pareja de adolescentes, divirtiéndose en un parque de diversiones un sábado en la noche.

Subieron a los autos chocadores y a un gigantesco carrusel, para terminar en la montaña rusa, donde Shinji sufrió mucho más que cuando tenía que subir a su EVA. A su lado una seria Rei ni se inmutó por las subidas, bajadas y rápidos giros que iban dando. Finalmente terminaron sentados ante una mesa compartiendo un refresco, con Shinji desparramado sobre la mesa.

— Primera y última vez que subo a esa cosa — dijo Shinji, tratando de regresar el alma al cuerpo.

— Fue divertido — comentó Rei tomando un sorbo de su refresco, mirando la montaña rusa.

— Yo no lo llamaría divertido precisamente — se quejó Shinji, un poco más repuesto.

— Es una lástima que debamos regresar. No me gustaría que este día termine — dijo Rei mirando fijamente su refresco.

El Tercer Elegido contempló a la chica por unos momentos considerando sus palabras. Él tampoco quería que se acabara el día, pero debían apurarse si querían alcanzar el último tren a Tokyo-3. Entonces tuvo otra idea descabellada.

— ¿Y si nos quedamos aquí hasta el amanecer? — preguntó.

— ¿Hasta el amanecer? — preguntó Rei, sorprendida.

— Sí. Tú no quieres volver aún, ¿No es así? — preguntó Shinji, a lo que la chica asintió con la cabeza — Bien, yo tampoco quiero regresar. No quiero que esto acabe aún.

Rei observó a Shinji fijamente por unos segundos, considerando sus palabras.

— ¿Que hay con la Mayor Katsuragi? Ella dijo que volviéramos — apuntó Rei.

Shinji no pudo evitar que una sonrisa asomara en sus labios. Pese a su pregunta, Rei no estaba poniendo objeciones a su idea.

— ¿Y si solo apagamos los móviles? Mañana tenemos que estar en NERV a primera hora para las pruebas de sincronización. Mientras lleguemos a tiempo no creo que haya problema — se atrevió a proponer Shinji con una pizca de audacia.

— Eso no sería correcto — señaló Rei, mirando fijamente al Tercer Elegido.

— Definitivamente no — concordó Shinji, mirando de regreso a la chica con la misma seriedad.

Ambos se observaron mutuamente por unos segundos; segundos que les parecieron horas.

— No quiero que este día termine aquí — dijo Shinji.

— Yo tampoco quiero que acabe — dijo Rei.

La pareja continuó mirándose por unos segundos más, y como si fuera algo concertado, ambos sacaron sus teléfonos móviles.

— Hasta el amanecer — dijo Shinji.

— Hasta el amanecer — dijo Rei. Segundos después, ambos celulares fueron apagados.

Con la presión del tiempo dejada de lado, la pareja se tomó de la mano y se internó en el parque una vez más, en busca de más juegos a los cuales subir.

Por petición de Rei, volvieron a subir a ese gigantesco carrusel que tanto le había gustado, luego entraron a la casa de los espejos, donde pasaron un buen rato viendo sus deformados cuerpos por acción de los espejos. Después de eso entraron a La Casa del Terror, donde Rei tuvo que aguantar los gritos de un asustado Shinji, que se lo sufrió todo durante el recorrido.

Una vez que Shinji se recuperó de esa horrorosa experiencia, se internaron en La Casa de la Risa, donde el recorrido fue mucho más agradable. Rei no reía o chillaba con las bromas del lugar como las otras chicas, pero Shinji pudo ver que se estaba divirtiendo. Finalmente en la sección de juegos de destreza, Shinji puso a prueba algo del entrenamiento militar que le daban en NERV, ganando un gran conejo de peluche para Rei en el tiro al blanco.

— Gracias — dijo Rei, recibiendo el enorme peluche con una pequeña sonrisa en los labios.

En ese momento se anunció por unos altavoces que el parque iba a cerrar dentro de poco.

— Bien, creo que debemos irnos — comentó Shinji, luego de escuchar el anuncio.

Rei solo asintió con la cabeza y tomó la mano de Shinji para encaminarse juntos a la salida, con el enorme conejo de peluche tomado con su otro brazo.

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La pareja caminaba de la mano por una calle poco transitada, hasta que llegaron a una plazoleta con una gran pileta en el centro, desde donde caían cascadas de agua a una gran pileta central, iluminadas por unas luces ubicadas estratégicamente que le daban un hermoso complemento. Se sentaron en una banca frente a la pileta para observar el juego del agua y las luces.

— Aún no puedo creer que estemos haciendo esto — comentó Shinji.

— No es algo típico de ti proponer algo así — señalo Rei — Tu forma de ser ha cambiado. Ya no te comportas como lo hacías en la mañana. Tal vez se deba a eso.

— Sí, tal vez tengas razón. Pero tú tampoco te comportas como en la mañana. Tal vez por eso aceptaste la loca idea que te propuse — comentó Shinji con una pequeña sonrisa, a lo que Rei asintió con la cabeza.

— No somos los mismos de esta mañana. Hemos cambiamos durante el día — señaló Rei.

— Pero seguimos siendo nosotros — comentó Shinji, mirando el cielo estrellando — Tal vez sea porque estamos juntos; quiero decir, me siento cómodo con tu compañía. Creo que eso fue lo que me permitió relajarme.

— Yo también me siento cómoda con tu compañía. Me he relajado a tu lado, y me he divertido mucho. Nunca había salido de Tokyo-3, ir de compras, escuchar música, o ir a un parque de diversiones. Nunca me había divertido antes — señaló Rei.

— Bien, la noche es joven. Aún hay muchas cosas que podemos hacer para divertirnos — señaló Shinji mirando a Rei. 

— ¿Cómo cuáles? — preguntó Rei, mirando a su vez a Shinji.

Ambos jóvenes se observaron fijamente y quedaron nuevamente atrapados en los ojos del otro. Sin darse cuenta comenzaron a acortar lentamente la distancia entre ellos mientras cerraban los ojos. Sus labios se encontraron en un suave y tierno beso, hasta que el estómago de Shinji se volvió a manifestar con un gruñido de protesta.

— Perdón — dijo Shinji furiosamente rojo, rompiendo el beso por culpa de su hambriento estómago.

— No hay problema — dijo Rei, reprimiendo una risita.

— ¿Te parece si vamos a comer algo? — preguntó Shinji, tratando de recuperar la compostura.

Rei asintió con la cabeza, se tomó de la mano de Shinji, cogió su conejo de peluche con el otro brazo y dejaron esa pequeña plazoleta en busca de algún local donde comer. Entraron a una calle más concurrida, por la que dieron con otro calle llena de restaurantes y locales de comida rápida. Buscaron un local que fuera discreto y no tan atestado de gente, y luego de mucho buscar, encontraron un local que reunía las características que buscaban.

Estaba medio escondido en una esquina y se veía bastante atrayente, al menos desde afuera. Al ingresar, el interior estaba bien cuidado, con una decoración simple pero efectiva. Tenía varios ambientes, y en uno de ellos una pantalla gigante, donde se podía ver el video de clásica tema "Learning To Fly" del grupo Pink Floyd. Finalmente la pareja encontró un lugar más menos privado en una esquina, y ordenaron algo de comer.

La conversación no era muy fluida, dada las características de ambos, pero habían mejorado desde la mañana, por lo que ahora Shinji, ya más en confianza, estaba hablando entretenido como si estuviera junto a Touji o Kensuke.

— ...entonces desperté con los gritos de Asuka, que gritaba como loca. Me levanté de un salto y corrí hasta su cuarto, abría la puerta, prendí la luz y cuando iba a preguntar qué pasaba; vi a Misato desnuda sobre Asuka tratando de besarla, mientras que Asuka gritaba histérica que se la quitara de encima — dijo Shinji, tratando de no reír, cosa que no logró del todo.

— ¿Por qué la Mayor Katsuragi haría algo así? — pregunto Rei, genuinamente sorprendida.

— Bien, lo que pasó es que Misato llegó totalmente ebria, se metió al cuarto de Asuka, se quitó la ropa y se fue sobre ella creyendo que era Kaji — explicó Shinji, ya riendo abiertamente.

Rei tampoco pudo reprimir una sonrisa ante la divertida imagen mental, de una ebria Misato Katsuragi tratando de besar a una somnolienta pelirroja.

— Al final cubrir a Misato con unas sábanas, la cargué hasta su cuarto y la metí a su futón, mientras Asuka gritaba no sé qué cosas en Alemán. Como de costumbre, Misato no recordaba nada de lo que pasó al otro día. ¿Qué hay de ti? ¿Algo divertido que contar? — preguntó Shinji. 

— Divertido no, pero sí impactante — comentó la chica peliazul.

— ¿Impactante? ¿Qué cosa? — preguntó Shinji, curioso.

— Ver a la doctora Akagi teniendo relaciones sexuales con la Teniente Ibuki — respondió Rei, tal vez con demasiada seriedad.

Shinji estaba atónito. Le costó unos segundos reaccionar a ese pedazo de información.

— Espera, ¿¿Qué?? Tú dices; o sea... ¿Viste a la doctora Ritsuko y a Maya? ¿Las dos haciendo… haciendo… eso? ¿De verdad?

Por respuesta Rei solo afirmó con la cabeza.

— ¡Vaya! Ya decía yo que había algo raro con esas dos — comentó un sorprendido Shinji.

— También lo sospechaba desde hace un tiempo — comentó Rei, con un asentimiento de cabeza.

— Entonces… ¿Cómo fue que las viste? Si es que se puede saber — preguntó un curioso Shinji.

— Fue un domingo en la mañana — comenzó Rei — Acudí a NERV para...

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Después de permanecer por casi dos horas en el restaurante, los dos Pilotos EVA siguieron transitando por las calles de Tokyo-2 tomados de la mano, internándose en el sector donde se hacía la vida nocturna de la ciudad.

Había innumerables discotheques, Pubs y restaurantes, pero la mayoría de los lugares eran demasiado ruidosos y abarrotados de gente para el gusto de ambos. Aun así, se lo pasaron bastante bien recorriendo las calles, admirando todo ese animado lugar, donde pudieron observar algunos espectáculos callejeros que se ofrecían para los noctámbulos transeúntes que transitaban por ahí.

Finalmente, y luego de seguir recorriendo el lugar por otro largo rato, llegaron a un enorme y tranquilo parque por el que caminaron lentamente, hasta que encontraron un lugar relativamente apartado donde Shinji puso su chaqueta sobre el césped, para que ambos pudieran tenderse un rato, quedando uno junto al otro, observando las estrellas en completo silencio por unos momentos. 

— Cuando niño siempre miraba las estrellas — comentó de pronto Shinji, con cara de ensoñación — Soñaba que cuando grande sería el capitán de una gran nave espacial, y que viajaría por el espacio hacia donde ningún ser humano había ido antes. Recorrería otros planetas, otros mundos, conocería otras razas de seres distintas a nosotros, algunos de ellos se unirían a mi tripulación y seguiríamos viajando... viajando más allá... hacia lo desconocido.

Rei no dijo nada, solo sonrió y apretó un poco más su agarré sobre la mano de Shinji, que continuó con su relato.

— Después crecí, y supe que el hombre había abandonado la carrera espacial por causa del Segundo Impacto, para dedicarse de lleno a la reconstrucción del planeta. Al final mi sueño de recorrer el espacio fue solo eso; un sueño.

— Lo lamento — dijo Rei, con sinceridad.

— No te preocupes. Es que de niño veía demasiado "Star Trek" — dijo Shinji, restándole importancia al asunto, mirando las estrellas con algo de nostalgia.

— No deberías abandonar ese sueño solo porque ahora no están dadas las condiciones — dijo de pronto Rei, llamando la atención del chico — Es un lindo sueño. Si luchas por él, podría hacerse realidad. Si eso ocurriera y pudieras viajar por el espacio, me gustaría ir contigo.

Shinji miró a Rei, sorprendido y emocionado por esas lindas palabras, esta volteó para mirarlo y sus ojos se encontraron. Shinji sonrió con ternura y acarició el rostro de Rei con una mano.

— No podría partir sin ti — dijo casi en un susurro.

Rei sonrió en respuesta y poco después, casi como en cámara lenta, sus labios se juntaron una vez más, compartiendo un tierno y delicioso beso, donde se exploraron mutuamente, dando tanto como recibían pero siempre manteniendo la suavidad y la ternura del beso. Ninguno permitió que se saliera de control, ambos querían disfrutarlo así, con ternura.

Cuando la falta de oxígeno los obligó a separarse, se quedaron recostados de lado, uno frente al otro, observándose a los ojos, con una pequeña sonrisa en los labios.

— Aún no puedo creer que estemos haciendo esto — dijo Shinji casi en un susurro — Estar aquí, juntos en Tokyo-2, desobedeciendo las órdenes de Misato, recostados uno junto al otro en un parque, tomados de las manos, besándonos... parece un sueño.

— ¿Te arrepientes? — preguntó Rei.

— ¡No! Claro que no. Jamás podría arrepentirme de esto.

— Yo tampoco — dijo Rei, con una pequeña sonrisa que estremeció a Shinji.

— Rei... ¿Por qué estás aquí conmigo? — preguntó Shinji, con repentina seriedad.

Rei observó a Shinji por unos momentos, considerando la respuesta.

— Me agrada tu compañía — respondió ella finalmente.

— ¿Solo eso? — insistió Shinji, levantando una ceja.

La pregunta de Shinji causó que Rei se sonrojada. Shinji continuó hablando antes de que ella pudiera responder.

— A mí también me agrada tu compañía. Esa es una de las razones por las que te invité a pasar este día conmigo; pero a decir verdad desde que te conocí que siento una conexión entre nosotros. No sabría explicarlo con palabras, es algo que siento dentro de mí, y hasta este día no me había dado cuenta de hasta qué punto es importante eso que siento por ti.

— ¿Shinji? — preguntó Rei sorprendida, incrementando su sonrojo.

— Desde un principio me llamaste la atención, sobre todo por esa forma de ser tuya, tan seria y apática, pero ese día, el día en que atacó el Quinto Ángel, ese día en que te despediste de mi de esa forma tan fría, como si tu vida no valiera nada, algo se rompió dentro de mí. Cuando destruí al Ángel y vi tu EVA, todo chamuscado, yo... nunca había experimentado tanto miedo, ni tanta alegría al ver que estabas viva. Ese día algo cambio. Desde ese día ya no fuiste la misma para mí. Has pasado a forma una parte muy importante de mi vida, pero hasta hoy no me había dado cuenta de qué tan importante eres para mí.

— ¿Shinji? — pregunto Rei, con un escalofrío recorriéndole la espalda.

— ¿Tan ciego estaba? — se preguntó Shinji, acariciando el rostro de Rei, observando los sorprendidos y hermosos ojos de la chica que estaba recostada a su lado.

Rei tomó la mano con que Shinji acariciaba su mejilla, y lo observó con ojos emocionados y húmedos.

— Para mí también eres muy importante — reconoció ella.

— ¿De verdad? — preguntó Shinji, mirándola expectante, a lo Rei respondió con un asentimiento de cabeza.

— El día del ataque del Quinto Ángel, cuando me despedí de ti y subí a mi EVA, lo hice porque era mi deber. Te protegí del ataque del Ángel porque era mi deber, porque se me había ordenado que lo hiciera, porque me daba lo mismo vivir o morir, pero luego, cuando abriste la compuerta del Entry Plug, gritando mi nombre; cuando lloraste al verme viva y me pediste que sonriera... algo cambio dentro de mí.

— ¿Rei? — preguntó Shinji, sorprendido al ver como unas lágrimas resbalaban por la cara de la chica, que parecía no notarlas aún.

— Desde ese día ya no fui la misma de antes. Desde ese día mi impresión de ti cambio completamente, me agradó tu compañía y disfruté cada una de las veces que pude estar a tu lado, y ahora, cuando salgo al campo de batalla, lo hago dispuesta a protegerte pero no porque alguien me lo ordene, sino porque yo deseo hacerlo.

Shinji miró impactado a la chica por sus palabras, pero ella aún no había terminado. Habían más cosas que quería decir, más cosas que quería expresar, por lo que retomó la palabra.

— Antes me daba lo mismo vivir o morir, pero desde eso día, deseo vivir. No comprendía bien por qué, así como no comprendía por qué me agrada tanto tu compañía, pero ahora acabo de entender esto que siento, este calor en mi corazón, esto que solo siento al estar junto a ti. Esto es ese sentimiento que llaman... que llaman...

— Amor — completó Shinji mirando a una sorprendida Rei, acariciándole una mejilla mientras limpiaba las lágrimas de uno de sus ojos — Te amo Rei... te amo.

— Yo... también te amo Shinji — dijo Rei, obsequiándole la más hermosa de las sonrisas que Shinji había visto en su vida.

Sus rostros se acercaron nuevamente, encontrándose en un nuevo beso, un beso con el que expresaron todo lo que sentían el uno por el otro, un beso, que a diferencia de los otros que se habían dado ese día, marcaba el inicio de un nuevo camino en las vidas de ambos, un camino que recorrerían juntos.

Al separarse, se observaron a los ojos con una sonrisa en los labios, y entonces Rei vio como un par de lágrimas caían desde los ojos de Shinji.

— Estas llorando — dijo Rei.

— Igual que tú — señaló Shinji, con una sonrisa.

En ese momento Rei se percató de que efectivamente estaba llorando, secó sus lágrimas con una mano, pero más lágrimas volvieron a salir.

— No lo entiendo. Estoy feliz, pero estoy llorando. ¿Por qué? — se preguntó Rei.

— La gente no llora solo cuando está triste. También lo hace cuando está feliz — dijo Shinji, acariciando el rostro de la chica. 

— Sí, recuerdo que dijiste eso ese día, cuando lloraste al ver que yo aún estaba viva. En ese momento no comprendí tus palabras, pero ahora... finalmente puedo entenderlas — dijo Rei, con los ojos anegados en lágrimas.

Shinji apartó las lágrimas de Rei con sus manos y volvió a besarla, a lo que ella respondió de inmediato, fundiéndose además en un fuerte abrazo, mientras rodaban por el césped. Al separarse se observaron con una gran sonrisa en los labios, pero sin soltarse del abrazo.

— ¿Shinji?

— ¿Dime?

— ¿Cuál es la otra razón por la que me invitaste a pasar el día contigo? — preguntó Rei, observándolo con curiosidad.

— Bien... no quería estar solo — respondió Shinji, un tanto sonrojado.

Rei lo observó y sonrió con ternura.

— Ya no estás solo. Yo estoy contigo — dijo Rei, ampliando su sonrisa.

Shinji sonrió en respuesta y la atrajo hacia sí, fundiéndose nuevamente en un tierno beso bajo la luz de la luna, muda testigo de esos importantes hechos que habían cambiado para siempre la vida de dos jóvenes, que hasta ese momento no habían conocido el significado de la palabra felicidad. 

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La noche seguía su curso, mientras dos felices Pilotos EVA caminaban abrazados por las calles de la antigua ciudad capital. Al haberse alejado un poco de la parte donde se hacía la vida nocturna de la ciudad, las calles fueron quedando paulatinamente desiertas, hasta que solo se podían ver transeúntes ocasionales. 

Shinji iba caminando sin rumbo fijo, solo dejándose llevar a donde lo llevaran los pies, disfrutando de la electrizante sensación de tener a Rei Ayanami entre sus brazos. Para Rei era algo similar, solo se dejaba llevar por Shinji, disfrutando el sentirse entre sus brazos, mientras apretaban contra ella su enorme conejo de peluche con una sonrisa en sus labios.

De pronto Shinji detuvo su caminar y señaló en una dirección, Rei levantó la vista y vio como el sol comenzaba a elevarse por entre los edificios. Finalmente estaba amaneciendo, la noche había quedaba atrás, era hora de regresar.

Rei miró a Shinji, que pese a la hermosura del amanecer, también tenía un dejo de tristeza en el rostro, pero de pronto la observó con una sonrisa en los labios.

— ¿Quieres tomar algo caliente? Si buscamos un poco, estoy seguro que encontraremos alguna cafetería abierta — dijo Shinji, recobrando el ánimo.

Rei sonrió y asintió con la cabeza.

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Luego de caminar un poco, efectivamente encontraron una cafetería abierta, donde se sirvieron una taza de café caliente, mientras veían por las ventanas del local como la ciudad comenzaba a cobrar vida otra vez.

Poco después la pareja de Pilotos EVA estaba parada ante el andén de la estación de trenes, donde habían llegado un día antes, pero esta vez, para hacer el camino inverso.

Las puertas del tren se abrieron ante ellos, e instintivamente estrecharon el agarre de sus manos. Se miraron a los ojos y con un asentimiento de cabeza, ingresaron al vagón del tren que los llevaría de regreso a sus vidas, de regreso a Tokyo-3, de regreso a NERV, de regreso al EVA. 

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El paisaje pasaba rápidamente ante los ojos de la joven pareja, que estaban sentados junto a una ventana en un vacío vagón del Shinkansen con rumbo a Tokyo-3. Tal como el día anterior, ninguno había dicho una sola palabra desde que abordaron al tren, pero a diferencia de lo ocurrido un día antes, ahora iban sentados juntos, con Shinji abrazando a Rei, que se acurrucaba en su pecho con una sonrisa en sus labios. Frente a ellos, un enorme conejo de peluche los observaba con sus grandes ojos de vidrio.

Ambos miraban el paisaje sin decir nada, sabiendo que con cada minuto que pasaba se acercaban más y más a la rutina, de regreso a sus vidas, pero con la alegría de saber que ahora no estarían solos, ya que se tenían el uno al otro.

Rei levantó el rostro para ver a Shinji y este le regaló una hermosa sonrisa, acarició la mejilla del chico y buscó sus labios con ansiedad. Shinji no la hizo esperar y ambos se fundieron en un tierno beso que se extendió por largos segundos.

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Una enojada Misato Katsuragi estaba parada de brazos cruzados junto a un andén de la estación de trenes, esperando que llegara el primer tren procedente de Tokyo-2.

La noche anterior ella había ido a esperar a Shinji y Rei, que supuestamente llegarían en el último tren desde Tokyo-2 a las 12:00 de la noche, pero ninguno de los dos apareció. Los había llamado en innumerables ocasiones, pero los teléfonos móviles de ambos estaban apagados. En un primer momento se preocupó y estuvo por mandar a todos los efectivos Seguridad de NERV a voltear de cabeza Tokyo-2 con tal de encontrarlos, pero finalmente cambio de opinión.

Algo en el fondo de ella le dijo que esperara, que todo estaba bien. Por alguna razón que no se podía explicar, había hecho caso a esa corazonada y ahora estaba parada en un andén de la estación de trenes, esperando que Shinji y Rei vinieran en el tren que estaba a punto de llegar. 

Finalmente el tren entró en la estación y se detuvo junto a donde una seria Misato observaba detenidamente a los escasos pasajeros que bajan del tren, esperando encontrar a los dos chicos que no la habían dejado dormir tranquila esa noche.

Cuando los vio, tuvo que mirarlos dos veces para reconocerlos. Ambos vestían de una forma que ella jamás había visto, pero no podía negar que se veían espectacularmente bien. Otra cosa que llamó su atención, fue el enorme conejo de peluche que cargaba una... ¿¿Sonriente Rei??

Misato no pudo evitar que parte de su enojo se desinflara, y su arrugado ceño se fuera relajando mientras esbozaba una pequeña sonrisa en los labios, al ver como ambos chicos se acercaban a ella tomados de la mano.

Por su parte Shinji y Rei, sabían que les esperaba una fuerte reprimenda por quedarse sin permiso durante toda la noche en Tokyo-2, pero el castigo bien valía la pena. Esa noche habían descubierto lo que sentían el uno por el otro, y que de ahora en adelante ya no estarían más en soledad, ahora se tenían el uno al otro.

Finalmente había encontrado el amor, caminando por las calles de una ciudad mientras esperaban el amanecer.

FIN

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Notas del Autor: Finalmente terminé esta maratónica historia, con el que literalmente me estoy dando varios gustos.

La idea para esta historia surgió después de ver la película "Antes de Amanecer", donde una pareja de desconocidos recorre por un día y una noche la ciudad de Viena, mientras se van enamorando. Después de ver esta película, no sé por qué se me vino a la mente la idea de Shinji y Rei haciendo algo similar, enamorándose durante el transcurso del día y la noche. Después de pensarlo un poco y de ver la película otra vez para tomar algunas notas, me lancé a la aventura de escribir esta historia.

¿Por qué menciono que me estoy dando varios gustos en esta historia?

1 - Basé mi historia en una película que me encantó por su simpleza y su romántica historia, a la que le hice los cambios adecuados para situar la historia en el mundo de EVA, con dos personajes tan distintos a los originales, como son Shinji y Rei.

2 - Me largue a escribir sin ponerle atajo a mi imaginación, y sin ponerme un número determinado de páginas para contar la historia, por lo que terminé con un monstruo de 27 páginas.

3 - Hice que Shinji y Rei comieran en el "ABCB", donde fueron recibidos por el "Master" y atendidos por "Madoka". Para el que no lo sepa, el "ABCB" es la cafetería donde se reunían los personajes de KIMAGURE ORANGE ROAD, un antiguo y entrañable manga romántico de mediados de los 80`s, también llevado a animé con una de las mejores bandas sonoras de la historia; y no exagero. Sin dudas una de mis favoritos, que pese a su antigüedad sigue encantándome hasta estos días. 

4 – La descripción de la vestimenta de Shinji es la mima que uso James Bond, hacia el final de la película "THE WORLD IS NOT ENOUGH". La descripción de la ropa de Rei la usa una chica que sale en uno de los cuatro libros de ilustraciones llamados "YUI SHOP".

5 - Puse el tema "HERE WITH ME" de la cantante DIDO, que me encanta, y que creo se ajustaba bien a la situación por la que pasaban Shinji y Rei.

6 - Tome una parte de mi fic, MI OTRO YO en que Shinji y Asuka conversan mirando las estrellas, y lo adecué para que en esta ocasión fueran Shinji y Rei los que tuvieran esa conversación. Hace tiempo tenía ganas de darme ese gusto.

Como ven, me di varios gustos al escribir esta historia. Solo me resta esperar que ustedes lo reciban bien y que les guste esta historia, donde junto una vez más a esta pareja que, pese a lo que muchos opinan, sigo considerando que es la mejor pareja de Evangelion.

Ahora sí, me despido. Saludos a todos.

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