944 944 Se lo debo

Sin embargo, terminó esperando unos cuatro o cinco días sin saber nada de Li Jin.

Lin Qian no entró en pánico porque sabía que Li Jin aparecería en su boda si era capaz, incluso si eso significaba que tuviera que llegar gateando. Sin embargo, incluso si no pudiera regresar a tiempo, ella completaría la boda por su cuenta. Después de todo, ya estaban destinados a ser marido y mujer.

—Este chico es a veces tan duro que hace que se me parta el alma—suspiró Madre Li mientras veía a Lin Qian sumida en todo tipo de preparativos con gran esfuerzo—. Viejo, ayúdame a trasladar a tu hijo fuera de la base. Ahora tiene una familia. ¿Por qué debería seguir arriesgando su vida de esa manera?

—Puede que hayas dado a luz a tu hijo, pero no lo entiendes tan bien como tu nuera —rio Padre Li..

—Hablas demasiado —replicó Madre Li antes de irse a contestar algunas llamadas de familiares y amigos.